04 marzo, 2020

Miren cómo sonríen — Violeta Parra






Miren como sonríen los presidentes
cuando le hacen promesas al inocente
Miren como le ofrecen al sindicato
este mundo y el otro los candidatos
Miren como redoblan los juramentos
pero después del voto, doble tormento

Miren el hervidero de vigilantes
para rociarle flores al estudiante
Miren como relumbra el carabinero
para ofrecerle premios a los obreros
Miren como se visten cabo y sargento
para teñir de rojo los pavimentos

Miren como profanan la sacristía
con pieles y sombreros de hipocresía
Miren como blanquearon mes de María
y al pobre le negaron la luz del día
Miren como le muestran una escopeta
para quitarle al pobre su marraqueta

Miren como se empolvan los funcionarios
para contar las hojas del calendario
Miren como gestionan los secretarios
las páginas amables de cada diario
Miren como sonríen angelicales
Miren como se olvidan que son mortales



6 comentarios:

  1. jajaja miren como dejan de sonreir en cuanto se queden sin grasa. Con el nuevo ciclo recesivo no sufre el pueblo, sufre el que tiene que mantener su status.
    Salud!

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    1. Tienen las armas, todas las armas. Con eso te digo casi todo.

      Salud!

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  2. A veces se les hiela la sonrisa en la cara, suele ser demasiado tarde.

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    1. Más de una vez, su sonrisa ha acabado en un cesto.

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  3. ¿Quién te dijo a ti
    que te hicieras carabinero,
    Juan Antillanca?

    Tú que naciste a la orilla del mar
    y que jugaste en las playas sin dueño,
    que naciste sabiendo
    que la vida no necesita ley
    porque allí nunca ocurre nada;
    a más de una ola y otra ola,
    un transitar de espuma,
    dos fantasmas de viento
    y una gaviota borracha de cielos…

    ¿Y qué más pasa, Juan Antillanca?

    Cuando llegaste de uniforme verde
    y te pusiste rígido,
    ¡parecías un atado de “colloi”!
    ¡cómo te gozaban los chiquillos,
    casi te empelotaron la primera vez!

    Tus ojos que eran mansos y risueños,
    tuviste que endurecerlos;
    y aquel gesto tuyo que era como un amanecer,
    lo transformaste en grito duro,
    en amenaza negra,
    en noche desconfiada…

    ¿Te acuerdas cómo se las arreglaban
    para tener algo de comer
    cuando tú eras niño?
    ¿Y ahora, Juan, tú andas buscando
    a los que roban ovejas
    porque tienen hambre
    y no tiene trabajo?

    ¿Cómo murió tu padre, recuerdas?
    ¿En qué cuartel amaneció muerto?

    A ti te han escogido para esto
    porque hablas “mapu dugun”
    y porque conoces
    todos los escondites de la costa.

    Te vimos esa tarde cuando llegaste al Mauleo:
    tú ibas más asustado que él,
    pasaste avergonzado frente a nosotros.

    Ese día, Juan, nos dio una pena grande.

    Alguien dijo:
    - Antillanca se hizo carabinero
    para ganarse el pan pescando presos a sus hermanos.

    ¿Qué gusto tiene ese pan Antillanca?


    Pedro Alonzo Retamal

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    1. ¡Tremendo! No conocía el poema ni al autor, de modo que, muchas gracias,.Chiloé, por tan valiosa aportación.

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