Juegan a ser dioses, y se creen con derecho a decidir quién debe morir, o tiene derecho a seguir viviendo. Los mismos hipócritas, que se niegan a desempolvar su discurso contrario a la pena de muerte, que nadie tiene derecho (decían entonces) a privar de vivir, a otro ser humano. Además de ineficaz, la misión de la sociedad era la regeneración del criminal, no la venganza. Pues mira por donde, esos mismos, (como el coletas, autoridad responsable de residencias, entre otras muchas más responsabilidades, que apenas le dejaron tiempo para convocar 2 veces la mesa de urgencia del sector. Órgano donde se tomaban las medidas de urgencia, en los momentos donde la falta de atención, mayor numero de victimas creaba) el llamado "gobierno más progresista de la historia" encontró una razón para que miles de seres humanos fueran condenados a muerta, ya que privatizaciones, recortes y corrupción, imposibilitaba la atención de todos, se condenaba a los pobres viejos que además de viejos eran pobres. Porque a los que tenían seguros privados, eran sacados de esos centros, con la escusa de ser atendidos en hospitales privados, aunque era de dominio público que llevaban cerrados desde el inicio de la pandemia por cuestiones de rentabilidad. Pero salvaban la vida al ser atendidos en hospitales públicos. Mientras las ambulancias tenían prohibido el paso a las residencias. Se intentaba hacer de las residencias, hospitales, labor para lo que no estaban preparados. Aislaban por planta, según su vulnerabilidad. A los contagiados, como a leprosos aislados en una planta, donde la falta de respiradores, o el desconocimiento de su manejo, causaba estragos. Cuando no, era la pena, la que los mandaban al otro barrio. Debido a un aislamiento inhumano, se les privaba del mínimo contacto con familiares o pareja, a pesar de que los brotes de contagio era traído de fuera, por los trabajadores. Cuando eran imputados, la razón de ese trato, ufanos e imbuidos de razón, contestaban que por lógica e interés social, decidirse por salvar a uno de 18, era preferible a uno de 70. Estulticia supina, ya que el 70 podía ser un Karl Marx y el de 18 un Charles Manson. Lo mejor era no influir y manipular, lo que no es de nuestra incumbencia ni tenemos justificación para decidir. Cumplir nuestra obligación de ajusticiar a responsables, y tomar medidas que impidan, que tales crímenes vuelvan a pasar. Con comunismo nunca volverá a pasar. Saludos
Juegan a ser dioses, y se creen con derecho a decidir quién debe morir, o tiene derecho a seguir viviendo. Los mismos hipócritas, que se niegan a desempolvar su discurso contrario a la pena de muerte, que nadie tiene derecho (decían entonces) a privar de vivir, a otro ser humano. Además de ineficaz, la misión de la sociedad era la regeneración del criminal, no la venganza.
ResponderEliminarPues mira por donde, esos mismos, (como el coletas, autoridad responsable de residencias, entre otras muchas más responsabilidades, que apenas le dejaron tiempo para convocar 2 veces la mesa de urgencia del sector. Órgano donde se tomaban las medidas de urgencia, en los momentos donde la falta de atención, mayor numero de victimas creaba) el llamado "gobierno más progresista de la historia" encontró una razón para que miles de seres humanos fueran condenados a muerta, ya que privatizaciones, recortes y corrupción, imposibilitaba la atención de todos, se condenaba a los pobres viejos que además de viejos eran pobres.
Porque a los que tenían seguros privados, eran sacados de esos centros, con la escusa de ser atendidos en hospitales privados, aunque era de dominio público que llevaban cerrados desde el inicio de la pandemia por cuestiones de rentabilidad. Pero salvaban la vida al ser atendidos en hospitales públicos.
Mientras las ambulancias tenían prohibido el paso a las residencias. Se intentaba hacer de las residencias, hospitales, labor para lo que no estaban preparados. Aislaban por planta, según su vulnerabilidad. A los contagiados, como a leprosos aislados en una planta, donde la falta de respiradores, o el desconocimiento de su manejo, causaba estragos. Cuando no, era la pena, la que los mandaban al otro barrio. Debido a un aislamiento inhumano, se les privaba del mínimo contacto con familiares o pareja, a pesar de que los brotes de contagio era traído de fuera, por los trabajadores.
Cuando eran imputados, la razón de ese trato, ufanos e imbuidos de razón, contestaban que por lógica e interés social, decidirse por salvar a uno de 18, era preferible a uno de 70. Estulticia supina, ya que el 70 podía ser un Karl Marx y el de 18 un Charles Manson. Lo mejor era no influir y manipular, lo que no es de nuestra incumbencia ni tenemos justificación para decidir.
Cumplir nuestra obligación de ajusticiar a responsables, y tomar medidas que impidan, que tales crímenes vuelvan a pasar. Con comunismo nunca volverá a pasar. Saludos