Anti Zionism is not antisemitism - Ilan Pappé
East London – Julio, 2019
Transcripción: Arrezafe
Es muy incómodo, es realmente embarazoso hablar de este tema, que nos veamos obligados a explicar que el anti-sionismo no es anti-semitismo, porque el lobby israelí y sus partidarios en este país nos amenazan con su distorsionada suposición de que anti-semitismo y anti-sionismo son realmente equiparables. Es una ecuación ridícula que se ha vuelto atroz porque, como todos sabéis, se ha utilizado principalmente para sofocar el debate sobre Palestina, no solo en este país, sino también en el continente y en los Estados Unidos, y particularmente con el fin de anular y derrocar a políticos que podrían alcanzar posiciones de poder y que son conocidos por su constante apoyo a la cuestión Palestina, ya sea en los Estados Unidos o aquí, en el Reino Unido.
Así que, por mucho que nos perturbe esta ecuación, que en realidad no merecería nuestra atención, no podemos ignorarla porque está en el discurso público, en los principales medios de comunicación, que la esgrimen continuamente, y en el Parlamento Europeo, que también la ha asumido. De modo que, tendremos afrontarla nos guste o no.
El segundo problema que tenemos es que no podemos afrontar tan falaz ecuación de manera telegráfica. De hecho, es inútil ir a un estudio de televisión donde te preguntan si crees que el anti-sionismo es anti-semitismo y te dan 65 segundos para explicarte. Yo pienso que es mucho mejor no ir. O bien –este es mi consejo para los cándidos políticos laboristas que se molestaron en ir a los estudios de la BBC y de Sky News– si cometen ese error y van a discutir sobre si hay o no anti-semitismo institucional en el Partido Laborista, ¿por qué no aprovechar el ese escaso tiempo para decir algo sobre Palestina? Porque ellos no lo harán nunca. Sky News nunca ha informado de nada de lo ocurrido en Gaza en el último año, la BBC ha dejado de hacerlo en los últimos cinco meses. Nadie ha informado de que, ayer, los israelíes dispararon a 50 jóvenes en la frontera de Gaza, la semana anterior a 49 y de que la anterior mataron a periodistas, médicos, jóvenes, hombres y mujeres. Si escuchas los medios de comunicación de este país no te enterarás, pero en cambio sabrás que en Facebook, hace 16 años, alguien dijo algo que podría sonar a anti-semitismo.
Debido a que el asunto no se puede afrontar de manera telegráfica, la única forma es historizándolo. ¿Qué quiero decir con esto? Que es necesario situarlo en un contexto histórico para poder explicar cuál es la diferencia entre judaísmo y sionismo, y por tanto, cuál es la diferencia entre anti-sionismo y anti-semitismo. Y es muy importante recordar que el anti-semitismo, o más bien el odio a los judíos –porque como sabéis, los palestinos también son semitas como el resto de los árabes–, las actitudes y políticas antijudías, han estado entre nosotros durante mucho tiempo. Están profundamente arraigadas en la fe cristiana y fueron utilizadas como justificación de horribles políticas de persecución, discriminación e incluso genocidio, eso lo sabemos. Este patrón de conducta se basa en difamar u odiar a los judíos porque son judíos.
A diferencia del anti-semitismo, o sentimiento antijudío, el anti-sionismo es un fenómeno reciente asociado al sionismo. Y no sé cuántos lo sabéis, pero el sionismo comenzó como un proyecto cristiano, no como un proyecto judío. A principios del siglo XIX, aquellos que se denominaban a sí mismos sionistas eran cristianos evangélicos, sacerdotes y pensadores que creían que el regreso de los judíos a Palestina traería el regreso de Jesucristo, que conduciría a la resurrección y a la conversión de los judíos al cristianismo o a arder en el infierno si no lo hacían. A estos yo los llamo "cristianos barbacoa".
Ahora bien, estos "cristianos barbacoa", que eran muy destacados a principios del siglo XIX, también lo son hoy. Son la base principal del presidente Trump y sus partidarios, y es probable que en Estados Unidos haya sionistas (cristianos antisemitas) mucho más influyentes que los judíos estadounidenses, quienes a diferencia de la comunidad anglo-judía, sionista y pro Israel, se sienten cada vez más incómodos con el sionismo y con Israel. Ser anti-sionista a principios del siglo XIX no significaba ser antisemita, significaba que no creías que los judíos debían regresar a Palestina. Conviene tener presente todo esto.
Ahora, trasladémonos a Palestina a finales del siglo XIX, cuando los judíos comenzaron a adoptar la idea del sionismo debido a la persecución y a las políticas de discriminación y porque sentían que en Europa no los querían. Cuando algunos de ellos quisieron incluso redefinir el judaísmo como una nacionalidad, sugiriendo equiparar el judaísmo con el sionismo, la mayoría de sus oponentes fueron judíos, no cristianos. A finales del siglo XIX, la mayoría de los judíos del mundo no creían que se pudiera sustituir el judaísmo por un nacionalismo romántico. Así, tenías judíos ultra-ortodoxos que rechazaron la idea porque pensaban que contravenía la voluntad de Dios y que sustituía una religión ancestral con una pobre ideología de corte romántico nacionalista, y judíos seculares que creían que el comunismo, el socialismo e incluso el liberalismo eran ideologías universales que ayudarían a acabar con el anti-semitismo y con cualquier otro tipo de racismo, haciendo del mundo un lugar mejor, no solo para los judíos, sino también para los no judíos.
Pero, con la ayuda del Imperio Británico, el sionismo se salió con la suya y a finales del siglo XIX logró asentarse en Palestina. Es entonces cuando el sionismo se convierte en lo que hoy llamamos un movimiento colonial, donde los colonos que vienen de Europa sin posibilidad de volver, porque no se les quiere, se encuentran con una población indígena –como sucedió en los Estados Unidos o América del Norte, en Australia, en Nueva Zelanda, en Sudáfrica...– y estos colonos se piensan a sí mismos como indígenas, clasificando a los autóctonos como colonos, como extranjeros. En este sentido, el sionismo no es muy diferente de otros movimientos que colonizan el mundo. Entonces, si tú eras palestino y rechazabas la idea de que alguien pudiera venir a expulsarte de tu tierra –incluso con "la divina historia" de que vivió allí hace dos mil años– al rechazar dicha idea no eras antisemita, eras anticolonialista, y el nacionalismo palestino creció como un movimiento anticolonialista desde 1882 hasta 1948, cuando el movimiento colonial sionista y sus colonos perpetró la limpieza étnica de la mitad de la población palestina, la destrucción de la mitad de sus aldeas y la demolición de la mayoría de sus ciudades, convirtiendo a un millón de palestinos en refugiados.
Soldados y civiles judíos saquearon masivamente las propiedades
de los palestinos en el transcurso de la guerra de 1948
¿Rechazar semejante crimen contra la humanidad, es antisemitismo? ¿Rechazar un crimen cometido por judíos te convierte en antisemita? No. Quienes rechazan este crimen rechazan cualquier otro crimen de semejante magnitud, aunque hubiera sido perpetrado por budistas, musulmanes, cristianos o agnósticos, no importa, lo que importa es lo que esa gente hizo, no su identidad.
Y es interesante señalar cómo los palestinos pudieron irrumpir en la escena internacional señalando su justa causa de descolonización y que ellos no formaron parte de la historia del odio de Europa al judaísmo. Pero tuvieron dificultades para hacerlo. Hubo un momento, a finales de los sesenta y principios de los setenta, en el que el mundo se abrió un tanto a las ideas de descolonización. Fue en 1975, cuando Naciones Unidas aprobó una resolución muy razonable que equiparaba el sionismo a la discriminación y al racismo, resolución que fue revocada en 1991 bajo presión de Estados Unidos. En el momento en que dicha resolución se aprobó, fue adoptada por un mundo descolonizado que igualaba la lucha contra el sionismo con cualquier otra lucha en contra del colonialismo en el mundo. Por eso se adoptó dicha resolución, no por anti-semitismo. Fue, además, un intento de corregir, de rectificar una resolución de Naciones Unidas contra los palestinos en 1947, cuando decretaron que Palestina debía ser dividida entre un estado nación para los colonos ocupantes, muchos de los cuales habían llegado a Palestina dos o tres años antes, y la población indígena nativa de Palestina. La ONU que adoptó el plan de partición en 1947 no albergaba ni un sólo miembro descolonizado en su seno. La ONU que adoptó la resolución que igualaba sionismo y racismo estaba colmada de nuevas naciones representando al tercer mundo descolonizado. Esto es muy importante recordarlo.
Ahora estamos en una fase en la que Israel se inventa la idea de un nuevo anti-semitismo. Y creo que es importante explicar porqué el judaísmo y el sionismo no tienen nada en común, en el sentido de que, uno es una religión y el otro una ideología. No obstante, lo importante es entender dónde nos encontramos ahora, una fase que comenzó hace unos 20 años y cuyos sus orígenes datan de la primera intifada, del primer levantamiento en los territorios palestinos ocupados en 1987. Israel comprendió que, a medida que pasaban los años se hacía más difícil evitar que las personas concienciadas y con un mínimo de decencia no sintieran repugnancia por sus políticas hacia los palestinos. No era como antaño, en que uno podía ocultarse porque la gente no podía visitar y no sabía... Después de 1987, la gente supo, y lo que supo la motivó a decantarse y trabajar en pro de Palestina, y a condenar sobre el terreno las inmorales políticas israelíes. La única forma que Israel tenía de afrontarlo era matando al mensajero, porque no había forma de matar el mensaje. ¿Y cómo matas al mensajero? Lo culpas de ser antisemita y si es judío, de odiarse a sí mismo. Esta es otra cosa que inventó Israel: el judío que se odia a sí mismo, que es una especie de enfermedad que yo padezco. Consulté a mi médico pero me dijo, "olvídalo, es crónica".
Luego utilizaron los horribles sucesos del 11 de septiembre en los Estados Unidos y la llamada Guerra contra el Terrorismo para inventar esta especie de alianza imaginaria entre el Movimiento de Liberación Palestino, grupos extremistas de fanáticos islámicos y supremacistas blancos de extrema derecha, para así acusar a todos ellos de estar en el mismo barco y de tener en común el odio a Israel, lo que finalmente significa anti-semitismo. No funcionó tan bien con el supremacismo de derecha porque, como sabéis, estos tipos de la EDL, que se envuelven en la bandera israelí, están muy contentos con Israel. También los neonazis en Alemania y Austria están entusiasmados con Israel como modelo.
Así que dejaron de utilizar la supuesta alianza de la derecha y la izquierda, ahora sólo están enfocados en la izquierda y los islamistas como alianza que conforma la base del nuevo anti-semitismo. A saber por qué esta treta funciona con las élites políticas de Occidente y los principales medios de comunicación. Pero hay algo ahí que desconcierta la mente: la facilidad con la que aceptaron esta idea de que criticar la ideología de Israel es distinto a criticar la ideología del apartheid en Sudáfrica. Si critico la ideología de Israel, puedes decir que estoy equivocado, puedes intentar rebatirme, pero ¿tratar de acallarme acusándome de anti-semita? Mostrar sobre el terreno la conexión entre sus políticas racistas la ideología del Estado de Israel, ¿me convierte en anti-semita? Si quien me acusa de ello tuviera razón, entonces todos los palestinos del mundo serían anti-semitas. No puedes ser palestino y sionista. De hecho, no puedes ser miembro de la comunidad musulmana mundial, comprometida en la causa Palestina, y ser sionista. Entonces ¿todos los musulmanes son anti-semitas? ¿Y qué hay de las personas de izquierda que durante años rechazaron el sionismo y apoyaron la causa palestina, también son todas ellas anti-semitas?
Es tan ilógico, tan superficial y tan estúpido que uno se pregunta cómo es posible escuchar a filósofos, políticos de alto nivel y destacados periodistas explicando y defendiendo seriamente la idea de que criticar hoy la ideología del Estado de Israel implica la negación del Holocausto. De tal manera que, ahora, criticar al Estado de Israel ya no solo supone ser anti-semita, supone la negación del Holocausto. También eres criminal y niegas el Holocausto si criticas esa misma ideología que discrimina a los palestinos por ser palestinos. Es una locura. Y esta locura, como sabéis, ha irrumpido de lleno en la historia del Partido Laborista.
¿En que fecha apareció la primera noticia sobre el supuesto anti-semitismo institucional del Partido Laborista? No he visto a ningún periodista preocupado por buscarla... Es asombroso. Yo lo hice. Ningún periodista se había siquiera molestado en preguntarse cuál era el momento exacto en que, de repente, se nos revela que en el Partido Laborista existe antisemitismo institucional. ¿Sabéis cuando sucedió? Yo lo comprobé. No fue cuando Jeremy Corbyn fue elegido líder del partido, no. Fue después de que los dos intentos anteriores de derrocarlo fracasaran. Entonces llegó la primera noticia: Sky News, la Fox News de Gran Bretaña (Dios mío, solo hablar de ellos me asquea)... Sky News, de manera sensacionalista, abrió su boletín de noticias: "Encontramos evidencia de anti-semitismo institucional en el Partido Laborista". Uno o dos días después de que el segundo intento de derrocar a Jeremy Corbyn fracasara. Entonces te preguntas, ¿puedes ponerte en la piel de los líderes laboristas que tienen que hacer frente a semejante acusación?
Ahora bien, no voy a usar esta plataforma para ensañarme con un partido y una gente a la que amo y conozco personalmente. Pero creo que ha habido algo erróneo en la forma en que se ha abordado todo este asunto. Como si la gente hubiese olvidado el hecho de que en la década de 1930, este partido y las personas que creían en el socialismo, fueron los únicos que lucharon contra el fascismo en Londres, mientras que el partido de Theresa May albergaba a muchos bastante hipnotizadados por el nazismo y el fascismo. La gente debería repasar la historia y ver quién estaba en contra del racismo y quién no tuvo inconveniente en respaldarlo. Entonces, si se posee tal pedigrí, si se posee semejante historial, no se debe ceder con tanta facilidad ni dejarse intimidar tan fácilmente. Y ese patético intento de disculparse, ya sabes, "se me malinterpretó" o "en la fotografía junto a los líderes de la OLP... realmente no estoy dentro, estoy a la izquierda, no a la derecha"... Esto es un error. ¡Siéntete orgulloso! Yo estuve en ese cementerio, estuve en este cementerio como judío israelí, como judío israelí, allí, con Yasir Arafat, en el cementerio de Abu Jihad y Abu Yad. ¡Y presenté mis respetos por los combatientes por la libertad de Palestina! No te avergüences, no te avergüence haber estado allí.
Necesitamos cambiar el relato, los palestinos no son terroristas, el Movimiento Nacional Palestino no es un movimiento terrorista, es un movimiento anticolonialista que no ha dejado de luchar. Y a todos ellos, ya sean religiosos o seculares, la razón que como refugiados los motiva es que desean regresar a su tierra natal, dejar de vivir bajo ocupación militar, no vivir bajo asedio en Gaza, no ser calificados como ciudadanos de segunda del Estado de Israel. No hay nada de malo en apoyar esta causa, y si quieren tildar de antisemita a cualquiera que la apoye, dejadles que lo hagan y usemos todos los medios disponibles para informar sobre Palestina, no para responder a sus estúpidas acusaciones.
Ya sé que es más fácil decirlo que hacerlo, no estoy diciendo que sea fácil, pero os diré, como antisionista que ha vivido en Israel. De vez en cuando me invitaban a la televisión israelí para someterme a un "consejo de guerra". Necesitaban un espectáculo para las masas, así que solían invitarme. No me hacían ninguna pregunta, solo querían decirme lo cerca que estaba del judío que se odia a sí mismo, que apoya a la OLP, etc. Pero incluso en los cinco minutos de que disponía, informaba al país sobre la nakba, sobre los crímenes del ejército y del servicio secreto israelí israelí. Por supuesto que a los tres minutos me frenaban y me echaban del estudio, pero esos tres minutos eran mucho mejores que explicar "no, no soy un traidor, no soy un antisemita, no me odio a mí mismo, realmente me amo”, o cosas así.
Y creo que hay algo de eso en la forma en que se ha comportado el Partido Laborista. Entiendo estas campañas de intimidación, fui víctima de ellas, es desestabilizador, utilizan todas las tácticas de manual para hacerte sentir constantemente acosado. Pero debemos superar todo eso, debemos retomar las riendas del relato. Se ha llegado a expulsar a alguien por decir, con razón, que el Partido Laborista se ocupa demasiado de este asunto del anti-semitismo. Algo inaceptable en un partido que cree en el socialismo, en la justicia social, en la justicia humana.
Nos enfrentamos a poderosas élites de derecha en la economía, en la cultura, en la política, y tendremos que hacerlo con mucha fuerza porque estamos viendo cómo se propaga este tipo de liderazgo, de los EEUU al Reino Unido y del Reino Unido a otras partes del continente. No puedes desafiar a estos personajes disculpándote, tratando de satisfacerles, no puedes satisfacer a estas bestias, solo puedes decirle al mundo que tienes un sólido sistema de valores morales históricamente fundamentados de los que todos deberíamos estar orgullosos. Hay muchos judíos, en este país y en el mundo, que se sienten lo mismo que yo.
Así que este [el antisemitismo] ni siquiera es un tema de judío o no judío, en realidad es el tema de un lugar [Palestina] que ha sido borrado de la conciencia pública y de los medios de comunicación, pero que aún palpita en el corazón de la sociedad civil. Y esta sociedad civil espera de nuestro activismo que, en los partidos, en los parlamentos, en la propia política, representemos su innegable apoyo y la plena comprensión de lo que significa la solidaridad con los palestinos, con voz clara y sin disculpa ninguna ni intento de apaciguar a quienes nos lanzan acusaciones falsas como esta de la que hemos hablado esta noche. Muchas gracias.
Inmejorable. Hay que hacer un esfuerzo colosal para imponer la verdad a las posverdades que sin cesar bombardean en alfombra los "dueños del adjetivo".
ResponderEliminarEn eso estamos, Juan José, en eso estamos.
EliminarTener que diferenciar entre antisionismo y antisemisitismo es luchar contra todos los medios de comunicación que vierten miles y miles de contenidos intentando equipararlos. Como siempre juegan a despistar y ganan.
ResponderEliminarSalud!
En el ataque de Israel a Gaza, en 2014, el sionismo logró concentrar a un millón de manifestantes en Nueva York. Esta vez apenas han logrado convocar a 500, número ampliamente superado por los manifestantes pro Palestina. Así que, no siempre ganan y no siempre van a ganar.
EliminarSalud!