Larry Johnson - SONAR21 – 27/09/2023
Traducción del inglés: Arrezafe
Mientras conducía, escuchando a Alexander Mercouris, de repente me di cuenta de que Estados Unidos y la OTAN han estado aplicando una estrategia JENGA contra Rusia. Muchos líderes del club de la OTAN están decididamente inmersos en la creencia de que, si se aplica suficiente presión, Rusia, su economía, el ejército y la sociedad colapsarán como una torre JENGA. Sólo hay un pequeño problema: que esa estrategia ha fracasado. Sucedió lo contrario.
En lugar de debilitarse y fracturarse, Rusia se ha vuelto más fuerte y menos dependiente de Estados Unidos y Europa. Su economía progresa. La industria de defensa rusa ha alcanzado niveles sin precedentes en la era de la Rusia moderna. Por ejemplo, Rusia produce más de dos millones de proyectiles de artillería de 152 mm al año. El ejército ruso está cubriendo las cuotas de reclutamiento con tropas completamente entrenadas. Rusia está produciendo en cantidad sorprendente misiles hipersónicos y drones que han transformado a su favor el campo de batalla.
Compárese todo ello con Estados Unidos. La economía estadounidense no va bien. Por ejemplo, el tribunal de bancarrotas de EEUU, informó de un total de 15.724 quiebras en el año fiscal que finalizó el 30 de junio de 2023. Esto supone un aumento del 23 % con respecto al año anterior. ¿Qué pasa con la industria de defensa? Bueno, está amasando enormes sumas de dinero, pero escasos logros. Ucrania se está quedando sin proyectiles de 155 mm y Estados Unidos sólo fabrica 340.000 al año, cantidad insuficiente para cubrir la necesidad diaria del ejército ucraniano. Algo similar ocurre con el reclutamiento: las fuerzas armadas estadounidenses no están cumpliendo sus objetivos anuales, y a pesar de gastar cientos de miles de millones de dólares en armamento, Estados Unidos aún no ha logrado desarrollar misiles hipersónicos.
Estados Unidos se enfrenta a múltiples desastres autoinfligidos. La avalancha incontrolada de inmigrantes inunda las ciudades lideradas por los demócratas que las promocionaron como santuarios para la inmigración. Abrumados, el gobernador y el alcalde de Nueva York se quejan acaloradamente de la inmigración ilegal. Las principales ciudades de Estados Unidos (Nueva York, Chicago, Filadelfia, Washington, DC, Los Ángeles y San Francisco) están asoladas por asesinatos, robos y atracos. La siguiente imagen, de Filadelfia, no es exclusiva de esta ciudad. Se puede ver el mismo horror en muchas otras ciudades importantes de Estados Unidos.
De modo que sí, Estados Unidos está jugando al JENGA, pero la torre que se derrumba no es Rusia, es Estados Unidos el que se enfrenta a la catástrofe. Ojalá se tratara sólo de una hipérbole, pero lo cierto es que el tejido social de Estados Unidos está siendo destrozado y la división partidista es hoy un abismo creciente e insalvable.
Permítanme un dato significativo. Echen un vistazo a esta noticia de hoy:
El 21 de septiembre, Rusia prohibió temporalmente las exportaciones de gasolina y diésel a todos los estados exsoviéticos, excepto a cuatro, debido a la escasez interna, una medida que perturbará el comercio mundial que ya ha tenido que adaptarse a las sanciones occidentales impuestas al combustible ruso.
El 25 de septiembre, Rusia suavizó algunas de las restricciones, y anunció que permitiría la exportación de combustible diésel con alto contenido de azufre para algunos buques.
Los analistas occidentales siguen cegados por su creencia, profundamente arraigada, de que Rusia es una gasolinera en ruinas, y atribuyen la escasez a:
una combinación de factores que incluyen el mantenimiento de las refinerías de petróleo, los cuellos de botella en los ferrocarriles y la debilidad del rublo, que incentiva las exportaciones de combustible.
Tal vez. Pero permítanme sugerir una explicación alternativa. Rusia está administrando sus reservas de combustible diésel como contingencia para una ofensiva que tomará el control de Kiev y Odessa. ¿Inverosímil? Quizás, pero las recientes declaraciones del presidente de la Duma rusa, Vyacheslav Volodin, de las que se hicieron eco el Ministro de Asuntos Exteriores Lavrov y el Ministro de Defensa Shoigu, transmiten un sombrío mensaje para Occidente: Rusia ya no está interesada en un acuerdo negociado con Ucrania. "Ucrania debe rendirse según los términos de Moscú o el país "dejará de existir". No se trata de declaraciones aisladas, ociosas y espontáneas. Rusia está enviando un mensaje muy claro. ¿Lo escucharán los estadounidenses, o seguirán tentando el JENGA ruso?
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