05 abril, 2019

El movimiento de los chalecos amarillos despierta miedo y agresividad en sus oponentes



Francia: ¡movilizarse contra la represión judicial de los chalecos amarillos!

Leer el original en francés, publicado el 11 de marzo en Révolution.
Traducción: Arrezafe

El movimiento de los chalecos amarillos despierta miedo y agresividad en sus oponentes. Además de la violenta represión (2.000 personas han resultado heridas, 18 tuertas y cinco han perdido manos), el gobierno ha respondido mediante una intensa de represión judicial sin precedentes.

Una declaración realizada el 22 de noviembre de 2018 por la ministra de Justicia, Nicole Belloubet, otorgó carta blanca al estado para realizar registros y arrestos a cualquier persona asociada a los chalecos amarillos o simplemente por semejanza con los mismos.

Represión

La magnitud de la represión judicial es asombrosa. Durante más de cuatro meses de movilización, el Ministerio del Interior informó que más de 8,000 personas fueron detenidas por asociación con el movimiento y 1800 condenadas. Por orden del Ministerio de Justicia se han producido arrestos masivos. El simple hecho de usar gafas protectoras o de tener una solución salina (que se puede utilizar para tratar los efectos de los gases lacrimógenos) es suficiente para que alguien sea detenido y quede bajo custodia. El Syndicat des Avocats de France (SAF) ha denunciado la ausencia casi sistemática de informes policiales adecuados. En su lugar, los gendarmes simplemente llenan una "hoja de calificaciones" (un tipo de cuestionario de opción múltiple que a menudo es ambiguo e incompleto) para procesar al acusado.

En París, el número de comparecencias inmediatas ante un tribunal se ha duplicado desde el comienzo del movimiento. El Tribunal Superior de París es como una factoría donde los juicios se emiten día y noche en cantidades infernales. Los motivos de las condenas a menudo son confusos y engañosos, como este, por ejemplo, de "participación en un grupo para la preparación de la violencia y la destrucción". Este "delito" surrealista permite que cualquier persona que se halle en la escena de una protesta pueda ser detenida y condenada sin que ni siquiera haya habido enfrentamiento con la policía.

Le Monde Diplomatique relató la historia de un trabajador bretón detenido en un aparcamiento, lejos de cualquier protesta, porque el maletero de su automóvil contenía equipo de protección (máscara y gafas) ¡fue condenado a seis meses de inhabilitación!

Por otra parte, la policía es libre de atacar y mutilar a los manifestantes con total impunidad. Considérese el caso de Didier Andrieux, el comisario que golpeó a varias personas pacíficas durante la octava semana de protestas en Toulon. No se ha enfrentado a ningún proceso judicial. Las llamadas "Investigaciones IGPN" contra la conducta indebida de la policía equivalen a nada.

Ejemplificantes sentencias contra los chalecos amarillos.

Las sentencias contra los chalecos amarillos son formidables. Además de las altas multas, se dictan penas de prisión. En 316 ocasiones, se han registrado orden directa de prisión incondicional.

Desde 1995 hasta 2018, se emitieron 33 sentencias prohibiendo manifestaciones. En los últimos cuatro meses, a varios cientos de chalecos amarillos se les ha prohibido manifestarse, y algunos que lo hicieron fueron privados de sus "derechos civiles", incluido el derecho al voto.

En televisión, periodistas y expertos piden acciones más enérgicas contra los "matones sediciosos" arrestados en las manifestaciones, pero en el informe de los acusados no vemos matones, sólo trabajadores precarios, campesinos, transportistas y estudiantes.

Las sentencias dictadas tienen una función política. La represión judicial tiene como objetivo intimidar a los opositores del gobierno y reducir las manifestaciones, cuyo derecho está, de facto, socavado.

Lo hemos dicho antes y lo repetimos: ante la brutalidad de la policía y la represión judicial contra el movimiento de los chalecos amarillos, la respuesta de los dirigentes sindicales no está del todo a la altura.

La dirección de la confederación sindical con más militantes, la CGT, se ha limitado a vagas protestas. Pero no ha tomado medidas serias, por no hablar de una huelga general de 24 horas, lo que sería un buen comienzo. La debilidad invita a la agresión. Si ve que la represión ejercida contra los chalecos amarillos no provoca ninguna reacción de los sindicatos, el gobierno irá más allá. A través de los chalecos amarillos, toda la clase trabajadora es el objetivo.

¡Abajo la represión judicial contra los chalecos amarillos!
¡Por una huelga general de 24 horas!

¡ON LÂCHE RIEN! ¡NO NOS RENDIMOS!

3 comentarios:

  1. Se nos olvida que Francia ha sido y es un imperio disfrazado de república.
    Libertades formales, mientras sean inofensivas.
    Reservado el derecho de admisión: ¡No crucéis mis límites!

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  2. Suscribo el comentario de Juan José.
    No sé por cuanto tiempo seguirán con las movilizaciones, pero parece que se ha convertido en un modo de vida.
    Salud!

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    1. Ese es, a mi parecer, un riesgo en el que espero no caigan. Por eso, estas movilizaciones, a la par que crean conciencia y unidad, deben establecer metas más allá de la mera protesta periódica. Los paros y la huelga general son tan necesarios como inevitables si se quieren alcanzar los objetivos que se proponen.

      Salud!

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