24 septiembre, 2017

Indicios - Eduardo Galeano




A la hora de ir a trabajar un leñador descubrió que le faltaba el hacha.

Observó a su vecino. El vecino tenía todo el aspecto de un ladrón de hachas. Estaba claro: la mirada, los gestos, la manera de hablar.

Unos días después el leñador encontró el hacha que había perdido. Y cuando volvió a observar a su vecino, comprobó que no se parecía para nada a un ladrón de hachas, ni en la mirada ni en los gestos ni en la manera de hablar.

9 comentarios:

  1. Qué cosa mais bonica.
    Mirada, gestos, manera de hablar...
    Prejuicios que Todos creamos
    Lagrimas en los ojos.

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    1. Solemos ser rápidos en prejuzgar y lentos en rectificar. Debería ser al revés.

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  2. Observamos según sospechamos o sentimos. Cuando tengo hambre, todos los manjares me parecen exquisitos.
    Salud

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    1. Pienso yo que, en esta breve parábola, Galeano apunta más a los prejuicios que a los instintos. Me ha parecido oportuno publicarla, dadas las circunstancias sociales que atravesamos.

      Salud!

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  3. En la españa profunda el leñador huviera cogido el hacha del vecino y se hubiese ensañado con él, para comprobar después de los días que ahora tenía 2 hacas. Parábola de la concentración original.
    Salud!

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    1. En la España profunda, leñadores y hachas son propiedad privada.

      Salud!

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    2. Me encontré una navaja buena. Sabía de quién era (del que me rompió los desagües con una roca) y no se la devolví.

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  4. Continuamente me ocurre, y siempre me prometo rectificar, pero en los momentos más necesarios se me olvida. Gracias a Galeano, y gracias a LOAM por recordármelo.

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    1. Gracias a Galeano por recordádnoslo a ambos.

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