04 diciembre, 2025

¿A quién dirigir las citaciones para comparecer ante un eventual tribunal de Nuremberg?

 




«No es pertinente hablar de sus crímenes. Hablemos mejor de catástrofes naturales. Se lo repiten machaconamente: el capitalismo es el estado natural de la humanidad. Pero la humanidad se encuentra en el capitalismo como un pez fuera del agua. Es necesaria la arrogancia fútil de los ideólogos para querer cambiar el orden establecido, con las descorazonadoras consecuencias cíclicas ya conocidas: revolución, represión, decepción, arrepentimiento. Ese es el verdadero pecado original del hombre: esa perpetua inquietud que le empuja a sacudirse el yugo, la ilusión lírica de un futuro libre de explotación, la pretensión de cambiar el orden natural. No se mueva, el capitalismo lo hace por usted. Claro, la naturaleza conoce sus catástrofes, y el capitalismo también. ¿Buscaría usted los responsables de un terremoto, de un maremoto? El crimen implica la existencia de criminales. En el caso del comunismo, las fichas antropométricas son fáciles de establecer: dos barbudos, un bigotudo, aquel que atraviesa a nado el Yang-Tseu-Kiang, un fumador de puros, etc. Esos rostros se pueden odiar, son de carne y hueso. Tratándose del capitalismo, sólo existen índices: Dow Jones, CAC 40, Nikkei, etc. Pruebe, por ver, a odiar un índice. El "Imperio del Mal" tiene siempre un marco geográfico, tiene sus capitales. Se puede localizar. El capitalismo está en todos lados y en ninguna parte. ¿A quién dirigir las citaciones para comparecer ante un eventual tribunal de Nuremberg?»


Gilles Perrault, El libro negro del capitalismo (1998)



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