-¡Aldeanos! -dijo el cura-. Me pedís lluvia, pero no la tendréis.
Habéis venido hoy arrogantes y orgullosos como gallinas Leghorn, rebosantes de
confianza en vuestra vida carnal. Habéis venido como mendigos insolentes a
exigir lo que no merecéis. ¡A Dios el forraje le importa un bledo!
-¡Qué me importan vuestros campos! ¡Qué me importan vuestros
animales y vuestros hijos! -vociferó- Vivís una vida materialista y sórdida.
¡Ignoráis el lujo!... Y es el lujo lo que yo os ofrezco: os ofrezco a Dios...
Pero a Dios no le gusta la lluvia... A Dios no le gusta el forraje. A Dios le
interesan muy poco vuestros campos de cultivo y vuestras tristes aventuras.
Dios es un cojín de brocado de oro, es un diamante engarzado en el sol, es un
suntuoso decorado cincelado en el amor, es Tiffany´s, es Mónaco, las sotanas de
seda, los calcetines bordados, los collares y los anillos, lo inútil, lo
maravilloso, las custodias eléctricas... ¡No lloverá! ¡Dios no es útil! ¡Dios
es un regalo de un día de fiesta, un don gratuito, un lingote de platino, una
obra de arte, una apetitosa golosina! Dios está además. No está ni a favor, ni
en contra. ¡Es un suplemento! (...) -¡No lloverá!- repetía el cura, a quien se
adivinaba tras los postigos, presa de un trance total- ¡Lloverán alas de ángeles!
¡Lloverán plumones de esmeralda, jarrones de alabastro, pinturas admirables...
pero nada de agua! ¡A Dios le traen sin cuidado el heno, la avena, el trigo, el
centeno, la cebada, el lúpulo, el alforfón, el trébol, la alfalfa, el telefio y
la salvia...!
Boris Vian - El Arrancacorazones
Menudo charlatán: creyente y cínico.
ResponderEliminarDos mil años de dorado "forraje".
EliminarDios, un regalo para ocultar la miseria humana, enriquecerse y todo lo demás.
ResponderEliminarHartazgo ya de tanto Francisco.
...y de tanto Pío, y de tanto Paulo, y de tanto Benedicto...
Eliminar¡Que no se alarme nadie: dios existe... está entre nosotros, habla miles de idiomas; en el mundo actual, todos lo adoran sea del tipo que sea, sea del tamaño que sea o venga en la cantidad que venga!
ResponderEliminarYo no creo en dioses, ni diosecillos, pero dios, lo que se dice dios, existe; aunque en algunos casos se llame dolar, en otros euro o dirham, es por el momento, el único dios verdadero.
Un cordial saludo.
Ja, ja, ja... Pues a mí me visita poco, debe de estar muy ocupado con Bárcenas.
EliminarMi mujer (que es la que trabaja), me presenta a final de mes este poderoso dios... yo, lo veo poco aunque cada vez necesito creer más en él: estoy en paro desde hace ya, la tira...
EliminarSi hay algo de lo que de verdad me arrepentiré siempre es de no haber sido un buen discípulo de Diógenes, no conozco personaje más independiente y emancipado de todo que él.
EliminarMira por donde te he comentado esta entrada en otro blog.
ResponderEliminarMe ha gustado muchísimo esta entrada.
Me parece una auténtica fiesta para la mente.
De eso se trata, Tecla, de exponer la realidad con humor.
EliminarMe alegro que te haya gustado.
Y, sin embargo, llueve.
ResponderEliminarCierto, también sobre el Vaticano.
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