11 diciembre, 2023

El "sur seguro" de Gaza es ahora un cementerio — Ruwaida Amer

 


La Intifada Electrónica – 11/12/2023

   Traducción del inglés: Arrezafe


La ciudad de Hamad, uno de los complejos habitacionales más nuevos de Gaza, fue bombardeada recientemente por Israel. (Mohammed Talatene) (DPA)


La idea de que algunos lugares de Gaza son seguros es mentira. Una mentira peligrosa ya que ha obligado a la gente a abandonar sus hogares.


Más de 1,8 millones de personas están ahora desplazadas. Todos huyen de la muerte.


Los padres intentan salvar a sus hijos del horror de los constantes bombardeos. La gente se aferra a la pequeña esperanza que queda de que la guerra termine pronto.


En Khan Younis, en el sur de Gaza, los temores empeoraron después de que Israel comenzó su invasión terrestre e intensificó el bombardeo de la ciudad. Esperábamos que se prolongara la breve tregua de finales de noviembre.


La guerra regresó abruptamente.


Tras la tregua, el bombardeo de Khan Younis fue especialmente intenso.


Había mártires por todas partes.


En el aire flotaba un olor a misiles.


El ruido de las ambulancias no cesaba.


Fue como si la ciudad se hubiera incendiado de repente.


El ejército israelí comenzó a ordenar a la gente de la zona oriental que abandonaran sus hogares.


Eso significó acudir a escuelas y hospitales que ya estaban colmados. Algunas personas no pudieron encontrar dónde quedarse y ahora están en las calles.


Pesadilla


En las primeras etapas de esta guerra, Israel describió a Khan Younis como una zona segura. Ahora todos aquí están sufriendo una pesadilla de la que no pueden escapar.


"Al comienzo de la tregua sentimos que podíamos respirar un poco y dormir sin escuchar los sonidos de los aviones de combate y los drones", dijo Maryam al-Sayed desde al-Qarara, al este de Khan Younis. "Mis tres hijos pudieron dormir y empezaron a salir a la calle sin preocupaciones. Pero tras la tregua, cuando el ejército israelí empezó a amenazar la ciudad de Khan Younis, sentí mucho miedo. La mañana del primer día después de la tregua sentí que iba a morir en cualquier momento. Abracé a mis hijos y nos sentamos en una habitación. Escuché a los vecinos decir que el ejército quería que abandonáramos nuestras casas. Hablé con mi marido y me dijo: '¿Adónde vamos? Dormiremos en casa esta noche y mañana por la mañana buscaremos otro lugar'."


"Fue una noche muy difícil", añadió. "El bombardeo a nuestro alrededor no cesó ni por un momento. Escuché el fragor del ejército combatiendo con la resistencia palestina. Al parecer Israel estaba intentando entrar en la ciudad de Khan Younis en tanques. Intenté tranquilizar a mis hijos y distraerlos del sonido del bombardeo hasta que pasaron las lentas horas de la noche. Cuando salió el sol, mi marido me dijo que había encontrado un lugar con uno de sus parientes al oeste de Khan Younis y me pidió que preparara algunas cosas. Nos trasladamos allí y horas más tarde supimos que los tanques habían comenzado a acercarse a la ciudad de Khan Younis".


A la orden de evacuar las zonas al este de Jan Yunis le siguieron más órdenes. Unos días después de que terminara la tregua, Israel ordenó a la población del centro de Khan Younis que abandonaran sus hogares.


Los residentes de Khan Younis tuvieron que llevar a hombros las pertenencias que llevaban consigo.


Las escuelas y hospitales tuvieron que acoger a más personas desplazadas. Como el agua potable era extremadamente escasa, aumentó el riesgo de propagación de enfermedades.


También se ordenó la evacuación de los residentes de la ciudad de Hamad, una de las urbanizaciones más nuevas de Gaza.


Tras la orden de evacuar, Israel bombardeó esa zona.


"Nunca podré olvidar la escena en la que seis torres fueron destruidas y cayeron al suelo", dijo Yasser Fares, que vivía en la ciudad de Hamad. "En las horas posteriores al bombardeo, no quedaba mucha gente en la ciudad. Todos salimos a buscar un lugar donde refugiarnos".


Algunos de sus familiares fueron a al-Mawasi, una zona al oeste de Khan Younis, y levantaron una tienda de campaña.


"Si no morimos por los bombardeos, moriremos de frío, hambre y sed", afirmó. "No existe refugio. Gaza no puede hacer frente a una guerra tan atroz y violenta".


Yasser Fares y su propia familia acudieron a una escuela dirigida por la agencia de las Naciones Unidas para los refugiados de Palestina (UNRWA). "La escuela tiene miles de personas desplazadas", dijo. "No podemos dormir ni descansar. Pero nos vemos obligados a afrontar esta trágica situación. Haremos cualquier cosa por la seguridad de nuestros hijos, aunque ningún lugar sea seguro. El "sur seguro" se ha convertido en nuestro cementerio".


Ruwaida Amer es periodista radicada en Gaza.



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