29 enero, 2021

"Nunca se ha dejado de gobernar al servicio de los intereses del capital" — Nines Maestro

 



Ángeles [Nines] Maestro entrevistada por Juanjo Basterra

LA HAINE - 29/01/2021


"Es imprescindible desenmascarar al gobierno "progresista" y a sus instrumentos políticos y sindicales como cómplices necesarios de los planes de la oligarquía monopolista, sobre todo la financiera, nacional y europea".


"El PSOE reedita una vez tras otra su función de pilar fundamental de la perpetuación de los poderes económicos y los aparatos del Estado de la Dictadura"


"La historia muestra, una y otra vez, que lo que más teme la burguesía es la fuerza organizada de la clase obrera y que a debilitarla y dividirla dedica sus mayores esfuerzos".


Ángeles Maestro médica, comunista y portavoz de la plataforma contra la privatización de la sanidad pública muestra el camino desgarrador que para la clase trabajadora han adoptado los sucesivos gobiernos, al servicio de la élite económica. Lamenta "el desmoronamiento de la sanidad pública" que es "condición necesaria para el negocio privado" y entiende que "es imprescindible desenmascarar al gobierno "progresista" y a sus instrumentos políticos y sindicales como cómplices necesarios de los planes de la oligarquía monopolista, sobre todo la financiera, nacional y europea", y considera que "el PSOE reedita una vez tras otra su función de pilar fundamental de la perpetuación de los poderes económicos y los aparatos del Estado de la Dictadura". Advierte de que "la historia muestra, una y otra vez, que lo que más teme la burguesía es la fuerza organizada de la clase obrera y que a debilitarla y dividirla dedica sus mayores esfuerzos". Y aventura que "están por nacer las nuevas formas de organización y de lucha que correspondan la situación radicalmente diferente en la que nos adentramos".


Juanjo Basterra - Desde los años setenta con la crisis del petróleo se nos dice que el capitalismo/neoliberalismo utiliza las crisis de forma periódica para eliminar derechos conquistados por la clase trabajadora con sangre, sudor y lágrimas. ¿En la actual crisis económica derivada o a raíz de la pandemia qué va a pasar? ¿Parece que estamos en "stand-bay" (expectativa) a la espera de algo?


Nines Maestro - Es importante entender lo que está pasando porque nos esperan tiempos muy duros, que al mismo tiempo pueden abrir oportunidades de cambios en profundidad si sabemos aprovecharlos. Las crisis son consustanciales al capitalismo. En esta crisis, que efectivamente se inicia en la década de los 70 del siglo pasado hay aspectos radicalmente diferentes a otras sucedidas en la historia del capitalismo. A finales de los años 90 y comienzos del siglo XXI, coincidiendo con los gigantescos avances en la informática y las comunicaciones, el descubrimiento de nuevos materiales y los hallazgos en biotecnología, entre otros, debería haberse iniciado una fase sostenida de crecimiento. Veinte años después, lo que nos espera es un hundimiento de las economías centrales del imperialismo euro-estadounidese de dimensiones desconocidas.


Las épocas de crisis son momentos de gran inestabilidad, tanto porque la tarta se reduce y se intensifican las contradicciones y enfrentamientos intercapitalistas –con la consiguiente aparición de grietas en las estructuras de poder como porque ya no hay migajas que repartir y los oprimidos no aceptan ya seguir gobernados como antes. Es decir, el capital hace su tarea intentando mantenerse a flote anulando conquistas obreras. El gran interrogante es si las clases oprimidas sabremos hacer la nuestra.


Por otra parte, es importante señalar que el capitalismo también se equilibra, absorbiendo en su dimensión política y mediante el Estado, a las clases o fracciones de clase (a sus representantes) que se rebelan de forma espontánea. El gobierno multicultural, multirracial y multigénero de Biden es una muestra de esto.


J.B. - Aunque lo podemos suponer, a tu juicio, ¿por qué la sanidad privada está ganando cada vez más terreno a la sanidad pública? No es de hace un año, sino que lleva un camino ascendente de décadas: desde la concertación de servicios con hospitales privados a la "autoconcertación", como se denomina en la Comunidad Autónoma Vasca, a que determinado personal médico pueda realizar "horas extras" en su centro hospitalario, por ejemplo. ¿Es imparable?


N.M. - El proceso de privatización de la sanidad, que lleva décadas desarrollándose, obedece exactamente, por un lado a las condiciones de la lucha de clases y por otro, a la dinámica de la crisis general del capitalismo.


1. La victoria sobre el fascismo y la liberación de la mayor parte de los países europeos fue llevada a cabo por la URSS y por las guerrillas partisanas, buena parte de ellas dirigidas por comunistas; es decir, tuvo un importantísimo componente de clase. Este hecho, junto al fuerte crecimiento económico posterior y la intensificación del saqueo imperialista de los países dependientes (cada vez hacen falta más toneladas de azúcar para comprar un tractor, decía Fidel) explican la creación de las potentes estructuras de servicios públicos después de la II Guerra Mundial. Lo llamaron Estado del Bienestar, término impregnado de ideología burguesa, para adaptarlo a su tesis de "final de la historia", pero duró poco, hasta la crisis de los 70.


Este proceso de anestesia de la lucha de clase se acompañó de la cooptación y el soborno de dirigentes de organizaciones obreras, que en el plano sindical supuso la aceptación de la ideología de la competitividad –que implicaba la aceptación de la destrucción masiva de derechos que vendría después– y en el político, la plena inserción de los partidos comunistas del orden establecido –vía eurocomunismo– y que llevó a su autodestrucción.


2. Las privatizaciones de grandes empresas públicas estratégicas (energía, comunicaciones, transporte, agua, etc.) vendidas a precio saldo, en régimen de cuasi monopolio (Endesa, Iberdrola y Gas Natural dominan el 90% del mercado) y con clientela cautiva, dado que venden productos de primera necesidad, es la opción de un capitalismo en crisis que huye de otros sectores productivos. En el Estado español ese proceso se inició en la década de los 80 impulsado por la entrada en la CEE.


El siguiente paso fue la penetración del capital en los servicios públicos, especialmente en la sanidad, que se lleva una parte muy importante de los presupuestos del Estado. Las formas de privatización son muy variadas pero la esencia es la misma: el dinero público financia y el beneficio es privado.


La 'autoconcertación' que mencionas, para disminuir las listas de espera, debe entenderse como una forma de penetración de la lógica mercantil: tantas operaciones haces, tanto te pago. En lugar de ampliar las estructuras públicas con plantillas suficientes, se da lugar a perversiones como la generación artificial de indicaciones quirúrgicas o disminuir el rendimiento en horario normal, habida cuenta de los suculentos ingresos adicionales que se generan.


J.B. - Está claro que lo que se privatiza reporta beneficios para la empresa o grupo adjudicatario. ¿Podemos estar tranquilos los y las trabajadoras con esas decisiones, si añadimos que se privatiza lo que mayor valor añadido genera?


N.M. - La privatización de la sanidad, en todas su formas, es un procedimiento absolutamente perverso que pagan los pacientes con su salud y su vida, pero que está amparado por leyes de ámbito estatal. Los conciertos con la sanidad privada están regulados por el artículo 90 de la LGS de 1986, gobernando el PSOE con mayoría absoluta, y la gestión de centros públicos por el capital privado, por la Ley 15/97, votada por PP, PSOE, PNV, CiU y CC. Esta última, además, fue saludada con gran satisfacción por CCOO al día siguiente de la votación parlamentaria.


La explicación concreta de los diversos mecanismos sobrepasa los límites de esta entrevista, pero esencialmente consta de varios procesos interconectados:


Los hospitales privados son, en general, lujosos hoteles con gran precariedad, tanto en la cantidad y cualificación del personal, como en los recursos disponibles. El ejemplo más claro son las clínicas de partos: lujosas instalaciones hoteleras, sin neonatólogos en presencia, sin UVI para recién nacidos, etc. Los partos complicados se derivan a la pública, con grave riesgo para la madre y el feto. Las parálisis cerebrales, son algunas de las consecuencias.


Selección de pacientes y procesos rentables, sobre todo la cirugía de mediana o pequeña complejidad. Todos los tratamientos costosos se dejan para la sanidad pública. En los hospitales de gestión privada una UVI móvil instalada en la puerta deriva a la pública pacientes mayores con patologías crónicas múltiples o que requieran intervenciones costosas.


Los hospitales de gestión privada priorizan a los pacientes en función de los ingresos que reportan, como los de aseguradoras privadas sobre los de la sanidad pública e independientemente de la gravedad de la patología.


La concertación de las listas de espera con la sanidad privada se hace mediante el pago "por proceso". Este mecanismo genera una sobreindicación de intervenciones quirúrgicas rentables, exactamente igual que en la "autoconcertación" citada.


Todo este desastre, amparado legalmente, es ejecutado planificadamente por las consejerías de sanidad de todos los colores políticos, a la velocidad que permiten las luchas y las resistencias populares. Sus beneficiarios son los grandes bancos, fondos de capital riesgo, empresas multinacionales de todo tipo que han logrado hacerse con la gallina de los huevos de oro: presupuestos públicos, clientela asegurada, selección de riesgos, precariedad laboral y plantillas lo más pequeñas posibles, ausencia generalizada de controles de calidad por parte de las administraciones y suculentos beneficios privados.


Los hospitales públicos desde los años 90, así como los privados o de gestión privada, subcontratan multitud de servicios: cocinas, limpieza, ambulancias, seguridad, celadores, laboratorios, radiología, etc. Además de un caos organizativo la subcontratación asegura ganancias a la empresa a costa de la precariedad y la escasez de las plantillasimplica un deterioro grave del servicio con consecuencias para la salud y la vida. Por ejemplo, la privatizacion de los servicios de limpieza ha supuesto importantes incrementos de la mortalidad por infecciones hospitalarias, que son ya la primera causa de muerte en estas instituciones.


Este complejo proceso tiene su par dialéctico en el deterioro de la sanidad pública, planificado desde las diferentes administraciones mediante recortes del gasto, y sobre todo del personal. El desmoronamiento de la sanidad pública es condición necesaria para el negocio privado, que no sólo parasita el presupuesto público vía conciertos o gestión de centros, sino que ve aumentar exponencialmente las pólizas de seguros, precisamente por el deterioro de los servicios públicos.


J.B. - ¿Ocurre lo mismo con las pensiones, verdad? ¿Cree que las recomendaciones del Pacto de Toledo, sólo rechazadas por la CUP en el Congreso, fortalecen el sistema privado de pensiones ante la merma prevista para el sistema público después de más de 35 años de cotización?


N.M. - El ataque a las pensiones públicas viene de muy lejos y forma parte de la misma estrategia del capitalismo en crisis de penetrar en todos los sectores públicos capaces de generar beneficios. La primera huelga general contra el recorte de las pensiones, convocada en solitario por CCOO fue en 1985. En 1995 se crea en el Congreso de los Diputados el Pacto de Toledo para ir engrasando la privatización todo lo que permita la lucha de clases.


El robo de las pensiones públicas que son propiedad, en sentido estricto, de toda la clase trabajadora es el objetivo principal de la fracción dominante de la burguesía, la financiera. Este lobby, integrado por los grandes bancos, empresas de seguros y fondos de inversión, es el que dirige el Banco Central Europeo. Desde esta cueva de ladrones es desde la que, con el chantaje de la Deuda, el Tratado de Estabilidad de la Zona Euro y ahora con la extorsión del acceso a los 140.000 millones de euros del Fondo de Recuperación de la pandemia, se pretende avanzar en la privatización.


La lucha de la clase obrera pensionista encabezada en muchos lugares por antiguos dirigentes obreros, radicada en cada pueblo y ciudad del Estado y que tiene en su vanguardia al movimiento vasco de pensionistas es un muro contra el que hasta ahora se han estrellado. Su combate sostenido, aún a pesar de la pandemia, ha ido desenmascarando todas las farsas construidas, como aquella de Zapatero de congelar las pensiones para reducir el déficit y obtener 1.500 millones de euros, mientras se desgravaban (y se siguen desgravando) 2.000 millones anuales a los planes de pensiones privados.


La defensa de la independencia de este movimiento del "gobierno progresista" y del sindicalismo sobornado, está derrochando firmeza e inteligencia, habida cuenta –por poner un pequeño ejemplo que uno de los mayores planes de pensiones privadas es el de los funcionarios del Estado, constituido sin contar con ellos y gestionado por el BBVA, CCOO y UGT.


J.B. - ¿El Gobierno español "de izquierdas" está vendiendo a la clase trabajadora? Dijeron que echarían atrás las reformas laborales, entre otras, pero continúan sin derogarlas. ¿Qué está ocurriendo?


N.M. - El gobierno no está vendiendo (en el sentido de traicionando) al proletariado porque representa a otras clases como sectores de la aristocracia obrera y la pequeña burguesía. Nunca representaron los intereses de la clase trabajadora. Otra cosa es la palabrería engañosa con la que durante algún tiempo consiguieron encauzar la indignación.


Ahora está sucediendo, a ritmo de farsa, el drama que vivió el pueblo griego con Syriza. A las clases dominantes representadas y dirigidas por la UE no les tiembla el pulso al aplicar las políticas más duras para asegurar sus beneficios; sobre todo en tiempos de crisis cuando también a ellos les cruje el suelo bajo los pies.


No hay nada que esperar que no sea el resultado de la intensificación de la lucha de clases. La historia muestra una y otra vez que lo que más teme la burguesía es la fuerza organizada de la clase obrera y que a debilitarla y dividirla dedica sus mayores esfuerzos. El pulso permanente, histórico, se libra en la relación entre las luchas parciales, los logros concretos y los objetivos revolucionarios de conquista del poder. Sin éstos las conquistas son efímeras y la derrota, como se vio en la Transición, está asegurada.


Si miramos hacia nuestra propia historia, el PSOE reedita una vez tras otra su función de pilar fundamental de la perpetuación de los poderes económicos y los aparatos del Estado de la Dictadura, incluidos los nuevos ricos producto de las privatizaciones sin fin. Para ello, y según los avatares de la lucha de clases, necesita de vez en cuando sentar en su Consejo de Ministros a figuras que sirvan de señuelo temporal de que algo puede cambiar o simplemente, como ahora, para agitar el espantajo de la extrema derecha y que el pueblo se convenza de que la cosa podría ser peor. Todo ello mientras la autodestrucción de la supuesta izquierda que muerde el anzuelo se produce cada vez más rápidamente, tras la comprobación práctica del esperpento representado por sus ministros y ministras.


El resultado es que, efectivamente, nunca se ha dejado de gobernar al servicio de los intereses del capital y que el cambio de caras y de siglas reproduce, por ahora sin fin, el método de la expresión política de las clases dominantes: modificar algo para que todo permanezca.


La prueba de que las clases dominantes son conscientes de que están sentadas sobre un polvorín y de que, como decía Lenin, se está acumulando material altamente inflamable de la mano de la hecatombe social que se avecina, es precisamente el aumento sostenido de los presupuestos militares y de seguridad, precisamente cuando los servicios públicos se desmoronan.


J.B. - Aumenta de forma desorbitada la electricidad, sin embargo las pensiones lo hacen a un 0,9% y el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) se congela, porque dice Pedro Sánchez y su equipo que no se puede cargar con más costes a las empresas. Entre 2008 y 2019, según los datos de la Central de Balances del Banco de España, las empresas no financieras acumularon unos beneficios netos ordinarios de 797.145 millones. ¿Se refiere a esto el presidente del gobierno "de izquierdas" del Estado español? Por otro lado, nos dicen que estamos en crisis y que no hay dinero, pero vemos como unos pocos superprivilegiados cada vez aumentan su riqueza, mientras que cada vez pagan menos impuestos. ¿Qué se puede hacer?


N.M. - Efectivamente y sobre todo aumentan sus beneficios precisamente las multinacionales que venden productos de primera necesidad en régimen de monopolio. Para entender mejor este saqueo basta tener en cuenta que tres expresidentes del gobierno, 20 exministros y ministras y varias decenas de secretarios de Estado del PSOE, del PP y de las derechas nacionalistas, han pasado de "regular" el mercado eléctrico a sentarse en los consejos de administración de las multinacionales de la electricidad. Lo mismo sucede con otros sectores, incluida la sanidad, donde tanto las aseguradoras privadas como la industria farmacéutica premian a los ex altos cargos por los servicios prestados. Esto no es la excepción, es la regla. Es el capitalismo.


Y todo eso sucede mientras en los barrios obreros, aquellos en los que se ceba la pandemia, el hambre acecha y tras el paro llega el abismo de los cortes de electricidad, gas y agua o el desahucio. Los datos son concluyentes: más de cinco millones de personas están viviendo con menos de 16 euros/día, la mitad de los niños pasa frío en sus casas durante el invierno y casi ocho millones de personas viven con goteras o humedades.


Son esas mismas empresas y esos mismos bancos los que han hecho aprobar contrarreformas fiscales que han ido reduciendo progresivamente su tributación hasta niveles irrisorios, de forma que si la fiscalidad fuera la de Suecia aumentara la recaudación anual en más 150.000 millones (más del doble del gasto estatal en sanidad). Son los mismos que se benefician del escándalo de las SICAV o las empresas del IBEX que mantienen más de 800 filiales en paraísos fiscales. Son esos bancos y multinacionales a los que rescatamos con cientos de miles de millones de dinero público y son esos mismos capitalistas los que esperan que recibir los 140.000 millones de euros del Fondo de Recuperación que la UE ha consignado a cambio de que vaya a parar como conditio sine qua non a "formas de colaboración público-privada".


Y actúan, no solamente contra la clase obrera, sino contra la pequeña y la mediana empresa llevando a la ruina miles de negocios y a cientos de miles de trabajadores y trabajadoras. Pero, ¿de qué sirve lamentarse o desgañitarse acusándoles? Es la dictadura del capital y la ejercen con mano de hierro, sobre todo en tiempos de crisis.


Y aumenta el descaro de los pelotazos. Recuerdo el escándalo de los directivos de Pfizer-NBiotech y Moderna, cuyas empresas ya habían apalabrado la venta de millones de dosis de vacunas a los gobiernos de la UE y de EEUU. Esos CEO, mediante el procedimiento de anunciar buenos resultados de los ensayos clínicos de sus vacunas –sin ningún documento acreditativo– se embolsaron varios millones de euros en un día, vendiendo gran parte de sus acciones aprovechando importantes subidas de la bolsa que ellos mismos provocaron.


Sin embargo, los miles de millones de beneficios que se reparten no deben hacernos pensar, como equivocadamente hacen algunos, que "no es una crisis, es una estafa". Es una crisis, gigantesca, pilotada por los representantes del robo y el crimen organizado más grande de la historia: el capitalismo.


Y es importante saberlo, no sólo porque es real, sino porque como decía más arriba, las épocas de crisis son tiempos de duros enfrentamientos inter-capitalistas en los que su poder es más vulnerable; y al mismo tiempo, y sobre todo, porque son momentos en los que el tinglado de legitimación del gobierno de la burguesía se desmorona y las clases oprimidas pueden fortalecerse relativamente e identificar con más claridad a los responsables de sus desgracias.


J.B. - En este sentido, nos recuerdan desde el Gobierno español la necesidad de aceptar el dinero que llegará de Bruselas por la crisis actual. A cambio, plantean 120 reformas. ¿Tenemos que temerlas? ¿A quienes van a beneficiar esos fondos?


N.M. - No sabemos todavía de dónde salió el Covid 19, pero sí sabemos que apareció cuando estaba a punto de estallar una nueva y enorme réplica de la crisis económica que el capitalismo soporta desde hace décadas y cuando la situación social era ya explosiva en muchos países.


Tras casi un año de pandemia estamos ante la evidencia de que las clases dominantes la están utilizando en dos direcciones fundamentales:


1º. Neutralizar mediante el miedo, el aislamiento y el control prácticamente total de los medios que retroalimentan el pánico y la inseguridad, la capacidad de respuesta popular ante la hecatombe social y económica que se abate, sobre todo, sobre la clase obrera.


2º. Intensificar el saqueo de las arcas públicas, precisamente bajo el pretexto de la crisis sanitaria, económica y social.


La oligarquía financiera y las multinacionales de la energía, es decir las fracciones dominantes del capital que controlan el BCE y la Comisión Europea, han diseñado para su beneficio las reformas y los mecanismos necesarios para que los Fondos de Reconstrucción de la UE caigan en sus manos; incluidos por supuesto, los destinados a sanidad, que hoy más que nunca es la gallina de los huevos de oro.


Se ha conocido en estos días el Informe del Corporate Europe Observatory que da cuenta de cómo, sobre todo desde 2017, se lleva a cabo un plan de coacciones y sobornos destinado a asegurar la penetración y la preponderancia del capital privado en la sanidad y en los servicios sociales. El Informe destaca como la mercantilización y privatización de una sanidad pública enormemente deteriorada han sido factores determinantes de la incapacidad para hacer frente a la pandemia. Al mismo tiempo alerta sobre el protagonismo en el seno de la Comisión Europea de empresas consultoras como la McKinsey que jugó un papel decisivo en la privatización del National Health Service (NHS) británico.


J.B. - ¿Tiene sentido esperar que votando a partidos de izquierda se resuelvan nuestros problemas o hay que buscar las soluciones por otro sitio?


N.M. - Hoy más que nunca esa esperanza es un espejismo suicida para los trabajadores y trabajadoras. y para los sectores populares. El contexto económico del Estado español es el de una carrera hacia el abismo, con un derrumbe de los sectores fundamentales –turismo y construcción– con una deuda disparada y una UE que exige recortes y privatizaciones de lo que queda en manos públicas ("estabilidad presupuestaria", le llaman).


De los 140.000 millones de los Fondos de Reconstrucción, dinero público, por supuesto, llegará este año apenas el 10%, y sólo tras comprobar que se han ejecutado las consiguientes "reformas" y sólo para la llamada "transición energética y digital". Curiosamente el aborregamiento político, que cada día llega a cotas más altas, ha permitido que nadie cuestione por qué y en función de qué autoridad la UE, es decir, la oligarquía europea y nacional, ha decidido que esos dos son los sectores prioritarios para la "reconstrucción" que se regarán con nuestro dinero. En realidad se trata de camuflar tras algún concepto "moderno" y más o menos ambiguo el hecho incontrovertible de que pretenden aprovechar la "emergencia" y las "alarmas", es decir, nuestro muertos, para seguir amasando millones.


Sólo un ciego podría no ver el desastre que se avecina para muchos millones de personas, para la inmensa mayoría, y es evidente que este Gobierno, autoproclamado "el más progresista" ni quiere, ni puede enfrentar a los poderes que nos conducen al precipicio. El fracaso de la coalición Podemos–IU, que agita el espantajo de Vox para justificarse, es cada día más evidente y va camino de su destrucción. Si se mantiene en el gobierno es porque sigue prestando al capital el gran servicio de obstaculizar la reconstrucción de la fuerza obrera y popular que tome en sus manos las riendas de sus vidas.


Esta situación es, y será, cada vez más evidente, porque para las clases populares arrancar las riendas de quienes les conducen al abismo aparecerá claramente como una cuestión de vida o muerte. Están por nacer las nuevas formas de organización y de lucha que correspondan la situación radicalmente diferente en la que nos adentramos. En ese camino es vital tener bien claro contra quien luchamos y saber que el capital se propone cumplir sus objetivos a toda costa, por supuesto a costa nuestra, de nuestra salud, de nuestras vidas y de las de nuestro hijos.


El pilar fundamental del que partir es la reconstrucción de la independencia de clase. Para ello es imprescindible desenmascarar al gobierno "progresista" y a sus instrumentos políticos y sindicales como cómplices necesarios de los planes de la oligarquía monopolista, sobre todo la financiera, nacional y europea. Son ellos los que venden al capital dos preciados instrumentos, su colaboración desde los gobiernos y su contribución al debilitamiento del movimiento obrero y popular.




Ese "podemos" desde las instituciones, esa esperanza inútil –tantas veces reeditada– de que más diputados o más sillones ministeriales permiten cambiar algo, hay que enterrarla bien hondo en el basurero de la historia.


La construcción del nuevo poder obrero y popular deberá levantarse sobre formas nuevas, las que corresponden a las posibilidades y necesidades actuales de la nueva clase obrera, del nuevo proletariado; y también sobre la ineludible relectura de nuestra historia, la de aquí y la de los intentos revolucionarios ocurridos en otros tiempos y en otros lugares, para poner a punto la teoría y la práctica necesarias para enfrentar los tiempos difíciles que se avecinan.


J.B. - Por último, ¿en qué situación se encuentra la causa que la Audiencia Nacional os abrió a ti y dos compañeras por la solidaridad con el Pueblo Palestino? Lo puedes explicar en unas pocas palabras.


N.M. - Precisamente en estos días nos ha llegado el Auto de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional comunicándonos la conclusión del sumario y el sobreseimiento provisional de las actuaciones, al no apreciar delito de financiación o enaltecimiento del terrorismo. Aunque no sabemos bien el alcance de ese "provisional", entendemos que ha sido una importante victoria del movimiento de solidaridad que, a través de nosotras, ha expresado el inequívoco a poyo a la legítima lucha del pueblo palestino.


A pesar de lo absurdo de las acusaciones, no más que otras dirigidas contra otras organizaciones o personas, siempre hemos sido conscientes de que lo que pretende el sionismo es amputar, mediante el miedo o la represión, la solidaridad con una causa que, muy a su pesar, está profundamente arraigada en la conciencia de los pueblos.


Así lo hemos entendido nosotras y la Plataforma, que nos ha apoyado organizando muchas decenas de actos en todo el Estado que eran genuinamente la reivindicación del internacionalismo y de la solidaridad con un pueblo que representa, mejor que nadie, la dignidad de los oprimidos y la resistencia anti-imperialista.


Desde aquí hago un llamamiento a continuar desarrollando esa solidaridad, potenciando la campaña internacional "Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS)" y denunciando sin miedo al sionismo, con el convencimiento de que la lucha del pueblo palestino es la clave de bóveda de la Resistencia de los pueblos de Oriente Medio y que la bandera palestina expresa la insobornable lucha de los pueblos, que es al mismo tiempo nacional e internacionalista.





28 enero, 2021

Comunicado de Pablo Hasel ante su inminente encarcelamiento



LA HAINE – 28/01/2021


Comunicado ante mi encarcelamiento inminente:


En 10 días vendrá a secuestrarme a la fuerza el brazo armado del Estado para encarcelarme porque no voy presentarme de forma voluntaria en prisión. No sé ni a que cárcel me llevarán ni cuánto tiempo. Entre todas las causas que acumulo por luchar, unas con condenas pendientes de recurso y otras de juicio, puedo pasar hasta casi 20 años en prisión. Este constante acoso que sufro desde hace muchos años y que se materializa más allá de las condenas de cárcel, no sólo es debido a mis canciones revolucionarias, también por mi militancia más allá de la música y escritura. La propia Fiscal reconoció literalmente: “es peligroso por ser tan conocido e incitar a la movilización social”. Llevar a la práctica la lucha de la que hablo en mis canciones es lo que me ha puesto especialmente en el punto de mira, además de apoyar a organizaciones que han combatido al Estado, ser solidario con sus presos políticos y crear conciencia denunciando las injusticias señalando alto y claro a sus culpables.


Es muy importante tener claro que no es un ataque sólo contra mí, sino contra la libertad de expresión y por tanto contra la inmensa mayoría que no la tenemos garantizada como tantas otras libertades democráticas. Cuando reprimen a uno, lo hacen para asustar al resto. Con ese terrorismo quieren impedir que se denuncien sus crímenes y políticas de explotación y miseria, no podemos permitirlo. Saben que no voy a claudicar por estar preso, por eso lo hacen especialmente para que el resto lo haga. Por no interiorizar que es una agresión contra cualquier antifascista, ha faltado solidaridad para evitar mi encarcelamiento como tantos otros. El régimen se crece ante la falta de resistencia y cada día nos quita más derechos y libertades sin pensárselo dos veces a la hora de tocarnos, necesitamos organizar la autodefensa ante sus ataques sistemáticos. Muchas personas me escribís preguntando qué podéis hacer. Hace falta mucha difusión para que todo el mundo se entere de lo que hacen y se tome conciencia, pero sobre todo urge la organización no sólo para llevar la solidaridad a los hechos en las calles y coordinarla bien, también para defender todos los derechos que pisotean con impunidad.


También es necesario señalar al tan mal llamado Gobierno "progresista" por permitir esto y tanto más, mientras protegen a la Monarquía y le aumentan el presupuesto, no tocan la ley mordaza y otras leyes represivas, han añadido además la “ley mordaza digital”, siguen teniendo las cárceles llenas de luchadores en pésimas condiciones, además de otras políticas contra la clase trabajadora. Qué duda cabe de que si nos encarcelaran con un gobierno de PP y VOX habría mucho más escándalo, pero son estos farsantes quienes diciéndose de izquierdas ni se han opuesto firmemente a esto.


No voy a arrepentirme para reducir la condena o evitar la cárcel, servir a una causa justa es un orgullo al que jamás voy a renunciar. Si me liberan antes de finalizar la condena será porque la presión solidaria lo conquista. La cárcel es otra trinchera desde la que seguiré aportando y creciendo, como tantas otras personas yo empecé a luchar inspirado por el ejemplo de resistencia y otros aportes de numerosos presos políticos. Espero que este grave atropello sea aprovechado para sumar más personas a la lucha contra el Régimen enemigo de nuestra dignidad, que si me encarcelan para silenciar el mensaje tenga mucha más voz y salgan perdiendo. Respetando el exilio, decidí quedarme aquí para que esta oportunidad sea aprovechada para desenmascararlos aún más. Este golpe contra nuestras libertades puede tornarse contra ellos, pongámonos manos a la obra.

Pablo Hasél.



El excedente — Richard Wolff

 


[fragmento] Traducción del inglés: Arrezafe

Vídeo original completo aquí.


Pensemos en esto. Una de las cosas que hace toda comunidad, que normalmente desconoce, pero que la conforma, es lo siguiente. Toma una parte de sus miembros, –si es una comunidad de cien, toma 20, si se trata de una comunidad de 50.000, toma X–, y asigna a esas personas una función específica: usar su cerebro y sus músculos para hacer cosas, para tomar cosas de la naturaleza, digamos que un árbol para hacer una silla, una oveja para hacer una prenda de lana, o lo que sea. Pero en la sociedad hay muchas personas que no están obligadas a hacer nada de eso. Algunas de ellas son inmediatamente reconocibles: a un niño de dos años no se le va a pedir que haga eso que llamamos trabajo, y por por razones comprensibles, tampoco a otra de 89.


Lo cual significa que en toda sociedad, dice Marx, las personas que realizan el trabajo siempre han de producir más de lo que ellas mismas  consumen, de lo contrario, muchas personas que forman parte de esa sociedad no podrían sobrevivir. De alguna manera tiene que haber un excedente producido por quienes trabajan, para que a aquellas que no trabajan: niños, ancianos, enfermos y otros, se les proporcione alimento, ropa y vivienda, imprescindibles para vivir.


Marx dice. Lo que ocurre es que cada sociedad difiere en el modo de organizar y administrar este excedente que la clase trabajadora produce. (La palabra que utilizan los marxistas para denominar dicho excedente, en el cual centran su atención, es plusvalía).


Así pues, toda sociedad produce un excedente. En lo que difiere una sociedad de otra es en determinar quién produce el excedente, quién decide su cuantía y quién la manera de trasladar dicho excedente, de las personas que lo produjeron a las personas que lo necesitan para vivir, pero que no participan en su producción. Cómo se resuelven todas estas cuestiones y cómo moldean la política, la cultura, el arte y la música...


En otras palabras, si quieres entender la política, la cultura, el arte, la música, la historia, será mejor que entiendas algo tan básico como la producción y distribución del excedente. Eso se llama, en el marxismo, análisis de clase. La clase de las personas que producen el excedente, en relación con la clase de las personas que viven merced a su distribución.


Solo para daros una idea ilustrativa. He aquí una posible forma de hacerlo. Las personas que producen un excedente pueden, ellas mismas reunidas en asamblea, decidir qué hacer con él. Y lo distribuyen entre los bebés, los ancianos, los músicos y entre cuantos ellos piensen que ha de ser distribuido. ¿Que quieren tener a alguien que toque la mandolina mientras trabajan, alguien a quien habrá que alimentar y proveer de lo necesario?, pues destinan parte del excedente a ello.


Pero podríamos tener un sistema diferente. Podríamos tener un sistema en el que la gente que produce el excedente fuesen, vamos a darle un nombre: esclavos. Oooh… Entonces sabemos enseguida quién se apropiará del excedente ¿no? El amo. ¿Y quién decidirá qué hacer con el excedente? El amo, que es quien lo posee. Es una configuración muy distinta en la que, puedes estar seguro, el amo distribuirá ese excedente de manera diferente a como lo harían los trabajadores si dispusieran de él. 


Una cooperativa obrera significa que los trabajadores que producen el excedente son las mismas personas que deciden qué hacer con él. Y eso establece la diferencia frente al capitalismo, la esclavitud o el feudalismo.


En la esclavitud, los esclavos producen este excedente que los amos se apropian y distribuyen. En el feudalismo, los siervos producen un excedente del que los señores se apropian y distribuyen. En el capitalismo, los empleados producen el excedente del cual el empleador se apropia y decide qué hacer con él.


La revolución, la idea marxista, dice: tenemos que deshacernos de esta dicotomía. No más de todo esto. No queremos esclavitud, no queremos servidumbre y tampoco queremos proletariado asalariado. Porque no queremos que una pequeña minoría, amo, señor o empresario, decida cuál es y qué se va hacer con el excedente, cuando las personas que lo han producido quedan excluidas de dichas decisiones. Esta es una cuestión fundamental.


Lo mismo para los agricultores. Por ejemplo, podríamos tener una agricultura realizada por esclavos y amos. Eso es lo que tuvimos en el sur de Estados Unidos durante mucho tiempo. Teníamos el algodón, por ejemplo, cultivado por esclavos, y amos, que se apropiaban del excedente e hicieron bellísimas mansiones que aún hoy podemos ver allá en Luisiana. Hicieron lo que les dio la gana con el excedente. Los esclavos lo produjeron, los amos decidieron cómo usarlo. O en el caso de Francia, donde los campesinos produjeron un enorme excedente del que los señores feudales se apropiaron y usaron para construir el Palacio de Versalles, que hoy puedes visitar como turista y maravillarte. ¿Y qué? ¿Creéis que los campesinos que se partieron el culo entonces habrían empleado el excedente en hacer un jardín como ese, para que tres personas se pasearan por él cada cuatro noches? No, no, no habrían hecho eso.


Jeffrey Bezos recolecta el excedente de cientos de miles de personas involucradas en la monumentalmente importante tarea de entregar paquetes. Es un repartidor de paquetes. Es la persona más rica del mundo porque, ¡obviamente, cualquier sociedad racional querría regalar una inmensa fortuna a alguien que entrega paquetes! Pero, seamos justos, entrega paquetes... ¡velozmente! Así pues, ¡por supuesto que debería tener ciento cincuenta mil millones de dólares! Es el número uno en la lista de multimillonarios de Bloomberg. Recientemente se divorció de Mackenzie, su esposa, y en virtud del divorcio ella obtuvo treinta y nueve millones, por lo que se convierte en la 22ª persona más rica del planeta por ser su ex esposa.


Dicho así, entre nosotros, ¿pensáis que si los trabajadores que producen el excedente para Amazon, toda esa gente que lleva tu paquete rápidamente a tu casa, se unieran para decidir qué hacer con ese excedente que su trabajo ha producido, creéis que se lo darían al señor Bezos para que...? Por cierto, una de las cosas que él, muy entusiasmado, está haciendo. Está organizando un viaje planetario, quiere ir a la luna y está gastando una fortuna para desarrollar los cohetes que lo llevarán hasta ella. Oooh...


¿Creéis que la gente que suda en sus talleres haría eso, gastar el excedente en la construcción de un cohete que lleve a ese hombre a la luna?


Mi esperanza es que los estadounidenses,  testigos de esta situación, probablemente digan: ¡Sí¡ !Échenle de aquí!




25 enero, 2021

Aumentan muerte y pobreza, aunque no tanto como la riqueza de los ricos

 


Elon Musk se convierte en la persona más rica del mundo, mientras el número de muertes a causa de la pandemia rompe récords.

Jessica Goldstein / Tom Hall

WSWS.org – 11/01/2021

Traducción del inglés: Arrezafe


La semana pasada, el fundador y director ejecutivo de Tesla y SpaceX, Elon Musk, superó al director ejecutivo de Amazon, Jeff Bezos, para convertirse en el ser humano más rico del planeta, con un patrimonio neto de 189.000 millones de dólares.


Bezos y Musk se han convertido en los abanderados del enriquecimiento masivo de los multimillonarios del mundo durante la pandemia. Desde principios del año pasado, las 500 personas más ricas del mundo aumentaron su riqueza en 1,8 trillones de dólares, y por primera vez, los multimillonarios del mundo controlan hoy más de 10 trillones de dólares.


Bezos y Musk por sí solos representan una parte significativa de este aumento. Desde marzo de 2020, Jeff Bezos ha aumentado su riqueza en aproximadamente 72.000 millones de dólares, según Forbes. Sin embargo, la riqueza de Musk aumentó en 165 mil millones de dólares en el transcurso de un año que ha estado marcado por extraordinarios niveles de sufrimiento general y muerte en los Estados Unidos y en todo el mundo.


Según Worldometer, el mismo día que Musk se convirtió en la persona más rica del planeta, 4.245 personas murieron a causa del COVID-19 en Estados Unidos. Según el Departamento de Trabajo de EEUU, a finales de año, 10,7 millones de trabajadores estadounidenses permanecían oficialmente desempleados y, según el análisis de los datos del censo realizado por el Instituto de Política Económica, 50 millones de estadounidenses, incluidos 17 millones de niños, habían pasado hambre debido a los efectos de la pandemia en la economía.


[…] la estrecha relación de Musk con la administración Trump (se sentó en el consejo asesor empresarial del presidente en 2017 y elogió el apoyo de Trump a sus iniciativas comerciales en las elecciones de 2020) bien puede indicar su apoyo al intento de derrocar violentamente la Constitución de Estados Unidos, o al menos una actitud de "esperar y ya veremos".


[...] independientemente de los cálculos inmediatos de Musk, el impulso hacia el fascismo es el resultado inevitable de los asombrosos niveles de desigualdad que existen en los Estados Unidos y en todo el mundo, incompatibles con formas democráticas de gobierno. La respuesta de ambos partidos a la pandemia, que ha consistido en canalizar billones hacia Wall Street y obligar a los trabajadores a regresar a lugares de trabajo inseguros, puede resumirse en el sacrificio de cientos de miles de vidas humanas en pro de las ganancias de Wall Street.


Musk no es simplemente un beneficiario de estas políticas, sino que desempeñó un papel de liderazgo en su implementación. En mayo pasado, Musk violó las órdenes de cierre de locales y mantuvo la planta de ensamblaje de Tesla en Fremont, California, a pleno rendimiento.


En ese momento, Musk poseía "solo" 40.1 billones de dólares y era la 22ª persona más rica del mundo. A pesar de esta descarada violación de la ley, los demócratas de California no hicieron nada. Trump tuiteó en su apoyo:

"California debería permitir que Tesla y @elonmusk abran la planta, AHORA. ¡Se puede hacer de forma rápida y segura!"

Este fue un hito importante en la reapertura de la industria automotriz de EEUU, tras haber permanecido cerrada durante meses y tras una ola de huelgas salvajes a mediados de marzo.


Quizás más que nadie, Musk personifica el carácter parasitario de la oligarquía empresarial-financiera que domina la sociedad.


La riqueza de Musk es casi un puro producto de la burbuja del mercado de valores. Las empresas comerciales reales de Musk son comparativamente insignificantes. La principal fuente de su riqueza son sus acciones en Tesla, una empresa de vehículos eléctricos que controla menos del uno por ciento del mercado mundial de automóviles. Tesla entregó 499,550 autos en 2020, por debajo de su objetivo anual de 500,000 vehículos, según el sitio web Motley Fool.


En contraste, Toyota produjo 8,8 millones de vehículos a nivel mundial en el año fiscal 2019 a 2020, y General Motors vendió más de 6 millones de camiones y automóviles en todo el mundo en 2020.


Sin embargo, las acciones de Tesla, el fabricante de automóviles eléctricos con sede en California, cerraron a 816.04 dólares el jueves, un aumento del 8 por ciento con respecto al día anterior y del 20 por ciento en general en la primera semana de 2021. En el último año, el precio de sus acciones se ha disparado un 720 por ciento. La propia compañía ha alcanzado más de 760 mil millones de dólares en el mercado de valores, de acuerdo a BBC News, "más que el valor de mercado total de los fabricantes de automóviles Toyota, Volkswagen, Hyundai, [General Motors] y Ford juntos".


Además, Tesla ni siquiera es particularmente rentable. El mes pasado, Musk envió un correo electrónico desesperado a la gerencia exigiendo que Tesla encontrara formas de reducir costos de cualquier manera posible:

"Observamos que nuestra rentabilidad real es muy baja, alrededor del 1% durante el año pasado. Los inversores nos están dando mucho crédito por la rentabilidad futura, pero si en algún momento deducen que eso no va a suceder, ¡nuestras acciones serán aplastadas inmediatamente como un soufflé bajo un mazo!"

El aumento desproporcionado de las acciones de Tesla con respecto a sus actividades productivas reales es tan irreal, que el corresponsal de tecnología de la BBC, Rory Cellan-Jones, lo expresó sin rodeos: “Creer que el valor del fabricante de automóviles eléctricos podría aumentar tan rápidamente en solo 12 meses es el mejor ejemplo de desmesura irracional".


Sin embargo, y esto sin duda juega un papel importante en la adopción de Tesla por Wall Street, sus 48.000 trabajadores se encuentran entre los más explotados de la industria. Los trabajadores de la fábrica en su planta principal de Fremont, California, ganan entre 14 y 23 dólares la hora, según Glassdoor.com, apenas lo suficiente para pagar el alquiler mensual de un apartamento de dos habitaciones en el Área de la Bahía. Trabajan hasta 12 horas al día en condiciones que han provocado una tasa de lesiones tan alta, que la planta de Musk ha sido clasificada por el Consejo Nacional de Salud Ocupacional y La seguridad como uno de los lugares más peligrosos para trabajar en los Estados Unidos.


En cuanto a la compañía de cohetes SpaceX, es el foro en el que Musk da rienda suelta a sus aristocráticos delirios de poseer algún día todo el planeta Marte. El mismo día en que se convirtió en la persona más rica del mundo, Musk propuso vender la mayoría de sus posesiones, a excepción de todas sus acciones, para construir una ciudad colonial en Marte a través de SpaceX.


[…] El rápido ascenso de Musk es la encarnación de un orden social y económico, el capitalismo, que se ha alejado tanto de las necesidades de la sociedad que "debe provocar protestas sociales y una oposición política intransigente", como se señaló en la World Socialist Web Site en su Declaración de año nuevo. La sociedad ya no puede tolerar la acumulación de tan inmensas cantidades de riqueza en manos de tan pocos, riqueza que tiene su origen en la explotación de la clase trabajadora.