LA
PUPILA INSOMNE – 25/01/2022
Aquí el frio escarcha el
tejado y mientras hago un café vuelve la palabra Hiroshima, tal vez
porque me acosté muy tarde siguiendo las noticias sobre Rusia y los
tambores de guerra que el imperio hace sonar una vez más, sin
descanso, agónicos tambores de la muerte, mintiendo y creando el
caos para acumular más capital. Y la palabra Hiroshima vuelve porque
ese crimen contra la humanidad –que abre una época de agresiones
cada vez más brutales– nunca se juzgó y ni siquiera se condenó
el uso de excusas o falsos positivos, simples mentiras.
Desde el nacimiento de
Estados Unidos, sus guerras e invasiones han asolado el mundo en
nombre de su “destino manifiesto”, que no es más que el derecho
al saqueo y al crimen. Cada vez que bloquean, asesinan o invaden lo
hacen “en defensa de la libertad y la paz”, que es la frase clave
del armado de la falsa bandera: acuso a mis enemigos de lo que yo
hago y me sirvo de los poderosos medios de información que pago y
controlo. El negocio criminal sin limites.
Por eso hoy la palabra
Hiroshima es también una clave para desenredar el hilo y no perder
de vista que lo que se nos presenta siempre como una nueva guerra, es
la misma guerra imperialista y colonialista, que usa diversos métodos
para justificar lo injustificable. La mentira evita el juicio y
oculta al criminal, pero al mismo tiempo tergiversa la historia y los
hechos, y cuando son inocultables encarcela a quien muestra las
pruebas, como sucede con Assange.
La lista de mentiras que
acompañó siempre la guerra contra la humanidad es larga. Y las
justificaciones no pueden ocultar que el motivo ha sido siempre el
mismo. Desde el final de segunda guerra mundial los estados Unidos
han intentado dominar el mundo amparados en su destino manifiesto que
es la expansión de sus grandes negocios.
No solo tiran dos bombas
nucleares en nombre de la paz y la democracia sino que en ese mismo
1945, 50 mil marines desembarcan en China a la caza de los rojos, en
1950 la guerra de Corea deja más de tres millones de muertos, ni la
barbarie en 1954 en Indonesia, y también el mismo año la invasión
a Guatemala, luego a Panamá y Dominicana en 1965. Lo que llamaron el
incidente del Golfo de Tonkín, en 1964 sirvió de pretexto para
iniciar la guerra de Vietnam; el presidente Johnson con el apoyo del
congreso declara la guerra, “en defensa de la libertad y la paz”
sabiendo que era falso que ningún destructor americano fue atacado
por naves norvietnamitas y así crece la lista de injerencias y
agresiones sin juicio, que continua en 1983 en Líbano, 1986 Libia,
1990 guerra del Golfo, 1993 Somalía, 1995, Bosnia Herzegovina, hasta
destrucción de Yugoeslavia en 1999, para plantar allí bases y
bancos americanos. Afganistán en 2001, con nuevas excusas y falsos
positivos creados con las torres gemelas, o a Irak en 2003 con la
excusa de las armas de destrucción masiva que Sadam escondía y que
sabían que era falso, pero aun así lo ahorcaron y mataron a un
millón y medio de personas, o Libia, en 2011, con su presidente
asesinado y el país invadido, con el caos necesario para el robo,
como también en Yemen, Pakistán y Somalia o la guerra en Siria en
la que pretendieron hacer lo mismo, pero no pudieron a pesar de los
miles de millones de dólares invertidos en crear ejércitos
mercenarios macabros…En Nuestra América además de las invasiones,
se suceden golpes de estado, sabotajes, magnicidios, y como no, el
bloqueo que Cuba conoce y sufre cada día…mientras cada día
mienten que lo hacen en nombre de la democracia y la libertad, eso
que por supuesto no existe en Estados Unidos ni tampoco en su socios,
la UE, Israel y Arabia Saudi.
Sabemos que la sinrazón
de Hiroshima y Nagasaki, fue amenazar e iniciar la llamada guerra
fría contra la Unión Soviética (una vez más). Japón había hecho
una oferta de “paz negociada” a principios de agosto que no fue
aceptada y las bombas se lanzaron el fatídico 6 de agosto en
Hiroshima y el 9 en Nagasaki.
La gran empresa que
colaboró con Hitler en la guerra, está ahí: Allianz, BASF, Bayer,
BMW, Daimler-Chrysler, el Deutsche Bank, Friedrich-Krupp,
Krupp-Hoesch, Hoechst, Siemens, Ford, Volkswagen y el Dresdner Bank,
IBM, Nestlé, Adidas, Hugo Boss, IG Farben, banca Rockefeller y
muchas más recicladas siguen siendo parte del gran capital
guerrerista actual, muchas de ellas levantadas con el trabajo esclavo
de los prisioneros… “sigue la ruta del dinero y llegaras al
ladrón..”, pero no es fácil porque si algo sabe hacer el
capitalismo es opacar esa ruta clave en su dominación.
Me sigue rondando la
palabra Hiroshima mientras tomo los primeros sorbos de café y
escribo, porque la falsa bandera y la justificación de tanta muerte
hoy ya no se sostiene más que por la mala fe y la ignorancia
programada o por una decidida complicidad con la empresa
armamentístico-financiera. Y esa complicidad se nutre de dinero y de
irracionalidad y es muy peligrosa.
La tergiversación de la
historia, también forma parte de la guerra imperialista. La
intoxicación informativa en Europa es proporcional a la ignorancia
lograda en este continente gracias a una maquinaria implacable
engrasada para hacer infeliz pero obediente y sobre todo despojar de
horizonte político y humano. Y este desgraciado sometimiento, nacido
del desconocimiento de la verdad y de la historia, impide las
respuestas y la transformación del ser humano en humano; esto
explica también en cierta manera el crecimiento de los nazis que ven
el camino despejado. Ucrania evidencia este proceso, y como no, el
gobierno de España envía barcos y aviones al Mar Negro mientras
promueve la histeria anti-rusa en todos los medios.
No olvidemos que la
segunda guerra mundial se hizo contra la URSS, que occidente colaboró
con Hitler porque sabía que el enemigo principal era la revolución
soviética y que en esta guerra 27 millones de soviéticos dieron su
vida defendiendo al mundo contra el nazismo y vencieron. Mientras el
señor Churchill y el señor Truman por debajo intentaban pactar con
jefes nazis, hacían bonitas declaraciones sobre la democracia y la
paz.
Una vez más, y digo con
toda claridad una vez más, Occidente hace sonar los tambores de
guerra contra Rusia, como sonaron sin cesar desde la gloriosa
revolución bolchevique de los soviets en 1917. Esta supuesta guerra
de Rusia contra Ucrania es nuevamente un argumento de falso positivo,
porque Rusia solo ha dicho que respeten su seguridad, que la OTAN no
siga sembrando de armas sus fronteras y ha exigido que lo hagan por
escrito, porque jamás han cumplido un acuerdo, que probablemente ni
por escrito cumplirán ahora tampoco. Es imposible convencer a los
EE. UU. y la OTAN de que Rusia no tiene la intención de atacar a
Ucrania. Y no porque Occidente crea en la posibilidad de tal ataque
(y un creyente no puede ser persuadido por argumentos racionales).
No, Occidente no cree en esto en absoluto, simplemente lo usa para
lograr sus objetivos. Una vez mas mienten y utilizan el terror de
masas para sus fines.
Según algunos analistas,
continuará el cerco por todos lados de las tropas de la OTAN y sus
aliados y más «sanciones». La respuesta escrita coherente
prometida a las preocupaciones fundamentales de Rusia no ha sido, y
no parece ser en el futuro previsible. Y Rusia no se decidirá por
una reacción «técnico-militar», Occidente está seguro de ello.
Pero con este ruido
tratan de ocultar que lo que siempre han buscado es destruir a Rusia
y luego destruir a China, a Irán, a Cuba, a Venezuela, a Nicaragua y
a todo pueblo que resista la barbarie imperialista.
La gran empresa que
colaboró con Hitler en la guerra y participo también en Hiroshima y
Nagasaki y todos los crímenes que siguieron, no deben olvidarse:
Allianz, BASF, Bayer, BMW, Daimler-Chrysler, el Deutsche Bank,
Friedrich-Krupp, Krupp-Hoesch, Hoechst, Siemens, Ford, Volkswagen y
el Dresdner Bank, IBM, Nestlé, Adidas, Hugo Boss, IG Farben, banca
Rockefeller y muchas más recicladas siguen siendo parte del gran
capital guerrerista actual, levantadas con el trabajo esclavo de los
prisioneros… “sigue la ruta del dinero y llegaras al ladrón..”,
pero no es fácil porque si algo sabe hacer el capitalismo es opacar
esa ruta clave en su dominación.
La historia nos enseña
que hoy más que nunca, el imperio, herido de muerte, no tiene otra
salida que la guerra, las sanciones y los bloqueos y nuestra
obligación en cada rincón del planeta es levantar la bandera de la
paz sin concesiones, contra la política del caos y la guerra que
solo beneficia a las corporaciones financiero militares que necesitan
la guerra y dominan las políticas de los desgobiernos occidentales.
Nuestra paz, la paz del
socialismo es paz con justicia y equidad, no la paz de los
cementerios que el imperialismo pretende imponer.
Por eso una vez más No a
la guerra , No a la OTAN, y como siempre No al bloqueo!
Patria o Muerte,
Venceremos!
★