Muhammed-Al-Bukhaiti /
Pepe Escobar
Gеополитика.ru
– 01/04/2025
SAADA, Yemen
noroccidental. Son las 2 de la tarde del miércoles 26 de marzo y
estoy de pie en una avenida desierta de Saada durante el Ramadán, en
silencio, rodeado de montañas, y observando una señal de tráfico
que me indica que la frontera saudí está a sólo dos horas en
coche.
Hemos llegado al noroeste
de Yemen, lugar de nacimiento del movimiento Ansarallah, en un convoy
de todoterrenos Toyota blancos, que en realidad no es un convoy, sino
un señuelo, porque nunca viajan juntos por la carretera, de gran
belleza paisajística, por razones de seguridad.
Somos un pequeño grupo
de unas 12 personas, de Oriente y Occidente, que hemos pasado los
días anteriores en la capital, Saná, como partícipes de una conferencia
sobre Palestina titulada «No estáis solos». Como señalaron
nuestros amables anfitriones, de hecho rompimos, físicamente, el
bloqueo occidental/árabe de Yemen, siendo el primer grupo de
extranjeros en visitar el país en años.
En el grupo se
encontraban el ex primer ministro iraquí Adel Abdul Mahdi; el
profesor Ma Xiaolin, un hombre maravilloso, un hui (musulmán
chino) de la provincia de Ningxia y decano de un Instituto de
Estudios de la Cuenca Mediterránea en el centro de alta tecnología
de Hangzhou; el destacado investigador malasio Aminurraasyid Yatiban,
que pronunció una impresionante presentación durante la conferencia
sobre la militarización de la arqueología en al-Quds; el nieto de
Nelson Mandela, Mandla; y el dinámico dúo irlandés Mike Wallace y
Clare Daly, exmiembros del Parlamento Europeo.
En Saná, nos dijeron que
esperáramos que «llamaran a la puerta» a las 3 de la madrugada. En
el relajado horario yemení, eso se traduce en las 5 de la mañana,
con salida una hora después. No había más información. Viajamos
sólo con la ropa que llevábamos puesta, sin cargador para los
teléfonos móviles, sin cepillo de dientes, sin nada. En Saada
nos enteramos de que pasaríamos la noche en la ciudad. Sin internet
de ningún tipo.
Nos llevó un tiempo
darnos cuenta de por qué estábamos allí en ese momento concreto: todo formaba parte de una meticulosa operación de
seguridad. No fue una coincidencia: el día anterior, 25 de marzo, se
cumplía el décimo aniversario del primer ataque a Yemen por parte
de la proverbial «coalición» de voluntarios (varios países árabes
excepto Omán), liderada por Arabia Saudí con la Casa Blanca de
Obama-Biden «dirigiendo desde atrás».
Después, por la tarde,
nos enteramos de que nada menos que 45.000 edificios en todo Yemen,
especialmente en la gobernación de Saada, habían sido bombardeados
en estos últimos 10 años. Ahora, con la aportación directa del
Pentágono liderado por Trump 2.0, que defiende la «paz mediante la
fuerza» y que, como reveló la sórdida saga de Signal, lanzó una
guerra contra Ansarallah y Yemen con el propósito de «enviar un mensaje».
Vimos el «mensaje»
impreso en un hospital oncológico en construcción en Saada, cuya
financiación supuso un enorme esfuerzo, ahora arrasado por las
bombas de CENTCOM sólo dos días antes de nuestra visita.
Recogimos fragmentos de bombas estadounidenses, algunas con el nombre
del fabricante y el número de contrato, para que los analizaran los
equipos yemeníes. Una bomba sin explotar yacía en las entrañas del
hospital destruido.
Vinculado directamente
con la guerra de hace 10 años, también visitamos el lugar donde un
autobús escolar fue alcanzado por un ataque aéreo saudí en 2018:
42 niños fueron asesinados, como evidencia uno de sus teléfonos
celulares encontrado en medio de los escombros. Todos están
enterrados en un pequeño cementerio de mártires.
Por la noche, me dijeron
que esperara otra «llamada a la puerta» alrededor de las 4 a. m. De
hecho, algunos esperábamos lo imposible: un encuentro cara a cara
con el líder de Ansarallah, Abdul Malik Badr al-Din al-Houthi, que
vive en la gobernación de Saada. Pero eso habría representado un
riesgo de seguridad inimaginable, ya que ahora es el objetivo número
uno de CENTCOM para la «decapitación» en toda Asia occidental.
Yemen: el origen de
todos los árabes
Para comprender las
complejidades de Yemen, debemos comenzar por cómo funciona el
sistema de gobierno. Es como un triángulo.
En la parte superior del
triángulo se encuentra el líder, Abdul Malik al-Houthi, el hermano
menor del difunto Hussein al-Houthi, el primer líder de Ansarallah,
un movimiento religioso/político/militar de varios niveles compuesto
principalmente por chiítas zaydíes. Justo debajo se encuentra
el presidente Mahdi Muhammad al Mashad.
En los otros dos ángulos
del triángulo tenemos, por un lado, a los 9 miembros del Alto
Consejo Político, que debe responder ante el Parlamento: conocimos a
4 de ellos. Por otro lado tenemos al Parlamento, que de hecho tiene
prioridad sobre el Primer Ministro. Y luego las instituciones del
gobierno, con primacía para el sistema de justicia.
En Saada, un especialista
en inteligencia me dijo, sin ambigüedades, que «el verdadero centro
de poder está aquí», no en Saná: una referencia directa al líder
Abdul Malik al-Houthi.
Después de unos días de
inmersión total en Yemen, todo el poder de la tierra, la fuerza y el
carácter de su gente, empiezan a tener sentido. La Sagrada Kaaba fue
revestida por un «Tuba» (Rey) yemení. Una de sus esquinas se llama
«la esquina yemení», un honor histórico para todos los yemeníes.
Yemen es la piedra
angular de todas las migraciones árabes. Desde las primeras
migraciones semíticas a través de la desmembrada Saba, debido al
colapso de la Gran Presa de Marib (la reina de Saba, por cierto,
nació en Saná), hasta todos los ejércitos que difundieron el islam
por todo el mundo, desde África hasta Mesopotamia, India y el
sudeste asiático.
Yemen fue gobernado por
las dos reinas más grandes del mundo islámico: Bilkis de Saba y
Arwa del estado Sulayhid. El profeta Mahoma especificó más de 45
hadices autentificados sobre Yemen y los yemeníes.
En pocas palabras: Yemen
es el origen de todos los árabes. No es de extrañar que los
advenedizos wahabíes se revuelquen en una cultura de mal gusto, sean
ostentosos rehenes de la misma, y odien a Yemen con toda su alma,
especialmente desde la unificación yemení de 1990.
Los yemeníes fueron los
primeros en escribir en caracteres árabes yemeníes, las letras del
Musnad, la antigua escritura del sur de Arabia. Documentaron su
propia historia para que no se distorsionara en el futuro, al igual
que los yemeníes contemporáneos documentan la historia del saqueo
por parte de la oligarquía occidental y sus despreciables sustitutos
de los regímenes árabes.
El poder intrínseco de
Yemen supone una tremenda amenaza para el turbo-capitalismo
configurado como Plunder Inc. [Saqueo Corp.] No es de extrañar que
la guerra de 10 años, que aún continúa, haya contado con una
letanía de matones takfiri movilizados, mercenarios, gobiernos
provisionales corruptos y una vergonzosa coalición respaldada por la
ONU diseñada para bombardear y matar de hambre a los yemeníes hasta
someterlos, como documenta el notable libro de Isa Blumi Destroying
Yemen: What Chaos in Arabia Tells Us About The World.
Trump 2.0 representa una
conclusión lógica del proceso; en palabras del propio
«pacificador», estos «bárbaros» serán «aniquilados». Como la
única forma que le queda a la oligarquía financiera globalizada de
saquear las riquezas de Yemen es destruirlo.
Luchando por Palestina
«Ética y Espiritualmente»
Estábamos relajándonos
en la dewanya (terraza) de nuestro hotel en Saná, bebiendo té
y esperando el televisado discurso diario a la nación del líder
Abdul Malik al-Houthi cuando, de repente, entró en la habitación
sin previo aviso. Nos quedamos sin habla: no era otro que Yahya
Saree, el portavoz de las Fuerzas Armadas yemeníes, que, según me
dijo el profesor Ma, es una reconocida eminencia en China, en
realidad entre toda la mayoría global.
Visitar a un grupo de
extranjeros en un conocido hotel del centro de Saná suponía un
riesgo de seguridad asombroso, como si desafiara al CENTCOM en
persona, no virtualmente a través de las redes sociales, como hace
todos los días. Yahya Saree nos estrechó la mano, pronunció un
breve discurso y dejó muy claro su punto de vista: «En Yemen hemos
decidido adoptar esta posición de apoyo y solidaridad con los
palestinos por nuestras responsabilidades morales y religiosas».
En una conversación
privada con Mohammed Ali al-Houthi, miembro del Alto Consejo Político
y exjefe del Comité Revolucionario, le pregunté si Yemen había
realizado esfuerzos diplomáticos con Rusia
y China. La respuesta, en un árabe florido con varias metáforas
(perdidas en la traducción) y una profusión de sonrisas, no tuvo
precio: sí.
También tuvimos el
privilegio de pasar al menos dos horas con el profesor Abdulaziz
Saleh bin Habtoor, miembro del Alto Consejo Político, ex primer
ministro, supervisor general de la conferencia «No estás solo» e
intelectual yemení de la vieja escuela.
El profesor bin Habtoor
es también autor de un libro de lectura obligada, Undeterred:
Yemen in the Face of Decisive Storm, cuya traducción al inglés
fue publicada en 2017 por el centro de idiomas de la Universidad de
Saná.
Nos contó cómo nuestro
pequeño grupo «rompió el bloqueo impuesto a Yemen desde hace 10
años». Y cómo la lucha por Palestina debe librarse «ética y
espiritualmente». «En los zocos de Saada y Saná escuchamos
habitualmente que «todo Yemen es hutí».
El profesor bin Habtoor
resumió el poder hutí en tres vectores: liderazgo/orientación
movilización del pueblo y resiliencia derivada de la historia. Y
comparó «los saudíes que intentan luchar contra nosotros desde
1967» con la verdadera «liberación yemení, solo lograda en 2016».
El poder militar de los
hutíes ha recorrido un largo camino desde la «cooperación técnica»
durante la Guerra Fría, cuando los mejores estudiantes yemeníes
perfeccionaban sus habilidades en la URSS y China, y «una buena
conexión militar con el Egipto anterior a Sadat».
El profesor bin Habtoor
también señaló cómo Beirut, Bagdad y El Cairo solían ser
«grandes centros culturales»; no es de extrañar que todos ellos
fueran atacados por buitres occidentales y sus sustitutos. Ahora la
«referencia» al mundo árabe se ha degradado a un Golfo Pérsico
barato, de mal gusto y ostentoso.
Esto complementó un
agudo análisis del ex primer ministro iraquí Mahdi, quien ensalzó
cómo «Yemen se ha liberado cultural y económicamente, es
autosuficiente e independiente del sistema mundial», aunque pagando
un precio enorme por ello. El exministro de Relaciones Exteriores de
Bolivia, Fernando Huanacuni, muy cercano a Evo Morales, dio el golpe
de gracia: «Estamos dando vueltas en círculos», porque todos los
modelos de desarrollo están conectados al neocolonialismo.
Necesitamos un nuevo modelo transcontinental, ya que libramos la
misma lucha en América Latina y Asia Occidental.
«Habrá sorpresas»
Por mucho que sueñen los
varios títeres que intercambian mensajes sobre «bombardear Yemen»
en un chat de Signal, repleto de puertas traseras de la CIA, Yemen no
se vendrá abajo. Aun así, el Pentágono ha enviado al menos cuatro
bombarderos estratégicos furtivos B-2A a Diego García, en el Océano
Índico. Junto con los cuatro bombarderos B-52H que ya se encuentran
en la base, más los aviones cisterna KC-135 y los aviones de
transporte C-17 como apoyo, el Pentágono está decidido a infligir
un infierno a largo plazo desde el cielo sobre Yemen.
Solo el domingo por la
noche, edificios de civiles en Saná fueron bombardeados nada menos
que 13 veces. La inteligencia estadounidense sobre el terreno en
Yemen es un hazme reír.
El payaso de Fox News,
que se hace pasar por jefe del Pentágono, ha ordenado al USS Harry
Truman, ahora blanco habitual de las Fuerzas Armadas yemeníes, que
permanezca en el Mar Rojo durante un mes más. El grupo de ataque USS
Carl Vinson, anteriormente desplegado en Asia-Pacífico, partió
hacia Asia Occidental el pasado viernes.
Así que pronto, en
teoría, la Marina de los Estados Unidos podría tener dos grupos de
ataque de portaaviones, con cientos de aviones de combate,
estacionados a ambos lados del Bab el-Mandeb. Las Fuerzas Armadas
yemeníes ni siquiera pestañean.
Al contrario. Primero
advirtieron a todas las aerolíneas que «lo que se conoce como
Aeropuerto Ben Gurión» en Tel Aviv se ha vuelto inseguro para el
tráfico aéreo, y seguirá siéndolo hasta que se detenga el
genocidio en Gaza, declarando de facto un bloqueo aéreo sobre
Israel.
Luego intensificaron sus
ataques con drones contra varios buques de guerra adscritos al USS
Harry Truman.
Incluso cuando los
bombarderos B-2 atacaron un complejo de misiles subterráneo de las
Fuerzas Armadas yemeníes con devastadores bombardeos, no pudieron
destruirlo, tan solo se derrumbaron las entradas.
En Saná, es lógico que
los miembros del Alto Consejo Político no puedan revelar secretos
militares, especialmente a los extranjeros. Pero el viernes pasado un
gobernador provincial de alto nivel me dijo que «habrá sorpresas».
Eso encaja perfectamente
con lo declarado por el líder Abdul Malik al-Houthi, en 'X',
anunciando que «se avecina una sorpresa en relación con el
desarrollo de las capacidades militares de Yemen que puede sorprender
a Estados Unidos. Podría revelarse después de su uso, ya que las
acciones precederán a las palabras».
Eso podría estar
relacionado con una fuente
de alto rango del Alto Mando de las Fuerzas Armadas de Yemen que
declaró haber atacado el control de mando aéreo E-2 del USS Harry
Truman, con lo que el portaaviones perdió el control. Hasta ahora,
el Pentágono ha guardado un atronador silencio.
Por supuesto, nadie
espera que el equipo Trump 2.0 entienda lo que el propio profeta
Mahoma declaró, sin ambigüedades, en el siglo VII: «La fe es
yemení, la ley es yemení y la sabiduría es yemení».
Tampoco entenderán los
dos imperativos principales del Club de Lucha Árabe. Regla número
uno: No te metas con Yemen. Regla número dos: NO te metas con Yemen.
★