27 junio, 2019

La declinante economía estadounidense ——————— Paul Craig Roberts



Traducción: Arrezafe. Artículo completo en inglésaquí

Desde junio de 2009, los estadounidenses han vivido en la falsa realidad de una economía recuperada. Se han utilizado noticias falsas y estadísticas manipuladas para crear esta falsa impresión. Sin embargo, los indicadores que realmente cuentan lo desmienten, pero han sido ignorados.

Por ejemplo, es normal que en una economía en recuperación o en expansión la tasa de participación de la fuerza laboral aumente. Sin embargo, durante la década de la recuperación, desde junio de 2009 hasta mayo de 2019, la tasa de participación laboral disminuyó de 65.7 a 62.8 por ciento. https://www.bls.gov/charts/employment-situation/civilian-labor-force-participation-rate.htm

Otra característica de un crecimiento sostenido es la alta y creciente inversión empresarial. Sin embargo, las corporaciones estadounidenses han usado sus ganancias, no para la expansión, sino para reducir su capitalización de mercado mediante la recompra de sus acciones. Además, muchos han ido aún más lejos y han pedido prestamos para recomprar sus acciones, endeudando así a sus compañías al reducir su capitalización. Que las juntas, los ejecutivos y los accionistas decidieran saquear sus propias compañías indica que, tanto los ejecutivos como los propietarios, no perciben una economía que justifique nuevas inversiones.

¿Cómo se reconcilia el supuesto auge de 10 años con una economía en la que las corporaciones no ven oportunidades de inversión?

En el transcurso de la supuesta recuperación, el crecimiento real de las ventas minoristas ha disminuido y se sitúa hoy en el 1,3%. https://www.multpl.com/us-real-retail-sales-growth
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Las ventas minoristas no pueden crecer cuando "para la mayoría de los trabajadores de EE.UU., los salarios reales apenas se han movido en décadas". https://www.pewresearch.org/fact-tank/2018/08/07/for-most-us-workers-real-wages-have-barely-budged-for-decades/

Para las personas empleadas a tiempo completo, los salarios reales han caído un 4.4% desde 1973. 
https://www.businessinsider.com/record-median-household-income-is-hiding-a-chilling-fact-2017-9

Los voceros económicos explican los hechos. Por ejemplo, argumentan que las personas trabajan más horas, por lo que sus ganancias aumentan, aunque sus salarios reales no.

Otros argumentan que la disminución de la tasa de participación en el ámbito laboral refleja las jubilaciones del baby-boom. Por supuesto, si mira a su alrededor en Home Depot y Walmart [grandes almacenes], verá a muchos jubilados trabajando para complementar sus paupérrimas pensiones de la Seguridad Social, a las que se les ha negado los ajustes del costo de vida por la infravaloración de la inflación.

Otros voceros económicos dicen que la baja tasa de desempleo significa escasez de mano de obra y que, por tanto, quienes quieren un empleo lo obtienen. Lo que no nos dicen es que el desempleo se ha enfocado de tal manera que excluye a millones de trabajadores que, no pudiendo encontrar trabajo dejaron de buscarlo. Si no has buscado un empleo en las últimas 4 semanas, ya no se te considera parte de la fuerza laboral y, por lo tanto, tu desempleo no cuenta.

Es caro buscar empleo. Hay que gastar dinero en vivir y en transporte, dinero que, finalmente, se acaba. También es anímicamente caro. Los rechazos constantes difícilmente generan confianza o esperanza. La gente recurre a trabajos ocasionales para poder sobrevivir. Resulta que muchas de las personas sin hogar tienen trabajo, pero no ganan lo suficiente para cubrir un alquiler, por eso viven en las calles.

La propagandística tasa de desempleo, del 3.5%, no incluye a ninguno de los millones de trabajadores desmoralizados que no encuentran trabajo. El gobierno sí tenía una manera, ahora en desuso, de medir el desempleo, que incluía a los desempleados a corto plazo. Desde el mes pasado, dicha tasa se mantuvo en el 7.1%, más del doble de la tasa oficial del 3.5%. John Williams, de shadowstats.com, continúa estimando el desempleo de largo plazo tal como lo hacía anteriormente el gobierno, y estima que la tasa real de desempleo en los Estados Unidos es del 21%.

La tasa del 21% tiene sentido, a la luz de los informes de la Oficina del Censo que indica que un tercio de los estadounidenses de 18 a 34 años viven en casa con sus padres porque no ganan lo suficiente como para costearse una vida independiente.

Según los informes de la Reserva Federal, el 40% de los hogares estadounidenses no disponen de 400 dólares en efectivo. https://www.cnbc.com/2018/05/22/fed-survey-40-percent-of-adults-cant-cover-400-emergency-expense.html

La economía estadounidense comenzó su declive por la miopía y la codicia capitalista. Cuando la Unión Soviética colapsó en la última década del siglo XX, India y China abrieron sus economías a los países occidentales. Las corporaciones entonce vieron oportunidades en el bajo coste de las condiciones laborales de China e India, oportunidad para aumentar sus ganancias y reducir costes al producir en ultramar los bienes y servicios destinados a sus mercados domésticos. Aquellos que dudaban en abandonar sus lugares de origen y sus fuerzas laborales, fueron empujados a deslocalizarse amenazados por Wall Street, que dejaría de financiarlos a menos que aumentaran sustancialmente sus ganancias.

El desplazamiento de millones de empleos estadounidenses de alta productividad y alto valor agregado a Asia destruyó las carreras y perspectivas de millones de estadounidenses, afectando gravemente los presupuestos estatales, los locales y los fondos de pensiones. El costo derivado de la deslocalización fue extremadamente alto para la economía, superó con creces las ganancias obtenidas por la deslocalización. De la noche a la mañana, ciudades estadounidenses prósperas y que una vez fueron fuente de pujanza industrial y manufacturera, se convirtieron en ruinas económicas.

La "guerra comercial" con China es una orquestación para encubrir el hecho de que los problemas económicos de Estados Unidos son el resultado de los errores de sus propias corporaciones y de Wall Street, que trasladaron los empleos estadounidenses a ultramar, pero también del gobierno de los Estados Unidos, que no hizo nada para detener el desmantelamiento de su economía.
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Normalmente, un gobierno debería proteger los empleos si quiere obtener ingresos fiscales en lugar de asumir los gastos derivados del desempleo y la asistencia social. Se supone que los políticos quieren el éxito, no el fracaso económico. Pero la codicia superó al juicio, y las perspectivas de la economía a largo plazo se sacrificaron a la avaricia cortoplacista y corporativa de Wall Street.

Las beneficios de la deslocalización son a corto plazo, porque la deslocalización se basa en la siguiente falacia: la suposición según la cual, lo que es cierto para una parte, es cierto para el conjunto. Una sola corporación, e incluso varias, puede beneficiarse al abandonar su fuerza laboral doméstica y producir en el exterior para su mercado interno, pero cuando muchas empresas hacen lo mismo el impacto en los ingresos de los consumidores domésticos es grave.
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Gran parte de la prosperidad de Estados Unidos posterior a la Segunda Guerra Mundial y la mayor parte de su poder se deben al papel del dólar estadounidense como moneda de reserva mundial. Esta función garantiza una demanda mundial de dólares, y esta demanda de dólares significa que el mundo financia el presupuesto y los déficits comerciales de los Estados Unidos mediante la compra de deuda estadounidense. El mundo nos da bienes y servicios a cambio de nuestros billetes. En otras palabras, ser la moneda de reserva le permite a un país pagar sus cuentas imprimiendo dinero.

Cualquier persona pensaría que el gobierno debería proteger tal ventaja y no alentar a los demás países a abandonar el dólar. Pero el gobierno de los EE.UU., imprudente en su arrogancia y absoluta ignorancia, ha hecho todo lo posible para provocar la huida del dólar. El gobierno de los EE.UU. utiliza el sistema financiero basado en el dólar para obligar a otros países a acomodar sus propios intereses a los de los EE.UU. Las sanciones y amenazas de sanciones contra otros países, la congelación de activos y las confiscaciones, etc., han llevado a grandes sectores del mundo (Rusia, China, India, Irán) a no utilizar el dólar en sus transacciones, lo cual reduce la demanda de dólares. Las amenazas contra los europeos por comprar energía rusa y productos de tecnología china, son elementos delirantes de la política imperial de Washington respecto a Europa. Un país con el endeudamiento masivo de los EE.UU. pronto se vería reducido al estatus de país tercermundista si el valor del dólar colapsara por falta de demanda.

Hay muchos países en el mundo mal liderados, pero el liderazgo de los Estados Unidos es el peor de todos. Nunca bueno, dicho liderazgo entró en un precipitado y continuo declive con la llegada de los Clinton, seguido de Bush, Obama y Trump. La credibilidad estadounidense está en su punto más bajo. Tontos como John Bolton y Mike Pompeo creen que pueden restaurar la credibilidad haciendo volar en pedazos a países. A menos que estos peligrosos idiotas sean despedidos, todos tendremos la amargura de experimentar cuán equivocados están.

Antaño, la Reserva Federal llevó a cabo una política monetaria con el fin de minimizar la inflación y el desempleo, pero hoy, y durante la última década, la finalidad de su política consiste en proteger los balances de los bancos, que son "demasiado grandes para quebrar", y otras Instituciones financieras favorecidas. Por lo tanto, es problemático esperar los mismos resultados de entonces.

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1 comentario:

  1. ¿Callejón sin salida?

    Eso parece decir Gianni Vattimo en un titular de hoy mismo:
    "Espero morir antes de que reviente todo".

    A ratos espero que el "viejo topo" la encuentre. Yo únicamente la busco.

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