¡Al juego...! En la entrada espera una multitudinaria jauría humana, con el líder del partido a la cabeza abriendo la boca y babeando. Sujeta un grande maletín, y el señor de negro va haciendo entrega de los sobres con grandes billetes dentro. ¡A la cola, señores, que hay para todos...! ¡Hagan juego! El resto va para Suiza, a buen recaudo que cuando las hordas de rojos lleguen a nuestras puertas, estemos preparados para partir allá donde se esconde nuestro patrimonio.
Buena alegoría de lo que proporcionalmente, ocurre en su inversa percepción del poder.
¡Al juego...!
ResponderEliminarEn la entrada espera una multitudinaria jauría humana, con el líder del partido a la cabeza abriendo la boca y babeando. Sujeta un grande maletín, y el señor de negro va haciendo entrega de los sobres con grandes billetes dentro. ¡A la cola, señores, que hay para todos...! ¡Hagan juego!
El resto va para Suiza, a buen recaudo que cuando las hordas de rojos lleguen a nuestras puertas, estemos preparados para partir allá donde se esconde nuestro patrimonio.
Buena alegoría de lo que proporcionalmente, ocurre en su inversa percepción del poder.
Abrazo. 0.0
Un abrazo, Rafa él.
Eliminarpues si, una buena alegoría.
ResponderEliminarY aún faltan las carretillas del DNI...
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