Un nuevo nombre para el viejo juego imperialista
THE COMMUNISTS – 24/06/2023
Traducción del inglés: Arrezafe
La "diplomacia coercitiva" es el nuevo nombre de un viejo juego: el del dominio. Allá por el siglo XIX, los imperialistas británicos inventaron la "diplomacia de las cañoneras", término que aplicaron a su propia versión de este mismo juego, cuando imponían la adicción al opio al pueblo chino, supuestamente en defensa del "libre comercio" (es decir, de la supremacía capitalista británica).
Resumimos a continuación un informe elaborado por nuestros camaradas del Partido Comunista de China, al que hemos añadido algunos comentarios propios.
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La diplomacia es el arte, la ciencia y el método mediante el cual naciones, grupos o individuos conducen sus asuntos, de manera de salvaguardar sus intereses y promover sus relaciones políticas, económicas, culturales o científicas. Es la práctica de establecer y mantener relaciones, y propiciar negociaciones en base al tacto y respeto mutuo.
O eso es lo que nos quieren hacer creer las definiciones al uso. Sin embargo, a nivel internacional, cuando se trata de una potencia imperialista, el arte de la "diplomacia" adquiere un sentido muy distinto.
Según palabras del presidente estadounidense Theodore Roosevelt, allá por 1901, la diplomacia es “hablar suavemente blandiendo un gran garrote”.
Ciento veinte años después, el secretario de Estado estadounidense, Anthony Blinken, ha aclarado que el propósito de su país es “comprometerse a liderar y promocionar diplomáticamente los intereses de Estados Unidos, y fortalecer el orden internacional basado en reglas”. Algo que se llevará a cabo mediante la llamada “diplomacia coercitiva”.
Esto, que evidentemente puede sonar contradictorio, es un instrumento común en la “caja de herramientas” de política exterior del imperialismo estadounidense.
Diplomacia coercitiva para la contención global
La diplomacia coercitiva es un concepto formulado por primera vez en 1971 por el profesor Alexander George, de la Universidad de Stanford, que propone el uso de la amenaza o fuerza limitada para obligar al adversario a detener o revertir su proceder, metodología habitualmente utilizada por Estados Unidos en su pretensión de dominio hegemónico mundial.
Estados Unidos ejerce un tipo de diplomacia coercitiva destinada a la contención y represión global en el ámbito político, económico, militar, cultural, entre otros. Ningún país es inmune, y aunque son los países en desarrollo los más afectados, los propios aliados de Estados Unidos sufren la presión de tal política.
Hechos y datos irrefutables revelan los atroces actos de la diplomacia coercitiva estadounidense y nos ayudan a comprender mejor la naturaleza hegemónica e intimidatoria de sus actividades, así como el grave daño que causan al desarrollo de todos los países y el peligro que suponen para la estabilidad regional y la paz mundial.
La hegemonía del dólar es fundamental para la coerción económica estadounidense. Como moneda de referencia internacional, el dólar estadounidense se utiliza en el comercio mundial y las transacciones de inversión, lo que permite a Estados Unidos trasladar sus problemas económicos internos a otros países, exportando a los mismos su inflación y sus déficit comercial.
Estados Unidos controla los precios de muchos de los principales productos y recursos mundiales, en particular el petróleo, y por lo tanto puede influir en las economías y finanzas de otros países controlando el tipo de cambio y el tipo de interés del dólar. Como herramienta para las sanciones internacionales, el dólar estadounidense ocupa una posición central en el sistema financiero global, lo que le permite a Estados Unidos cortar el suministro de dólares a los canales comerciales de otros países, presionar e imponer sanciones restringiendo las vías a través de las cuales pueden comprar servicios o pagar sus facturas internacionales.
La naturaleza de la diplomacia coercitiva
Así pues, ¿qué supone la diplomacia coercitiva para aquellos países que optan por la defensa de sus propios intereses nacionales en lugar de someterse al 'orden basado en reglas' establecido por Estados Unidos (orden en el que Estados Unidos establece las reglas y todos los demás obedecen). He aquí están algunos ejemplos:
● Desde 1962, Estados Unidos ha impuesto bloqueos económicos, comerciales y financieros a Cuba, bloqueos que continúan hasta el día de hoy. Un bloqueo de 61 años que abarca casi todo: combustible, alimentos, artículos de primera necesidad, medicinas... Un bloqueo que ha enfrentado al pueblo cubano a una grave escasez crónica de bienes esenciales y que ha supuesto enormes pérdidas económicas y un trágico desastre humanitario para Cuba.
● Desde 2006, Estados Unidos ha impuesto sanciones draconianas a Venezuela. Durante la administración del presidente Donald Trump, se ampliaron las sanciones económicas y financieras, esencialmente congelando todos los activos del gobierno venezolano en los EEUU e imponiendo sanciones a su industria petrolera, bancaria y minera, lo que afectó gravemente a la economía venezolana. Como resultado, la producción del petróleo crudo venezolano cayó de casi 2,5 millones de barriles por día en 2016 a solo 300.000 barriles por día en 2020.
Durante la pandemia de Covid-19, las sanciones estadounidenses dificultaron que Venezuela obtuviera recursos para combatirla y productos básicos como alimentos, agua potable y gasolina. Según un informe del relator especial de las Naciones Unidas, Douhan, sobre los 'Efectos negativos de las medidas unilaterales de aplicación de la ley sobre los derechos humanos', las sanciones condenaron a más de un tercio de la población venezolana a sufrir una grave crisis alimentaria.
● Desde 2006, las sucesivas administraciones estadounidenses han reforzado continuamente las sanciones contra la República Popular Democrática de Corea (RPDC). En 2017, Estados Unidos impuso nuevas sanciones a la RPDC exigiendo que el Swift desconectara a los bancos de Corea del Norte de la red bancaria mundial. Las sanciones de Estados Unidos a la RPDC incluyen restricciones a las importaciones y exportaciones comerciales, la prohibición a los ciudadanos de la RPDC de trabajar en el extranjero, la congelación de sus activos en los EEUU y la prohibición de que cualquier persona en cualquier lugar establezca vínculos económicos con la RPDC.
● Irán ha sido expulsado dos veces del sistema Swift. Estados Unidos impuso por primera vez sanciones económicas contra el país del Medio Oriente en 1979. En 2012, Estados Unidos y la Unión Europea ámpliaron estas sanciones al expulsar a Irán del sistema Swift, lo que imposibilitó las transacciones internacionales utilizando el dólar estadounidense, el euro o cualquier otra moneda internacional. Como resultado, el valor de la propia moneda iraní se depreció alrededor de un 38 por ciento en un año y el comercio exterior de Irán cayó en recesión, con las importaciones y exportaciones cayendo bruscamente y las exportaciones de petróleo crudo recortadas a la mitad.
En 2018, la administración Trump se retiró unilateralmente del acuerdo nuclear con Irán y volvió a expulsar a Irán del sistema Swift. Según estudio de un grupo de expertos estadounidenses, Irán ha perdido la mitad de sus exportaciones de petróleo y el 30 por ciento de sus ingresos por comercio exterior como resultado de las sanciones.
● Desde 2004, Estados Unidos ha impuesto 17 rondas de sanciones selectivas a Bielorrusia .
● Desde 1993, Estados Unidos ha impuesto sanciones a Sudán que han provocado una grave crisis humanitaria con niños en todo el país muriendo de desnutrición, según un informe publicado por la oficina de la ONU para la coordinación de asuntos humanitarios en Sudán.
● En 2014 se lanzaron sanciones integrales a Rusia con la prohibición de la financiación a medio y largo plazo de los sectores de defensa, finanzas y energía de Rusia. En abril de 2018, se impusieron más sanciones a 38 personas y empresas rusas, congelando todos sus activos bajo jurisdicción estadounidense. En noviembre de 2021, Estados Unidos anunció nuevas sanciones relacionadas con el proyecto del gasoducto Nord Stream 2.
● En violación del principio de aranceles de comercio justo, Estados Unidos lanzó una guerra comercial con China en 2018, anunciando un arancel del 25 por ciento sobre aproximadamente 34 mil millones de dólares en bienes importados de China . En agosto de ese año, se anunció un arancel adicional del 25 por ciento sobre productos chinos por valor de 16 mil millones de dólares; y un mes después, Estados Unidos anunció otro arancel del 10 por ciento sobre 200 mil millones de dólares de importaciones chinas.
En mayo de 2019, se anunció que los aranceles sobre estos 200 mil millones de dólares en productos chinos se aumentarían del 10 por ciento al 25 por ciento. En agosto siguiente, se anunció que se impondrían aranceles adicionales sobre unos 550.000 millones de dólares de productos chinos exportados a Estados Unidos, intensificando así la guerra comercial entre China y Estados Unidos.
● En octubre de 2022, como castigo por comprar petróleo a Irán, Estados Unidos impuso sanciones a la empresa comercializadora de petroquímicos Tibalaji Petrochem, con sede en Mumbai. Esta fue la primera vez que Estados Unidos impuso sanciones a una empresa india por comerciar con Irán.
● La defensa a ultranza de los intereses estadounidenses tampoco muestra piedad alguna hacia sus aliados. En 1986, en respuesta al auge de la industria de semiconductores de Japón, Estados Unidos obligó a los líderes japoneses a firmar el "Acuerdo de Semiconductores entre Estados Unidos y Japón", inició una "investigación de la Sección 301" contra el país e impuso sanciones comerciales a una variedad de productos japoneses, como semiconductores y computadoras. Todo ello socavó fatalmente la competitividad y el potencial de la industria de semiconductores de Japón, lo que provocó una caída de la cuota de mercado mundial del 50 por ciento a alrededor del 10 por ciento en 2019.
● En 2018, el gobierno de Estados Unidos utilizó la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962 para imponer aranceles de hasta el 25 por ciento a productos de acero y aluminio en diversos países y regiones, incluida la Unión Europea, argumentando la supuesta "salvaguardia de la seguridad nacional'.
'Diplomacia' respaldada por el poder militar
Estados Unidos utiliza sus bases militares, agencias diplomáticas y de inteligencia, organizaciones no gubernamentales y de medios de comunicación, junto con otros canales y recursos, como el mundo académico y organizaciones “benéficas” para recopilar información, ejercer influencia, crear opinión pública, manipular elecciones y apoyar a los partidos de oposición, todo ello con el fin de Interferir pública o secretamente, directa o indirectamente, en los asuntos internos de otros países.
La diplomacia coercitiva estadounidense está sustentada por un poderoso ejército cuyo admitido presupuesto anual promedio excede los 850 mil millones de dólares (la cifra real es mucho mayor), lo que representa el 40 por ciento del gasto militar total del mundo y excede la cantidad gastada por los siguientes 15 países combinados. Según un informe de 2020 sobre las bases militares estadounidenses en el extranjero, Estados Unidos tiene más de 800 bases militares en todo el mundo, con 173.000 tropas desplegadas en 159 países de Europa , Asia , Oriente Medio y más allá.
Estados Unidos utiliza con frecuencia la fuerza militar para iniciar o participar en guerras y conflictos de todos los tamaños y formas. Entre 1776 y 2019, inició cerca de 400 intervenciones militares en todo el mundo, la mitad de las cuales tuvieron lugar entre 1950 y 2019, según un informe de la Universidad de Tufts. (Presentación del Proyecto de Intervención Militar: Un nuevo conjunto de datos sobre las intervenciones militares de EEUU, 2022)
Desde la Segunda Guerra Mundial, las principales guerras iniciadas o propiciadas por Estados Unidos incluyen la guerra de Corea, la guerra de Vietnam, la guerra del Golfo, la guerra de Yugoslavia, la guerra de Afganistán, la guerra de Irak, la guerra de Libia y la guerra de Siria. Las guerras por delegación son una forma usual de las intervenciones militares estadounidenses, que sufren países como Ucrania, Irak, Afganistán, Libia, Siria, Pakistán y Yemen, entre muchos otros.
La ideología exportada pretende mantener la ilusión
Estados Unidos utiliza sus productos culturales para promover los "valores americanos". Las películas de Hollywood representan más del 70 por ciento de la cuota de mercado mundial. Los valores y el estilo de vida de Estados Unidos están estrechamente vinculados a sus películas y programas de televisión, publicaciones y redes sociales. Las instituciones culturales sin fines de lucro financiadas por el gobierno también desempeñan un papel destacado en la configuración de la opinión pública destinado a sostener la hegemonía cultural estadounidense, al tiempo que participan encubiertamente en una infiltración ideológica a través de la cultura, la ciencia y la tecnología.
Los medios occidentales liderados por Estados Unidos y las redes sociales internacionales sostienen e impulsan con fuerza la diplomacia coercitiva estadounidense. Los dobles estándares de Estados Unidos en materia de libertad de prensa, propaganda incendiaria y explotación de su hegemonía cultural funcionan para infiltrar, subvertir y erosionar las culturas e ideologías de otros países.
Guiados por la concepción de "Estados Unidos primero", la hegemonía, el unilateralismo, el proteccionismo y el nacionalismo de Estados Unidos se han vuelto cada vez más feroces. Estados Unidos, que antepone los intereses de su propia clase dominante imperialista, no tiene ningún interés en promover la causa de la paz y el desarrollo que tan urgentemente necesitan las masas empobrecidas del mundo.
Un orden mundial cambiante
Para tratar de mantener su posición hegemónica, Estados Unidos se está retirando de todos los tratados y objetivos internacionales que alguna vez propugnó hipócritamente, pero que ahora considera inconvenientes para sus actividades e intereses propios.
Los 17 objetivos de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas para el desarrollo sostenible, incluida la erradicación de todas las formas de pobreza en todo el mundo, la erradicación del hambre, la realización de un crecimiento económico e industrialización sostenible de las ciudades y los diversos asentamientos humanos, la reducción de la desigualdad dentro y entre los países, han quedado fuera del alcance de la coerción estadounidense, y la causa del globalismo se ha visto reiteradamente frustrada.
Estados Unidos es el inventor y maestro de la diplomacia coercitiva. Como académicos estadounidenses han señalado, la esencia de la diplomacia coercitiva estadounidense reside en la idea de que “o estás con nosotros o contra nosotros. Estados Unidos debe liderar, sus aliados deben obedecer y los países que se opongan a la supremacía de Estados Unidos sufrirán las consecuencias”.
Esta es simplemente otra manera de expresar la observación de V. I. Lenin de que “el imperialismo busca la dominación, no la democracia”. La diplomacia coercitiva es el nuevo nombre de un viejo juego: el del dominio. Allá por el siglo XIX, los imperialistas británicos inventaron el término "diplomacia de cañoneras" para su propia versión de este juego, cuando imponían la adicción al opio al pueblo chino, supuestamente en defensa del "libre comercio" (es decir, de la supremacía capitalista británica).
La coerción es un elemento esencial de toda sociedad de clases. La única forma en que podemos acabar con ella es abolir el sistema capitalista-imperialista de explotación del hombre por el hombre y de la explotación de una nación por otra.
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Documento adicional:
Título: Intervenciones de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos en el extranjero, 1798-2023
Informe#: R42738
Autor(es): Bárbara Salazar Torreón, Sofía Plagakis
Fecha: 07 de junio de 2023
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Te leo y me gusrtas
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