08 septiembre, 2024

Genocidio en Palestina. Cómo evitar la siguiente fase — Ilan Pappe

 

Bandera humana de Palestina desplegada en Zaragoza 
contra el genocidio de Israel / Miguel Ángel Gracia


THE PALESTINE CHRONICLE – 07/09/2024

   Traducción del inglés: Arrezafe


De manera similar a lo que ocurrió en 1948, los líderes del movimiento sionista creen que la historia les ha ofrecido una oportunidad única de lograr, mediante una gran operación, lo que durante años sólo pudieron lograr parcialmente.


Como muchos de nosotros habíamos advertido, once meses después del genocidio de Gaza, Israel se centra ahora en el genocidio de Cisjordania.


En este caso, se trata de una política más cautelosa, ya que Israel no puede encontrar pretextos fáciles como los que utilizó para justificar su ataque y genocidio en Gaza. Sin embargo, el relato que Israel está utilizando es esencialmente el mismo. De hecho, es más que un relato, es un mito que los partidarios de Israel en todo el mundo siguen adoptando y repitiendo.


El mito es el siguiente: el ataque de Israel a Gaza fue una operación militar de represalia, mientras que el actual ataque a Cisjordania es un ataque preventivo contra los representantes de Irán en la región.


Hay otra capa agregada al mito, y es la afirmación de que Irán está motivado por los mismos objetivos que inspiraron el genocidio nazi de los judíos.


Por supuesto, no se trata de una nueva modalidad de propaganda. Los académicos, diplomáticos y políticos israelíes han intentado nazificar a los palestinos desde 1948. Lo más absurdo de dicho intento fue la afirmación del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de que el Mufti había persuadido a Hitler para que cometiera el genocidio de los judíos en Europa.


Este viejo-nuevo mito condujo a la siniestra comparación entre los soldados y ciudadanos asesinados el 7 de octubre de 2023 y los seis millones de judíos masacrados por los nazis.


Esta comparación es un abuso total de la memoria del Holocausto y, más importante aún, un intento de demonizar la resistencia anticolonialista palestina, que comenzó en la década de 1920 y continuará hasta que Palestina sea liberada.


No es necesario dedicar demasiado tiempo a refutar este tipo de mentiras. Lo que importa es que todavía proporcionan inmunidad en los medios de comunicación y la política occidentales a las continuas políticas genocidas de Israel en la Franja de Gaza y Cisjordania.


Los lectores del Palestine Chronicle no necesitan convencerse de que las acciones israelíes en la Franja de Gaza constituyen un genocidio. Pero lo que ha ocurrido en el último mes es que el genocidio no sólo consiste en el asesinato masasivo de palestinos, sino que forma parte de un proyecto más amplio de exterminio de los palestinos de su tierra.


Esta estrategia condujo a la destrucción total de las universidades y bibliotecas de la Franja de Gaza en los últimos once meses. Un acto bárbaro destinado a eliminar la identidad, el patrimonio cultural y el capital humano palestino.


Este es también el motivo detrás de las acciones de Israel en Cisjordania, disfrazadas como un ataque preventivo contra posibles ataques “terroristas” a Israel.


El actual gobierno israelí, mesiánico y neosionista, cree que se le ha brindado una oportunidad histórica única que le otorga el poder de expulsar a los palestinos de su tierra. En este contexto, todos los medios, incluido el genocidio, están justificados a los ojos de estos políticos y sus electores.


De manera similar a lo que ocurrió en 1948, los líderes del movimiento sionista creen que la historia les ofrece hoy una oportunidad única de lograr, a través de una gran operación, lo que en el pasado sólo pudieron lograr a lo largo de los años mediante una acción paulatina.


Este es un doloroso recordatorio de los dos relojes de la historia que funcionan a ritmos diferentes. Uno, que funciona muy lentamente, es el que mide la creciente solidaridad con el pueblo palestino en Occidente, junto a campañas de desinversión y boicot a Israel. El otro, que lamentablemente avanza a un ritmo aterrador, mide la destrucción sobre el terreno en la Palestina histórica.


Por lo tanto, la misión principal del movimiento de solidaridad sigue siendo la misma: tratar de seguir el ritmo incidiendo sobre la cambiante reacción global y regional a las políticas de Israel para que estas se materialicen sobre el terreno.


El esoantoso espectáculo que fue la convención del Partido Demócrata en Chicago el pasado agosto –donde la candidata presidencial Kamala Harris reiteró su apoyo incondicional y sin tapujos a Israel– fue otro doloroso recordatorio de la complicidad estadounidense en el genocidio, pero también indicó la falta de una alternativa significativa en la política estadounidense que pudiera darnos alguna esperanza de un cambio radical en el futuro cercano.


Cualquiera que sea el resultado de las elecciones estadounidenses, es más razonable trabajar para limitar la intervención estadounidense en Palestina, así como en Oriente Medio, que esperar que la nueva administración estadounidense adopte una política que nunca se ha aplicado desde la creación del Estado de Israel.


Cuanto menos intervenga Estados Unidos, más posibilidades habrá de un futuro mejor. Sin embargo, por desgracia, existe un escollo.


A corto plazo, para detener el genocidio que se está cometiendo en Gaza y el que se está gestando en Cisjordania, la presión sobre el futuro presidente debe aumentar significativamente.


Con suerte, en los próximos 60 días, el Uncommitted National Movement convencerá a Harris de que detener el genocidio podría ayudarla a ganar en los estados clave, donde los votos de la izquierda y de los árabes estadounidenses son de gran importancia.


Luego tenemos a la Unión Europea y el gobierno británico, que hasta hoy han adoptado posiciones vergonzosas ante el genocidio.


Hasta ahora, el regreso del Laborismo al poder y la victoria de la alianza de izquierda en Francia no han supuesto un cambio serio en las políticas de ambos países.


Y, aunque las posiciones de Noruega, España y Bélgica sobre el reconocimiento del Estado de Palestina son alentadoras, no se trata de un objetivo urgente en este momento, y el genocidio en Gaza continúa, expandiéndose a Cisjordania y tal vez, en el futuro, a los 1,9 millones de ciudadanos palestinos dentro de Israel.


Siempre he sido muy cuidadoso y no he hecho predicciones apocalípticas ni alarmistas sobre el destino de esta comunidad en particular, en medio de la cual he pasado la mayor parte de mi tiempo.


Pero ahora temo que ellos también estén afrontando un peligro existencial como víctimas potenciales de la tercera fase. Sin embargo, nunca es demasiado tarde para evitar el siguiente paso.


El año académico en el norte global y en los EEUU está a punto de comenzar y es de esperar que los campamentos y las protestas regresen con energía renovada y formas redobladas de protesta.


También es alentador ver que cada vez más sindicatos y empresas están desinvirtiendo en Israel, mientras que varias universidades decidieron cortar sus vínculos oficiales con el mundo académico israelí.


No hay necesidad de decirles a los palestinos cómo deben elaborar sus estrategias y con qué fin. Lo que se necesita es un movimiento solidario que tenga confianza en sí mismo y crea estar haciendo todo lo posible para presionar a los gobiernos nacionales y frenar a Israel.


Hay que impedir que el mesianismo neosionista aproveche lo que sus gurús consideran una inusual oportunidad histórica para destruir al pueblo palestino, algo que sus predecesores no han podido hacer en más de un siglo de opresión colonial.


Sabemos que no tendrán éxito: los palestinos no desaparecerán, y Palestina tampoco, pero debemos hacer todo lo posible para limitar la carnicería y la destrucción que están causando en toda la Palestina histórica.



1 comentario:

  1. El caso de Palestina-Israel tiene difícil solución. A diferencia de otrs colonias, esta no es una que EEUU pueda abandonar así como así. Es su cabeza de playa en Oriente Medio. Por lo que yo creo que el conflicto continuará hasta la pérdida de hegemonía de EEUU. Lo que no sé es si el pueblo palestino resistirá lo suficiente o si será barrido como hemos visto que son barridos y desplazados pueblos enteros a lo largo del mundo. Yo creo que el conflicto irá par a la desdolarización, por lo que todavía le queda bastante para finalizar. Demasiado para el pueblo Palestino. ¿Qué opinas? Salud!

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