29 septiembre, 2024

HASSAN NASRALLAH

 


Puede que esto parezca insignificante, pero es una de las cosas más reveladoras que ha dicho Israel. En palabras de los propios funcionarios israelíes, Hassan Nasrallah fue asesinado literalmente porque se negó a aceptar un acuerdo para abandonar la defensa de los palestinos. En efecto, este hombre etiquetado como "terrorista" murió porque se negó a ceder ante lo que todas las resoluciones de la ONU y la inmensa mayoría de la comunidad internacional han estado pidiendo sin cesar. Excepto que él, a diferencia de los otros, tenía agallas. Así que, a diferencia de lo que tanta gente está diciendo, la verdadera razón de su muerte no es la supuesta "maldad terrorista de Hezbollah", sino que Israel pueda continuar con su apropiación de tierras y su limpieza étnica sin impedimentos. Hassan Nasrallah fue uno de los únicos que realmente estuvo dispuesto a hacer que Israel rindiera cuentas, por ello, en sus propias palabras, estaba dispuesto a morir, y por ello fue asesinado.


Arnaud Bertrand



28 septiembre, 2024

Al asesinar a Nasrallah, Israel ha abierto las puertas del infierno. Todos pagaremos el precio — Jonathan Cook

 


Jonathan Cook – 28/09/2024

   Traducción del inglés: Arrezafe


Hezbolá ha confirmado que su histórico líder, Hassan Nasrallah, se hallaba entre los cientos de libaneses asesinados en el bombardeo masivo perpetrado por Israel anoche en un suburbio de Beirut.


La decisión de Israel de asesinar a Nasrallah, utilizando las enormes bombas antibúnkeres suministradas por Estados Unidos, es más que temeraria. Es una completa locura. Israel ha eliminado –a sabiendas– una influencia moderadora en el seno de Hezbollah.


Mediante esta acción, Israel no logrará nada más que confirmar varios puntos a su sucesor y a los líderes de otros grupos y países etiquetados como "terroristas" por los gobiernos occidentales:


Israel y Occidente, que lo respalda firmemente, no siguen ninguna regla de juego establecida y, por consiguiente, sus oponentes deberán hacer lo mismo. La actual moderación de Hezbolá, que tanto ha desconcertado a los expertos occidentales, pasará a ser cosa del pasado.


Que a Israel no le interesa el compromiso, sino sólo la escalada, y que esta supone una lucha a muerte, no sólo contra Israel, sino contra Occidente que lo patrocina.


Que el extremismo ideológico de Israel –su supremacía judía y su insaciable sed territorial– debe ser respondido con un extremismo aún mayor de inspiración chiíta.


Décadas de terrorismo occidental en Oriente Medio propiciaron un nihilismo sunita encarnado primero por Al Qaeda y luego por ISIS.


Ahora, Occidente, a través de Israel, está fomentando en la resistencia chiita su propio momento ISIS. Los moderados de las que Occidente denomina como "organizaciones terroristas" han vuelto a perder la discusión. ¿Por qué? Porque el proyecto imperial estadounidense conocido como "Occidente" ha demostrado una vez más que no está dispuesto a ceder. Exige nada menos que el dominio global completo.


Israel puede que logre un breve éxito táctico al asesinar a Nasrallah, pero no tardaremos en sentir el huracán que se avecina.


Cuando ese huracán llegue, el papel de nuestros políticos y medios de comunicación será el de garantizar que no relacionemos el salvajismo y locura Occidental con sus consecuencias.


Los regímenes occidentales se proclamarán "víctimas", reiterarán que "nos odian por nuestras libertades", por la superioridad de nuestra civilización y que “ellos” son simplemente bárbaros.


Pero lo que viene a continuación, al igual que lo que aconteció antes, será enteramente predecible. La violencia no genera sosiego, genera más violencia. Israel lo sabe. Nuestros líderes lo saben. Y, sin embargo, han abierto las puertas del infierno.



El Ogro de los cuentos europeos

 




El OGRO TÁRTARO (Eduardo Galeano)


Gengis Kan fue el Ogro de los cuentos que durante mucho tiempo aterrorizaron a los adultos europeos, el Anticristo que encabezaba las hordas enviadas por Satán desde Mongolia.


¡No son hombres! ¡Son demonios! —clamaba Federico II, rey de Sicilia y de Alemania.


En realidad, Europa estaba ofendida porque Gengis Kan no se había dignado invadirla. La había despreciado, por atrasada, y había preferido el Asia. Y con métodos no muy delicados había conquistado un enorme imperio, que se extendía desde la meseta mongola hasta la estepa rusa, pasando por China, Afganistán y Persia.


La mala fama se transmitió a todos los miembros de la familia Kan.


Sin embargo, el nieto de Gengis, Kublai Kan, no se comía crudos a los viajeros europeos que muy de tanto en tanto llegaban hasta su trono de Pekín. Los agasajaba, los escuchaba, les ofrecía empleo.


Marco Polo trabajó para él.





Nines Maestro - Qué es una economía de guerra


 


La Unión Europea sigue contribuyendo a mejorar la economía rusa mientras daña la suya propia. Por alguna razón, esa es la política que se considera adecuada. Sabemos que es Estados Unidos el que la ha exigido y que, en esencia, esa política impuesta a Europa está destruyendo realmente su economía, propiciando una recesión y una desindustrialización estructural, no sólo circunstancial. Vemos a muchas empresas declarándose en quiebra y abandonando rápidamente Europa. Así pues, Europa está siendo desindustrializada, y eso es algo que no se puede revertir en poco tiempo. Es como si un cirujano informara desde el quirófano que la operación ha sido un éxito, pero que lamentablemente el paciente ha muerto. Esa es, literalmente, la situación en Europa. Los burócratas de Bruselas, que reciben las órdenes de los Estados Unidos, han tenido éxito implementando dichas órdenes, por eso proclaman "oh, todo un éxito", porque no son responsables ante los europeos, sino ante Washington.


Richard Werner / US-Imposed Sanctions on Russia DESTROY Europe



24 septiembre, 2024

Germany was never denazified

 


24 sept 2024

Dimitri Lascaris speaks with Ali Abunimah, co-founder of The Electronic Intifada, about the extraordinary wave of repression sweeping over the West, and Germany in particular.


In July of this year, German legal authorities issued an order to Abunimah banning him from giving a speech via Zoom to the Palestine Conference in Exile, organized by supporters of Palestinian rights in Germany in late July.


The order threatened Abunimah with fines and up to one year in prison for participating in the conference.


Abunimah defied the order of the German "regime", stating that Germany "never purged itself of deep and pervasive racism."


Lascaris and Abunimah also discussed increasingly aggressive censorship by social media companies, as well as the growing political instability in West Asia.







Lebanese resistance strikes back

 


24 sept 2024

Last week, Israel killed hundreds and wounded thousands of persons by remotely detonating rigged pagers and walkie talkers in Lebanon. Former CIA Director Leon Panetta condemned the attacks as a "form of terrorism".


In retaliation, Lebanon's Islamic Resistance launched waves of missile attacks on Israel's Ramat David airbase and production facilities of Israel's Rafael Advanced Defence Systems. The Rafael facilities are situated near Haifa, Israel's third-largest city.


These strikes constituted the deepest missile strikes into Israel since the 2006 war between Israel and Lebanon's Islamic Resistance.


On September 23, 2024 (the day after the missile strikes in Israel), Dimitri Lascaris spoke with Beirut-based, geopolitical analyst Laith Marouf about the rapidly escalating war between Israel and the Resistance.




23 septiembre, 2024

¡ MALDITA OTAN !

 

Ataque de Hezbollah al ocupante sionista

 


 


22 septiembre, 2024

Más judíos que nunca abandonan "Israel"

 

https://youtu.be/6l9gf5LZUHE?si=ZokRB5ODdkpYOpUM




Más judíos que nunca abandonan Israel


Israel no puede sobrevivir convertido en un Estado fuera de la ley. Israel se sostiene realmente en dos patas, una mitológica basada en cuentos de hadas, y la otra la afluencia de judíos a Israel. Sin judíos que se trasladen allí no hay Estado judío. Ahora tenemos cientos de miles de judíos abandonando Israel y más judíos que nunca, judíos israelíes, solicitando pasaportes extranjeros. No sólo estamos viendo una aliyá inversa, sino que toda aliyá a Israel se ha frenado, excepto por extremistas absolutamente locos que quieren venir a luchar contra los árabes y establecerse en Cisjordania, pero esos son pocos. Así que, de hecho, las dos patas de Israel se han roto y, por lo tanto, los cimientos del Estado sionista se han erosionado notablemente.




21 septiembre, 2024

Los que mandan / Los que obedecen

 

Dresde, febrero 1945

"Los que mandan, los Estados Unidos, pueden permitirse violar cualquier línea roja con casi total impunidad: saben que Putin no es en absoluto un loco que quiera la destrucción del planeta y, por lo tanto, no lanzará un ataque directo contra suelo estadounidense. Los que obedecen, Europa, ya han devastado su propio sistema de producción y están situados en primera línea de posibles ataques preventivos, incluidos los nucleares (recordemos que en la doctrina de guerra actual, el uso de armamento nuclear táctico está considerado dentro de una guerra ordinaria, no como el inicio de una guerra nuclear a gran escala).


Por eso Estados Unidos presiona para que se violen todas las líneas rojas, porque disponen de dos amplias y prescindibles zonas de amortiguación: primero Ucrania y luego Europa".


Lorenzo María Pacini

INTERNATIONALIST 360º – 20/09/2024



El terrorismo sionista — José Ernesto Nováez Guerrero

 

Almayadeen – 19/09/2024


Aunque "Israel" no ha aceptado oficialmente ser responsable del crimen, nadie duda de su autoría, como tampoco de que el Consejo de Seguridad de la ONU no actuará de forma contundente contra la entidad sionista.


Supongamos por un momento lo siguiente: una organización terrorista intercepta un lote de dispositivos electrónicos destinados a un país rico de Occidente. Puede ser Estados Unidos, puede ser Francia. Estos terroristas inyectan un explosivo líquido en los dispositivos que pueden hacer estallar remotamente en el lugar y la hora que estimen conveniente. Así lo hacen. El estallido simultáneo de estos provoca miles de heridos y muertos en ese país. Explotan cuando las personas están haciendo sus compras en mercados, manejando sus autos, jugando con sus hijos. El saldo preliminar es de miles de heridos, algunos en estado crítico y decenas de muertos, incluyendo niños. Los servicios de salud se colapsan por lo inesperado y brutal de la acción.


Un ataque de esta magnitud en Estados Unidos o Francia hubiera provocado, sin dudas, reuniones de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU, donde se exigirían, y sin dudas se aprobarían, sanciones, acciones militares o cualquier otro tipo de firme reacción contra esta organización terrorista. Las máximas autoridades de la ONU publicarían enérgicas condenas y los grandes medios cartelizados se llenarían de historias de las víctimas de ese horror colectivo e inesperado.


Ahora pongamos que el autor de esa brutal acción no es una organización, sino un estado criminal y genocida. Que los actores fueron sus servicios de inteligencia y sus fuerzas militares, ambos con un largo historial de crímenes a sus espaldas. ¿No debería este estado ser objeto del más firme repudio internacional? ¿No debería ser denunciado y castigado por actuar indiscriminadamente en contra de población civil indefensa? No, si es "Israel".


Históricamente el ente sionista ha estado al margen de las consecuencias por sus acciones, al menos en lo que a la "legalidad internacional" y los grandes poderes del "mundo libre" respecta. Los que han patrocinado y favorecido su accionar colonial, su brutalidad contra cualquiera que los adverse y el genocidio sistemático de décadas contra el pueblo palestino, no pueden escandalizarse porque ahora actúe de esta forma contra miles de personas en Líbano y Siria. Los árabes son, en el imaginario colectivo fomentado por los grandes medios y poderes occidentales, terroristas y cualquier acción contra ellos es sin duda una justa medida de retribución contra pueblos bárbaros.


El racismo que subyace en el fondo de la mentalidad aún colonial de Occidente explica la relativa morosidad de las reacciones internacionales contra el masivo ataque perpetrado por "Israel" en Líbano y Siria este 17 y 18 de septiembre. Se estima que hicieron explotar simultáneamente unos cinco mil dispositivos tipo beeper y walkie-talkies, usados comúnmente tanto por organizaciones como Hizbullah como por civiles por motivos de seguridad, ya que se considera que al ser una tecnología más primitiva prevenía el espionaje israelí. Un conteo estimado arroja hasta hoy la macabra cifra de más de tres mil heridos y casi cuarenta personas fallecidas. Mientras esto ocurría, varios aviones israelíes sobrevolaron Beirut a baja altura, dos de ellos rompiendo la barrera del sonido.


El Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá para discutir el tema. Es probable que veamos un despliegue de cinismo, ninguna reacción concreta y el veto estadounidense y británico a cualquier propuesta de sanción contra "Israel". Adicionalmente, el Alto Comisionado de la ONU para los derechos humanos declaró, según reseña el portal Infobae "que hacer explotar miles de dispositivos buscapersonas sin saber quién estaba en posesión de esos aparatos y cuál era el entorno, es un hecho que viola las normas fundamentales de los derechos humanos". Se desprende de estas palabras que para el Alto Comisionado, quien tiene un historial de tibias posiciones ante el genocidio israelí en Gaza, hacer explotar dispositivos electrónicos personales, siempre que se controle "quién está en posesión" de ellos y "el entorno" en el que están, es algo que está perfectamente dentro del marco de derechos humanos defendido por la organización que él representa. Valientes voceros de la humanidad tenemos aquí.


Aunque "Israel" no ha reconocido oficialmente su autoría, a nadie le quedan dudas de cuál es la mano detrás de este crimen. Cabe entonces la pregunta, ¿qué beneficios obtiene el ente sionista de estos hechos?


El primero y más inmediato es sicológico. Sembrar el terror y la confusión en la sociedad libanesa, haciéndoles sentir que nadie en ningún lugar está seguro. Pero esta es una sensación con la cual los libaneses se han acostumbrado a vivir. Es una consecuencia natural de tener como vecino a un estado genocida capaz de todo. Con este miedo, esperan erosionar el apoyo popular a Hizbullah, principal organización de defensa del país y uno de los enemigos más temidos por el sionismo.


Buscan también minar la autoconfianza de esta organización. Hacerles sentir que no importa las medidas de seguridad que tomen nadie está a salvo de la larga mano del Mossad y el ejército israelí.


Al mismo tiempo pretenden generar una sensación de angustia e inseguridad respecto a las cadenas de suministro del país. ¿Qué otros dispositivos electrónicos pueden estar rellenos con explosivo? ¿Son los proveedores extranjeros cómplices del Mossad?


Y se abre también la interrogante de si el sionismo ha usado tácticas similares en el pasado. Comienzan a circular en las redes fotos del difunto presidente iraní Raisi con un buscapersonas del mismo modelo que los que estallaron en el Líbano y Siria, lo cual genera suspicacias sobre si su muerte fue verdaderamente un accidente. Real o no, esto forma parte del clima paranoico que el sionismo busca generar en estas sociedades y, por extensión, en Irán, importante aliado del Líbano y Siria y principal contendiente de "Israel" en Medio Oriente.


Sin embargo, el efecto pudiera ser todo lo contrario al perseguido. Un despliegue de terror tan generalizado puede paralizar a una sociedad, pero también puede cohesionarla en torno a un enemigo común. Ganar a los escépticos para la convicción de que la única causa legítima y posible para el futuro de Líbano y la región pasa por abrazar la opción de la resistencia, cada vez mejor articulada y más poderosa. Doy fe, por haberla vivido, del valor y la resiliencia del pueblo libanés. Una sociedad que viene de mucho dolor, pero que sabe conservar la sobriedad, ser amable y, en medio de todas las crisis que los golpean, ser generosos y cálidos anfitriones. Un pueblo que ha conocido la victoria y que sabe que vencerá. Y esa certeza no es fácil de mellar, no importa cuán cobardes y horrorosos sean los métodos desplegados por un estado terrorista.





20 septiembre, 2024

Soldados israelíes arrojan a palestinos desde un tejado

 

La cobertura de soldados israelíes empujando a tres palestinos desde un tejado en la ciudad cisjordana de Qabatiya (no está claro si los hombres están muertos o casi muertos) apenas ha sido cubierta por los medios occidentales, a pesar de que fue filmado desde dos ángulos diferentes y de que un reportero de la principal agencia de noticias estadounidense, Associated Press, fue testigo del hecho.



La agencia de noticias AP informó sobre estos hechos hace unas nueve horas. Todos los medios de comunicación occidentales tienen acceso a su servicio de noticias, por lo que todos están al tanto.


Una vez más, los medios de comunicación han optado por ignorar los crímenes de guerra israelíes, incluso cuando existen pruebas concluyentes de que ocurrieron. (O tal vez porque existen pruebas concluyentes de que ocurrieron).


Recuerden, esos mismos medios nunca dejan de resaltar –o simplemente inventar– cualquier crimen del que acusar a los palestinos, como por ejemplo esos inexistentes "bebés decapitados".


Jonathan Cook – 20/09/2024





18 septiembre, 2024

Exploding Pagers: Israel's latest terrorist attack in Lebanon

 


Dimitri Lascaris – 17/09/2024

On September 17, 2024, in an apparent terrorist attack by Israel, thousands of persons were maimed and killed by exploding pagers in Beirut and other parts of Lebanon.


Dimitri Lascaris spoke withe Beirut-based, geopolitical analyst Laith Marouf about the victims of the attack, the means by which it was perpetrated, and the likely response of the Islamic Resistance in Lebanon.





16 septiembre, 2024

Del 11 de septiembre al 7 de octubre: se derrumba la falsa "guerra contra el terrorismo" — Pepe Escobar

 

(Photo Credit: The Cradle)


The Cradle – 16/09/2024

Traducción del inglés: Arrezafe


"La colonización… es el mejor negocio en el que puede involucrarse el capital de un país antiguo y rico… las mismas reglas de moralidad internacional no se aplican… entre naciones civilizadas y bárbaros".

– John Stuart Mill, citado por Eileen Sullivan en “Liberalismo e imperialismo: la defensa del Imperio británico por parte de J. S. Mill”, Journal of the History of Ideas , vol. 44, 1983.


Los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001 pretendían consagrar e imponer un nuevo paradigma excepcionalista al joven siglo XXI. Sin embargo, la historia ha dictaminado lo contrario.


El 11 de septiembre de 2001, considerado un ataque contra el territorio estadounidense, dio origen de inmediato a la Guerra Global contra el Terror (GWOT, por sus siglas en inglés), que comenzó a las 23 horas de ese mismo día. La consigna, que el Pentágono bautizó inicialmente como "La Larga Guerra", fue posteriormente suavizada por la administración de Barack Obama y sustituida por "Operaciones Contingentes Exteriores (OCO)".


La guerra contra el terrorismo, urdida por Estados Unidos, empleó ocho billones de dólares, cifra notablemente incalculable, en derrotar a un enemigo fantasma, mató a más de medio millón de personas (mayoritariamente musulmanas) y se ramificó en guerras ilegales contra siete estados de mayoría musulmana. Todo esto se justificó incesantemente con "razones humanitarias" y supuestamente contó con el apoyo de la denominada "comunidad internacional", antes de que dicha denominación también fuera rebautizada como "orden internacional basado en reglas".


Cui Bono? (¿Quién se beneficia?) sigue siendo la principal pregunta respecto a todo lo relacionado con el 11 de septiembre de 2001. Una compacta red de neoconservadores fervientes partidarios de Israel, estratégicamente situados en los estamentos de defensa y seguridad nacional por el vicepresidente Dick Cheney –que había servido como secretario de defensa en la administración del padre de George W. Bush– entró en acción para imponer la agenda largamente planeada del Proyecto para el Nuevo Siglo Americano (PNAC, por sus siglas en inglés). Esta agenda a largo aplazo había estado esperando entre bastidores el detonante adecuado –un "nuevo Pearl Harbor"– para justificar una serie de operaciones de cambios de régimen y guerras en gran parte de Asia occidental y otros estados musulmanes, remodelando la geopolítica global en beneficio de Israel.


La tristemente célebre revelación del general estadounidense Wesley Clark sobre un complot secreto del régimen de Cheney para destruir siete importantes países islámicos en un período de cinco años, desde Irak, Siria y Libia hasta Irán, nos mostró que la planificación ya se había hecho de antemano. Esas naciones atacadas tenían una cosa en común: eran enemigos decididos del Estado ocupante y firmes defensores de los derechos palestinos.


Lo ideal, desde la perspectiva de Tel Aviv, era que la Guerra contra el Terror haría que Estados Unidos y sus aliados occidentales lucharan en todas esas guerras tan lucrativas para Israel en nombre de la "civilización" y contra los "bárbaros". Los israelíes no podrían haber estado más complacidos y satisfechos con el rumbo que estaba tomando la guerra.


No es de extrañar que el 7 de octubre de 2023 sea una imagen especular del 11 de septiembre de 2001. El propio Estado ocupante lo promocionó como su propio "11 de septiembre". Los paralelismos abundan en más de un sentido, pero ciertamente no en el sentido que esperaban los defensores de Israel y la camarilla de extremistas que dirige Tel Aviv.


Siria: el punto de inflexión


El hegemón occidental, que se destaca por fraguar narrativas, actualmente se revuelca en lodazales de rusofobia, iranofobia y chinofobia que él mismo engendró. Desacreditar las inmutables narrativas oficiales, tales como la del 11 de septiembre, sigue siendo el tabú por excelencia.


Pero una narrativa falsa no puede perdurar eternamente. Hace tres años, en el vigésimo aniversario del derrumbe de las Torres Gemelas y el inicio de la Guerra contra el Terror, fuimos testigos de un gran desmoronamiento en la intersección de Asia Central y del Sur: los talibanes habían vuelto al poder y celebraban su victoria sobre el Hegemón y su descoyuntada Guerra Eterna.


Para entonces, la obsesión de los "siete países en cinco años" –encaminada a forjar un "Nuevo Oriente Medio"– estaba descarrilando en todo el espectro. Siria fue el punto de inflexión, aunque algunos argumentarían que las hojas de té ya estaban hervidas cuando la resistencia libanesa derrotó a Israel en 2000 y luego nuevamente en 2006.


Aplastar a la Siria independiente habría allanado el camino para el Santo Grial del Hegemón –y de Israel–: un cambio de régimen en Irán.


Las fuerzas de ocupación estadounidenses entraron en Siria a fines de 2014 con el pretexto de luchar contra el "terrorismo". Esa era la cohartada de Obama en acción. Pero en realidad, Washington estaba utilizando dos grupos terroristas clave –Daesh, también conocido como ISIL, también conocido como ISIS, y Al Qaeda, también conocido como Jabhat al-Nusra, también conocido como Hayat Tahrir al-Sham– para intentar destruir Damasco.


Esto quedó demostrado de manera concluyente por un documento desclasificado de la Agencia de Inteligencia de Defensa de Estados Unidos (DIA) de 2012, confirmado posteriormente por el general Michael Flynn, jefe de la DIA cuando escribió la evaluación: "Creo que fue una decisión deliberada [de la administración Obama]" cuando se trató de ayudar, no de combatir, el terrorismo.


El ISIS fue concebido para luchar contra los ejércitos iraquí y sirio. El grupo terrorista es una escisión de Al Qaeda en Irak (AQI), luego rebautizado como Estado Islámico en Irak (ISI), luego como ISIL y finalmente como ISIS, tras cruzar la frontera siria en 2012.


El punto crucial es que tanto ISIS como el Frente Nusra (más tarde Hayat Tahrir al-Sham) eran escisiones salafistas-yihadistas de Al Qaeda.


El verdadero cambio de paradigma se produjo cuando en septiembre de 2015, a invitación de Damasco, Rusia entró en el teatro de operaciones sirio. El presidente ruso, Vladimir Putin, decidió emprender una verdadera guerra contra el terrorismo en territorio sirio antes de que éste llegara a las fronteras de la Federación Rusa. Esto quedó plasmado en la habitual formulación en Moscú de la época: la distancia entre Alepo y Grozni es de tan sólo de 900 kilómetros.


Después de todo, los rusos ya habían sido sometidos al mismo tipo y modus operandi de terrorismo en Chechenia en los años 1990. Después, muchos yihadistas chechenos escaparon, sólo para terminar uniéndose a grupos sospechosos en Siria financiados por los saudíes.


El difunto y gran analista libanés Anis Naqqash confirmó más tarde que fue el legendario comandante de la Fuerza Quds iraní, Qassem Soleimani, quien convenció a Putin, en persona, de entrar en el teatro de operaciones de Siria y ayudar a derrotar al terrorismo. Se sabe que este plan estratégico tenía como objetivo debilitar fatalmente a Estados Unidos en Asia occidental.


Por supuesto, el aparato de seguridad estadounidense nunca perdonaría a Putin, y especialmente a Soleimani, por derrotar a su útil soldadesca yihadista. Por orden del presidente Donald Trump, el general iraní anti-ISIS fue asesinado en Bagdad en enero de 2020, junto con Abu Mahdi al-Mohandes, líder adjunto de las Unidades de Movilización Popular (UMP) de Irak, un amplio espectro de combatientes iraquíes que se habían unido para derrotar al ISIS en Irak.


Enterrando el legado del 11 de septiembre


La estrategia de Soleimani, destinada a erigir y coordinar el Eje de Resistencia contra Israel y Estados Unidos, se gestó durante años. En Irak, por ejemplo, las Fuerzas de Movilización Popular (PMU, por sus siglas en inglés) pasaron a la vanguardia de la resistencia, dado que el ejército iraquí –entrenado y controlado por Estados Unidos– simplemente no podía luchar contra el ISIS.


Las PMU se crearon tras una fatwa del Gran Ayatolá Sistani en junio de 2014 –cuando ISIS comenzó su ofensiva en Irak– implorando a "todos los ciudadanos iraquíes" que "defiendan el país, su gente, el honor de sus ciudadanos y sus lugares sagrados".


Varias PMU recibieron el apoyo de las Fuerzas Quds de Soleimani, a quien, irónicamente, durante el resto de la década Washington calificaría invariablemente de "maestro" terrorista. Al mismo tiempo, y esto es crucial, el gobierno iraquí albergaba un centro de inteligencia anti-ISIS en Bagdad, dirigido por Rusia.


El mérito de derrotar al ISIS en Irak recayó principalmente en las PMU, que complementaron su ayuda a Damasco mediante la integración de unidades de las PMU en el Ejército Árabe Sirio. En eso consistía la verdadera guerra contra el terrorismo, no en ese engendro estadounidense mal llamado "guerra contra el terrorismo".


Lo mejor de todo es que la respuesta al terrorismo en Asia occidental fue y sigue siendo no sectaria. Teherán apoya a Siria, una organización laica y pluralista, y a Palestina, una Palestina sunita; el Líbano cuenta con una alianza entre Hezbolá y los cristianos; las Unidades Populares de Irak cuentan con una alianza de sunitas, chiítas y cristianos. La estrategia de dividir y dominar simplemente no es aplicable a una estrategia antiterrorista de cosecha propia.


Entonces, lo que ocurrió el 7 de octubre de 2023 impulsó el espíritu de las fuerzas de resistencia regional a un nivel completamente nuevo.


De un solo golpe, destruyó el mito de la invencibilidad militar israelí y su tan elogiada primacía en materia de vigilancia e inteligencia. Mientras el horrendo genocidio en Gaza continúa sin tregua (posiblemente con 200.000 muertes de civiles, según The Lancet), la economía israelí está siendo destrozada.


El estratégico bloqueo impuesto por Yemen al estrecho de Bab al-Mandeb y al Mar Rojo a cualquier buque de transporte vinculado o destinado a Israel es una obra maestra de eficiencia y simplicidad. No sólo ha propiciado la bancarrota del estratégico puerto israelí de Eilat, sino que además, como beneficio adicional, ha supuesto una espectacular humillación para el hegemón talasocrático, ya que los yemeníes han derrotado de facto a la Armada estadounidense.


En menos de un año, las estrategias concertadas del Eje de la Resistencia han enterrado esencialmente la falsa Guerra contra el Terror y su lucrativo multimillonario tren.


Si bien Israel se benefició de los acontecimientos posteriores al 11 de septiembre, las acciones de Tel Aviv después del 7 de octubre aceleraron rápidamente su desintegración. Hoy, en medio de una masiva condena de la Mayoría Global al genocidio israelí en Gaza, el Estado ocupante se erige como un paria, enfangando a sus aliados y exponiendo la hipocresía del Hegemón cada día que pasa.


Para el Hegemón, la situación es aún más alarmante. Recordemos la advertencia que hizo en 1997 el Dr. Zbigniew Brzezinski, en el "Gran Tablero de Ajedrez": "Es imperativo que no surja ningún rival euroasiático capaz de dominar Eurasia y, por lo tanto, de desafiar también a Estados Unidos".


Al final, todo el ruido y la furia combinados del 11 de septiembre, la Guerra contra el terrorismo, la Larga Guerra, la Operación Esto y la Operación Aquello hicieron metástasis durante dos décadas, exactamente como "Zbig" temía. No sólo ha surgido un "rival", sino una plena asociación estratégica entre Rusia y China que está imprimiendo un nuevo carácter en Eurasia.


Súbitamente, Washington se ha olvidado por completo del terrorismo. Ahora, son estos dos los verdaderos "enemigos", considerados como las principales "amenazas estratégicas" de Estados Unidos, no Al Qaeda y sus múltiples encarnaciones, débil producto de la imaginación de la CIA, como esos míticos "rebeldes moderados" de Siria, rehabilitados y desinfectados en la década anterior.


Lo que es aún más inquietante es que la conceptualmente absurda Guerra contra el Terror, forjada por los neoconservadores inmediatamente después del 11 de septiembre, ahora se está transformando en una guerra de terror, encarnado por el desesperado intento de la CIA y el MI6 de "enfrentarse a la agresión rusa" en Ucrania.


Y eso, seguramente, hará metástasis en el pantano de la chinofobia, porque esas mismas agencias de inteligencia occidentales consideran que el ascenso de China es "el mayor desafío geopolítico y de inteligencia" del siglo XXI.


Hoy desacreditada, la guerra contra el terrorismo está muerta. Pero, prepárense para guerras terroristas en serie por parte de un hegemón que no está acostumbrado a no ser dueño de la narrativa, los mares y el territorio.