Transcripción: Arrezafe
Empoderamiento. Siempre hablan de ello, ¿no es así? Van a empoderar a este y a aquel. Van a empoderar a las mujeres, a los pobres, a las minorías, a los trabajadores, al llamado mundo en desarrollo, al sur global, a África... Van a empoderar a todo el mundo, ¿verdad? ¿Sabes que cuando proclaman tal cosa lo único que pretenden es debilitarte? Quieren debilitar las mentes de aquellos a los que dicen que van a empoderar, haciéndoles pensar que necesitan a alguien que los empodere. Para obtener poder es necesario que ellos lo otorguen, pero eso es sólo una táctica psicológica para quitártelo, haciéndote pensar que la única forma de obtenerlo es mediante su beneficencia. Verás, los poderosos no empoderan a los demás, el poder no empodera, el poder se consolida y quienes lo poseen no hacen otra cosa que tratar de aumentarlo. Los poderosos no van a situarte a su nivel. Tal vez un gobierno te empodere para que pagues más impuestos, para que los apoyes, para reclutarte y luches por ellos, para que los defiendas, eso es todo. Te empoderan para que sirvas a sus propios intereses. Una corporación te empodera para que fabriques, vendas o consumas su inútil mercancía, no te empodera para que seas independiente, para que seas autosuficiente, te empodera para que tú mismo te ates a la noria. No van a renunciar a sus ventajas sobre ti situándote a su nivel. Esta idea de que los poderosos reparten poder o empoderan a quienes no son tan poderosos como ellos es un mito, una táctica para desempoderar.
Verás, la lucha de clases, la descolonización es así: si tú y yo estamos en una carrera y tú llevas zapatillas de correr y yo no, ¿procurarías el equilibrio entre ambos dándome una de tus zapatillas? De esta manera ambos correríamos desequilibrados, mientras un tercero compite en una motocicleta. Así pues, sólo nos restan dos opciones. Porque cuando sitúan en la carrera a quienes no están equipados para correrla, los están engañando haciéndoles creer que compiten, cuando en realidad no son más que explotados espectadores. Así que, o elegimos no competir con la motocicleta o juntos decidimos destruirla. Eso es solidaridad, ese es el poder que tenemos y que nadie nos puede dar porque lo generamos nosotros mismos. Que no intenten convertirnos en falsos participantes de su fraudulenta competición, solo quieren que seamos los designados perdedores de su amañada carrera. No, no nos empoderan situándonos en su pista de carreras, nos empoderan para obedecer sus reglas, las reglas diseñadas de acuerdo a su poder. La única forma real de empoderarnos es rechazar su carrera y su competición, denunciar sus fraudulentas reglas y comenzar a guiarnos por las nuestras propias.
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