20 mayo, 2020

Economía real vs economía virtual — Luis Casado




POLITIKA 02/04/2015

Si no eres tan peras cocidas, la primera cosa que te viene in mente es la de saber cuál es la diferencia entre una y otra, y para saberlo no hace falta derrochar tiempo y dinero en Harvard.

Si perdiendo la chaveta alguien construye un Hospital en el lecho de un río del norte de Chile, a pesar de lo majareta de la idea, estás en la jodida economía real.

Si viendo lo que ves, decides apuntarte a un producto financiero –un seguro– que tiene como base la posibilidad de que al Hospital se lo lleve un pinche aluvión, llegado el aluvión y destruido el Hospital… cobras un jugoso seguro independientemente de que el Hospital no sea tuyo. Ahí… ahí estás en la economía virtual que suele ser más rentable que la real.

Esos productos existen, yo no invento nada, la prodigiosa creatividad de los mercados financieros hace surgir de la nada todo tipo de “activos”, unos más podridos que otros, basados en cualquier vaina, lo importante es que alguien –llevado por la codicia y las ansias de lucro rápido– lo compre, lo que ya crea un “mercado”, el chiste de la oferta y la demanda, eso por lo menos lo conoces.

Y visto que hay boludos que compran, los productos se venden, y se recompran, y se revenden, lo importante es no quedarse con el cacho cuando viene la recogida de la ola especulativa. ¿Captas?

De tal modo que la economía virtual, especulativa –basada en inventos que reposan en ficciones que se asientan en chamullos cimentados en fiebres que tienen una lejana relación con la economía real– termina por sumar cifras de negocio, volúmenes de intercambio, masas de “activos” (admitiendo que se pueda llamar así a productos tan evanescentes como la ética en el Parlamento) que superan ampliamente el producto real.

Justo para darte una idea, cuando el PIB planetario estaba cifrado en torno a los 50 billones de dólares, los “activos” financieros se acercaban a los US$ 850 billones, o sea diecisiete veces más.

Lo malo es que cada dólar ficticio invertido en productos ficticios debe escupir un beneficio más real que la factura del colegio en que pusiste a tus niños, y ese beneficio no tiene de dónde salir si no es de la jodida economía real.

Dicho en cristiano, eso quiere decir que un pequeño empresario que pide un crédito debe producir renta no sólo para el Banco, sino también para la nube de mierda que tiene encima. De ahí que las tasas de interés no tengan nada que ver con la economía real y te las pongan en niveles usureros: con tu trabajo tienes que alimentar toda la cadena de vampiros “virtuales” que viven sobre la economía real.

Lo mismo le pasa al currante que tira de la tarjetita de crédito. A ese penitente le pueden cobrar tasas superiores al 50% anual, mientras las tasas de los Bancos Centrales (FED, BCE…) están en cero o cerca de cero. Cero… para Bancos a los que no se les arruga el paño para cobrarte lo que les sale de la punta del nabo.

Si crees que me acabo de tomar una caipirinha doble después de cuatro chupitos de caña… te ruego darle una mirada al cuadro que sigue:


Según un organismo alemán –que na’ que ver con los pilotos en plan Banzai de la Lufthansa– lo que está en negro, abajo a la derecha, planito planito, es la evolución de la economía real. Y lo que ves en gris encima de la rayita negra, la evolución de la economía “virtual”, especulativa.

No hace falta llamarse Goethe para entender el título: “La gestación de un Casino Global”, que muy probablemente se refiere a la fórmula empleada por John Maynard Keynes a propósito de las prácticas bursátiles: “…la situación se pone seria (…) Cuando en un país el desarrollo del capital se transforma en el subproducto de la actividad de un Casino…” (JMK – La teoría general del empleo, el interés y la moneda – 1935).

¿PENTA, te dice algo? CODELCO y sus ventas a futuro… ¿te interpelan? CAVAL y sus enjuagues inmobiliarios en los que de un día para otro lo que se compra en $ 6.500 millones se vende en $ 9.500 palos y aún más… pura economía virtual, especulativa, en la que nadie da golpe, pero cobra como si hubiese trabajado una eternidad.

El personal, los que trabajamos y generamos esa rayita negra de abajo a la derecha en el cuadro de más arriba, tenemos que producir lucro para toda la masa de zánganos que está en gris. Es lo que llaman “el liure merca’o”.

Sin darte cuenta, leyendo esta parida, acabas de superar el nivel +3 de Economía de cualquier universidad al pedo. Y no tuviste que pagar ni aranceles.

De nada, cuando se te ofrezca…

4 comentarios:

  1. Tú lo sabes igual que yo, se llama usura institucionalizada (por ponerlo suave)

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    1. Es robo a mano armada (aunque lo perpetren con guante blanco e himno)

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  2. Hay un efecto del que no se habla pero está en el fondo de lo que sucede hoy en día: cuanto más aumenta el volumen de capital, real o ficticio, más disminuye el poder adquisitivo de los salario. Los salarios se comprimen. Estos, sin reconversiones ni vainas, suelen ser estables en el tiempo. Los capitalistas no necesitan robar, solo tener más dinero, inflar los precios y comprar lo que tú quieres un poco más caro. Es el sistema.
    Salud!

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