21 octubre, 2015

Los palacios y el estiércol (fragmento)


por Alfredo Apilánez
Texto completo en  Trampantojos y embelecos

"Al contrario que los lastimosos jóvenes “sin futuro” (añorantes de las perdidas seguridades de las que gozaron sus apoltronados mayores y deseosos de parecerse a la idílica Finlandia) los “libertarios” no pretenden movilizarse para dirigirse al poder convencional y aliviar, a costa de infinitas y dolorosas transacciones, las “aristas” más sangrantes de la explotación sino construir subrepticiamente nuevas formas de vida cotidiana que sustraigan de la vorágine del lucro y lo privativo áreas crecientes de nueva sociabilidad: “las ‘maniobras invisibles’ donde se preparan los procesos revolucionarios son todos aquellos espacios políticos donde se comparten saberes, escuelas de conocimientos compartidos y de contra-habilidades, lugares de cacharreo, puntos de cruce entre saberes técnicos y formas de vida disidentes”. Se trata de politizar la vida, no de “movilizarse” interpelando a las instancias donde, erróneamente, se ubica el espejismo del Poder; de construir lo común más allá de cualquier forma de dominación, incluidas las que pueden llegar a ejercer los que proclaman a los cuatro vientos ‘estar al servicio del pueblo’: aquellos que tratan de salvarnos representándonos en lugar de ayudarnos a organizarnos como sujetos de nuestras propias vidas, “desalienándolas” y entrelazándolas ante un entorno hostil.

Sólo en las condiciones únicas del 15-M las dos “almas” pudieron, transitoria y precariamente, confluir. De su amalgama ficticia brotó la eclosión de la extraordinaria efervescencia quincemayista pero también la falsa impresión de consistencia y radicalidad del movimiento. La vertiginosa disgregación, el reflujo posterior y su inmediata mutación en reivindicaciones reformistas (las llamadas “mareas”, asaltos al Congreso, etc.) y en ansiosa búsqueda de nuevas formas de participación institucional reflejaron la hegemonía del alma “progre-ciudadanista” y su vocación de abandonar el nuevo espacio “político-guerrillero” para retornar a los tradicionales canales estereotipados de la “papeleta cuatrianual”. Transición acelerada de la plaza al púlpito “aborregante” de los platós televisivos y de ahí al hemiciclo y a las alturas de los áulicos despachos palaciegos: masiva proliferación de líderes encuadrados en las nuevas “marcas” de almibarado electoralismo ciudadanista (Podemos, Guanyem, Somos, Ahora…). Politólogos visionarios y audaces estrategas a vueltas con las cuentas de la lechera reformista que arrebatarán resueltamente las palancas del poder al mastodóntico entramado financiero-corporativo para revertir el mecanismo de desposesión creciente de los trabajadores. Acción heroica de líderes clarividentes con cierto tufo de notoriedad narcisista, aspirantes a ostentar la delegación del ignaro pueblo poniendo resuelto rumbo hacia la conquista del “Palacio de Invierno”. Apuestas y programas cortoplacistas que no rompen siquiera los pusilánimes moldes de la vulgata socialdemócrata y, ¡líbreles Dios!, nada que remita ni por asomo a un horizonte de superación del capitalismo o de alarma ante la corrosión terminal del medio ambiente y el colapso ecológico-social que se avecina. Profundización, una vez más, en la vieja política, aquella que re-centraliza constantemente, absorbiendo todas las energías sociales en torno a unos pocos tiempos, lugares y actores (campañas, elecciones, ‘prime time’…) olvidando de paso, pese a tratarse de profesionales del “ramo”, que la farsa electoral sirve fundamentalmente a la legitimación del poder en la sombra para poder continuar, cuatro años más, con sus business as usual. “Entrismo”, en fin, que sólo transforma a los que pretenden penetrar en las carcasas institucionales y no al bien fraguado entramado que pretenden voltear, olvidando la certera admonición de García Calvo (“el enemigo está inscrito en la forma misma de sus armas”) y destruyendo, lenta pero inexorablemente, los colectivos sociales que los nutrieron para transformarlos en maquinarias burocráticas fagocitadas por el aparato institucional de cargos y prebendas. Podría incluso afirmarse que las organizaciones pacatamente reformistas al estilo de Podemos, con sus vanguardias que tratan de encaminar el descontento ciudadano hacia cauces amansados y religiosamente respetuosos con las reglas del juego partitocrático, son los “anticuerpos” que el poder segrega para prevenir los peligros resultantes de un desarrollo “fuera de control” de la potencia de la acción popular."

5 comentarios:

  1. El poder infiltra a sus agentes entre las manifestaciones populares de revolución y las destruye con el peor de los venenos, el suyo propio. Ninguna revolución, ningún cambio, vendrán desde el sistema, hay que abolir el sistema, no parchearlo, pero la consigna suele ser la de yo quiero ser el califa, en lugar del califa.

    Salud! y revolución.

    ResponderEliminar
  2. Interesante análisis que comparto totalmente... A estas alturas de la película alguien duda que votando se cambian realmente las cosas. Habrá una transformación social si elegimos a tal o cual caudillo para los próximos cuatro años. Ahora todos salen con la receta mágica de poner humanidad a la barbarie de que otro capitalismo de rostro humano es posible, pero por favor, si acaso infrahumano. Nadie habla de no pagar la deuda, de salirse de la UE, del euro, de socializar los medios de producción... no hablan porque no pueden se deben a sus amos, se deben al capital y a su circo parlamentario.
    Salud Loam!

    ResponderEliminar
  3. Nos olíamos el fenómeno podemos y el tiempo nos dio la razón.
    Recomponer el vacío dejado en el 15-M por los posibilistas va a ser difícil. Pero habrá que seguir con lo que tenemos, nuestros planes de emancipación, organizándonos al margen y destapando las miserias del sistema hasta que sus víctimas tomen conciencia y se decidan a tomar cartas en el asunto, entre las cuales incluimos a los mismos posibilistas.
    Salud!

    ResponderEliminar
  4. Muchas gracias por la publicación y por los -muy interesantes- comentarios. Es estimulante comprobar que algo de lo que uno "pare" resulta de cierto interés para el prójimo. Felicidades además por el blog, cuyo contenido me parece en general excelente. Saludos cordiales

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias a ti. Trabajos como el tuyo merecen ser leídos, meditados y difundidos.

      Salud!

      Eliminar