22 septiembre, 2018

La huelga en prisiones de Estados Unidos nos lleva al corazón oscuro del capitalismo (III)




el miliciano 21/9/2018

Haciendo Estados Unidos "grande de nuevo"

Una de las formas encaminadas a "hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande" ha sido asegurar la precariedad salarial hasta el punto en que la producción vuelva a ser rentable para la élite corporativa estadounidense. El crecimiento medio de los salarios reales se estancó antes de la crisis financiera mundial, pero ha disminuido aún más desde entonces, por lo que el salario promedio en los Estados Unidos es más bajo que hace diez años. El trabajo en prisión ha sido una fuente importante de mano de obra barata y un medio para recortar los salarios. Los prisioneros no solo son mano de obra barata, sino que también son más fáciles de controlar. Las empresas son libres de evitar proporcionar beneficios tales como el seguro de salud o el pago por enfermedad. No necesitan preocuparse por las demandas de vacaciones pagadas, aumentos salariales o problemas familiares. En principio, el uso del trabajo penitenciario no es muy diferente de los gulags de Stalin. Por supuesto, esto no puede admitirse porque Estados Unidos finge ser el gran defensor de los derechos humanos, los valores estadounidenses, etc.

La Federal Prisons Industry Inc. en realidad publicita sus ofertas, como "crear empleos en Estados Unidos", con una larga lista de servicios que los prisioneros pueden realizar, beneficiando a otras industrias estadounidenses. No dicen que están explotando laboralmente a la población reclusa y que, por tanto, están contribuyendo a la reducción salarial de los trabajadores "libres".

No sorprende que "hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande" también implique el uso de mano de obra foránea proveniente de países donde las condiciones son incluso peores que en las prisiones estadounidenses. China utiliza la mano de obra carcelaria para fabricar productos básicos que se exportan directamente a los EE. UU. o que forman parte de productos exportados a los EE. UU. Según una investigación del Financial Times, China, que tiene una población carcelaria de 2,3 millones, prácticamente igual a los EE.UU., utiliza mano de obra penitenciaria para compensar la reducida rentabilidad de sus manufacturas causada por el aumento de los salarios. Esto es, más o menos, lo que argumenta la Industria Federal de Prisiones para justificar sus "servicios" en los EE.UU. Los productos agrícolas, como el ajo, los productos de consumo, como los bolsos, y el ensamblaje de cables para productos industriales, son ejemplos del tipo de trabajo llevado a cabo por los prisioneros chinos. Aunque EE.UU. intenta ocultar el hecho de que importa trabajo penitenciario chino, a menudo no se puede ocultar. Una mujer en Arizona, por ejemplo, encontró una nota, escrita en chino, escondida en un bolso que compró en Walmart. La nota decía:
"Los prisioneros en la prisión de Yingshan, en Guangxi, trabajan 14 horas al día. Quien no termine su trabajo será castigado ...ser prisionero en China es peor que ser un perro en los Estados Unidos".

Obviamente, el preso que redacto dicha nota se dio cuenta de que su trabajo iba a ir a los Estados Unidos, pero ignoraba que los presos estadounidenses se encuentran en una situación similar. Otro prisionero que había estado en la prisión de Tonghua, en la provincia de Jilin, declaró al Financial Times:

"A menudo necesitábamos trabajar desde las cinco de la mañana hasta las nueve de la noche para que la prisión pudiera ganar más dinero".

En China, las prisiones funcionan como empresas, con sus propios equipos de ventas.

Así es exactamente como se están gestionando las prisiones en los Estados Unidos, como lo muestra el sitio web de Federal Prisons Industries mencionado anteriormente. Pero lo que subyace a la mayor explotación de la fuerza laboral estadounidense y mundial es la ley de la tendencia a la caída de la tasa de ganancia. El aumento de la tasa de explotación, la reducción de los beneficios laborales, la reducción de las pensiones, así como los simples recortes salariales, son formas de contrarrestar la tendencia a la baja de la tasa de beneficio, en un intento de volver rentable la producción. Por supuesto, el fenómeno de la caída de las tasas de ganancia no es solo estadounidense y la crisis capitalista está golpeando igualmente a los rivales de los EE.UU. El colapso financiero en 2008 fue consecuencia indirecta de la caída en la tasa de ganancia. Las empresas han estado reduciendo la inversión en producción, porque simplemente no es lo bastante rentable, motivo por el cual han estado invirtiendo en la especulación. ¡A diez años del último colapso financiero, el sistema capitalista global ahora tiene diez veces más deuda que cuando el sistema colapsó por unos $ 250 billones!

La administración Trump cree que continuar con la explotación del trabajo esclavo en la prisión es el camino a seguir. Ha decidido revertir el plan de la era Obama (consistente en eliminar progresivamente las prisiones privadas) y promulgar nuevas políticas de ley y orden destinadas a aumentar los arrestos y mantener las prisiones colmadas. Esto supone un reconocimiento implícito de que, para tratar de mantener las ganancias, la clase trabajadora debe ser explotada aún más despiadadamente. También otorgará más oportunidades para que donantes corporativos y cabilderos del gobierno de EE.UU. obtengan ganancias de sus cuantiosas inversiones en  este régimen de encarcelamiento masivo.

En los últimos años ha habido campañas izquierdistas para reformar el sistema penitenciario y poner fin al trabajo forzado. Pero esto es similar a otras campañas reformistas, como los llamados a restaurar la vivienda social. Simplemente, nunca sucederá bajo un capitalismo que ahora se encuentra en su quinta década de crisis abierta. A pesar de las garantías de políticos de izquierda como Bernie Sanders en los Estados Unidos y Corbyn en el Reino Unido de que el capitalismo puede ser reformado, el sistema simplemente no puede permitirse hacer concesiones. Las promesas electorales de Sanders y Corbyn nunca se cumplirán. No habrá educación gratuita en los Estados Unidos, del mismo modo que no habrá desembolso de deuda estudiantil en el Reino Unido, por poner solo un par de ejemplos.

El capitalismo se encuentra en una etapa avanzada de su crisis. A falta de una devaluación masiva y destrucción de capital, como ocurrió en el pasado mediante la guerra mundial imperialista, el otro camino abierto a tal fin es la explotación implacable de la clase trabajadora. Esto significa recortes reales en los salarios, aumentos en la tasa de explotación, reducciones en la provisión de pensiones, recortes en beneficios sociales, vivienda y cuidado de la salud, etc.

La única forma en que la clase obrera estadounidense y mundial puede encontrar una salida a su explotación diaria y, al mismo tiempo, deshacerse de las fábricas penitenciarias, es poner fin al trabajo asalariado, la producción mercantil y la ley del valor. Podemos reemplazar este sistema podrido, que solo se preocupa por las ganancias, por un mundo de "productores libremente asociados". Es necesario reconocer que el capitalismo fracasó, mucho antes de su fecha de vencimiento. ¡Acabemos con él y con el sistema salarial!



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