Las
contradicciones entre acumulación de capital y supervivencia de la humanidad y
del planeta alcanzan niveles ostensiblemente críticos, el complejo
militaro-industrial implementa cada vez más guerras para seguir su crecimiento
perverso. En este contexto aparece como un imperativo ético y político el
análisis medular de las guerras: no podemos ya contentarnos con las
explicaciones postizas y seudo antropológicas de “guerras tribales” o de “no
hay cultura de paz en esos pueblos”: pronunciamientos cuya naturaleza distila
colonialismo y constituye la argucia para evitar ir al centro del problema.
Evidentemente hay plétora de seudo estudios e instituciones que difunden,
algunos más sutilmente que otros, esas premisas cosméticas. Aquellos que tienen
un altísimo interés en impedir la comprensión de la realidad, y por
consiguiente la posibilidad concreta de transformación de la misma, financian
estos tanques de pensamiento.
1.
‘Cultura de Aceptación del Saqueo’ disfrazada de ‘Cultura de Paz’
Sería
digna de aguaceros de risas en una representación de teatro grotesco, la
existencia de “Estudios de Preservación del Medio Ambiente”, financiados por la
industria farmacéutica o petrolera, o bien la existencia de “Cátedras de
Cultura de Paz” cuya línea se dedica a esquivar el análisis de la raíz de la
guerra. Cátedras impartidas en Europa o EEUU, en países en los que radican las
principales empresas fabricantes de armas, y las depredadoras energéticas: unas
cátedras que se centran en “enseñarles” a becados provenientes de países como
el Congo, Afganistán, Colombia, etc, la manera de ser más “pacíficos”, de
“resolver los conflictos desde la civilidad” y de “desarrollar una cultura de
paz”, obviando olímpicamente que la guerra y la paz tienen raíces económicas y
se desarrollan en contextos de desigualdad social, y no son meros asuntos de
Cultura. Así los países que dedican millonarios presupuestos en guerras
imperialistas y cuya supremacía mundial radica en una historia de prácticas
colonialistas y genocidas, muy lejanas de la Cultura de Paz que pregonan de
fachada, imparten cátedras de asimilación mental a la cultura de la aceptación
del saqueo más desmedido, a la vez que bombardean "humanitariamente" en su
relance colonial. Así los becarios de países que sufren la voracidad
capitalista de las guerras por el saqueo de los recursos, son adiestrados en la
retórica que sirve para perder de vista el núcleo del problema; es el zorro
enseñándoles a las gallinas con qué salsa deben ser comidas.
Los
apelativos “guerras tribales” y demás expresiones consagradas en el campo
semántico destinado a prolongar el estatus quo, encubren guerras por la
acumulación de recursos, guerras fomentadas con fines geopolíticos y económicos
claramente definidos por los verdaderos ‘Señores de la guerra’ que son los
fabricantes de armas, los mercaderes de la energía, de la alimentación industrial,
y las multinacionales de químicos, todos motores de la maquinaria depredadora
del planeta.
Los
países concebidos en la lógica global capitalista como ‘bodegas de recursos’,
cada día sufrirán de manera más cruenta la violencia del saqueo y su correlativo
empobrecimiento, que a la vez causa éxodos masivos. Hay una carrera del gran
capital por hacerse cada día con más recursos planetarios.
El
estudio del caso colombiano arroja luces indeclinables sobre la realidad
mundial: es una muestra en quintaesencia del capitalismo. Por esta razón hay un
constante esfuerzo mediático en tergiversar la realidad colombiana, en
invisibilizarla e impedir la comprensión de una realidad que es una radiografía
de las mestástasis más atroces del sistema capitalista. La resistencia del
pueblo colombiano es asimismo tergiversada e invisibilizada en ese esfuerzo
constante de los monopolios de difusión de implementar la guerra mediática
contra la comprensión de la realidad, haciendo ver a las resistencias populares
como “terrorismo”. El estudio a las fuentes de los sujetos históricos y
sociales deviene una verdadera hazaña en medio del amedrentamiento contra la
investigación social y el pensamiento crítico: no obstante su peligrosidad, ese
estudio es indispensable.
2.
Acumulación capitalista y Terrorismo de Estado en Colombia
En
la realidad colombiana se plasma el despojo y reacomodo territorial destinado a
escala planetaria a todas las zonas que presenten un interés económico; una
lógica capitalista que no admite escrúpulos y constituye un ecocidio doblado de
un genocidio. En Colombia son acicateadas las estrategias del Terror
correlativas al saqueo capitalista. Estas son también exportadas como método de
control social, sabotaje, exterminio de la reivindicación y contrainsurgencia a
países de la región (México, Honduras, Venezuela, etc).
Las
cifras del Terrorismo de Estado en Colombia son elocuentes: según un reciente
informe, un total de 19 defensores de derechos humanos fueron asesinados en
Colombia durante el primer trimestre de 2015, y otros 276 fueron agredidos [1].
Otro informe documenta que Colombia es el segundo país líder en el asesinato de
ambientalistas en el mundo, con 25 asesinados en el 2014 [2] . El 80% de las
violaciones a los derechos humanos y el 87% de los desplazamientos
poblacionales han ocurrido en regiones donde las multinacionales operan la
explotación minera. El 78% de los atentados contra sindicalistas fueron contra
aquellos que trabajan en el área minero-energética [3].
La
planificación de la acumulación de tierras mediante el despojo violento se
expresa en la existencia de 6,3 millones de personas despojadas y desplazadas
de sus tierras para beneficio del gran capital, millones de personas
malviviendo en cinturones de miseria [4]. El despojo se acelera: el 40% del
territorio colombiano está pedido en concesión por multinacionales [5].
El
Terrorismo de Estado se expresa también en: 9.500 presos políticos [6]; la
eliminación física de un partido político: La Unión Patriótica (5.000 personas
asesinadas por las herramientas paramilitares y oficiales del Estado)[7]. El
exterminio contra la oposición política es tal que: ”En Colombia se cometen el
60% de los asesinatos de sindicalistas que se presentan en todo el mundo, por
una violencia histórica, estructural, sistemática y selectiva que se convirtió
en pauta de comportamiento del Estado colombiano”, según denuncia la CUT [8].
El Tribunal Sindical Mundial condenó al Estado colombiano: “por ser responsable
de los hechos sistemáticos de violación del principio de libertad sindical, en
calidad de autor directo, coautor, cómplice o encubridor de homicidios,
lesiones, torturas, privaciones ilegítimas de la libertad, atentados(…)”[9].
El
genocidio se plasma en los niveles de desaparición forzada: la ONU estima que
más de 57.200 personas han sido desaparecidas en Colombia [10]. Un informe de
la Fiscalía documenta: 173.183 asesinatos y 34.467 desapariciones forzadas,
cometidos por la herramienta paramilitar, en un lapso de solo 5 años [11] . Una
estimación de Piedad Córdoba, basada en el cotejo de informes y el conocimiento
de la sistemática subvaloración de los registros oficiales, cifró en unos
250.000 los desaparecidos en 20 años [12].
La
Coordinación Colombia-Europa-EEUU expresó que hay un: “continuo aumento de los
casos(…) Las desapariciones forzadas han sido usadas históricamente como un
instrumento de persecución política y de control social basado en el terror,
perpetrado por agentes del Estado y por grupos paramilitares que actúan con su
tolerancia, omisión y aquiescencia y que se benefician de la impunidad(…) Las
desapariciones forzadas forman parte de una práctica sistemática de ataques
contra la población civil, que han sido funcionales al sostenimiento de las
élites sociales, políticas y económicas del país”[13]. Hay mecanismos para la
impunidad: “El subregistro de casos de desaparición forzada, la impunidad que
se consolida con diversos mecanismos legales y sociales y la presencia de los
perpetradores en las comunidades (…) Muchos casos no se denuncian por la mala
administración de justicia, la ineficacia de los mecanismos de denuncia, el
ambiente generalizado de temor e intimidación que viven los familiares de las
víctimas, sus abogados, los testigos(…)[Ibíd.]. Se suman las leyes que excluyen
a gran parte de las víctimas de desaparición forzada de los registros, las
leyes que amplían el accionar represivo de la policía, y las leyes que intentan
cobijar de impunidad a los responsables: “el Gobierno del presidente Santos
está promoviendo un nuevo marco normativo con preocupantes limitaciones a los
derechos de las víctimas de desapariciones forzadas.” [14]
La
mayor fosa común de Latinoamérica fue hallada detrás del batallón militar en la
Macarena, con 2000 cadáveres de desaparecidos por la Fuerza Omega del Plan Colombia,
fuerza que tiene estrecha ‘asesoría’ estadounidense [15].
3.
Planificación de los Crímenes de Estado en el marco de la lógica de “disuadir
la reivindicación mediante el terror”
Hay
una lógica en el Terrorismo de Estado: y es que a mayor tortura y degradación
de las víctimas, mayor alcance del “mensaje disuasivo” en las comunidades. La
estrategia de la disuasión mediante el terror está teorizada en los manuales
del ejército: se concibe a la población como “el enemigo interno”, y se
preconiza claramente el empleo de una herramienta paramilitar para realizar las
masacres y torturas. El paramilitarismo fue preconizado para Colombia desde la
misión estadounidense Yarborough [16], y reiteradamente apuntalado hasta
nuestros días. La herramienta paramilitar es adiestrada para torturar, y
entrenada por (de)formadores de EEUU e Israel, como el mercenario Yair Klein
[17]. Se trata de perpetrar Crímenes de Estado como el crimen contra la niña
Alida Teresa Arzuaga, de 9 años, violada y asesinada para torturar a su padre
(preso político), a la par que inyectar miedo en la oposición política[18]; o
como la masacre de la familia del militante comunista y de la UP Julián Vélez,
cuyo hijo fue torturado y castrado [19].
Se
trata, en el marco de esta planificación del Terror Estatal, de perpetrar
masacres como la masacre de Mapiripán. Los paramilitares fueron trasladados en
aviones del ejército del norte al sur de Colombia, y llevados por el ejército
al sitio de la masacre [20]. Estuvieron amputando y violando durante 10 días,
mientras el ejército impedía que entrara o saliera nadie: debido al cerco del
ejército nadie pudo darle auxilio a la población. Unas 60 personas fueron
asesinadas: sometidas a toda clase de torturas. Hasta hoy hay dificultad para
identificar a las víctimas dada la barbarie con que la herramienta paramilitar
procedió a descuartizarlas y lanzarlas al río. Según lo confesó el General
Uzcátegui en una grabación: “¿sabe qué hizo la Brigada militar Móvil 2? Colocó
un colchón de seguridad para que salieran los paramilitares. El ejército no
sólo tiene vínculos con los paramilitares, no sólo no los combatió, sino que
combatió a las FARC para que las FARC no golpearan a los paramilitares”
[Ibíd.]. Mientras los paramilitares torturaban, el ejército garantizaba las atrocidades
combatiendo a las FARC que intentaron romper el cerco militar para auxiliar a
la población. El ejército garantizó que la masacre comprendiera las torturas
más aberrantes: no era “una bala perdida”, era una operación de Terrorismo de
Estado dentro de la estrategia de tierra arrasada en los Llanos Orientales, en
la que estuvo envuelta la asesoría estadounidense. El Obispo del Guaviare
testimonió: “Pasaron camiones con alrededor de 120 hombres de civil sin armas,
después de pasar por el batallón salieron con uniformes y armados (…) otro
grupo de paramilitares también se desplazó pero por el río Guaviare, pasando
por el punto de control militar sobre el río” [Ibíd.].
Otro
crimen de Estado que evidencia de manera flagrante esta planificación del
terror, es aquel cometido por militares y paramilitares contra la comunidad del
Cacarica, cuando “jugaron fútbol con la cabeza” del líder campesino
afrodescendiente Marino López. La Operación Militar ‘Génesis’ consistió en
aterrorizar a la comunidad para forzarla a un masivo desplazamiento
poblacional: “Los paramiltares y también militares rodearon todo el caserío.
Nos juntaron a todos (…) Dos de los doce militares tomaron a Marino(…) Lo
insultan, lo golpean. Uno de los criminales coge un machete y lo corta en el
cuerpo, Marino intenta huir, se arroja al río, pero los paramilitares lo
amenazan, ‘si huye, le va peor’. Marino regresa, extiende su brazo izquierdo
para salir del agua. Uno de los paramilitares le mocha la cabeza con la
macheta. Luego le cortan los brazos en dos, las dos piernas… Y empiezan a jugar
fútbol con su cabeza. Todas y todos lo vimos. Todo fue terror.”[21]. Los
habitantes denunciaron el accionar de la Brigada XVII. Varios paramilitares del
bloque Elmer Cárdenas, al mando de Freddy Rendón, alias “El Alemán”, señalan al
General Rito Alejo del Río como uno de los máximos responsables: “Se trató de
una operación conjunta” relataron ante el Fiscal de Justicia y Paz [22].
La
lista de crímenes de Lesa Humanidad perpetrados de manera sistemática por el Estado
colombiano contra la población, en el marco de una planificada estrategia del
terror y desposesión, sería interminable. El Estado colombiano y su mentor
estadounidense pretenden continuar viabilizando el saqueo de los recursos
aterrorizando a la población cuya reivindicación entra en conflicto con la
depredación capitalista. Se pretende eliminar toda oposición, sea esta armada o
no.
El
testimonio de Marinelly Hernández, presa política, es ilustrativo de las
aberrantes torturas que el Estado colombiano comete contra los familiares de
los opositores políticos, máxime si estos son insurgentes, una realidad
silenciada: “A nuestro padre el Ejército colombiano, en unión con los
paramilitares lo colgó vivo de sus manos introduciendo ganchos en sus extremidades
como si fuera carne de carnicería, luego le chuzaron el estómago y todo su
cuerpo con una navaja, después arrollaron sus labios como se les taja a los
pescados, por último, le dieron un tiro de gracia; según medicina legal a
nuestro padre lo torturaron vivo. Tenía 70 años, ¿Cómo es posible que hagan eso
con un anciano, tildándolo de guerrillero? Acaso por yo ser revolucionaria
¿Tenían que cobrarlo con la vida de mi padre?”[23]. Aquí la tortura aberrante
claramente tiene por objetivo enviar un mensaje de terror a los que piensen
ingresar en la insurgencia. Estas prácticas genocidas son recurrentes.
Marinelly
expresa la correlación entre el saqueo de los recursos y las masacres
perpetradas por el ejército y la herramienta paramilitar contra la población de
las zonas codiciadas por el gran capital. Aquí se refiere a la masacre del Río
Nare: “El Capitán Martínez con sus tropas ingresaron a unas minas de oro donde
se encontraban los campesinos sacando el mineral: un día antes, lanzaron
panfletos diciéndoles que desalojaran, y al otro día entraron con motosierras y
hachas: amarraron a los trabajadores en cadena… los iban soltando de uno en
uno, sin asesinarlos, les quitaban los brazos, las piernas y luego de cada
persona recogían un solo brazo, una sola pierna, hacían un montón y lo tiraban
al río y otros a los huecos de las minas y otros los dejaban para que las aves
se los comieran” [ Ibíd. ]. Marinelly, de una familia campesina, vivió en carne
propia las agresiones del ejército colombiano contra el campesinado; fue
testigo de múltiples asesinatos de amigos y familiares, cuyos cuerpos fueron
abandonados torturados y desmembrados: “parte de la guerra sucia y psicológica
que implementan para asustar a los luchadores populares”. La presa política
explica que las violaciones del Estado colombiano la empujaron a la
insurgencia, como su: “única forma de preservar la vida, luchar por ella y
reclamar nuestros derechos”, y evitar “terminar masacrada, torturada o
discapacitada por ser ejemplarizada como quedan muchos campesinos, o terminar
siendo desplazada y viviendo de las limosnas en las ciudades”[Ibíd. ].
La
combinación del saqueo de los recursos y el Terror de Estado ejercido contra
quiénes se oponen al saqueo, explica la existencia de las insurgencias
colombianas, como única salida que encuentra una población sometida al despojo
y a la represión más descarnada frente a sus reivindicaciones. Esta es una
comprensión indispensable para quiénes deseamos la paz en Colombia. La paz
significa justicia social, cese de la entrega del país en concesiones a
multinacionales, reforma agraria, soberanía alimentaria, y cese del Terror de
Estado que hoy facilita la acumulación capitalista en desmedro de las mayorías
empobrecidas. Los problemas deben ser resueltos desde sus causas, no desde sus
consecuencias.
4.
¿Denunciaremos los crímenes resultado de una planificación Estatal, o vamos a
seguir promoviendo la confusión?
Estos
crímenes de Estado envían un mensaje del terror contra la población: ‘Esto les
puede pasar, a ustedes o a sus familiares, si persisten en su reivindicación’.
Hay un claro intento de paralizar la acción reivindicativa de las comunidades,
y ese terror se ejerce desde el mismo Estado, en un accionar que obedece a unos
intereses económicos claros: es inaceptable por lo tanto que se intente
endilgar los crímenes a “la violencia” en abstracto, como reiteradamente lo
hacen los mass-media con los crímenes del Terrorismo de Estado. El mensaje es
enviado por los verdugos a través de sus ejecutantes paramilitares, y no es
aceptable que los maquilladores mediáticos vengan a garantizar la impunidad
total a quienes son los verdaderos comanditarios de estos crímenes: los que se
sirven del terror para sojuzgar a un pueblo y para garantizar la acumulación de
capital en pocas manos, en desmedro del medio ambiente y de las mayorías. El
intentar, mediante el aparato mediático, transformar los reiterados asesinatos
políticos en “víctimas de los violentos” (así, “los violentos”, en abstracto),
busca diluir responsabilidades, busca ocultar la planificación de un Terror que
de manera sistemática es ejercido desde el propio Estado contra la oposición
política. Esa impostura mediática no cala en los sectores más conscientes del
campo popular, sin embargo en parte de la opinión pública sí hace mella.
5.
Ofensiva contra la comprensión de la realidad: Estrategia de la Confusión
La
Estrategia de la Confusión es implementada hasta la saciedad por el aparato
mediático: por ejemplo el redactar notas sobre crímenes en los que se conoce
perfectamente que la autoría es paramilitar, pero poner “asesinado por grupos
armados”: esto con la clara intención de exculpar a la herramienta paramilitar
que le sirve al poder económico, y de buscar endilgarle a la resistencia
popular parte de los crímenes perpetrados por la estrategia paramilitar.
El
léxico “grupos armados” o “actores armados” es un léxico de la confusión, dado
que grupos armados son tanto los paramilitares, como el ejército, como las
insurgencias; por lo tanto no hay nada más aberrante que conocer que los
victimarios son parte de una Estrategia represiva Estatal y paraestatal, articulada
al poder multinacional, y optar por tejer el discurso de la confusión. Esta
mediatización es indignante, y constituye una doble victimización de las
comunidades que denuncian a los responsables, y que sin embargo ven ignoradas
sus voces en las notas mediáticas, de manera a que la herramienta
paramilitar-militar del terror no solamente haya cometido las atrocidades, sino
que los medios no señalen su responsabilidad, amparándola así de la impunidad
que la perpetúa.
Parte
de la Estrategia de la Confusión es el empleo de la falsa dicotomía “grupos
armados legales” versus “grupos armados ilegales”: siendo legales las fuerzas
represivas del Estado, mientras que en la ilegalidad se hallan tanto las
fuerzas represivas paramilitares –que sin embargo se articulan al mismo Estado,
recibiendo logística, armamento e impunidad–, y las guerrillas –éstas últimas
de naturaleza opuesta al paramilitarismo–. Esta perfidia mediática busca
instaurar un campo conceptual que ignora la realidad del paramilitarismo como
estrategia preconizada en manuales militares. También busca instalar un campo
conceptual que excluye el carácter político y social del conflicto colombiano,
al intentar presentar a las insurgencias en un mismo paquete con el
paramilitarismo; intentando quitarle a la guerrilla su carácter político,
inherente a su misma génesis y composición, de ser una expresión del campo
popular colombiano que se alza en protesta política contra el saqueo, protesta
política que deviene armada debido a la imposibilidad democrática instaurada
desde el Estado mediante la sistemática represión al opositor político.
El
paramilitarismo es una herramienta al servicio del Gran capital que actúa con
la plena coordinación del ejército colombiano; pero los medios trabajan para
ocultar la vinculación de esta herramienta con los que la crean y emplean.
Lamentablemente este trabajo sistemático de los medios logra colonizar a parte
importante de la población, dejando incluso huellas residuales que sorprende
encontrar en las mentes de las mismas víctimas. El bombardeo mediático es una
ofensiva sin tregua contra la capacidad de comprensión de la realidad, y por lo
tanto, contra la posibilidad de acción efectiva sobre la misma.
Por
ello es importante desenmascarar esa planificada manipulación semántica diseñada
por los tanques de pensamiento. Esta manipulación es también inyectada en el
discurso de las ONG a través del condicionamiento que imponen los financistas,
logrando paulatinamente que en el campo popular se introduzca un entramado
semántico que obstaculiza la capacidad de comprensión de la realidad. Hay una
planificación del terror para facilitar la acumulación capitalista en manos de
multinacionales y latifundio; frente al genocidio no cabe más caer en el
borroneo de las causas del drama colombiano, ni jugar a la confusión, ni
adoptar el léxico impuesto por los tanques de pensamiento de la USAID.
Notas:
3.-
Boletín Informativo No.18 de PBI Colombia, Noviembre de 2011
4.-
Colombia junto con Siria, el país con más personas desplazadas forzadamente.
CODHES: 6,3 millones de desplazados en Colombia http://www.codhes.org/
codhes/image… 6,8 millones de víctimas: http://www.telesurtv.net/news/El-co…
Peor que Sudán, Iraq o Afganistán (VIDEO): Colombia es el país con más
desplazados y refugiados internos. http://www.rebelion.org/noticia.php…
http://www.rebelion.org/docs/130767.pdf Informe Global 2014 sobre desplazados
internos ACNUR: http://www.acnur.org/t3/fileadmin/D…
7.-
Exterminio físico de la Unión Patriótica: más de 5.000 personas asesinadas por
las herramientas paramilitares y oficiales del Estado, el genocidio consta ante
la CIDH. Plan “Baile Rojo”. Documental, click
aquí
8.-
CUT: “En Colombia se cometen el 60% de los asesinatos de sindicalistas que se
presentan en todo el mundo, por una violencia histórica, estructural,
sistemática y selectiva que se convirtió en pauta de comportamiento del Estado
colombiano: un genocidio contra el movimiento sindical colombiano.”
http://www.rebelion.org/noticia.php… 2014 informe de la CUT ante la OIT: “Desde
1977 han sido asesinados 3052 sindicalistas, durante el actual gobierno 115
sindicalistas han sido asesinados. La violencia contra sindicalistas continuó
siendo una característica de la actividad sindical en Colombia, sin que existan
avances significativos en las investigaciones, condenas y capturas de los
responsables. Frente al delito de homicidio existe un porcentaje de impunidad
del 86,8%; el delito de amenaza, que constituye la violación más sufrida por
los sindicalistas[7], tiene a su vez el más alto índice de impunidad con el
99,9%. Los delitos de desaparición forzada, desplazamiento forzado y secuestro,
arrojan un porcentaje de impunidad del 99,6%, 99,5% y 90,6% respectivamente. En
general, frente a delitos relacionados con graves violaciones a los derechos
humanos tenemos que la impunidad en casos de sindicalistas es altísima,
promediando el 96,7%.” http://cut.org.co/informe-de-cut-co… 2015 Colombia:
Continúa el exterminio de dirigentes populares. “En Colombia hay 20 millones de
personas pobres, el 70% de los trabajadores activos están en la tercerización a
través de contratos a término fijo, y un 60% de la población ocupada en la
economía informal o del rebusque. Estas cifras contradicen las informaciones
oficiales. Desde 1986, año de fundación de la Central Unitaria de Trabajadores
(CUT), hasta el 2014, fueron asesinados más de 3.500 sindicalistas.”
http://www.telesurtv.net/opinion/Co…
La
“contrainsurgencia laboral” en Colombia, Renán Vega Cantor, abril 2015
http://www.rebelion.org/noticia.php… ¡La violencia antisindical de Colombia
persiste! Radiografía de la crisis humanitaria del sindicalismo.
http://cut.org.co/la-violencia-anti… “La Escuela Nacional Sindical (ENS)
denunció en Washington el asesinato de 105 sindicalistas durante cuatro años,
que coinciden con la aplicación del plan de acción laboral que Colombia
suscribió en 2011 como complemento al Tratado de Libre Comercio (TLC) con
Estados Unidos”. https://anncol.eu/index.php/colombi… La estrategia dual del
presidente Santos: http://www.rebelion.org/noticia.php…
Sindicalistas
y defensores de DDHH sin protección: “Desde la fundación de la CUT, han sido
asesinados en Colombia, más de 4000 sindicalistas y la impunidad alcanza cerca
del 95%, sin contar con las amenazas, las torturas, los desplazados, los desterrados
del movimiento sindical.”http://colectivodeabogados.org/noti…
Renan
Vega Cantor, ¡Sindicalicidio! Un cuento de Terrorismo Laboral
http://www.rebelion.org/docs/147552.pdf Hoja de ruta de asesinatos, gobierno
Santos: “1 activista asesinado cada 3 días, los hechos pesan más que las
palabras” lista por Justice For Colombia: http://www.justiceforcolombia.org/d…
Workers Uniting rechaza asesinatos a sindicalistas colombianos
http://www.cut.org.co/index.php?opt…
9.-
Mayo 2012: Por homicidios, torturas y otros atentados graves contra la libertad
sindical, El Tribunal Mundial de Libertad Sindical condena al Estado colombiano
http://www.parentesiscali.blogspot…. “El TSM resuelve: Condenar al Estado de la
República de Colombia por ser responsable de los hechos sistemáticos de
violación del principio de Libertad Sindical, en calidad de autor directo,
coautor, cómplice o encubridor de homicidios, lesiones, torturas, privaciones
ilegítimas de la libertad, atentados, amenazas, despidos y represalias con
motivo del ejercicio de la actividad sindical.”
http://www.rebelion.org/noticia.php… Demanda contra el Estado colombiano:
http://www.marchapatriotica.org/ind… TSM condena al Estado colombiano: La
libertad sindical en Colombia, una farsa http://parentesiscali.blogspot.com….
10.-
El 23 de mayo 2011 el representante del Alto Comisionado de la ONU para los
Derechos Humanos, Christian Salazar, informó que la ONU estima que más de
57.200 personas han sido desaparecidas en Colombia. Conferencia sobre
desapariciones forzadas, en Bogotá. http://www.senadoragloriainesramire…
http://www.prensa-latina.cu/index.p… http://www.argenpress.info/2011/05/…
11.-
Informe Fiscalía, enero 2011: 173.183 asesinatos; 1.597 masacres; 34.467
desapariciones forzadas, y al menos 74.990 desplazamientos forzados, cometidos
entre junio 2005 y el 31 de diciembre 2010 por el paramilitarismo:
http://www.fiscalia.gov.co/justicia… http://www.rebelion.org/noticia.php…
12.-
Estimación: en 20 años 250.000 personas desaparecidas; Piedad Córdoba, Madrid,
mayo 2010 “Hay 250.000 desaparecidos en Colombia en los últimos años”:
http://www.rebelion.org/noticia.php… http://www.rebelion.org/noticia.php… Más
sobre DESAPARICIÓN FORZADA en Colombia: Desaparición, crimen del Terrorismo de
Estado en Colombia: http://justiciaypazcolombia.com/50-…
http://centromemoria.gov.co/semana-… “Las organizaciones de familiares de
detenidos desaparecidos exigen que el Estado responda por la vida y la libertad
de los desaparecidos, o que se entreguen sus restos a la familia y opere la
justicia. (…) El delegado en Colombia de la Oficina de la Alta Comisionada de
las Naciones Unidas para los derechos humanos ha repetido que “La desaparición
forzada es una de las violaciones de los derechos humanos más graves que
existen, y Colombia, lamentablemente, sufre un récord alarmante en la comisión
de este crimen”. Confirmando la alerta de Naciones Unidas, el Registro Único de
Victimas presenta en su informe del 1 de abril de 2014 la escalofriante cifra
de 122.155 victimas de desaparición forzada.”
Informe
2014 Desaparición Forzada: http://www.centrodememoriahistorica… El crimen de
Estado de desaparición forzada de la “democracia” en Colombia ha rebasado las
dramáticas cifras de la dictadura argentina: sólo en 3 años el Terrorismo de
Estado ha desaparecido a 38.255 personas, informe Medicina Legal:
http://www.telesurtv.net/noticias/s… Tribunal Internacional de Opinión; “La
DESAPARICION FORZADA UN CRIMEN DE ESTADO” Veredicto. Senado del Congreso de la
República. Bogotá 24, 25 y 26 de Abril de 2008:
http://www.dhcolombia.info/spip.php… “Al mes de noviembre de 2010, las
estadísticas oficiales del gobierno de Colombia registran más de 51.000
Desapariciones”, señala un reporte de 2011 de la US Office on Colombia:
http://lawg.org/storage/documents/C… A noviembre de 2011, el Registro Nacional
de Desaparecidos -órgano gubernamental- , reportaba un total de 50.891 casos
(24% mujeres y 17% niñas y niños). Los medios han manipulado la información
haciendo aparecer que sólo 16.907 casos son desapariciones forzadas, cuando esa
cifra revela los casos para los cuáles ha habido información concerniente a los
perpetradores, los demás casos permaneciendo en la insuficiencia investigativa.
Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses (INMLCF), noviembre
2011. El total del Registro Nacional de Desaparecidos, reporta 64.564 víctimas,
de las cuales se restaron 11.215 personas aparecidas con vida y 2.458 personas
aparecidas muertas. La Unidad de Justicia y Paz de la Fiscalía General de la
Nación reportó a mayo de 2011, un total de 32.000 casos de desapariciones
forzadas cometidas por grupos paramilitares. Fundación Nidia Erika Bautista (FNEB),
Situación de las Desapariciones Forzadas en Colombia: La desaparición forzada
no es un crimen del pasado, Bogotá, mimeo, diciembre, 2011. En Mayo 2012:
Yaneth Bautista, de la Fundación Nidia Erika Bautista, ‘señaló que “en lo que
va corrido del Gobierno Santos se han registrado oficialmente 500
desapariciones forzadas en Colombia, especialmente en Bogotá, Antioquia,
Putumayo, Nariño y Valle del Cauca”’, según reporta Caracol.
http://www.caracol.com.co/noticias/… 2014- Desaparecidos: el Estado el gran responsable
http://www.semana.com/nacion/articu…
13.-
Mayo 2012, informe ‘Desapariciones forzadas en Colombia’, Coordinación
Colombia- Europa- Estados Unidos: “Presenta la situación actual de la
desaparición forzada en Colombia, mostrando el continuo aumento de los casos en
el país, así como la persistencia de los patrones de persecución política y
control social que han motivado históricamente las desapariciones forzadas en
el país. (…) En Colombia las desapariciones forzadas han sido usadas
históricamente como un instrumento de persecución política y de control social
basado en el terror, perpetrado por agentes del Estado y por grupos
paramilitares que actúan con su tolerancia, omisión y aquiescencia y que se
benefician de la impunidad en la que permanecen los crímenes. Las
desapariciones se cometen con el doble objetivo de acallar una voz disidente y,
al mismo tiempo, enviar un mensaje claro y aleccionador al resto de la
población para que se abstenga de mantener cualquier tipo de actividad de
oposición o de cuestionar el orden político existente.” Informe Observatorio de
DDHH: http://www.rebelion.org/docs/150986.pdf Subregistro de la cantidad de
personas desaparecidas en Colombia.Hay un esfuerzo para subvalorar y configurar
impunidad para el crimen de Estado de la desaparición forzada: “El subregistro
de casos de desaparición forzada, la impunidad que se consolida con diversos
mecanismos legales y sociales y la presencia de los perpetradores en las
comunidades donde viven los familiares de personas desaparecidas, consolidan un
marco que mantiene el trauma psicosocial (…) muchos casos no se denuncian por
múltiples razones, entre ellas, la mala administración de justicia, la
ineficacia de los canales y mecanismos de denuncia, el ambiente generalizado de
temor e intimidación que viven los familiares de las víctimas, sus abogados,
los testigos de las desapariciones(…)” El impedimento para conocer la amplitud
del drama de la desaparición forzada en Colombia, tiene obvias causas. Además
del temor de los familiares de denunciar a las fuerzas paramilitares o a la
misma Fuerza Pública ante entidades estatales comprometidas con la estrategia
del terror e impunidad, hay una inoperancia sistemática de la ‘justicia’ en
estos casos, obstaculizando investigaciones y procesos, hay fallas repetidas en
la recolección de datos, pruebas forenses, inhumaciones, testimonios. Se llenan
de escombros las fosas comunes. Hay temor, desidia, negligencia y
obstaculización. “Esas fallas se hicieron aún más evidentes en mayo de 2011,
cuando el Ministro del Interior dio a conocer los resultados de un estudio
realizado por el Instituto Nacional de Medicina Legal, la Registraduría
Nacional del Estado Civil y ese Ministerio, con el fin de cruzar las huellas
dactilares tomadas a cadáveres de personas no identificadas, con las huellas de
los documentos de identidad del registro nacional del estado civil. Los
resultados son tan impresionantes como tristes. En total, se procesaron 22.689
necrodactilias (huellas de cadáveres) y se lograron identificar 9.968 personas,
que estarían actualmente inhumadas como personas sin nombre en cementerios de
distintas regiones. De ese total, tan sólo 440 personas figuran en el Registro
Nacional de Desaparecidos. Los resultados fueron remitidos al Instituto de
Medicina Legal, que se encargó de hacer cotejos dactiloscópicos, depurar los
listados y oficiar a las autoridades judiciales con el fin de ubicar
expedientes y los lugares de inhumación de las personas identificadas (…) en
los registros de Medicina Legal sólo pudieron encontrarse 3.779 personas pues,
en un número muy importante de casos, la información es confusa o inexistente,
y hay fallas estructurales en la organización de los cementerios que impiden
ubicar los restos de las personas enterradas sin nombre. En total, de las 9.968
personas identificadas mediante el cruce de huellas, sólo fue posible ubicar y
entregar los restos de 49 personas enterradas en distintos cementerios del
país.”
14.-
Impunidad y Fuero militar impulsado por Santos: http://www.rebelion.org/docs/150986.pdf
“La ley 1448 de 10 de junio de 2011, conocida como ley de víctimas, excluyó
expresamente de la definición de víctima a los “miembros de los grupos armados
organizados al margen de la ley”. Eso significa que, por ejemplo, los miembros
de las guerrillas (reales o supuestos) que hayan sido víctimas de desaparición
forzada, no serían considerados como tales y sus familias estarían privadas de
los derechos a la reparación y la verdad. (…) La ley 1453 de 2011, conocida
como Ley de Seguridad Ciudadana, establece una serie de previsiones que
debilitan los controles sobre la acción de la Fuerza Pública y que, en la
práctica, podrían facilitar la comisión de desapariciones forzadas.(…) El
Gobierno colombiano se rehúsa a reconocer su responsabilidad en las graves
violaciones de derechos humanos que se cometen diariamente en el país. Al
contrario, mantiene una posición de injerencia indebida en las decisiones
judiciales, particularmente cuando afectan la responsabilidad de altos mandos
militares o de altos funcionarios gubernamentales.(…) Preocupan las iniciativas
legislativas del Gobierno que pretenden sustraer de la justicia a los más altos
responsables de las violaciones de derechos humanos en el país, de un lado,
mediante la persistente propuesta gubernamental de reforma a la justicia penal
militar y, de otro lado, mediante el llamado Marco Jurídico para la Paz. (…).
Los fuertes cuestionamientos realizados desde distintas instancias
internacionales en relación con la propuesta[de Fuero Militar] , motivaron que
el Gobierno decidiera retirarla a cambio de una nueva. La actual es aún peor
pues, ya no sólo reforma el fuero militar sino todo el sistema de justicia
penal militar: crea una defensoría técnica militar adscrita al Ministerio de
Defensa, incluyendo un fuero carcelario y la ampliación del fuero militar para
instalar un fuero policial”.
15.-
La mayor fosa común de Latinoamérica, ubicada detrás del batallón militar de la
fuerza estrella del Plan Colombia , la Fuerza Omega, en la Macarena,
departamento del Meta. http://www.publico.es/internacional…
http://www.rebelion.org/noticia.php… Los Medios ocultan la mayor fosa común de
América, mientras el Estado colombiano busca alterarla:
http://www.rebelion.org/noticia.php… “Denuncian el hallazgo de al menos 1.505
cuerpos más en fosas comunes en Colombia, en el Meta, en la misma región que la
mayor fosa común del continente, con 2.000 cadáveres hallada en diciembre 2009,
y cuyos cadáveres son cuerpos de desaparecidos y asesinados por el ejército,
como quedó evidenciado en las Audiencias públicas a testigos y familiares de
desaparecidos” http://www.rebelion.org/noticia.php…
16.-
A raíz de la visita de la Misión Yarbourough del ejército estadounidense
(febrero/62) y de las directrices que dejó consignadas, el Estado colombiano
adoptó una estrategia contrainsurgente paramilitar, ya desde antes de que
surgieran las guerrillas (1964-65).Tal doctrina estratégica puede estudiarse en
los Manuales de Contrainsurgencia que forman parte de la Biblioteca del
Ejército y por tanto de los textos de estudio y entrenamiento militar desde
1962. Tomando como fuente 6 manuales (1962, 1963, 1969, 1979, 1982, 1987) se
puede rastrear la concepción que hay allí de la población civil y su papel en
la guerra, se la define por dos miradas: 1) debe ser vinculada a la guerra
(paramilitarismo); 2) debe ser el blanco principal de la guerra
contrainsurgente (guerra contra los movimientos sociales o posiciones
inconformes con el statu quo). Cronología, hechos reveladores del
Paramilitarismo como política de Estado, J. Giraldo:
http://www.javiergiraldo.org/spip.p… Los Gobiernos de EEUU y el
paramilitarismo: http://www.nocheyniebla.org/files/u… El verdadero
origen del paramilitarismo en Colombia: http://www.dhcolombia.info/spip.php…
http://www.statecraft.org/chapter9.html Brig. Gen. William P. Yarborough, “U.S.
Special Warfare Center,” in U.S. Department of the Army, Office of the Chief of
Information, Special Warfare U.S. Army: An Army Specialty (Washington, D.C.,
1963), p. 61. A Psychological Operations Course covering all aspects of
psychological warfare was also offered at Fort Bragg, in consonance with the
center’s Psychological Warfare origins. .Headquarters, U.S. Army Special
Warfare School, Subject: Visit to Colombia by a Team from Special Warfare
Center, Fort Bragg, North Carolina, 26 February 1962. Kennedy Library, Box 319,
National Security Files, Special Group; Fort Bragg Team; Visit to Colombia;
3/62. Also Carroilton Press, Declassified Documents Reference Series
(1976:154D), and McClintock, The American Connection, vol. 1, State Terror and
Popular Resistance in El Salvador, pp. 23-24. 26. “Secret Supplement, Colombian Survey Report.”
Injerencia de los Estados Unidos, contrainsurgencia y terrorismo de estado: La
dimensión internacional del conflicto social y armado en Colombia. Renán Vega
Cantor, 02-2015. http://www.rebelion.org/docs/195465.pdf
http://www.corteidh.or.cr/tablas/r3…
17.-
Mercenario israelí que entrenó a paramilitares confirma la participación del
Ejército. Yahir Klein: “El hacendado que se convirtió en presidente pagó por
mis servicios” http://www.rebelion.org/noticia.php… Yair Klein: el instructor
de la muerte http://elturbion.com/?p=1690
18.-
La niña Alida Teresa, hija de preso político, violada y asesinada por
paramilitares, crimen en impunidad, 2012. http://www.rebelion.org/noticias/20…
Marzo 2012, Ordenan Libertad a Jefe Paramilitar señalado de desaparición
forzada, tortura y homicidio de la niña Alida Teresa
http://derechodelpueblo.blogspot.co…
19.-
Asesinado por ser “hijo de comunista”. Asesinato de Carlos Julián Vélez
Rodríguez, Diputado UP; su esposa, su hijo, y su hermano, en el Meta.
http://www.cidh.org/countryrep/colo… Asesinato del niño Luis Carlos Vélez
Garzón http://sandinovive.info/?page=ver_a… Extractos históricos de la UP:
http://es.scribd.com/doc/68373112/E… Plan de exterminio de la UP “Baile Rojo”.
Documental: http://www.youtube.com/watch?v=QVL5…
20.-
Masacre de Mapiripán: los paramilitares fueron trasladados en aviones Antonov y
DC3 del ejército. Confesó el General Uzcátegui: “¿sabe qué hizo la Brigada
militar Móvil2? Colocó un colchón de aire o de seguridad para que salieran los
paramilitares. (…) El ejército no sólo tiene vínculos con los paramilitares, no
sólo no los combatió , sino que combatió a las FARC para que no golpearan a los
paramilitares” http://vimeo.com/5114407 http://www.rebelion.org/noticia.php…
Negacionismo del estado y criminalización contra el CAJAR
http://www.rebelion.org/noticia.php… http://www.dhcolombia.info/spip.php… y
http://www.justin.tv/3ercanal#r=-ri… http://www.contagioradio.com/otra-m…
VIDEO: Juez, testigo de la masacre militar y paramilitar de Mapiripán, dice que
el Estado oculta la verdad. El día de la masacre sobrevoló: “Un avión espía no
de la Fuerza Aérea Colombiana, era de Estados Unidos”
http://www.youtube.com/watch?featur… http://www.dhcolombia.com/spip.php?…