21 marzo, 2020

Apoteosis de la maldad — Atilio Borón



Jaque al neoliberalismo 17/03/2020

La situación de los últimos días nos ofrece un ejemplo de una perversidad pocas veces vista: en medio de una pandemia global la mayor superpotencia del planeta persiste en la aplicación de una política de bloqueo y sanciones económicas contra terceros países que impiden, o dificultan enormemente, acceder a los medicamentos necesarios para defenderse de la mortal amenaza del coronavirus.

La historia de la humanidad está signada por infinidad de episodios que desnudan la omnipresencia del mal. Caín ultimando a su hermano Abel da comienzo a esta historia desde los albores míticos de la especie humana. A lo largo de siglos y milenios los ejemplos abundan, en todas las latitudes. Ninguna sociedad se libró del mal y los sufrimientos que ocasiona. Pero la situación de los últimos días nos ofrece un ejemplo de una perversidad pocas veces vista: en medio de una pandemia global la mayor superpotencia del planeta persiste en la aplicación de una política de bloqueo y sanciones económicas contra terceros países que impiden, o dificultan enormemente, acceder a los medicamentos necesarios para defenderse de la mortal amenaza del coronavirus.

Entre nosotros, Cuba y Venezuela han sido víctimas principales de esa política criminal. Cuba viene soportando con dignidad y estoicismo ejemplares el bloqueo integral más largo de la historia: ningún imperio, ningún déspota, ningún tirano por cruel o bárbaro que haya sido hizo lo que sucesivos gobiernos de Estados Unidos hicieron en contra de la isla rebelde. A lo largo de seis décadas perpetraron en su contra, sin pausa alguna, crímenes de lesa humanidad. Bajo Donald Trump éstos se agravaron hasta llegar a extremos desconocidos por la amplitud y variedad de sus intervenciones y su sistemática vocación de hacer el mal al pueblo cubano. Políticas genocidas encaminadas a exterminar o infligir graves daños a un colectivo, en este caso la nación cubana, que los autoproclamados líderes del mundo pretenden justificar aduciendo que con ellas la democracia, los derechos humanos y la justicia florecerán en Cuba. Detrás de tan altisonantes declaraciones se oculta un propósito inconfesable, perseguido por Estados Unidos desde 1783 según lo dejara sentado por escrito John Adams desde Londres. En efecto, en una célebre carta dijo que la isla era una “extensión natural” del territorio continental de Estados Unidos y que su anexión era necesaria para su seguridad nacional que podía ser nuevamente amenazada por el Reino Unido y que, por lo tanto, su independencia jamás debería ser tolerada. O sea, hay una obsesión de casi dos siglos y medio para apoderarse de la isla, misma que se exacerbó de modo extraordinario en fechas recientes.

Venezuela ha sufrido también la brutal agresión del imperio. Las “sanciones” económicas aplicadas el estado bolivariano y a sus principales dirigentes no tuvieron otro efecto que provocar crueles sufrimientos a la población y causar muertes por la imposibilidad de importar medicamentos y alimentos que o bien ya habían sido pagados o estaba el dinero depositado en bancos europeos para financiar su compra pero que la Casa Blanca ordenó inmovilizar. Otro genocidio de manual, unido al robo descarado de los patrimonios de la República Bolivariana de Venezuela en el exterior –caso CITGO, por ejemplo– y los continuos sabotajes y hostilidades vehiculizados a través de algunos asesinos seriales como Iván Duque y de bufones corruptos como el “autoproclamado” Juan Guaidó, estúpido de marca mayor que cree que los drones y los misiles de una invasión estadounidense, en caso de producirse, afectarían tan sólo a los chavistas dejando indemnes a sus escasos y cada vez más desmoralizados partidarios.

Washington, que ya inició su inexorable declinación como centro imperial, actúa como un hampón desenfrenado que impone su ley gracias a la mortífera eficacia de sus armas y, también, a la cobardía de gobiernos como los de Europa y Japón que consienten sus tropelías y admiten ovejunamente la “extraterritorialidad” de las leyes de Estados Unidos. Creen que el Calígula neoyorquino en ningún momento se volverá también contra ellos. La pandemia está demostrando lo contrario y también ratifica que la maldad que encarna Donald Trump y la dirigencia política y corporativa de Estados Unidos es incomparable.

Nadie, absolutamente nadie, arrojó bombas atómicas sobre dos ciudades indefensas en Japón. Nadie sometió a otro pueblo a un bloqueo de sesenta años o a sanciones económicas destinadas a infligir el mal a una comunidad. En el marco de una pandemia como la actual un mínimo resto de sentimientos humanitarios debería haber impulsado a la dirigencia de Estados Unidos –y no sólo a Trump– a declarar la temporaria suspensión del bloqueo y las sanciones en contra de Cuba y Venezuela. No lo han hecho, ni lo harán. Tenía razón Oscar Wilde cuando, hace poco más de un siglo, dijera que “Estados Unidos es el único país que pasó de la barbarie a la decadencia sin pasar por la civilización”.

10 comentarios:

  1. Lo más triste de todo, es que esos criminales movidos por el mal y perpretadores del mal, han conseguido manipular la opinión pública para que crean que el mal, es Cuba, Venezuela etc.. Han conseguido propagar tanto su mal que ahora mucha gente obrera y de a pie, cree que su enemigo son sus hermanxs y es el comunismo y el que defiende la vida y la justicia e igualdad social y el bien!

    Dan ganas de llorar.

    Salud Loam!

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    1. "Resistiré", cantan quienes apenas llevan una semana enfrentándose a esta situación. Cuba lleva 60 años resistiendo, no estaría mal que de vez en cuando saliéramos a los balcones y le dedicáramos un solidario aplauso.

      Dan ganas de...

      AbrazoT, Mareva!

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  2. ¿Nada que decir de Irán que ss uno de los países con más casos de resfriado mutante? Porque también lo tienen bloqueado.

    Salud!

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    1. El autor ha defendido en múltiples ocasiones no sólo a Irán, sino a Nicaragua, a Corea del Norte y a Siria. No menciona a Irán en este artículo porque en el trata de dos países latinoamericanos, de América Latina, de donde él es oriundo.

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  3. Tanto esparcir mierda ahora USA tendrá su propia medicina. USA cree que bloquea cuando lo que está haciendo es bloquearse a sí misma. Cuando esté bien arrinconada ya haremos justicia. Pero primero le daremos una lección a los capitalistas de estos lares, que los tenemos más a mano.
    Salud!

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    1. Tienen las fuerzas armadas más poderosas del mundo, pero los virus y la pobreza (que ya hace estragos en USA) no se pueden combatir a cañonazos. Aunque, quién sabe, igual al Calígula Naranja de Washington ordena a la Sexta Flota que ataque al coronavirus, jajaja...

      Salud!

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  4. Malagente malagente. Sus cálculos sin piedad son lo peor que ha podido pasar al mundo entero. Una élite impía y un pueblo sin educar.

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    1. Los más insensatos y obstinados depredadores del planeta.

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  5. Como siempre voy corriendo, no me había parado a leer bien la letra de la canción. Me encanta y la suscribo, y escuchándola me ha alegrado el día. Como me alegra pasar por aquí para enterarme bien de lo que no cuentan.
    Deseo que estés bien y gracias por existir tú y tu blog.

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    1. Gracias, Isabel, por tu alegre y generoso comentario.

      Un abrazo y salud!

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