Observatorio de la crisis – 06/07/2023 - publicado por obsadmin
Aquellos logros humanos universales de China
Empecemos por un hecho decisivo de trascendencia internacional: China ha sacado a más de 850 millones de personas de la pobreza según datos reconocidos internacionalmente. Esto supone más del doble de la población de Estados Unidos, más que toda la población de la Unión Europea y, una cantidad superior a la población del continente latinoamericano. Cuando se logró, más del 70% de las personas salieron de la pobreza en todo el mundo. Se trata, con mucho, de la mayor contribución realizada a los derechos humanos reales en la historia de la humanidad .
China, ha pasado de ser uno de los países más pobres a situarse, con diferencia, entre los países con un aumento más rápido del nivel de vida de las personas en la historia. Para hacerse una idea, en 1949 China era casi el país más pobre del mundo: sólo diez Estados tenían un PIB per cápita inferior. El próximo año, China alcanzará el estatus de «renta alta» según las normas internacionales. El efecto que esto tendrá en la vida de los chinos no es sólo una cuestión del nivel de sus rentas, sino que mejorará aspectos tan importantes como la educación, salud, cultura, viajes, interacción social y la capacidad real de elegir entre innumerables cuestiones fundamentales del diario convivir
Para comprender la magnitud de lo que esto significa, la población actual de las economías de renta alta representa el 16% del mundo. China por sí sola representa el 18%. En resumen, la República Popular China habrá llevado a más personas a un nivel de renta alto que todos los demás países «desarrollados» juntos.
La afirmación, que a veces hacen quienes critican a China, es que estos increíbles logros han sido puramente económicos y sacrificando al pueblo, este argumento es simplemente una falsificación que es fácil de desenmascarar. Para todos los efectos el mejor indicador del bienestar general de la población es la esperanza media de vida. Este indicador no sólo tiene en cuenta el desarrollo económico, (el PIB per cápita) sino todos los factores positivos (ingresos, educación, atención sanitaria, protección del medio ambiente, etc.). Los datos reconocidos internacionalmente muestran que los chinos viven mucho más de lo que cabría esperar de su PIB per cápita, es decir su larga esperanza de vida demuestra que las condiciones generales en China son incluso mejores que las económicas.
La regeneración nacional de China
Estos logros empiezan a ser reconocidos por una mayoría de países. Pero hay otros que hacen enormes esfuerzos para ocultarlos, precisamente por su importancia. Por lo tanto, es necesario que el público de fuera de China los conozca y los entienda.
Durante más de cien años, antes del establecimiento de la República Popular en 1949, y tras la vergonzosa guerra antihumana emprendida por Gran Bretaña para apoderarse de Hong Kong y obligar a China a importar opio, el país fue pisoteado por potencias y ejércitos extranjeros. Entre cincuenta y cien millones de chinos murieron como consecuencia directa o indirecta de estas agresiones. Las potencias extranjeras utilizaron todos los medios para humillar a China, lo hicieron con invasiones armadas, provocando guerras civiles, hambrunas y caos sistémico.
Para poner fin a este enorme sufrimiento humano y nacional el pueblo de China decidió tomar el camino al socialismo. Porque la realidad les demostró que sólo el socialismo era capaz de hacer avanzar a su antigua civilización. Así lo resumió Xi Jinping:
«En 1911, la revolución liderada por Sun Yat-sen derrocó la monarquía autocrática que había gobernado China durante varios miles de años. Pero una vez desaparecido el viejo sistema, la cuestión era hacia dónde iría China. El pueblo chino empezó entonces a un explorar largo y extendido camino que se adaptara a las condiciones nacionales. Experimentaron con la monarquía constitucional, la restauración imperial, el parlamentarismo, el multipartidismo y el gobierno presidencial, pero nada funcionó realmente. Finalmente, China tomó el camino del socialismo».
Para añadir más detalles al sufrimiento humano, durante el dominio colonial China ni siquiera tenía derecho a controlar su propio territorio, importantes partes de este fueron entregadas a potencias extranjeras con lo que hipócritamente denominaron «concesiones», y que en realidad eran el acaparamiento de su territorio por parte de naciones imperialistas.
En consecuencia, las palabras de Mao Zedong en 1949 –«el pueblo chino se ha puesto en pie»– resonaron de forma tan fuerte en China porque esta consigna resumía a la perfección el sentimiento del pueblo. Con la creación de la República Popular China y la victoria militar del Partido Comunista Chino se pondría fin de forma decisiva a los «cien años de humillación» de la nación.
Pero fijarse bien, lo que dijo Mao Zedong contrasta claramente con la arrogancia que escuchamos todos los días desde otro país. Mao Zedong no proclamó que «China liderará el mundo», tampoco dijo «China es primero» o «el mundo necesita el liderazgo chino». Nunca los líderes chinos han hecho una afirmación similar, jamás han pretendido una supuesta superioridad de China sobre otros países –y, por tanto, una supuesta inferioridad de los demás–.
Mao, y los líderes posteriores, lo que han sostenido reiteradamente es que en todos los sentidos –nacional, cultural, social, moral, económico– China nunca aceptará ser considerada menos que un igual por otros países. Pero esto, no es una afirmación de una supuesta supremacía de China, a diferencia de las declaraciones que hacen todos los días los líderes de Estados Unidos.
China no pretende imponer su modelo a los demás. China entiende que es diferente de otros países; sabe y declara abiertamente que cada país es diferente y que todos son iguales en derechos. Así pues, igualdad, respeto al diferente, cooperación –sin liderazgo impuesto, sin países superiores o inferiores– son los conceptos esenciales de la política exterior China, en dura oposición a la arrogancia de Estados Unidos.
Xi Jinping expresó este concepto teórico en términos directamente humanos:
«Ya hace más de 2.000 años, el pueblo chino llegó a reconocer que «es natural que las cosas sean diferentes»… Las civilizaciones son iguales en lo fundamental, y esa igualdad ha hecho posibles los intercambios y el aprendizaje mutuo entre civilizaciones…. Pero, ninguna civilización es perfecta en el planeta. Tampoco está desprovista de méritos…. Todas las civilizaciones son cristalizaciones de la diligencia y la sabiduría de la humanidad. Cada civilización es única…. La historia demuestra que sólo interactuando con los demás y aprendiendo de ellos puede una civilización gozar de plena vitalidad».
En este marco internacional, China, tras haber logrado gigantescos avances con su «rejuvenecimiento nacional» y en el bienestar de su pueblo, que constituye casi una quinta parte de la humanidad, también está desempeñando un papel clave en abordar aquellos retos que son universales .
Un ejemplo es una de las dos amenazas con capacidad para eliminar la base actual de la civilización humana: la crisis climática. En la lucha contra ella no sólo se han implementado políticas internas, sino que el progreso tecnológico de China ha abaratado internacionalmente las energías renovables frente a los combustibles fósiles, sentando así una de las bases indispensables para una lucha que afecta a toda el planeta
El socialismo y el Partido Comunista Chino
En poco más de setenta años (en una sola vida) China ha pasado de ser prácticamente el país más pobre del mundo a conquistar niveles de renta y bienestar elevados para toda su población. Ha puesto fin a cien años de opresión nacional, y está desempeñando un papel crucial en los retos que hoy enfrenta la humanidad. En cuanto a lo que esto significa para el pueblo chino hay que comprender el gigantesco paso adelante que ha supuesto el establecimiento de la República Popular China. En comparación con lo que había existido un siglo antes, ahora los jóvenes sienten que son: «increíblemente afortunados de ser chinos en esta época».
Para los analistas capitalistas de occidente, esto significa que no comprenden la dinámica interna de China, ni la actitud de su población hacia el Partido Comunista de China (PCCh). La izquierda socialista internacional tampoco podrá entender a la izquierda China (ni su actitud, orientación y evaluación positiva del PCCh) a menos que comprendan el enorme paso adelante que ha dado su pueblo.
Todo esto se ha conseguido en un país que avanza al socialismo. China demuestra que, en el mundo real, el socialismo no es una idea de futuro, sino la solución más acertada a los problemas actuales. Como socialista creo que se trata de un argumento real que da fuerza a un hecho para mi indiscutible: el socialismo es superior en todos los sentidos al poder omnímodo del capital . Para los no socialistas, el extraordinario éxito de este proceso, que afectan a toda la humanidad, significa también que no podrán formarse una visión precisa de China sin evaluar seriamente y con honestidad sus avances.
Tampoco hay ambigüedad sobre qué organización ha liderado esto. Es el Partido Comunista de China. Por lo tanto, cualquier opinión sobre el PCCh es inseparable con una evaluación del camino emprendido por su país El PCCh nunca ha afirmado que es infalible. Al contrario, la Resolución de 1981 sobre determinadas cuestiones de la historia del Partido y la Resolución de 2021 sobre los principales logros y errores en el último siglo contienen una autoevaluación objetiva y crítica que deberían provocar envidia a cualquier documento elaborado por los partidos políticos occidentales.
Los que están fuera de China deberían constatar un hecho que el propio PCCh no ha querido reivindicar en estas resoluciones. Quizás, por un exceso de modestia. Considerando, el hecho que China es un país enorme y multiétnico, el PCCh ha aumentado exponencialmente su liderazgo en todo el extenso territorio del gigante asiático. Esta no es una afirmación de un patriota chino exaltado, ni siquiera de un socialista, es sólo la constatación de hechos palpables. Cualquiera que quiera comprender a China o, que desee comprometerse con China, tiene que entender este hecho. De lo contrario, no comprenderá la realidad ni se comprometerá con ella.
El primer desafío en «Occidente»: La amenaza de guerra
Los complicados procesos que vivimos son, evidentemente, hechos que configuran el mundo actual. Y como sabemos algunos de ellos son amenazas de magnitud.
En primer lugar, la mayor y más urgente amenaza para el mundo es una realidad que los gobiernos y los medios de comunicación del Norte Global se niegan a admitir y a afrontar. Al hacerlo, niegan la realidad. Con esta actitud y con sus consecuencias geopolíticas, Occidente está amenazando literalmente a la humanidad con una catástrofe. Más concretamente, la amenaza de una guerra mundial cuyas consecuencias nucleares empequeñecerían todos los demás conflictos juntos.
Para entender esta amenaza y las tergiversaciones, inexactitudes y falsificaciones sobre la realidad de China, basta recordar el desastroso error de cálculo con el que Adolf Hitler racionalizó su decisión de atacar a la Unión Soviética en 1941: «Sólo necesitamos patear la puerta y toda la estructura podrida de los comunistas se vendrá abajo».
Este falaz error de cálculo se utilizó para desencadenar la Segunda Guerra Mundial produciendo un increíble sufrimiento humano, antes de la destrucción total del propio régimen nazi. Hoy en día, la negativa a afrontar los éxitos de China, las repetidas tonterías sin base que promueve Estados Unidos sobre un inminente “choque” en Taiwán, la exclusión deliberada de los medios estadounidenses sobre la realidad China , la posibilidad abierta, de parte de algunos círculos estadounidenses, de una guerra contra China y las tendencias que amenazan a la humanidad tendrían consecuencias mucho peores que el error de cálculo de Hitler.
En relación con el reciente viaje a China del Secretario de Estado estadounidense, Anthony Blinken, el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, señaló que «el Secretario hizo hincapié en la importancia de la diplomacia y de mantener abiertos los canales de comunicación en toda la gama de cuestiones para reducir el riesgo de percepciones erróneas y errores de cálculo».
Se trata de un consejo acertado y sabio. Pero no basta para salvaguardar a la humanidad si la evaluación de la situación se limita al envío de un pequeño puñado de diplomáticos y si por otra parte, cada día, políticos y medios de comunicación estadounidenses vierten falsedades y desinformación sobre China e intentan impedir que se reconozca su realidad mediante prohibiciones de visados, límites a las visitas de personalidades, denegación de la entrada a Estados Unidos a analistas y académicos chinos, etc.
La guerra nuclear es la segunda gran amenaza para nuestra civilización. Aniquilaría directamente al grueso de la población del Norte Global, y devastaría el Sur Global y el planeta entero. La amenaza de guerra de Estados Unidos contra China, que tiene todas las posibilidades de convertirse en nuclear, se discute abiertamente en sus círculos internos,
Esta espantosa guerra es mucho más posible por la negativa sistemática de Estados Unidos a reconocer o afrontar los hechos geopolíticos internacionales . Hoy en día, ésta es una de las amenazas existenciales más urgentes. Por esta razón hay que dedicar todas las energías políticas a una campaña internacional de "No a la Guerra Fría", porque la Nueva Guerra "Fría" emprendida por Estados Unidos es el primer paso hacia una guerra caliente.
Esto significa también que ante las falsificaciones, China defiende un valor común: la verdad. Por lo tanto, el interés común de todos, sean socialistas o no lo sean, debería ser dar a conocer la verdadera posición internacional de China. Los medios de comunicación y el gobierno de Estados Unidos dedican enormes recursos a la falsificación y a los intentos de ocultar la realidad China,
Por el contrario, la civilización china tradicionalmente ha demostrado su interés por la verdad sin exageraciones. Han desarrollado un culto a la exactitud. Al igual que los chinos consideran que la modestia es una virtud, ellos piensan que en asuntos serios no hay virtud si se exagera o si se subestima a otro pueblo. Consideran que no hay virtud en la arrogancia, que no hay virtud en el optimismo ni en el pesimismo: sólo hay virtud en el realismo y la exactitud. Por cultura los chinos no gustan de exagerar en ningún sentido, sino simplemente tratan de buscar la verdad lo más exacta posible
La responsabilidad de averiguar y decir la verdad
La situación global plantea una importante responsabilidad para aquellos que viven fuera de China. No me gusta el término inteligentsia, ya que implica que los que se encuentran en un determinado estrato social piensan más que los demás, pero averiguar y confirmar la verdad es sin duda una labor fundamental del pensamiento, del trabajo intelectual que debe realizar todo el mundo.
La realidad es que gran parte de los gobiernos y de los medios de comunicación del Norte Global dedican sus energías no a tratar de averiguar la verdad, sino a ocultarla, lo cual no sólo es un error descomunal, sino que tiene consecuencias extremadamente peligrosas .
Hoy se persigue con saña a quienes descubren o hacen pública la verdad. Esto se aplica no sólo a las mentiras sobre China, sino a otras revelaciones de la realidad. Podemos tomar como un caso demostrativo, el de Daniel Ellsberg, que acaba de morir. Ellsberg fue acusado de espionaje por revelar en los Papeles del Pentágono la verdad sobre la política estadounidense en Vietnam. Otro caso relevante es el de Julian Assange, amenazado con cadena perpetua por revelar la verdad sobre los crímenes de guerra de Estados Unidos. Estos, y otros analistas y escritores, son personas que hacen el verdadero trabajo «intelectual» en Occidente.
Desarrollo económico
En tercer lugar, hay un grupo mucho más reducido, que está relacionado con un acontecimiento clave para la humanidad y que reviste especial importancia para mi persona: los economistas.
De todas las economías de la historia, la de China es, con diferencia, la que más rápidamente crece y la que más rápidamente mejora la vida de su población. Siguiendo el método de la ciencia, como dicen en China, «hay que buscar la verdad a partir de los hechos». Deducimos, por tanto, que aprender las razones de este éxito (sin intentar, por supuesto, copiarlo mecánicamente) es una tarea crucial para los economistas y, especialmente urgente para los países en desarrollo.
Como siempre, los más exitosos son los más quieran aprender. En cambio, hoy nos encontramos con la extraña situación que los economistas occidentales intentan convencernos que la economía de más éxito del mundo, China, está haciendo las cosas mal y que debería cambiar y parecerse más a las economías con menos éxito.
Tanto las revistas académicas como los medios de comunicación supuestamente serios, como el Economist, Financial Times, y Wall Street Journal están repletos de afirmaciones que son objetivamente inexactas y de análisis que fracasan por completo a la hora de predecir tendencias objetivas. Es cierto que los medios de comunicación de masas, dan oportunidades de ganar dinero (este autor durante muchos años obtuvo ingresos proporcionando información económica precisa a los medios occidentales), pero esto no altera un asunto muy grave: el daño que esos medios hacen a los países en desarrollo proporcionando información inexacta tiene un objetivo: obstaculizar las políticas que permitan desarrollar sus economías de manera independiente y crear falsas informaciones respecto a la situación en China. Por lo tanto, es necesario contrarrestar ese comportamiento con información precisa y verdadera.
Socialistas en diferentes partes del mundo
China ha demostrado que vivimos en un mundo en el que, en una sola vida, la población de un país muy pobre del mundo puede avanzar hasta tener las ventajas de una economía de altos ingresos, independencia nacional y dignidad, el sueño de todo Estado en desarrollo. Por lo tanto, los socialistas no tienen que esgrimir argumentos puramente teóricos; pueden señalar lo que ya ha conseguido una quinta parte de la población mundial.
A escala mundial, quedó claro que en el pasado siglo fuero los países socialistas y el Sur Global los que han impulsado los avances progresistas. La responsabilidad de los retrocesos en el bienestar y en derechos se debe exclusivamente a los países imperialistas, o del Norte Global, como los llaman ahora.
Si echamos un vistazo al siglo pasado, la clase obrera del Norte Global no consiguió detener el fascismo europeo, quien realmente derrotó al nazi-fascismo fue la Unión Soviética y su Partido Comunista. La revolución socialista en China fue el primer gran paso de las fuerzas progresistas finalizada la Segunda Guerra Mundial, un poderoso y definitivo empuje en la lucha contra los imperios coloniales y el imperialismo. La derrota de Estados Unidos en Vietnam, una victoria del pueblo vietnamita contó con el apoyo incondicional de China, conduciendo a un gran avance de las fuerzas progresistas en el Norte Global.
Sin embargo, sigue sin haber pruebas que la clase obrera y otras fuerzas progresistas del Norte Global sean capaces por sí mismas de derrotar, o incluso de resistir con éxito, los ataques de las clases dominantes imperialistas, como demuestran las sucesivas derrotas de las fuerzas progresistas del Norte Global.
Sólo, en partes del Sur Global, las fuerzas progresistas han sido capaces de avanzar. Estos avances de las fuerzas del Sur Global deberían contribuir al desarrollo de las fuerzas progresistas en el Norte Global. De esto se desprende una conclusión práctica: una de las tareas más importantes de las fuerzas del Norte Global es impedir que sus clases dominantes ataquen a los países socialistas, en particular a China y al Sur Global.
Debate socialista en el Norte Global
Las realidades descritas determinan que no sólo hay tendencias positivas y análisis acertados, sino que también, hay retrocesos y confusión. Éstos procesos vienen determinados precisamente por la relación de fuerzas a escala mundial.
Para entender que pasa con la izquierda en los países imperialistas podemos tomar como ejemplo la trayectoria de las dos revistas socialistas más conocidas en el Norte Global: la británica New Left Review (NLR) y la estadounidense Monthly Review (MR). Su diferenciación está inseparablemente ligada a la forma en que se relacionan con China y el Sur Global.
Uno de los editores de la británica NLR dedicó un libro suyo a Rusia y a Boris Yeltsin, el hombre que lideró la restauración del capitalismo en la Unión Soviética. A partir de ahí, NLR ha abierto sus páginas a los comentarios a Victor Shih, (de ascendencia china pero procapitalista),y a Joshua Wong, líder de las fuerzas anticomunistas de Hong Kong vinculado a los separatistas de Taiwán. La revista NLR está cometiendo la misma incapacidad occidental para comprender a China, y al final se ha colocado en el bando equivocado, apoyando a las fuerzas que lideraron la restauración del capitalismo en la Unión Soviética.
En agudo contraste está MR. En décadas anteriores, esta revista desempeñó un papel clave en dar a conocer al gran público el desarrollo de China, así como la revolución cubana y otras muchas luchas significativas. Hoy, MR es uno de las principales revistas independientes en inglés que analizan seriamente China. Sus columnas también incluyen frecuentes análisis del Sur Global desde el Instituto Tricontinental de Investigación Social, una organización que se ha convertido en el Centro Internacional más influyente en explicar sistemáticamente las tendencias y procesos progresistas en el Sur Global. La Tricontinental, tiene un edición en inglés del medio chino Wenhua Zongheng, manteniendo un diálogo permanente con las fuerzas prosocialistas de China.
El rol que juegan la China socialista es ahora reconocido en el Sur Global, como lo indican las numerosas declaraciones de líderes políticos de los países en desarrollo. También es el nexo de unión con las corrientes más avanzadas del Norte Global. En resumen, la relación con el socialismo de China está remodelando las tendencias progresistas a escala mundial, un resultado que no contradice , sino que alimenta la regeneración nacional de China
Nota personal
Por último, en el contexto de estos significativos acontecimientos ¿cómo debe situarse un individuo? Esta es una nota y una observación puramente personal pues cada ser humano, sin excepción, tiene sus propios pensamientos y no reconocerlos es no abordar la realidad personal
Puedo explicar mis reflexiones personales de la siguiente manera. Hay dos lugares en el mundo, de aquellos en los que he estado, en los que siempre que las visitó no puedo controlar mis emociones. El primero es el Monumento a los Héroes del Pueblo, en Pekín, porque sé que ese monumento es un homenaje q decenas de millones de chinos que dieron su vida para sacar a su país del «siglo de humillación». La segunda es la Tumba del Soldado Desconocido en Moscú, porque sé que ese lugar está destinado a homenajear a los veintisiete millones de soviéticos murieron no sólo para salvar a su propio país y al socialismo, sino para liberar a toda Europa del nazismo.
Debo decir, además, que hayan una costumbre rusa que admiro mucho: el día de su boda, las parejas van al monumento conmemorativo de la guerra a depositar flores. Esto significa simbólicamente : «Nuestra felicidad de hoy sólo es posible gracias a lo que hicieron los soldados y los partisanos para que nuestro pueblo pudiera tener futuro. Por eso, en este momento de felicidad queremos vincular nuestra alegría con los combatientes soviéticos que hicieron posible la libertad de la patria».
Nadie elige donde nace. Lo único que puede hacer es dar lo mejor de sí en cualquier situación en la que se encuentre. Muchas decenas de millones de personas han pagado con su vida para que la humanidad pudiera avanzar. En los últimos cien años, la inmensa mayoría de estos luchadores han vivido en China y en la antigua Unión Soviética. Hoy, con increíble sufrimiento y heroísmo el pueblo chino, creó un Partido Comunista y luego un Estado que ha conquistado una victoria gigantesca, no sólo para el pueblo chino, sino para toda la humanidad.
Lo que hoy se pide a cualquier persona en Occidente es casi trivial en comparación con esta cercana historia. Queremos simplemente que luchen por la verdad, que la gente sepa la verdad. Eso es lo que intento hacer: analizar con la mayor precisión posible las razones del éxito de China y contárselo a tanta gente me fuera posible. Si he contribuido en algo a comprender a China y sus logros, me siento muy satisfecho.
Solo tengo una frustración. Una de las cuestiones importantes que tiene un partido comunista es que no sólo tiene líderes, sino que cualquiera persona honesta puede unirse a él. El pueblo chino los hace constantemente para fortalecer su organización, pero, legalmente, sólo un ciudadano chino puede ser miembro del PCCh. Eso significa que no sólo en el fondo, sino también formalmente, las opiniones que expreso aquí son sólo mías, y no las del PCCh. Pero no quiero ocultar que, si cumplir con los criterios legales, solicitaría mi ingreso al PCCh.
Sin embargo, estoy totalmente de acuerdo con la norma de que sólo un ciudadano chino pueda ser miembro del PCCh. ¿Entonces? Tendré que conformarme con el premio como segundo mejor
John Ross, es profesor del instituto CHONGYANG de estudios financieros de la universidad Renmin de China. Anteriormente fue director de política económica del alcalde de Londres.
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La única manera de esconder los logros chinos es con toneladas y toneladas de mentiras, es decir, controlando los medios de comunicación mundiales. Occidente quiso creer que podría vencer la guerra mundial híbrida doblegando el espíritu por medio de ataques cognitivos y lo único que ha conseguido es destruirse así mismo a base de mentiras. Salud!
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