The Cradle – 07/04/2022
Traducción del inglés: Arrezafe
Si el objetivo de EEUU es aplastar la economía de Rusia mediante sanciones y aislamiento, ¿por qué Europa se encuentra en caída libre económica?
La rivalidad de Washington con la creciente potencia Rusia es tan feroz que está dispuesta a sacrificar a Europa.
El asombroso espectáculo de la Unión Europea (UE) haciéndose el hara-kiri a cámara lenta es algo para la historia. Como una nueva versión barata de Kurosawa, esta película se trata en realidad de la demolición de la UE detonada por EEUU, rematada con el desvío de de productos básicos rusos a EEUU a expensas de los europeos.
Ayuda tener a una quinta columnista situada estratégicamente, en este caso la sorprendentemente incompetente jefa de la Comisión Europea, Ursula von der Lugen, con su vociferante anuncio de un nuevo y aplastante paquete de sanciones: barcos rusos prohibidos en los puertos de la UE; empresas de transporte por carretera de Rusia y Bielorrusia prohibidas a entrar en la UE; no más importaciones de carbón (más de 4.400 millones de euros al año).
En la práctica, eso se traduce en Washington sacudiendo a sus clientes/títeres occidentales más ricos. Rusia, claro está, es demasiado poderosa para ser desafiada militarmente, y EEUU necesita urgentemente algunas de sus exportaciones clave, especialmente minerales. Así pues, EEUU empujará deliberadamente a la UE a imponer sanciones cada vez mayores que colapsarán sus economías nacionales, mientras permiten que los EEUU se hagan con todo.
Señal de las catastróficas consecuencias económicas que se avecinan para los europeos en su vida cotidiana (pero no para el cinco por ciento más rico): la inflación que devora salarios y ahorros; el gran impacto que tendrán de las facturas de energía del próximo invierno; productos que desaparecen de los supermercados; reservas de vacaciones casi congeladas. Le Petit Roi de Francia, Emmanuel Macron, quizás afrontando una desagradable sorpresa electoral, incluso ha anunciado que: "las cartillas de racionamiento, como en la Segunda Guerra Mundial, son posibles".
Tenemos a Alemania enfrentando el regreso del fantasma de la hiperinflación de Weimar. El presidente de BlackRock, Rob Kapito, dijo en Texas: “Por primera vez, esta generación irá a una tienda y no podrá comprar lo que quiere”. Los agricultores africanos no pueden pagar ningún fertilizante este año, lo que reduce la producción agrícola en una cantidad capaz de alimentar a 100 millones de personas.
Zoltan Poszar, ex gurú de la Reserva Federal de Nueva York y del Tesoro de EEUU y actual gran visir de Credit Suisse, en plena racha, enfatizando cómo las reservas de materias primas (y en esto Rusia no tiene rival) serán una característica esencial de lo que él llama Bretton Woods III (aunque lo que están diseñando Rusia, China, Irán y la Unión Económica de Eurasia es un post-Bretton Woods).
Poszar comenta que, históricamente las guerras las ganan aquellos que tienen más suministros de alimentos y energía: en el pasado para impulsar soldados y caballos, hoy para alimentar tropas, tanques y aviones de combate. China, por cierto, ha acumulado grandes existencias de prácticamente todo.
Poszar señala cómo nuestro actual sistema Bretton Woods II tiene un impulso deflacionario (globalización, comercio abierto, cadenas de suministro justo a tiempo), mientras que Bretton Woods 3 proporcionará un impulso inflacionario (desglobalización, autarquía, acaparamiento de materias primas) de cadenas suministro y gasto militar extra que permita proteger lo que quede del comercio marítimo.
Las implicaciones son, por supuesto, abrumadoras. Lo que está siniestramente implícito es que este estado de cosas puede incluso conducir a la Tercera Guerra Mundial.
¿Rublogas o GNL americano?
La mesa redonda rusa Valdai Club ha llevado a cabo una esencial discusión de expertos sobre lo que en The Cradle hemos definido como Rublogas: el verdadero cambio de juego geoeconómico en el corazón de la era posterior al petrodólar. Alexander Losev, miembro del Consejo Ruso de Política Exterior y de Defensa, expuso una sinopsis del Panorama General. Pero fue Alexey Gromov, Director en Jefe de Energía del Instituto de Energía y Finanzas, quien se adentró en el meollo del asunto crucial.
Rusia, hasta ahora, estaba vendiendo 155 mil millones de metros cúbicos de gas a Europa cada año. La UE promete retóricamente deshacerse de dicho suministro para 2027 y reducirlo para fines de 2022 en 100 mil millones de metros cúbicos. Gromov preguntó “¿Cómo?”, y comentó, “Ningún experto tiene la respuesta. La mayor parte del gas natural de Rusia se envía por gasoductos. Esto no puede ser reemplazado simplemente por gas natural licuado (GNL)”.
La risible respuesta europea ha sido “empezar a ahorrar”, así como “prepararse para lo peor” y “reducir la temperatura en los hogares”. A propósito de la calefacción, Gromov señaló que, en Rusia, “ de 22 a 25 grados en invierno es la norma. Europa está promoviendo los 16 grados como 'saludables' y el uso del jersey por la noche”.
La UE no podrá obtener el gas que necesita de Noruega o Argelia (que está privilegiando el consumo interno). Azerbaiyán podría proporcionar, en el mejor de los casos, 10.000 millones de metros cúbicos al año, pero "eso tardaría 2 o 3 años" en poder llevarse a cabo.
Gromov enfatizó que “hoy en día no hay excedente en el mercado de GNL de EEUU y Qatar”, y que los precios pagados por los clientes asiáticos son siempre más altos. La conclusión es que "para fines de 2022, Europa no podrá reducir significativamente" lo que compra a Rusia: "podrían reducir 50 mil millones de metros cúbicos, como máximo". Y los precios en el mercado al contado serán más altos, por lo menos 1.300 dólares por metro cúbico.
Un logro importante es que “Rusia ya ha cambiado las cadenas logísticas de suministro a Asia”. Eso se aplica también al gas y al petróleo, lo cuál significa que: “Puedes imponer sanciones si hay un excedente en el mercado, pero en estos momentos hay una escasez de al menos 1.5 millones de barriles de petróleo al día. Suministraremos a Asia, con un descuento”. Actualmente, Asia ya está pagando una prima de 3 a 5 dólares más por barril de petróleo.
Sobre el transporte de petróleo, y en referencia al tema clave de los seguros, Gromov manifestó que: “Las primas de seguros son más altas. Antes de Ucrania, todo se basaba en el sistema Free on Board (FOB). Ahora los compradores dicen 'no queremos correr el riesgo de llevar su carga a nuestros puertos'. Así que están aplicando el sistema de Costo, Seguro y Flete (CIF), donde el vendedor tiene que asegurar y transportar la carga. Eso, por supuesto, afecta a los precios”.
Un tema absolutamente clave para Rusia es cómo hacer la transición a China, su principal cliente de gas. Se trata de Power of Siberia 2, un nuevo gasoducto de 2600 km que parte los campos de gas rusos Bovanenkovo y Kharasavey, en Yamal, al noroeste de Siberia, y que alcanzará su capacidad máxima en 2024. En primer lugar hay que construir el interconector a través de Mongolia –"necesitamos 3 años para construir este oleoducto"–, por lo que todo estará listo alrededor de 2025.
Acerca del gasoducto de Yamal, “la mayor parte del gas va a Asia. Si los europeos ya no compran, podemos redirigirlo”. Además, está el proyecto Arctic LNG 2, que es incluso más grande que Yamal: "la primera fase debería terminar pronto, está lista en un 80 por ciento". Un problema adicional puede ser planteado por los "no amistosos" rusos en Asia: Japón y Corea del Sur. La infraestructura de GNL producida en Rusia todavía depende de tecnologías extranjeras.
Eso es lo que lleva a Gromov a señalar que “el modelo de economía basada en la movilización no es bueno”. Pero eso es con lo que Rusia debe lidiar al menos en el corto y mediano plazo.
Los aspectos positivos son que el nuevo paradigma permitirá “una mayor cooperación entre los BRICS (las economías emergentes de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica que se reúnen anualmente desde 2009);” la ampliación del Corredor Internacional de Transporte Norte Sur (INSTC); y más interacción e integración con “Pakistán, India, Afganistán e Irán”.
Respecto a Irán y Rusia, los intercambios en el Mar Caspio ya están en proceso, dado que Irán produce más de lo que necesita y está listo para aumentar la cooperación con Rusia en el marco de su fortalecida asociación estratégica.
Geoeconomía hipersónica
Correspondía al experto en energía chino Fu Chengyu ofrecer una explicación concisa de por qué la iniciativa de la UE de reemplazar el gas ruso con GNL estadounidense es, en fin, una quimera. Esencialmente, la oferta de EEUU es "demasiado limitada y demasiado costosa".
Fu Chengyu mostró cómo un proceso largo y complicado depende de cuatro contratos: entre el suministrador de gas y la compañía de GNL; entre la empresa de GNL y la empresa compradora; entre el comprador de GNL y la empresa de carga (que construye buques); y entre el comprador y el usuario final.
Y señaló que, “toma mucho tiempo establecer cada contrato”. Sin todos ellos firmados, ninguna de las partes invertirá, ya sea en infraestructura o en el desarrollo de campos de gas”. Por lo tanto, en lo referente al suministro de GNL estadounidense a Europa, en realidad se presupone que todos estos recursos interconectados están ya listos y disponibles.
El veredicto de Fu Chengyu es contundente: esta obsesión de la UE por deshacerse del gas ruso provocará “un impacto en el crecimiento económico mundial y la recesión. Están presionando a su propia población y al mundo. En el sector energético, todos saldremos perjudicados”.
Fue muy esclarecedor yuxtaponer la turbulencia geoeconómica que se avecina (la obsesión de la UE por eludir el gas ruso y la aparición de Rublogas) con las verdaderas razones detrás de la Operación Z en Ucrania, completamente oscurecidas por los medios y analistas occidentales.
Un viejo profesional del estado profundo de EEUU, ahora retirado y bastante familiarizado con el funcionamiento interno del viejo OSS, organismo precursor de la CIA, hasta la demencia neoconservadora de hoy, brindó algunas ideas aleccionadoras:
“Todo el asunto de Ucrania tiene que ver con los misiles hipersónicos que pueden llegar a Moscú en menos de cuatro minutos. Estados Unidos los quiere allí, en Polonia, Rumania, los Estados bálticos, Suecia y Finlandia. Esto es una violación directa de los acuerdos de 1991 de que la OTAN no se expandiría en Europa del Este. Estados Unidos no tiene misiles hipersónicos todavía, pero podría tenerlos en uno o dos años. Esto supone una amenaza existencial para Rusia, de ahí su intervención en Ucrania para evitarlo. Los siguientes serán Polonia y Rumania. Ya se han construido lanzadores en Rumania y se están construyendo en Polonia”.
Desde una perspectiva geopolítica completamente diferente, lo que realmente dice es que su análisis encaja con el geoeconómico de Zoltan Poszar: “Estados Unidos y la OTAN son totalmente beligerantes. Esto representa un peligro real para Rusia. La idea de que la guerra nuclear es impensable es un mito. Si observamos el bombardeo de Tokio y los de Hiroshima y Nagasaki, comprovaremos que murieron más personas en Tokio que en Hiroshima y Nagasaki. Estas ciudades fueron reconstruidas. La radiación desaparece y la vida puede reiniciarse. La diferencia entre el bombardeo incendiario y el bombardeo nuclear es sólo cualitativa. Las provocaciones de la OTAN son tan extremas que Rusia ha tenido que poner su arsenal nuclear en estado de alerta. Este es un asunto grave y sumamente serio. Pero Estados Unidos lo ignoró”.
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"Bienvenido, Mr. Marshall", breve versión actualizada con Europa como protagonista a la espera.