Sebastián Rojas Ricaurte - 2020
Fueron pilotos, conductoras de tanques, francotiradoras y partisanas (combatientes organizados como guerrillas que generalmente se oponen a un ejército de ocupación). Noventa mujeres obtuvieron el mayor galardón de la época, Héroe de la Unión Soviética, por su contribución a la victoria.
Las mujeres son y han sido en la historia más que madres, aunque de eso poco se habla.
Zoya Anatólievna Kosmodemiánskaya (en ruso: Зо́я Анато́льевна Космодемья́нская; 13 de septiembre de 1923 – 29 de noviembre de 1941) Nació cerca de Tambov y se unió a las juventudes comunistas (Komsomol) en 1939 y luego hizo parte de los partisanos soviéticos tras el comienzo de la invasión nazi a la Unión Soviética —URSS.
En 1941 integró una misión destinada a sabotear y quemar propiedades del ejército alemán en medio de la que quedó aislada de su unidad. Fue delatada por un colaboracionista y capturada. Tras ser interrogada, torturada y vejada, fue públicamente ahorcada a los 18 años. Las fotografías de su ejecución fueron encontradas en el cuerpo de un soldado germano muerto en acción durante una contraofensiva en Rzhev. Su cuerpo congelado fue mutilado y exhibido durante un mes antes de que los alemanes lo inhumaran y se retiraran ante el avance del Ejército Rojo.
Fue la primera mujer condecorada como Héroe de la URSS durante la Segunda Guerra Mundial. Zoya se convirtió en uno de los símbolos más populares de la resistencia a los nazis.
En muchas ciudades hay un monumento a Zoya
Las brujas de la noche y otras pilotos
El famoso regimiento de bombardeo nocturno suele describirse así: «Volaban de noche, con el motor apagado, silenciosas como fantasmas. Los soldados alemanes que sufrían sus constantes ataques las bautizaron como las Brujas de la Noche (die Nachthexen)».
Durante la Segunda Guerra Mundial varios ejércitos contaron con mujeres en sus filas. Pero mientras británicas o estadounidenses estaban en la retaguardia, la necesidad imperiosa de personal y la determinación de muchas mujeres soviéticas las llevó al frente junto a sus compañeros hombres.
Marina Mijáilovna Raskova (en ruso, Мари́на Миха́йловна Раско́ва; Moscú, 28 de marzo de 1912-Stalingrado, 4 de enero de 1943). Marina Raskova fue la primera mujer aviadora de la URSS, y poseedora del récord femenino de distancia de vuelo sin escalas. Se le acredita haber convencido a los militares para organizar tres regimientos aéreos conformados por mujeres. Esta unidad militar fue denominada temporalmente Grupo de Aviación 122 mientras recibía entrenamiento, para luego convertirse en los regimientos 586, 588 y 125.
Lidia Litvyak (en ruso, Лидия (Лилия) Владимировна Литвяк; Moscú, 18 de agosto de 1921-1 de agosto de 1943). Desde los 14 años Lidia se entrenaba como piloto, se unió a este grupo y una vez en combate logró doce victorias aéreas. Fue la primera mujer en abatir un avión enemigo y todavía ostenta el récord de derribos. Pasó a la historia como La Rosa Blanca de Stalingrado (por un lirio blanco que pintó para personalizar su avión y que de lejos era confundido con una rosa).
En la batalla de Kursk, varios cazas alemanes atacaron el Yak-2 de Lilya, que fue dada por desaparecida, pero su mecánica Inna Pasportnikova al parecer encontró su cuerpo 36 años después. Se le dedicó una calle en Moscú y un monumento en Krasnyi Luch (sudeste de Ucrania), además de un museo en la capital rusa.
Ekaterina Budánova (en ruso Екатерина Васильевна Буданова; Konoplanka, óblast de Smolensk; 7 de diciembre de 1916 óblast de Lugansk, Unión Soviética; 19 de julio de 1943). Ekaterina trabajó en una fábrica de aviones de Moscú, donde empezó a cultivar su interés. Luego se entrenó en un club de aviación, fue instructora y piloto de exhibiciones.
Hizo parte de unos de los primeros regimientos de solo mujeres, combatió en Stalingrado, derribó seis aviones enemigos y murió en combate luego de derribar a uno de tres cazas alemanes.
Natalya Fyodorovna Kravtsova née Meklin (en ruso: Наталья Фёдоровна Меклин, ucraniano: Наталія Фёдорiвна Меклин; 8 de septiembre de 1922 – 5 de junio de 2005). Natalia fue teniente del famoso regimiento nocturno, realizó 980 misiones de combate y pudo sobrevivir a la guerra. Recibió en 1945 el título de Héroe de la Unión Soviética. Murió en 2005, a los 82 años.
Tatiana Makárova (en ruso: Татьяна Петровна Макарова, 25 de septiembre de 1920 – 25 de agosto de 1944). También teniente como Natalia, Tatiana murió en combate el 25 de agosto de 1944 en el cielo de Polonia a los 23 años, luego de realizar 628 redadas nocturnas, lanzar 96 toneladas de bombas y 300.000 volantes sobre el territorio enemigo, destruir dos transbordadores, dos cañones antiaéreos, un reflector, dos depósitos de municiones y acabar a más de dos pelotones de soldados enemigos.
Las mujeres que les volaban los sesos a los nazis
Eran en su mayoría muy jóvenes y procedían de toda la URSS. Mataban con un tiro en la cabeza a nazis que habían invadido y devastado su país, y muchas consiguieron largas listas de víctimas. Varias se hicieron muy populares y hasta consiguieron el título de Heroínas de la URSS.
Liudmila Mijáilivna Pavlichenko (en ucraniano, Людмила Михайлівна Павліченко; en ruso, Людмила Михайловна Павличенко; 12 de julio de 1916, Ucrania – 10 de octubre de 1974). Le contaron 309 muertes. Liudmila no sólo es considerada la mejor francotiradora de la historia, sino que también está entre los mejores francotiradores del mundo.
Roza Yegórovna Shánina (en ruso: Роза Егоровна Шанина. Yedma, RSFS de Rusia, Unión Soviética; 3 de abril de 1924 – 28 de enero de 1945; cercanías de Vilna, Alemania nazi). Roza era conocida por su capacidad para hacer dobletes (alcanzar dos objetivos con dos rápidos y sucesivos disparos). Murió en 1945 a los 20 años, después de haber eliminado a 59 soldados y oficiales enemigos.
Nina Petrova (en ruso: Нина Петрова; 27 de julio de 1893 – 1 de mayo de 1945). Nina con 46 años era la francotiradora más veterana cuando comenzó la guerra. Se alistó voluntariamente en el Ejército Rojo y eliminó 122 soldados enemigos.
Aniela Krzywoń. Aniela fue soldado del Batallón de Mujeres Independientes "Emilia Plater" del Ejército Popular de Polonia, parte de las tropas soviéticas durante la guerra. Murió dos años antes del fin de la guerra a sus 18 años mientras rescataba a varios soldados heridos y trataba de salvar una serie de importantes documentos de un camión en llamas tras una incursión de la Luftwaffe. Fue la única mujer polaca galardonada con el título de Héroe de la URSS.
Helene «Leen» Kullman (31 de enero de 1920 – 6 de marzo de 1943). Sí, también fueron espías. La estonia soviética, Helene, fue un agente de inteligencia que operó en el territorio de la Estonia ocupada por los nazis. Transmitía por radio información sobre la ubicación y el número de guarniciones, defensas y barcos enemigos, además de información sobre la presencia y el grado de hielo en áreas del Báltico. En enero de 1943, fue arrestada por la Gestapo local y posteriormente baleada por un guardia de la prisión después de escupirle en la cara.
María Vasílievna Oktiábrskaya (en ruso Мария Васильевна Октябрьская) (apellido de soltera Garagulia) (1905—1944). Al estallar la guerra, María vendió todas sus posesiones y escribió a Stalin pidiéndole usar el dinero para fabricar un tanque y llamarlo «Compañera de Armas». La respuesta fue positiva y así se convirtió el la primera mujer mecánica (conductora de tanques) en la URSS.
Aleksandra Grigoryevna Samusenko (en ruso: Александра Григорьевна Самусенко, en ucrainiano: Олександра Григорівна Самусенко, Oleksandra Hryhorivna Samusenko; 1922 – 3 marzo de 1945). También operaron tanques, el arma terrestre por excelencia. Alexandra fue comandante de los blindados T-34, además de la única mujer subcomandante de un batallón de tanques.
El sargento del ejército estadounidense Joseph Beyrle —uno de los pocos soldados estadounidenses conocidos por haber servido tanto en el ejército de los Estados Unidos como en el ejército soviético en la Segunda Guerra Mundial— se encontró con la brigada de tanques de Samusenko y la persuadió para que le permitiera luchar junto a la unidad en su camino a Berlín. Beyrle se refirió a ella como un símbolo de la fortaleza y el coraje demostrado por el pueblo soviético durante ese período.
Algunos califican a la Revolución Soviética como un parteaguas en la historia universal de la opresión de las mujeres. Sin duda su papel en una de las gestas más importantes de la humanidad —la que logró frenar al fascismo nazi— aporta a ese escenario. He leído bastante también sobre el papel en la ciencia de las mujeres soviéticas, su vida en esta particular sociedad y dentro del los bolcheviques y el Partido Comunista de la Unión Soviética. Me propongo compartir más al respecto en próximas publicaciones.
Coletilla
Sobre el mito de Hollywood y cómo en realidad fue el Ejército Rojo el que derrotó a la Alemania nazi
Este estudio longitudinal realizado por el Instituto Francés de Opinión Pública (IFOP, por sus siglas en francés) refleja cómo varía la percepción de los encuestados a lo largo del tiempo.
Jacques Pauwels, historiador y autor de un libro sobre el tema, habló de este período y describió cuándo y cómo cambió la guerra hacia la inevitable derrota de la Alemania nazi.
La Segunda Guerra Mundial comenzó según los europeos con la victoria del ejército alemán en Polonia en 1939. Siguieron victorias aún más espectaculares: Bélgica, Luxemburgo y Francia. En 1940 Alemania parecía invencible. Gran Bretaña resistió sabiendo que no podría ganar en solitario y con el temor de perder Gibraltar, Egipto u otras joyas de la corona. Sin embargo, cinco años más tarde, era Alemania la que estaba experimentando una humillante derrota total. ¿Qué pasó?
La ciudad de Wielun en Polonia, en ruinas tras el bombardeo de la fuerza aérea de Alemania del 1 de septiembre de 1939. AFP
Algunos sitúan el punto de inflexión en Normandía, en 1944. Otros en Stalingrado entre 1942 y 1943. Sin embargo, el punto de inflexión se produjo en diciembre de 1941 al oeste de Moscú en la URSS. En palabras de un historiador alemán de la guerra contra la Unión Soviética: “Esta victoria del Ejército Rojo ha sido sin duda la ruptura principal [Zäsur, en alemán] de toda la Guerra Mundial”.
Las tropas alemanas entraron en Minsk en agosto de 1941, durante la invasión de Rusia.
Y es que “todo lo que él [Hitler] había preparado era en contra de Rusia”, era un deseo del establishment alemán. Para eso planeó de nuevo una guerra relámpago (su situación no le daba para más) y con gran confianza lanzó una campaña de cuatro a seis semanas. Sin embargo y a pesar de los avances iniciales por el elemento sorpresa y los tres millones de soldados alemanes, los 700.000 aliados, sus 600.000 vehículos, 3.648 tanques, más de 2.700 aviones y algo más de 7.000 piezas de artillería, se encontró con una resistencia que los mismos alemanes calificaron de “terca”, “ruda” e incluso “salvaje”, y con algunas armas que su inteligencia no había detectado. La guerra perdió su agilidad, y pronto un sentimiento de derrota se apoderó de las fuerzas alemanas.
Cartel de propaganda soviético pidiendo a los soldados que defiendan Moscú.
El Vaticano, en un principio muy bien informado y entusiasta acerca de la “cruzada” de Hitler contra la patria soviética del bolchevismo “ateo” y confiado en que los soviéticos colapsarían inmediatamente, comenzó a expresar profunda preocupación por la situación en el este al final del verano de 1941 y a mediados octubre llegaría a la conclusión de que Alemania había perdido la guerra. Cuando el Ejército Rojo lanzó su devastadora contraofensiva el 5 de diciembre, el propio Hitler se había dado cuenta de esto (pero lo comunicó como un revés temporal debido a la llegada prematura del invierno).
"Defensa de Moscú": Artilleros antiaéreos soviéticos en el techo del hotel «Moskva». En el fondo, el Kremlin disfrazado, para tratar de evitar en ese lugar un bombardeo enemigo.
Los siguientes años Hitler intentó como última salida poner su mano en el petróleo de Maikop y Grozni en el Cáucaso, pero el elemento sorpresa se había perdido, no había podido compensar las enormes pérdidas de 1941 (28,7% de sus soldados, más de 6.000 aviones y más de 3.200 tanques) y resultó que los soviéticos tenían enormes masas de soldados, petróleo y otros recursos, así como un excelente equipo producido en fábricas que se habían construido al otro lado de los Urales los años anteriores.
En total, el Ejército Rojo fue el responsable del 90% de todos los alemanes que murieron en la Segunda Guerra Mundial.
[Reconstrucción] ‘La bandera de la Victoria sobre el Reichstag’, 1945, por Yevgueni Jaldéi, corresponsal militar soviético. La fotografía es símbolo de la derrota del régimen nazi.
El 30 de abril 1945, Hitler se suicidó en Berlín en el momento en que el Ejército Rojo estaba haciendo su entrada en la ciudad arrasada, reducida a un enorme montón de ruinas humeantes. El 8 y 9 de mayo, Alemania se rendía de manera incondicional.
¿Por qué hay una versión diferente en el imaginario de los países occidentales? Bueno, Paul Craig Roberts (economista, escritor y periodista conservador estadounidense) señala a los neoconservadores que han manejado la política exterior de EE.UU. las últimos cuatro administraciones han alimentado el mito arrogante de que solo importa Estados Unidos y nada más (mito reforzado por el papel de salvador en tanta película Hollywoodense), para así además esquivar el castigo por crímenes de guerra cometidos en este siglo que se comparan con los de los nazis.
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¿Nadie abrirá esa puerta que le impide a la razón penetrar más allá del alcance de las inducidas emociones?
ResponderEliminarUna jugosa y pedagógica entrada de la que quiero destacar ese instructivo gráfico que recoge los resultados del estudio realizado, a lo largo de varias décadas, por el Instituto Francés de Opinión Pública, acerca de la curiosa evolución de la ‘percepción’ que va asumiendo el ‘rebaño’ sobre: “La nación que más contribuyó a la derrota de la Alemania nazi en 1945”. Las sucesivas encuestas nos muestran de manera dramática, digo para los antifascistas, pero también nítida y transparente, cómo el imperialismo yanqui –con su persistente Guerra Fría Cultural: Hollywood, Netflix, Wikipedia, Facebook, Twitter…– consigue, al mismo tiempo que falsea, manipula o tergiversa los hechos del pasado, rematar la faena inventando, construyendo y consolidando de manera minuciosa, verosímil y obstinada su permanentemente actualizada y determinante hegemonía cultural e ideológica.
Para nosotros la lección es clara: si nuestra lucha contrahegemónica no retoma la ‘praxis’ y se sigue negando a traspasar los estrictos limites del pensamiento, nunca podremos transformar la realidad social, el mundo en el que ‘mansamente’ sobrevivimos.
Salud y comunismo
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La población rusa y exsoviética, ocupe quien ocupe el Kremlin, no olvida. No hay para dichas poblaciones el "borrón y cuenta nueva" que otras, "mansamente", han aceptado, mancillando la memoria de sus muertos y su heroico pasado. No se trata de "remover las heridas", como esgrime el demagógico fascismo "democrático", se trata de saber y de no olvidar qué y quienes las causaron y las causan: la bandera que encabeza esta publicación es el símbolo vivo de ello. En este sentido, la bandera republicana debería ser nuestra enseña, pero hemos arrojado vergonzosamente nuestro pasado a la fosa común del olvido.
Eliminar"Para nosotros la lección es clara: si nuestra lucha contrahegemónica no retoma la ‘praxis’... "
Salud y comunismo
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Eduardo Galeano: https://youtu.be/ew1aeidFY_U
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"La ayuda aliada a la Unión Soviética durante la Segunda Guerra Mundial no fue decisiva. Durante los primeros compases de la guerra, el material, muchas veces de baja calidad, llegaba tarde y en malas condiciones. La mayoría de historiadores contemporáneos que han estudiado dicho tema llegan a la misma conclusión: Sin la ayuda aliada, la Unión Soviética hubiera ganado igualmente la guerra. Después de la Batalla de Stalingrado, antes que la mayoría de la ayuda aliada llegase a suelo soviético, Alemania ya había perdido toda posibilidad de ganar la guerra."
ResponderEliminarhttps://archivoshistoria.com/fue-decisivo-el-envio-de-material-belico-a-la-urss-durante-la-segunda-guerra-mundial/
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Las mujeres siempre han sido inspiradoras y luchadoras incansables. Recordar que durante la contrarevolución española los comunistas las quitaron del frente al no querer incluirlas en sus batallones. Salud!
ResponderEliminarSería muy conveniente que citaras tus fuentes.
EliminarSalud!