Moon of Alabama – 20/02/2023
Traducción del inglés: Arrezafe
El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, se encuentra hoy en Kiev para intentar salvar su lunático proyecto de destruir a Rusia mediante una guerra por delegación, pero no hay manera de hacerlo.
Un repaso de los medios 'occidentales' pone de manifiesto el reconocimiento del resultado inevitable de la guerra. Las únicas alternativas aún abiertas son arriesgarse a una gran guerra nuclear o abandonar los sueños imperialistas de hegemonía unipolar permanente.
Pocos funcionarios 'occidentales' admitirán que la guerra está perdida, que Rusia ha ganado en Ucrania. Pero así es. Rusia ha ganado la guerra atrapando al ejército ucraniano en una lenta y paciente guerra de desgaste.
El comentarista ruso Sacha Rogers escribe (en ruso, traducción automática):
«Esta guerra ya se ha ganado (y además –lo que les resulta ofensivo– sin la participación de esos "genios no reconocidos" y contrariamente a sus estúpidas ideas de cómo se debía ganar). Se ganó en el momento en que, en lugar de una guerra relámpago, nuestro Estado Mayor impuso una una guerra de desgaste a las Fuerzas Armadas de Ucrania.
Exactamente, según el manual: la guerra de desgaste es una estrategia militar que consiste en beligerantes acciones destinadas a ganar la guerra mediante el desgaste del enemigo, causándole pérdidas continuas de personal y material hasta llevarlo al colapso.»
Ucrania ya ha perdido dos ejércitos y pide a gritos un tercero que 'Occidente' es incapaz de proporcionarle:
«Es probable que menos de una cuarta parte de los carros de combate modernos que Occidente ha prometido a Ucrania lleguen a tiempo para contrarrestar una anticipada ofensiva rusa de primavera.
Kiev espera que sus partidarios envíen un total de 320 tanques, pero las estimaciones sugieren que apenas 50 llegarán al frente a principios de abril, lo que genera inquietud, ya que no serán suficientes para incidir sustancialmente en el combate.»
El reconocimiento de que Ucrania ha perdido la guerra está generando pánico en aquellos sectores comprometidos con la unipolaridad "occidental".
The Economist advierte de la pérdida de las 'autoridades occidentales':
«El futuro de Ucrania sigue pendiendo de un hilo, y es probable que siga siendo incierto en los años venideros. Putin puede aceptar un alto el fuego en algún momento por conveniencia, pero su restructuración de la sociedad rusa está totalmente orientada hacia la agresión externa y la represión interna. Cualquier final concebible de la guerra requerirá sólidas garantías de seguridad occidentales y grandes y sostenidas transferencias de armas y ayuda financiera, casi como si un segundo Israel, mucho más grande, hubiera aparecido en las fronteras orientales de Europa. Algunos líderes europeos argumentan que eso requiere la entrada completa de Ucrania en la OTAN. Si la reconstrucción de Ucrania fallara y su economía flaqueara, entonces la democracia ucraniana también comenzaría a fallar.
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Solo un tercio de la población mundial vive en países que han condenado e impuesto sanciones a Rusia por su invasión, según Economist Intelligence Unit, nuestra organización hermana. La mayoría de ellos son aliados cercanos de EEUU. El resto tiende a ver la guerra como una contienda entre autócratas e hipócritas.
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Incluso aquellos países que censuran la invasión de Putin podrían llegar a la conclusión de que el poder occidental estará en declive si no logra socorrer a Ucrania. Aunque con armas, dinero y apoyo político, Ucrania aún puede prevalecer. Con valentía y con el poder de su ejemplo, el pueblo ucraniano se ha ganado esa oportunidad. No podría haber mejor inversión para la seguridad occidental.»
Un editorial en el Washington Post está haciendo sonar la misma trompeta:
«Permitir un resultado que de alguna manera beneficie al Kremlin sería una parodia moral. También asestaría un golpe potencialmente letal al principio sobre el que descansa la estabilidad occidental y el civilizado principio internacional: que los estados soberanos no pueden ser invadidos, subyugados y sometidos a matanzas masivas con impunidad.»
(¿Alguna vez has oído hablar de Yugoslavia o de Irak?)
«Para frustrar a Rusia y salvaguardar la soberanía de Ucrania, Estados Unidos y sus aliados europeos no tienen más remedio que intensificar su apoyo militar, económico y diplomático a Kiev. Eso significa equipar a las fuerzas ucranianas con armas más decisivas y en mayor número, imponer sanciones más agresivas a Moscú y galvanizar una coalición internacional más poderosa para aislar y condenar al ostracismo a Rusia.
Esa agenda es urgente; el statu quo de un frente de batalla estático es insostenible.»
En el New York Times, David French advierte que Estados Unidos no puede andar 'dando tumbos' respecto a Ucrania:
«Sin embargo, el resultado de la guerra es simplemente demasiado importante, tanto para Estados Unidos como para Ucrania, como para permitir que nuestro apoyo decaiga. En el aniversario de la guerra, es hora de un esfuerzo concertado para persuadir a los estadounidenses de una sola idea: debemos apoyar a Ucrania tanto como sea necesario, todo el tiempo que sea necesario, hasta que el ejército ruso sufra una derrota decisiva e inequívoca.»
En esta posición se encuentran los que (ver arriba), piensan en el resultado de la guerra en términos absolutos. Pase lo que pase, Estados Unidos debe ganar esta guerra por delegación que ha provocado. Pero hay alternativas. Se requerirá la voluntad de reconocer que el corto período de hegemonía global estadounidense ha terminado. Ha llegado el momento de la multipolaridad.
A tener en cuenta que el Secretario de Estado Anthony Blinken, alguien que no está dispuesto a admitirlo, tan pronto como China “amenazó” con negociar la paz en Ucrania, la acusó, sin pruebas, de ayudar a Rusia en la guerra:
«En su entrevista con "Meet the Press", de NBC, que se grabó el sábado por la noche para transmitirse el domingo, Blinken dijo que Estados Unidos pronto ofrecería nueva información para demostrar que Beijing estaba "considerando seriamente brindar apoyo letal a Rusia".
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El Sr. Wang ha estado utilizando la conferencia en Munich como una plataforma para decirles a los líderes y diplomáticos europeos que China está lista para reforzar los lazos con ellos y tratar de desempeñar un papel en el fin de la guerra en Ucrania. En sus declaraciones públicas del sábado, el Sr. Wang dijo que China pronto ofrecerá una propuesta de paz para detener los combates. Pero en una declaración al margen, Blinken advirtió contra el atractivo de los 'alto el fuego', que Rusia podría utilizar para reagruparse a fin de iniciar nuevas ofensivas.»
China aún no ha apoyado a Rusia en la guerra, pero si se hiciera evidente que Rusia pudiera perderla, China tendría que intervenir, de lo contrario se convertiría en el próximo país que Estados Unidos intentaría aniquilar.
Estados Unidos cayó en la trampa de la escalada permitiendo que los líderes de Ucrania condujeran al país hacia el desastre:
«En virtud de su decisión, Ucrania, junto con sus socios más cercanos en Polonia y las naciones bálticas, se convirtió en el clásico “aliado troyano”, pequeños países cuyo deseo de influencia regional contra la potencia vecina (Rusia) se basa en su capacidad de persuadir a una gran potencia externa y su red militar global (es decir, EEUU y, por extensión, la OTAN) para intervenir militarmente en su nombre. Como señalamos en nuestro estudio, “esto conlleva un gran riesgo para el equilibrio regional y un costo tremendo para la gran potencia externa”. Pues, en última instancia, todo depende de “la amenaza del uso de la fuerza y la intervención militar” por parte de esa gran potencia externa, sin la cual el equilibrio regional fracasaría.»
Y ahí es donde exactamente estamos. El enemigo patológico de Ucrania, Vladimir Zelenski, está conduciendo a EEUU al compromiso, cada vez más profundo, de obtener la victoria destruyendo finalmente a Rusia, pero cualquier confrontación directa con ella conduciría a una guerra nuclear. Estados Unidos no puede arriesgarse a ello, y por lo tanto está presionando a Ucrania para que acelere su pacto con el suicidio :
«A medida que la contienda se desarrolla, ambos lados del Atlántico temen que Rusia esté encontrando su equilibrio, Ucrania puede ser desbordada en ciertas zonas del este y el sur y la tubería que suministra armas de Occidente se reducirá a un goteo. Biden parte el lunes hacia Polonia para reunirse con el presidente Andrzej Duda y otros líderes clave de la OTAN. Los funcionarios estadounidenses creen que la defensa de Ucrania está a punto de llegar a una fase crítica con Rusia lanzando su tan anunciada ofensiva. La administración Biden ha presionado con urgencia a la administración del presidente Volodymyr Zelenskyy para que consolide sus logros y tal vez lance su propio contraataque.
Según varios funcionarios, ante el temor de que el respaldo de los vecinos europeos a Ucrania sea finito, la Casa Blanca le ha dicho al equipo de Zelensky que se prepare para la ofensiva, ahora que las armas y la ayuda de Washington y Europa todavía fluyen libremente hacia Ucrania.
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Pero la realidad a la que se enfrentará Biden en Polonia es que Zelenskyy ha dejado claro que no negociará hasta que se recupere la totalidad del territorio de Ucrania, asegurando así la ´prolongación de la guerra hasta un horizonte lejano.
“Estamos en esto a largo plazo y así va a continuar durante bastante tiempo”, dijo Rachel Rizzo, miembro principal del Centro Europeo del Consejo Atlántico. Si el apoyo occidental comienza a desvanecerse, "es innegable que ello afectará, tanto al resultado como a la duración de la guerra".»
¡No me digas!...
'Occidente' se tambalea porque no puede proporcionar lo suficiente, durante el tiempo suficiente, como para darle a Ucrania la más mínima oportunidad de ganar la guerra:
“Seguiremos tratando de inculcarles que no podemos hacerlo todo y todo el tiempo indefinidamente”, dijo un alto funcionario de la administración, refiriéndose a los líderes de Ucrania. Este funcionario, que habló a condición de preservar su anonimato, agregó que la administración tenía la “sólida opinión” de que será difícil seguir obteniendo el mismo nivel de seguridad y asistencia económica del Congreso.
«'Mientras sea necesario' se refiere a la duración del conflicto”, agregó el funcionario, “no a la cantidad de la ayuda”.
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La naturaleza crítica de los próximos meses ya ha sido transmitida a Kiev en términos contundentes por altos funcionarios de Biden, incluido el asesor adjunto de seguridad nacional, Jon Finer, la subsecretaria de Estado, Wendy Sherman, y el subsecretario de defensa, Colin Kahl, quienes visitaron Ucrania el mes pasado.
Una semana antes, el director de la CIA, William J. Burns, viajó al país e informó al presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, a cerca sus expectativas sobre lo que Rusia planea militarmente en los próximos meses y enfatizó la urgencia del momento.»
Más rápido, por favor, es lo que Estados Unidos le está demandando a Ucrania. Date prisa porque pronto tendremos que poner fin a nuestro apoyo.
Pero el ejército ucraniano no tiene ni el material ni el personal capacitado para lanzar un tipo de contraofensiva que tenga la oportunidad de ganar la guerra. Ni siquiera dispone de recursos suficientes como para recuperar un porción significativa de territorio.
El tercer ejército que Ucrania necesitaría tendría que ser mucho más fuerte que los dos ejércitos que ya ha perdido. Y no se le espera.
Entonces, ¿qué va a hacer 'Occidente'? ¿Entregar más armas prodigiosas?
«El presidente Biden viajará a Polonia esta semana para discutir los esfuerzos occidentales destinados a ayudar a Ucrania a resistir la invasión de Rusia, mientras aumenta la presión sobre su administración para que proporcione a Kiev aviones de combate F-16. El primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, en una entrevista con "Face the Nation", de CBS, manifestó su creencia de que, en su momento, "habrá aviones de combate de Occidente", tal como sucedió con otro armamento avanzado cuyo suministro era "inimaginable" cuando el comenzó la guerra.»
Tengo noticias para el Sr. Morawiecki. El primer F-16 voló en 1974. Pensar que aviones de hace 50 años tendrán una oportunidad contra las defensas aéreas de primera clase de Rusia y sus aviones de combate de quinta generación, es simplemente una locura.
Los aviones de combate se manejan mediante reflejos adquiridos en prolongados entrenamientos, no por decisiones conscientes. Los pilotos se entrenan para eso. Una vez que esos reflejos se adaptan a una tarea específica y a su filosofía, lleva años volver a entrenarlos para un aparato y tarea diferente. Los pilotos ucranianos pilotando F-16 a corto plazo es simplemente ilusorio.
Pero tal vez Polonia, en su vano intento de ser el salvador de Ucrania , pueda convencer a sus propios pilotos de que se suiciden en un entorno saturado de aviones de combate Su-57 y defensas aéreas S-400. O puede enviar su propio ejército al frente. Estados Unidos seguramente daría la bienvenida al compromiso suicida de otro país más a mayor gloria de su hegemonía y del dólar.
Pero no creo que se llegue a eso.
Estados Unidos necesita una estrategia de salida de la guerra. Pretender que la única alternativa es la guerra total y la aniquilación nuclear, como implican las opiniones de The Economist, WaPo y NYT, es el primer paso para que tal guerra se produzca.
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Insisto, la gente sigue pensando que estamos ganando la guerra. Los medios de comunicación han arrasado la mente de los pueblos de occidente. No hay remedio que solucione este hecho. O recuperamos los medios de comunicación o se acabó el futuro. Salud!
ResponderEliminar¿Qué guerra? La de clase no parece que por el momento la estemos ganando. La que tiene lugar en Ucrania, sí. Y eso significa mucho.
EliminarSalud!