Artículo del embajador de la Federación Rusa en EEUU, Anatoly Antonov, publicado en "Rossiyskaya Gazeta" (28/02/2023) (En inglés aquí. En ruso aquí.)
"Llegará el momento en que la élite cultural estadounidense recupere la cordura y se avergüence de sus actos".
El "virus del odio" antirruso que está produciendo metástasis y afectando a los Estados Unidos, también ha infectado a sus principales galerías de arte, que ahora compiten entre sí en sus esfuerzos por "cancelar" la cultura rusa.
El Museo Metropolitano de Arte ha reclasificado a los grandes pintores rusos Arkhip Kuindzhi, Ivan Aivazovsky e Ilya Repin como ucranianos, basados en el hecho de que nacieron en Mariupol, Feodosia y Chuguev, lo cual es un completo absurdo. Esto no resiste la más mínima crítica, toda vez que los propios artistas se consideraban rusos. Por si acaso: étnicamente, Ilya Repin era ruso, Ivan Aivazovsky era armenio y Arkhip Kuindzhi era griego. Los tres nacieron en el Imperio Ruso, cuando el Estado ucraniano no existía.
Otro ejemplo de ignorancia por parte del Met [Metropolitan Museum of Art] es el cambio de nombre de "Bailarines rusos", de Edgar Degas, a "Bailarines con traje ucraniano". Además, un comentario agregado debajo de la imagen ahora dice: "El tema refleja el creciente interés francés en el arte y la cultura de Ucrania, entonces parte del Imperio Ruso, tras la alianza política de Francia con ese Imperio en 1894".
Aquellos a los que se les ocurrió esta idea no se molestaron en percatarse de que fueron los bailarines del Ballet Imperial Ruso, de gira en París, quienes inspiraron al impresionista francés para crear esta obra maestra. Es ingenuo imaginar que el artista estaba familiarizado con “la gran escuela coreográfica ucraniana”.
El Museo Americano de Arte Moderno también ha cedido a la locura, dedicando una galería de colección permanente a obras de «ucranianos étnicos». Titulada "In Solidarity", muestra piezas de Kazimir Malevich, Leonid Berlyavsky-Nevelson, Sonia Delaunay-Terk e Ilya Kabakov.
A juzgar por la retórica del beau monde del arte estadounidense, Vasily Kandinsky, oriundo de Moscú, y sus obras son los siguientes en ser "ucranizados". Hay una acalorada discusión sobre si el hecho de que haya estudiado en Odessa es una buena razón para considerarlo como un artista ucraniano.
Aquí surge la pregunta para los innovadores de museos que hasta hace poco admiraban la cultura rusa: ¿por qué se han dedicado a pervertir la realidad histórica precisamente ahora? ¿No es esta repentina "revelación" sólo un tributo banal a la moda política actual? De todos modos, llegará el momento en que la élite cultural estadounidense recupere la cordura y se avergüence de sus actos.
Era difícil creer que la xenofobia pudiera echar raíces en un Estado que se supone descansa sobre los principios de la diversidad cultural y étnica, y el respeto hacia los diferentes pueblos. Sin embargo, los políticos estadounidenses no sólo fomentan el odio hacia todo lo ruso, sino que lo implantan activamente en la mente de los ciudadanos. En los últimos años, nunca han dejado de fabricar acusaciones sin fundamento para justificar sanciones más duras.
Rusia siempre ha venerado y respetado las ricas tradiciones culturales de todos los países. Este es el núcleo de nuestra identidad nacional, mentalidad y condición de Estado. La cultura debe seguir siendo siempre el puente para fortalecer la confianza entre los pueblos, por complicadas que sean las relaciones entre los Estados.
No hubo "cancelación de la cultura" ni siquiera durante la Guerra Fría. Un hecho menos conocido es que el primer Concurso Internacional Tchaikovsky en 1958 fue ganado por Van Cliburn, un destacado pianista de nacionalidad estadounidense. Su sensacional actuación en Moscú en el apogeo de la Guerra Fría ayudó a derribar barreras y propició la esperanza de encontrar un entendimiento mutuo basado en el amor por la música clásica.
La cooperación cultural ayudó a derretir el hielo entonces. Su importancia tampoco se puede subestimar en nuestros días, porque el lenguaje universal del arte une a personas de diferentes nacionalidades, pase lo que pase en el ámbito de la gran política.
La competencia fue excluida de la Federación Mundial de Concursos Internacionales de Música en 2022 en medio de una rusofobia indiscriminada. Y, sin embargo, a pesar de ello, los representantes de los Estados Unidos aún buscan convertirse en laureados y ganadores de este prestigioso concurso. Por cierto, al Concurso Internacional Juvenil Tchaikovsky de 2023 asistieron 128 talentosos artistas de 14 países, incluido Estados Unidos.
La cultura rusa no pertenece sólo a Rusia. Es tesoro del mundo. Sabemos de los estadounidenses que conocen y aprecian el verdadero arte. No hace mucho tiempo, las giras de las compañías de los teatros Bolshoi y Mariinsky, así como de nuestros renombrados músicos, llenaban las salas y siempre eran recibidas con una tormenta de aplausos. Aparentemente, la audiencia local anhela a los artistas rusos y las exhibiciones de su arte. ¿No es hora de detener la locura rusofóbica?
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Dmitri Shostakovich, Sinfonía No. 7 Leningrado (1941)
Por cierto, dentro de poco se descubrirá que Cervantes también era ucraniano. Salud!
ResponderEliminarJa ja ja... Nacido, para ser más preciso, en la calle Aviakonstructor Igor Sikorsky nº 4 de Kyiv.
EliminarSalud!
"Llegará el momento en que la élite cultural estadounidense recupere la cordura y se avergüence de sus actos". Entiendo que Antonov se escandalice. Lo que no entiendo es cómo puede ser tan ingenuo a estas alturas del partido. Todo ese arte, cultura, antropofilia... sirve para esconder las verdaderas intenciones de estos sinvergüenzas: follar, diner y poder. Si piensa que después de 500 años de colonialismo y 2 guerras mundiales se van a arrepentir de algo lo llevan claro. Ucrania está destinada a ser el Vietnam de Rusia, porque no dejarán de mandar soldados hasta dañar de algún modo a Rusia. Por más que maten siempre encontrarán a más, aunque tengan que llevarlos al matadero de uno en uno como ya están haciendo. Salud!
ResponderEliminarPues les conviene recordar cómo acabaron en Vietnam y no olvidar que los tanques soviéticos tomaron Berlín. El imperio está exhausto, por más que inviertan los restos en disimularlo.
EliminarSalud!