06 marzo, 2022

● El conflicto en Donbass que ya dura ocho años ● Documental de RT

 


Desde el 2014 la antigua región ucraniana de Donbass vive una sangrienta guerra. Tras las protestas del Maidán y el posterior golpe de Estado, los ciudadanos de las repúblicas de Lugansk y Donetsk no aceptaron las políticas que se querían establecer desde Kiev en contra de su cultura y de su idioma. La defensa de su independencia le ha costado a la región miles de muertos y una brecha de odio entre dos pueblos hermanados por la historia que será muy difícil de reparar.


00:00 - El conflicto en el Donbass que ya dura ocho años

03:35 - ¿Cómo empezó el conflicto en Donbass?

07:34 - Occidente empuja a Ucrania hacia la guerra en la frontera con Rusia

11:26 - El horrible incidente del 2 de mayo del 2014

15:04 - Los referéndums en Dontesk y Lugansk

18:31 - Lo que pasa en Ucrania preocupa a gente de todo el mundo

21:00 - Ataque aéreo contra el ayuntamiento de Lugansk

25:29 - Los sangrientos días del batallón Vostok

28:08 - Muchas madres ucranianas siguen buscando a sus hijos desaparecidos

33:59 - Los medios occidentales y ucranianos ocultan la verdad

37:14 - Ucrania no respeta los Acuerdos de Minsk

46:06 - Los pueblos Donétskoye y Golubóvskoye sufren ataques todos los días

49:09 - En Ucrania hay tropas estadounidenses y europeas.




1 comentario:

  1. Cervantes: “…Pero esto ya pasó y todas las cosas pasan; las memorias se acaban, las vidas no vuelven, las lenguas se cansan, los sucesos nuevos hacen olvidar a los pasados”.


    El carnaval de hipocresía ‘macartista’ que estamos padeciendo – digo algunos, por supuesto que la mayoría lo ‘llora’, lo disfruta y lo potencia– en el ‘democrático’ Occidente con motivo de la ‘operación defensiva-ofensiva’ rusa en Ucrania, no impide que hoy mismo se pueda leer en EL País: «Abascal logra el apoyo del 11% de los votantes que se consideran de centro». Y releo la cosa varias veces y, lo confieso, no salgo de mi asombro a pesar de que nada me sorprende viene del periódico dependiente de Langley. No sé si alguno de mis improbables lectores se considerará de centro y tendrá la amabilidad de explicarme qué concepto o noción tiene del centro político en esta España de la FRANCOCRACIA y cual puede ser la razón para apoyar a un fascista filonazi convicto y confeso si no eres un fascista filonazi sino solamente un moderado y sensato votante de centro (UCD, AP o PPSOE-UP). O quizás la pregunta debería ir dirigida al ‘redactor’ de la patraña o bulo o lo que sea (hoy mismo eldiario.es de Soros, publica la trola de un supuesto ataque ruso a una instalación nuclear ucraniana y la ilustra con una foto del CIEMAT de Madrid), que nos alerta, o felicita, sobre la creciente popularidad (campaña de mmieditis maximizada por los medios de propaganda y embrutecimiento) del fascismo entre el otrora electorado ‘demócrata-de-toda-la-vida’ del conglomerado-constitucional PPSOE. Bien pensado lo que lleva pasando en Ucrania desde que en 2014 la CIA financió y dirigió el golpe de Estado contra el gobierno elegido democráticamente, ni más ni menos corrupto que cualquier otro gobierno del planeta tierra y aupó a los grupúsculos nazis ucranianos a los centros de poder de la nueva Ucrania pro-OTAN y anti-rusa, no es ajeno a la ‘oportuna’ instrumentalización y potenciación de las ‘durmientes’ células o partidos fascistas en la mayoría de los países europeos: Grecia, España, Francia, Alemania, Italia, Gran Bretaña…

    Se acojona a la opinión pública sacando a desfilar el espantajo fascista –recuerden al lacayo Pablo Iglesias afirmando que el ‘independentismo catalán’ daba alas a los fascistas– para justificar de la forma más vil el sometimiento a los ‘poderes democráticos establecidos’. Un proceso en el que Europa (increíble pero cierto, entre la ferviente y borreguil audiencia pro-OTAN, Putin ha superado a Stalin en el ranking de malotes) acaba cada vez más cautiva del voraz e insaciable imperialismo norteamericano. Bueno, y de sus socios en el negocio de la guerra.

    Leo en Luis Casado:
    “La especulación está en su apogeo, y nadie, NADIE, desea perder esta ocasión de hacer un buen negocio. Ni siquiera Arabia Saudí, país extremadamente democrático, amigo de Francia y aliado de los EEUU, que se niega a producir más petróleo para estabilizar el precio: habría que ser muy idiota.”


    Salud y comunismo

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