22 diciembre, 2018

Chile: las claves de la lucha que paraliza el puerto de Valparaíso




lahaine.org - 21/12/2018

Desde hace un mes, los trabajadores portuarios de Valparaíso protestan en demanda de sus derechos. Se unen otros puertos.

Mientras el presidente de Chile, Sebastián Piñera, festejaba el primer aniversario de su elección como mandatario en el Palacio de Cerro Castillo, un lujoso lugar de descanso presidencial con vista a las costas de Valparaíso y Viña del Mar, a pocas cuadras, los trabajadores del famoso puerto chileno eran duramente reprimidos por Carabineros.

Ellos también estaban de aniversario: el domingo pasado, se cumplió un mes desde el inicio del paro portuario que tiene en pausa las aguas comerciales de Valparaíso y que comenzó en demanda de mejores condiciones laborales.

El lunes, la policía chilena allanó violentamente el edificio del sindicato portuario, en el que se encuentran parte de los trabajadores en lucha, lanzando bombas lacrimógenas e ingresando por la fuerza.

Asimismo, un automóvil sin patente se presentó en el lugar y arrolló de manera intencional a tres personas que participaban de las protestas afuera del inmueble, antes de darse a la fuga. El hecho dejó en estado de gravedad a una fotógrafa y a dos dirigentes comunitarios.

Al mismo tiempo, desde los cerros y calles del puerto chileno, miles de personas se sumaron a un cacerolazo general en apoyo a los trabajadores, quienes han denunciado amenazas y persecuciones por parte de la empresa y de anónimos para, de esa forma, deponer la medida de fuerza.

Debido a los incidentes de la noche del lunes, la Unión Portuaria de Chile (UPC) informó que trabajadores de otros puertos de nueve ciudades del país se sumaron a la paralización, generándose una movilización a nivel nacional.

Las movilizaciones son encabezadas por los operarios eventuales, es decir, aquellos trabajadores que solo son convocados a laborar cuando hay exceso de trabajo en el puerto, lo que implica una serie de condiciones críticas: no tener estabilidad laboral ni contrato, lo que se traduce en ausencia de derechos, de beneficios y de protección social.

El viernes 16 de noviembre, 600 operarios eventuales de las terminales portuarias Cerros de Valparaíso (TCVAL) y Pacífico Sur (TPS) entablaron negociaciones con sus empleadores. Si bien los primeros lograron un acuerdo con su empresa, con los trabajadores del TPS no fue así, por lo que continúan movilizados.

Las exigencias de los portuarios se basan en tres puntos: constituir una mesa de diálogo para discutir sus condiciones laborales; el pago de un bono y el compromiso de no perseguir ni llevar a cabo represalias por parte de la empresa a los trabajadores que participan de las movilizaciones.

Al no existir respuesta por parte de las empresas, el alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, perteneciente a la coalición izquierdista Frente Amplio (FA), dispuso la Municipalidad como punto neutro de diálogo entre ambas partes. Sin embargo, sólo hubo voluntad de los trabajadores para acudir a la mesa.

El gobierno también intentó mediar y, luego de dos semanas de iniciadas las movilizaciones, y tras una reunión con la ministra de Trabajo, Alejandra Krauss, los trabajadores de la concesionaria TCVAL aceptaron la propuesta de la compañía. Pero, en TPS, aún persiste el conflicto entre la compañía y los funcionarios.

Esto ha acarreado el recrudecimiento de las protestas ante la nula respuesta de las autoridades. El dirigente sindical Pablo Klimpel aseguró que recurrirán a instancias superiores si no se llega a un acuerdo con TPS.

Valparaíso es conocida mundialmente como una de las ciudades turísticas más atractivas. Además de su potencial económico como el segundo puerto principal del país por el que entran y salen productos, el turismo es su principal ingreso.

Por el paro, se han desviado buques de carga y dos cruceros internacionales. Asimismo, el Año Nuevo en Valparaíso es un evento de fama mundial, en el que se reciben visitas de todos los países para participar del espectáculo de fuegos artificiales más grande de América Latina, que llena de luces las costas de todas sus playas.

Sin embargo, los portuarios fueron claros: si no hay Navidad para ellos, no habrá Año Nuevo para Valparaíso. “Hay 420 trabajadores portuarios que no saben cómo van a pasar la Navidad”, aseguraron desde el sindicato. “Estamos radicalizados”, afirmaron.


Adhiriendo al movimiento, el alcalde Jorge Sharp hizo un llamado al mandatario chileno: “Quiero solicitar al presidente Piñera que intervenga directamente en este conflicto, el gobierno de Chile tiene las facultades a partir del contrato de concesión que hoy sostiene con la empresa TPS para poder obligar a ese concesionario a llegar a acuerdo, a sentarse a la mesa y poder resolver este problema ahora. Valparaíso no puede seguir esperando”.

Por su parte, la empresa TPS ha señalado que reintegrará a los trabajadores que adhieren al paro, pero quienes no hayan estado vinculados a las protestas, dándoles como incentivo un préstamo de 350 mil pesos chilenos (500 dólares) y un bono de 200 mil pesos (290 dólares). La propuesta significó un acto de humillación para los trabajadores.

El paro ha ganado apoyo popular de organizaciones políticas, movimientos sociales y también de otros sindicatos. “La Unión Portuaria de Chile informa la paralización inmediata en apoyo a los compañeros de Valparaíso, fuertemente reprimidos por Carabineros. Puertos paralizados hasta ahora: Iquique, Antofagasta, Caldera, Huasco, Chañaral, San Vicente, Talcahuano, Puerto Montt y Punta Arenas”, reportaron en su cuenta de Twitter.

Ante el escenario actual y lo que puede venir, el alcalde Sharp hizo un nuevo emplazamiento al gobierno, pidiéndole que su estrategia de negociación debe ser con la empresa y no con los trabajadores. Asimismo, llamó a las autoridades y a Carabineros de Chile a que “no contribuyan con su actuar a generar una escalada de violencia”. “El diálogo en el puerto es el único camino”, expresó Sharp.




2 comentarios:

  1. Lo más ruin, incentivar el esquirolaje. ¡Puagh!

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  2. El más canalla es el que encanalla a otro. Ese no merece perdón. Es como en los casos de corrupción. ¿Por qué castigan al corrupto y el corruptor se va de rositas? Pues porque hay otro más canalla aún, que es el lo permite.

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