31 diciembre, 2017

Эй ухнем! (Los sirgadores del Volga - Kovcheg)






Más información, escrita y gráfica, sobre los sirgadores del Volga aquí.




30 diciembre, 2017

Y así, hasta el impacto final






"Cuanto más desagradable se vuelve la realidad, menos personas quieren asumirla, y más quieren evadirse cotilleando sobre ridículos pseudoeventos protagonizados por celebridades. Esas son las distracciones de una civilización agonizante (...) Más que la raza, la clase, la fe o la política, es hoy la cultura lo que fracciona la sociedad en dos partes antagónicas que ya no hablan la misma lengua: las víctimas de una cultura masiva, iletrada, peterpanesca, y una minoría letrada y marginalizada". Chris Hedges
“No es que al planeta le quede poco tiempo, es que a la especie humana le queda, de seguir un cuarto de hora más así, poco tiempo en el planeta”. Luis López
“Hemos guardado un silencio bastante parecido a la estupidez”. (Proclama insurreccional de la Junta Tuitiva en la ciudad de La Paz, 16 de julio de 1809)


29 diciembre, 2017

El Gobierno Vasco constata que hubo 4.113 casos de tortura entre 1960 y 2014





EITB.EUS - 18/12/2017
La Guardia Civil está implicada en 1.792 casos de tortura; la Policía Nacional es responsable de 1.785 casos; y la Ertzaintza de 336. Paco Etxeberria asegura que la incidencia real fue mucho mayor.

Un informe sobre la incidencia de la tortura y los malos tratos entre 1960 y 2014 encargado por el Gobierno Vasco cifra en 4.113 los casos documentados, aunque advierte de que la incidencia real de estos delitos fue mayor, ya que no se han podido acreditar muchos episodios de la época de la dictadura.

El informe ha sido presentado hoy en Donostia-San Sebastián por el experto forense y profesor de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) Francisco Etxeberria, la investigadora del Instituto Vasco de Criminología Laura Pego y el secretario de Paz y Convivencia del Gobierno Vasco, Jonan Fernández.

EL PROFESOR FRANCISCO ETXEBERRIA, LA INVESTIGADORA LAURA PEGO Y EL SECRETARIO DE PAZ Y CONVIVENCIA DEL GOBIERNO VASCO, JONAN FERNÁNDEZ, DURANTE LA PRESENTACIÓN DEL INFORME SOBRE TORTURAS




Según los datos aportados en ese informe, de los 4.113 casos, más de un 83 %  fueron denuncias de hombres y un 17 %  mujeres y en gran parte todos jóvenes.

Algunos sufrieron malos tratos en más de una ocasión, por lo que la cifra total de personas torturadas es de 3.415.

El 43 % de las personas que sufrieron torturas y malos tratos fueron dejadas en libertad y de ellas el 35 % sin cargos.

Entre los métodos de tortura señalados en el informe, destaca la frecuencia en la utilización de la bolsa por parte de la Guardia Civil, el uso de electricidad o práctica de la bañera por parte de ellos y también de la Policía Nacional.

En el caso de posturas forzadas u otras formas de producir extenuación física y cansancio aparece también la Ertzaintza.

Incomunicación y negación de la tortura

Paco Etxeberria ha aclarado, no obstante, que aún quedan pendientes de análisis 454 expedientes y que, además, sólo 1.081 denuncias corresponden al periodo de la dictadura y los primeros años de la transición hasta 1978, mientras que la "práctica generalizada de la tortura en esa época señala que su dimensión fue mucho mayor".

El número de denuncias alcanzó picos importantes en los años 80 y comenzó a disminuir a partir de 2004, mientras que de 2014 en adelante no se ha registrado ningún caso.

Existen 20 condenas ratificadas por el Tribunal Supremo de torturas y malos tratos a 31 víctimas, de las que derivan 49 condenados, 21 de ellos del Cuerpo Nacional de Policía y 28 de la Guardia Civil, mientras que "no hay ninguna condena contra la Ertzaintza".

Entre las conclusiones recogidas, el informe coincide con las apuntadas por organismos internacionales como el Comité Europeo para la Prevención de la Tortura, que ha citado en varias ocasiones el régimen de incomunicación aplicado a los detenidos por terrorismo como un factor que "ha favorecido la práctica de estos malos tratos y torturas y ha limitado de forma notoria la posibilidad de investigación de los mismos".

También cita las 7 condenas a España del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) por no haber investigado diligentemente las denuncias de torturas.

El estudio señala asimismo la negación "sistemática" de la práctica de la tortura por parte de las autoridades y recuerda que el Comité contra la Tortura condenó a España por indultar a agentes condenados (el 60 % de los sentenciados por el Tribunal Supremo), ya que estas medidas de gracia "son incompatibles con el deber de prevención y son contrarias al sentido de la reparación".

El informe también constata que la práctica totalidad no ha contado con medidas de atención, reconocimiento ni reparación.

El estudio

Para elaborar estas conclusiones, el equipo liderado por Etxeberria ha analizado y archivado más de 26.113 documentos y ha recabado 500 testimonios directos de víctimas de tortura y malos tratos, a los que se suman otros recopilados con anterioridad en audio y en vídeo hasta alcanzar las 1.027 declaraciones de afectados.
 
LA TORTURA Y LOS MALOS TRATOS A DETENIDOS SIGUEN SIENDO HABITUALES EN COMISARÍAS, CUARTELILLOS Y CÁRCELES.
EL ESTADO ESPAÑOL FUE CONDENADO EN EL TRIBUNAL DE ESTRASBURGO, POR ESAS PRÁCTICAS CRIMINALES Y POR ENÉSIMA VEZ, EN 2016


El equipo investigador ha aplicado a 202 casos la metodología de comprobación y análisis de las consecuencias y secuelas establecidos en el Protocolo de Estambul, un trabajo que ha determinado que al menos el 5 % de los denunciantes padecen "secuelas psicológicas importantes que requieren atención especializada".


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"Según piensan los señores,

no tengo donde cogerme:

si a mí me matan es paz,

pero es guerra el defenderme"

Alfonso Sastre


28 diciembre, 2017

Una situación singular


Zhang Minjie



La situación conocida como cultura de masas tiene lugar en el momento histórico en que las masas entran como protagonistas en la vida social y participan en las cuestiones públicas. Estas masas han impuesto a menudo un ethos propio, han hecho valer en diversos períodos históricos exigencias particulares, han puesto en circulación un lenguaje propio, han elaborado pues proposiciones que emergen de abajo. Pero, paradójicamente, su modo de divertirse, de pensar, de imaginar, no nace de abajo: a través de las comunicaciones de masa, todo ello le viene propuesto en forma de mensajes formulados según el código de la clase hegemónica. Tenemos, así, una situación singular: una cultura de masas en cuyo ámbito un proletariado consume modelos culturales burgueses creyéndolos una expresión autónoma propia. Por otro lado, una cultura burguesa —en el sentido en que la cultura "superior" es aún la cultura de la sociedad burguesa de los últimos tres siglos— identifica en la cultura de masas una "subcultura" con la que nada la une, sin advertir que las matrices de la cultura de masas siguen siendo las de la cultura "superior".

Umberto Eco - Apocalípticos e Integrados (en pdf aquí)


27 diciembre, 2017

M U R O S


Pawel Kuczynski


El Muro de Berlín era la noticia cada día. De la mañana a la noche leíamos, veíamos, escuchábamos: el Muro de la Vergüenza, el Muro de la Infamia, la Cortina de Hierro…

Por fin, ese muro, que merecía caer, cayó. Pero otros muros brotaron, y siguen brotando, en el mundo. Aunque son mucho más grandes que el de Berlín, de ellos se habla poco o nada.

Poco se habla el muro que los Estados Unidos están alzando en la frontera mexicana, y poco se habla de las alambradas de Ceuta y Melilla.

Casi nada se habla del Muro de Cisjordania, que perpetúa la ocupación israelí de tierras palestinas y será quince veces más largo que el Muro de Berlín, y nada, nada de nada, se habla del Muro de Marruecos, que perpetúa el robo de la patria saharaui por el reino marroquí y mide sesenta veces más que el Muro de Berlín.

¿Por qué será que hay muros tan altisonantes y muros tan mudos?


Pawel Kuczynski

(Tomado del libro de Eduardo Galeano, Espejos)


24 diciembre, 2017

Carta de Miquel Amorós a Tomás Ibáñez [Catalunya/España/nacionalismo]


La cuestión que cabría preguntarse no es por qué un sector local de la clase dominante decide resolver sus diferencias con el Estado por la vía de la movilización callejera, sino por qué una porción considerable de gente con intereses contrapuestos, principalmente jóvenes, actúa como decorado escenográfico y fuerza de choque de la casta que ha patrimonializado Cataluña, clasista, católica, corrupta y autoritaria como la que más.
Por Miquel Amorós - Alacant, 27-09-2017

Tomás Ibáñez                                                                                                                                                    Miquel Amorós

Compañero Tomás
Tus “perplejidades intempestivas” son el mayor exponente leído por mí del sentido común y del seny revolucionario que debieran reinar no sólo entre los libertarios, sino entre todos aquellos que quieren abolir esta sociedad en lugar de administrarla. No obstante, no me extraña que un mogollón de gente que se dice anarquista se haya apuntado a la movida nacionalista y proclame con bríos el derecho a decidir el material del que estarán hechas sus cadenas: ¡hay de Ricardo Mella y “la ley del número”! Tampoco escasearon los que en su día se subieron al carro de Podemos o al del plataformismo y cambiaron los harapos de la lucha de clases por la ropa nueva de la ciudadanía. Es propio del anarquísmo filisteo ante la menor encrucijada histórica el optar por hacerle el juego al Poder establecido. La guerra civil española es el ejemplo más palmario de ello. Confusión, atracción irresistible del jaleo, desclasamiento, táctica del mal menor, el enemigo de mi enemigo, lo que sea. El resultado final es ese: una masa de paletos esclavos de cualquier causa ajena y un montón de egos enfermizos estilo Colau o Iglesias que pagarían por venderse. En fin, negras tormentas agitan los aires y nubes oscuras nos impiden ver. Intentemos disiparlas.

La cuestión que cabría preguntarse no es por qué un sector local de la clase dominante decide resolver sus diferencias con el Estado por la vía de la movilización callejera, sino por qué una porción considerable de gente con intereses contrapuestos, principalmente jóvenes, actúa como decorado escenográfico y fuerza de choque de la casta que ha patrimonializado Cataluña, clasista, católica, corrupta y autoritaria como la que más. El juego del patriotismo catalán no es difícil de desentrañar y quienes lo promueven y aprovechan nunca han pretendido ocultarlo. El “Procès” ha sido una arriesgada operación de clase. La consolidación de una casta local asociada al desarrollo económico exigía un salto cualitativo en materia autonómica que la estrategia del “peix al cove” (“pájaro que vuela…”) no podía lograr. La negativa de la plutocracia central a “dialogar”, o sea, a transferir competencias, principalmente financieras, bloqueaba el ascenso de dicha casta y mermaba peligrosamente su influencia y capacidad política de cara a unos empresarios, industriales y banqueros dispuestos a dejarse liderar por soberanistas con tal de triplicar sus beneficios. La decisión por la cúspide de ir al “choque de trenes” significó una ruptura radical de la política pactista del catalanismo político. No iba en serio, es decir, nunca tuvo como finalidad la declaración unilateral de independencia, puesto que sólo pretendía forzar una negociación desde posiciones más ventajosas. Sin embargo, como tenía que aparentar que sí, necesitó de un aparato de agitación bien engrasado con el fin de inocular una mística patriotera que pusiera a hervir de forma controlada el caldo identitario. Y la movilización se hizo realidad. Fue todo un espectáculo. La demagogia independentista, armada con el marketing de la identidad, supo prolongarse en un ciudadanismo democrático con el que pudo sacar a la calle a masas demasiado domesticadas para hacerlo por propia voluntad. Con gran habilidad tocó la fibra oscura de las emociones reprimidas y los sentimientos gregarios que anidan en los siervos del consumo, es decir, supo remover en provecho suyo el poso de la alienación. El objetivo, según mi punto de vista, ha sido alcanzado, y la casta dirigente estatal está mucho más dispuesta a modificar la constitución del posfranquismo para mejor encaje de la casta catalanista, aunque para ello ésta tendrá que sacrificar algunas figuras por el camino, quizás al mismo Puigdemont. Poderosos representantes del gran capital (por ejemplo, Felipe González) así parecen indicarlo.

El nacionalismo está manejado por timadores, pero en sí mismo no es un timo. Es el reflejo sentimental de una situación frustrante para una mayoría de subjetividades pulverizadas. No actúa de forma racional, puesto que no es fruto de la razón; es más una psicosis que un pálpito de liberación. La explicación de la eclosión emocional patriótica en la sociedad catalana habrá que irla a buscar en la psicología de masas y para ello nos serán más útiles Reich, Canetti o incluso Nietzsche, que teóricos como Marx, Reclus o Pannekoek. La convicción y el entusiasmo de la multitud no provienen de fríos razonamientos lógicos o de rigurosos análisis socio-históricos; más bien tiene que ver con las descargas emocionales sin riesgo, la sensación de poder que producen los amontonamientos, el fetichismo de la bandera u otros símbolos, la catalanidad virtual de las redes sociales, etc., características de una masa desarraigada, atomizada y desclasada, y, por lo tanto, sin valores, objetivos e ideales propios, predispuesta a comulgar con las ruedas de molino que se repartan. La vida cotidiana colonizada por el poder de la mercancía y del Estado es una vida repleta de conflictos latentes e interiorizados, dotados de un exceso de energía que los hace emerger en forma de neurosis individuales o colectivas. El nacionalismo, de cualquier signo, ofrece un excelente mecanismo de canalización de esos impulsos que, si se hicieran conscientes, constituirían un temible factor de revuelta.

El nacionalismo divide la sociedad en dos bandos paranoicos enfrentados artificialmente por sus obsesiones. Los intereses materiales, morales, culturales, etc., no cuentan. Nada que ver con la justicia, la libertad, la igualdad y la emancipación universales. El pueblo catalán es algo tan abstracto como el pueblo español, un ente que sirve de coartada para una soberanía de casta con su policía notablemente represora. Un pueblo únicamente se define contra todo poder que no emane de él o que se separe de él. Por consiguiente, un pueblo con Estado no es un pueblo. Convendrás conmigo en que la historia la hace la gente común mediante asambleas y organismos nacidos de ellas, pero tal como están las cosas, la historia es de quien la manipula mejor. Lo que dicha gente hace es proporcionar el marco popular de una mala función de teatro donde se ventila un prosaico reparto de poder. Cualquiera puede hacer sus cálculos y navegar en consideración dentro o fuera de las aguas nacionalistas, de una turbulencia más bien calma, pero nunca deberá perder de vista el meollo de la cuestión.
Fraternalmente, Miquel Amorós
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Perplejidades intempestivas - Tomás Ibáñez

Cuando acontecen en Catalunya cambios tan drásticos como los que se han producido desde las multitudinarias manifestaciones del 15 de mayo de 2011 resulta difícil no experimentar cierta perplejidad.

¿Qué ha podido ocurrir para que algunos de los sectores más combativos de la sociedad catalana hayan pasado de “rodear el Parlament” en el verano del 2011 a querer defender las Instituciones de Catalunya en septiembre del 2017?

¿Que ha podido ocurrir para que esos sectores hayan pasado de plantar cara a los mossos d’escuadra en la plaza Catalunya, y de recriminarles salvajadas, como las que padecieron Esther Quintana o Andrés Benítez, a aplaudir ahora su presencia en las calles y a temer que no tengan plena autonomía policial?

¿Que ha podido ocurrir para que parte de esos sectores hayan pasado de denunciar el Govern por sus políticas antisociales a votar hace poco sus presupuestos? ¿Pero, también, que ha podido ocurrir para que ciertos sectores del anarcosindicalismo hayan pasado de afirmar que las libertades nunca se han conseguido votando a defender ahora que se dé esa posibilidad a la ciudadanía?

La lista de preguntas se podría ampliar enormemente y se podrían aportar múltiples respuestas a las pocas que aquí se han formulado. En efecto, se pueden aducir factores tales como el agotamiento del ciclo del 78, la crisis económica con sus correspondientes recortes y precarizaciones, la instalación de la derecha en el gobierno español con sus políticas autoritarias y sus recortes de libertades, la escandalosa corrupción del partido mayoritario etc. etc.

Sin embargo, me parece que sería ingenuo excluir de esas respuestas la que pasa por tomar en cuenta, también, el extraordinario auge del sentimiento nacionalista. Un auge que, sin duda alguna, han contribuido a potenciar los factores a los que acabo de aludir pero que también ha recibido muy importantes dosis de combustible desde las propias estructuras del gobierno catalán y desde su control de las televisiones públicas catalanas. Varios años de persistente excitación de la fibra nacionalista no podían no tener importantes efectos sobre las subjetividades, tanto más cuanto que las estrategias para ampliar la base del independentismo nacionalista catalán han sido, y siguen siendo, de una extraordinaria inteligencia. La potencia de un relato construido a partir del derecho a decidir, en base a la imagen de las urnas y a la exigencia de la libertad de votar, era extraordinaria y conseguía disimular perfectamente el hecho de que era todo un aparato de gobierno el que se volcaba en promover ese relato.

Hoy, la estelada (roja o azul) es sin la menor duda el símbolo cargado de emotividad bajo el cual se movilizan las masas, y es precisamente ese aspecto el que no deberían menospreciar los que sin ser nacionalistas ven en las movilizaciones pro referéndum una oportunidad que los libertarios no deberían desaprovechar para intentar abrir espacios con potencialidades, sino revolucionarias, por lo menos portadoras de una fuerte agitación social, y se lanzan por lo tanto en la batalla que enfrenta los gobiernos de España y de Catalunya.

No deberían menospreciarlo porque cuando un movimiento de lucha incluye un importante componente nacionalista, y este es, sin duda alguna, el caso en el presente conflicto, las posibilidades de un cambio de carácter emancipatorio son estrictamente nulas.

Me gustaría compartir el optimismo de los compañeros que quieren intentar abrir grietas en la situación actual para posibilitar salidas emancipatorias, sin embargo no puedo cerrar los ojos ante la evidencia de que las insurrecciones populares y los movimientos por los derechos sociales nunca son transversales, siempre encuentran a las clases dominantes formando piña en un lado de las barricadas. Mientras que en los procesos de autodeterminación, y el actual movimiento es claramente de ese tipo, siempre interviene un fuerte componente interclasista.

Esos procesos siempre hermanan a los explotados y a los explotadores en pos de un objetivo que nunca es el de superar las desigualdades sociales. El resultado, corroborado por la historia, es que los procesos de autodeterminación de las naciones siempre acaban reproduciendo la sociedad de clases, volviendo a subyugar las clases populares después de que estás hayan sido la principal carne de cañón en esas contiendas.

Eso no significa que no haya que luchar contra los nacionalismos dominantes y procurar destruirlos, pero hay que hacerlo denunciando constantemente los nacionalismos ascendentes, en lugar de confluir con ellos bajo el pretexto de que esa lucha conjunta puede proporcionarnos posibilidades de desbordar sus planteamientos y de arrinconar a quienes solo persiguen la creación de un nuevo Estado nacional que puedan controlar. Que nadie lo dude, esos compañeros de viaje serán los primeros en reprimirnos en cuanto no nos necesiten, y ya deberíamos estar escarmentados de sacarles las castañas del fuego.

Tomás Ibañez - Barcelona, 26 de septiembre de 2017

23 diciembre, 2017

Colombia: El 5 de octubre de 2017, la policía abrió fuego contra agricultores desarmados en Tumaco matando a ocho de ellos.


El 5 de octubre de 2017, la policía abrió fuego contra los agricultores desarmados en Tumaco, Colombia. Ocho fueron asesinados. La matanza fue parte de una ofensiva contra los cultivadores de coca en la "Guerra contra las drogas", a pesar de un acuerdo para la sustitución de cultivos y tras nuevas amenazas de Trump, quien ha ordenando al gobierno colombiano utilizar más fuerza o atenerse a las consecuencias.

'The Empire Files' acude para investigar la masacre, sobre el terreno y entrevistar a testigos y víctimas. Abby Martin visita granjas recientemente destruidas, utiliza cámaras ocultas para confrontar a los soldados sobre las operaciones y explora el contexto de tal asesinato menos de un año después del histórico acuerdo de paz que puso fin a la guerra civil de 53 años del país.

La Fase Crepuscular [fragmento] – Miquel Amorós


E.Rodera


Párrafo extraído del artículo La Fase Crepuscular, de Miquel Amorós.

Texto completo en Kaosenlared

“El ser humano solamente puede realizarse en una sociedad libre, pero en la sociedad contemporánea la libertad se ofrece únicamente como espectáculo, el no-lugar de la resolución ficticia de las contradicciones sociales. Espectáculo también de la política, de la vida social, de la cultura y de la revolución si cabe. Espectáculo de la autorrealización, cada vez menos creíble, puesto que el grado de frustración ya es demasiado elevado para contrarrestarse con simulacros. Ante ello las seudomovidas “de izquierda” se emplean a fondo. Las ideologías izquierdistas son al espectáculo lo que el pensamiento crítico es a la revuelta. Constituyen el primer peldaño hacia la sumisión espectacular. Cumplen la función consoladora en otro tiempo encomendada primero a la religión y luego al consumo: hacer soportable la miseria personal y la sensación de fracaso. El izquierdismo actual intenta adoctrinar a los sectores desclasados, principalmente juveniles, para movilizarlos en nombre de abstracciones como por ejemplo la clase obrera, el pueblo o la ciudadania. No lo hace en pro de una sociedad en libertad, sin Mercado ni Estado, sino en pos de una renovación de la economía neoliberal que incluya mejoras del deteriorado estatus social de dichos sectores. A eso llaman “transición al postcapitalismo”. A pesar de la destrucción del medio obrero, de la proliferación de funcionarios y empleados, y de la automatización de la industria, una minoría vanguardista sigue asignando un papel redentor al proletariado industrial. Apenas cuentan en sus análisis el desclasamiento y la alienación, fáciles de comprobar en la generalización entre los asalariados de una mentalidad idéntica a la de la clase media. En un mundo sin sentido, cuando más absurdas sean las teorías mejor calado tienen. Sin embargo, la mayoría de izquierdistas si que han adaptado sus estrategias a la presencia estabilizadora de esa masa asalariada filistea a la que llaman “ciudadanía”. La “ciudadanía” surgió como el sujeto imaginario del moderno cambio político, ocupando en el terreno institucional la centralidad que la clase obrera dejó vacante al perder su identidad y su ser. Ella se confirma por el hecho de votar, no por el de pensar y actuar. El principio regulador de su ser es el derecho al voto, no el derecho a la rebelión. En tanto que nueva clase universal no fundamenta su existencia en el escándalo de la desigualdad, la alienación y la opresión; más bien se apoya en su capacidad electoral y en el poder del Estado. Se comporta pues más como un grupo de presión que como una clase. Accede a la realidad gracias a las urnas, no a las protestas.”

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Monedero: "El 155 seguramente había que aplicarlo porque se habían vuelto locos, el problema es cómo lo aplicas"


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Informe de la CUP: el Minotauro deja ya 832 investigados, 1.066 heridos y 67 ataques ultras en Catalunya


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Condenan a cinco de los seis acusados por los disturbios de 2014 en Gamonal



21 diciembre, 2017

Con o sin España, Catalunya será independiente – Carlo Frabetti



La Haine - 20/12/2017

Carta abierta a Santiago Alba Rico

¿Dijiste media verdad?
Dirán que mientes dos veces
si dices la otra mitad.
Antonio Machado

Querido Santi:

Si no te conociera, pensaría que en tu reciente artículo España, un Estado sin nación, haces trampa. Pero, como te conozco bien (aunque ahora no te reconozca, para decirlo con una de esas paradojas chestertonianas que tanto nos gustan), prefiero pensar que, una vez más, te has dejado llevar por tu pesimismo metódico.

No hace falta que te diga que no podría estar más de acuerdo con el título del artículo y con el sumario: “¿Cuál es ese problema? Lo he dicho muchas veces. No se trata de la ‘cuestión catalana’ –o de la ‘cuestión vasca’, hoy momentáneamente olvidada– sino de la ‘cuestión española’: del hecho de que, si hay naciones sin Estado, España es, al contrario y desde su nacimiento, un Estado sin nación”. Lo has dicho muchas veces, yo también, y no somos los únicos, y precisamente por eso no basta con el diagnóstico, aunque no está de más repetirlo cuantas veces venga a cuento. Y también estoy de acuerdo con otras muchas de tus afirmaciones; con la mayoría, de hecho, y precisamente por eso veo necesario, siguiendo con las paradojas chestertonianas, rebatirlo con especial contundencia. Porque no hay falacia más peligrosa que la que, como en este caso, se mimetiza entre verdades como puños, medias verdades, tópicos arraigados y conjeturas que pretenden ser teoremas.

Por eso –lo he dicho muchas veces– los normófilos de Podemos son más peligrosos, en el terreno de las ideas, que los normópatas del PP. Por eso los Gabilondo y los Évole son más peligrosos que los Herrera y los Losantos. Por eso El País es más peligroso que La Razón. Y por eso Fernández Liria y Alba Rico (y sabéis cuánto me duele decirlo) son, en estos confusos y atribulados momentos, más peligrosos que los Savater y los Albiac.

He dicho, e intentaré demostrarlo (o cuando menos mostrarlo), que en tu artículo hay una falacia mimetizada entre verdades, medias verdades, tópicos y conjeturas. De las verdades, que son muchas e importantes, la más contundente está en el título y en el sumario, como ya he señalado. Seguida de esta otra, que merecería un artículo propio: “El fascismo que han redespertado el PP y C’s, minoritario en relación con el europeo, es, en efecto, mucho más primitivo: revela de nuevo esa adhesión fetichista-imperial a la Nación fallida del siglo XIX y, por lo tanto, a su desnuda forma estatal”. Por cierto, es de agradecer que señales a los verdaderos “redespertadores” del fascismo, desmintiendo a los tramposos que les echan la culpa a los independentistas.

Entre las medias verdades, cabría destacar esta: “En política solo puede encubrirse un problema real con otro problema real”. Habría que añadir que el problema encubridor, aunque conviene que sea real para que cuele la maniobra de camuflaje, se puede –y se suele– exagerar o distorsionar hasta extremos que lo convierten en falso. Cuando Aznar repetía como una jaculatoria “El problema de España es el terrorismo”, decía una verdad –o media– que se convertía en una doble mentira, por exceso y por defecto: el problema era el terrorismo, sí, pero el terrorismo de Estado; y tampoco era “el” problema, a pesar de su enorme gravedad, sino un epifenómeno del nacionalcatolicismo y la barbarie capitalista.

Entre los tópicos, a los que no eres propenso, sorprende encontrar uno de los más difundidos y tergiversadores: el de la “guerra civil” española. Lo que dio paso a cuarenta años de “democracia orgánica” franquista y otros tantos de monarquía bananera no fue una guerra civil (del mismo modo y por las mismas razones que la invasión de Iraq no fue una guerra), y tú que tanto y tan bien has escrito sobre el terrorismo lingüístico, no deberías alimentar un tópico que sirve de base al discurso de la “reconciliación” y la equidistancia.

La parte más interesante de tu artículo, la conjetural, es también la más equívoca, en la medida en que algunas conjeturas se presentan como verdades demostradas. En otro contexto, una frase (poética) como “España no existe y para separarse de ella primero habrá que construirla”, me parecería un excelente punto de partida para un debate más que necesario sobre las naciones y los nacionalismos. Pero en tu artículo es una afirmación literal y una premisa (en el sentido silogístico del término) para llegar a la conclusión abusiva de que la República Catalana es imposible y la CUP sueña tortillas (y, de paso, para apoyar a tus amigos equidistantes sin enseñar mucho el plumero).

Hay que distinguir, hoy más que nunca, como nos recuerda Alfonso Sastre al hablar de la utopía, entre lo imposible y lo imposibilitado. Y hay que luchar en todos lo frentes para que lo imposibilitado deje de serlo (o, mejor dicho, de estarlo). Tres millones de catalanas y catalanes (quienes votaron el 1-O y quienes intentaron hacerlo a pesar de la brutalidad policial) han demostrado su firme voluntad de librar esa batalla, su coraje y su admirable capacidad de autoorganización. Sería incurrir en el mismo error que estoy criticando afirmar que esta “arma decisiva”, como diría Chomsky, garantiza una victoria final (es decir, inaugural) y a corto plazo; pero tu categórica afirmación contraria: “tan cierto como que existe una nación catalana y que no será independiente” es una contradictio in terminis: si existe una nación catalana digna de ese nombre –y estamos de acuerdo en que existe– será independiente (de hecho, está empezando a serlo, y por eso el poder ha perdido los papeles).

Puede que la independencia de Catalunya propicie “la fundación democrática y pacífica de España”; pero no pasa por ella, como afirma Podemos para justificar su posposición indefinida de lo imposponible, su equidistancia cobarde y oportunista. Incluso podría suceder lo contrario: que la existencia más fuerte de la nación catalana aniquilara con su abrazo fraterno, cual ángel rilkeano, a la inconsistente España, brindándole así la oportunidad de convertirse en un mosaico de naciones independientes y hermanas.



20 diciembre, 2017

Este planeta es nuestro, dijeron.


Resultado de imagen de la propiedad privada

PRIVADO PROPIEDAD PECUNIA



Un buen día
Es un decir
Manuel llegó a un planeta
Pero ese planeta era de alguien
Este planeta es nuestro
Dijeron

Manuel quiso coger una fruta
Y le dijeron
Esa fruta es nuestra
Quiso agarrar un animal
Y le dijeron
Ese animal es nuestro
Quiso entrar en un edificio
Y le dijeron
Ese edificio es nuestro

Todo lo que quería hacer Manuel
Para poder vivir en ese planeta
Era prohibido
Ya que implicaba utilizar algo
Que era de alguien

Para poder participar de los alimentos
O simplemente descansar
A Manuel le pedían
Hacer cosas a cambio
Que lo tenían todo el día ocupado
Y así un día y otro día
Hasta que un buen día
Es un decir
Manuel fue completamente
Propiedad privada de ellos

Al principio todos nos llamábamos Manuel
No teníamos nada
Y teníamos todo

Nada era de nadie
Y todo era de todos

Un buen día
Es un decir
Por miedo codicia o placer
Manuel empieza a guardar cosas
A esconder cosas
A proteger cosas
A acumular cosas

Todas esas cosas
Que guarda esconde protege y acumula
Pasan a ser propiedad privada de Manuel
Desaparecen para Manuel
Y ya no estarán al alcance de Manuel

Y entonces Manuel con propiedades
Empieza a usar
A Manuel sin propiedades
Como una propiedad



Y Manuel sin propiedades
Empieza a tener algo de valor
Al empezar a tener las propiedades
Que tienen las cosas

El justo noble y sagrado
Enriquecimiento de Manuel
Ha significado el injusto innoble y sangrado
Empobrecimiento de Manuel y Manuel y Manuel

El básico normal y cotidiano
Beneficio de Manuel
Manuel lo saca
Básicamente de Manuel
Normalmente de Manuel
Cotidianamente de Manuel

Manuel ha construido
Su digna abundancia
Su noble opulencia
Y su decente bienestar
Sobre la indigna miseria
La innoble carencia
Y la indecente pobreza de Manuel

Hay quien dice
Que Manuel es el único
Depredador de Manuel
Que desde siempre ha estado
En su cadena alimenticia
Que el mundo cómodo moderno y tecnológico
En el que vive Manuel
Tiene como principal materia prima
La sangre de Manuel

Hay quien dice
Que la principal propiedad de Manuel
Es aprovecharse de Manuel
Y que esta propiedad se cumple
En todo lo que hace

Así Manuel
La familia de Manuel
La banda de Manuel
La tribu de Manuel
La secta de Manuel
La corporación de Manuel
La nación de Manuel

Al principio todos nos llamábamos Manuel
Y desde el principio
Manuel ha intentado conseguir
Más libertad más derechos más comodidad
Más seguridad más protección
En definitiva
Una buena vida
Para su dinero

Un buen día
El dinero de Manuel
Ha conseguido tanta libertad derechos comodidad
Seguridad protección y buena vida
Que tiene más libertad derechos comodidad
Seguridad protección y buena vida
Que Manuel

Hay quien dice
Que en el mundo de Manuel
El dinero de Manuel
Vive en condiciones
Mejores que las del propio Manuel

Hay quien dice
Que quien realmente manda
En el mundo de Manuel
Es el dinero de Manuel
Y que lo que fue una solución
A un antiguo problema
Es ahora el principal problema

El dinero por su lado dice
Que no tiene la culpa de nada
Que él está para servir a Manuel
Que siempre ha sido utilizado por Manuel
Que el problema lo tiene Manuel
Y el mal uso que hace de él
El mal reparto que hace de él
Y la manía que tiene Manuel
De robar acumular y esconder
El dinero de todos

Para el beneficio de nadie


Procedencia de los textos: