Carlos Eduardo Ramírez
salió a buscar empleo el jueves 18 de mayo. Alrededor de las 3 de la tarde
caminaba por una de las calles cercanas a la estación del Metro de Altamira, en
Caracas, cuando un grupo de unos 20 opositores al gobierno encapuchados lo
abordó. De inmediato comenzaron a golpearlo con palos y piedras. Uno llevaba
una pistola. ¡Mátalo, mátalo, mátalo! ¡Se tiene que morir ese chavista!, le
gritaron.
Carlos Ramírez les
gritó: ¡Yo no soy chavista, yo no soy chavista! ¿Por qué me van a matar?
¡Déjenme vivir que quiero ver a mi hija! Los enmascarados le echaron gasolina
encima y le prendieron candela. Él comenzó a saltar, a correr, a gritar y se
tiró al piso para sofocar las llamas. La policía municipal de Chacao (municipio
en manos de la oposición) no hizo nada para evitarlo. Sólo lo auxiliaron los bomberos
(https://goo.gl/tDTB7A).
Carlos fue la primera
persona a quien los pacíficos opositores venezolanos le prendieron fuego por
ser chavista. Afortunadamente vivió para contarlo. Sin embargo, Orlando José
Figueras, de 21 años, no pudo decir lo mismo. El 20 de mayo, en Altamira, fue
salvajemente golpeado, apuñalado y quemado por los aprendices tropicales de
Isis por ser ladrón y madurista (https://goo.gl/krpfcu). No pudo sobrevivir.
Desde entonces, los
enemigos de la revolución bolivariana no han parado de quemar a seres humanos
por el delito de ser chavistas. Los fanáticos le han prendido fuego a 19
personas, en su inmensa mayoría negros, pobres o funcionarios gubernamentales.
Pero, su vocación
piromaniaca no termina ahí. Han incendiado alimentos (más de 50 toneladas en el
estado Anzoátegui, donde, según Marco Teruggi, acompañaron la lumbre con tres
pintadas: chavistas malditos, no más hambre, y viva Leopoldo); urnas fúnebres
del cementerio de Guaicaipuro; banderas cubanas; la estatua de Hugo Chávez; la
Dirección Ejecutiva de la Magistratura (DEM) del Tribunal Supremo de Venezuela
en Chacao; la sede del Ministerio de Vivienda; el Instituto Nacional de
Nutrición; comisarías y una larga lista de edificios públicos.
La pedagogía del fuego
opositor forma parte de su apuesta insurreccional. Su conversión en la versión
sudamericana del Ku Kux Klan (no es casualidad que muchas de sus víctimas sean
afrodescendientes) es parte de su fracaso para ganar base social en los
sectores más humildes. Como la guerra económica, el bloqueo de calles y
avenidas en los barrios de clase media, el despliegue de formas de lucha de
guerrilla urbana y la campaña mediática que desplegaron no han provocado ni la
fractura del Ejército ni la deserción popular de la causa chavista, la oposición
recurre ahora al terror. Busca que el miedo paralice a quienes se le oponen.
Pretende desgastar la resistencia popular.
No es novedad. La
derecha latinomericana tiene una larga tradición terrorista. No hay pueblo en
el continente que no la haya sufrido. Sin embargo, la oposición venezolana la
ha innovado y superado con creces. Sus asesores han aprendido de Isis. Hacer
que las llamas devoren a seres humanos es una de las cartas que han puesto
sobre la mesa para provocar pánico. Sin embargo, quemar vivas a las personas es
una bestialidad que muchos medios de comunicación y grupos defensores de
derechos humanos han decidido ignorar y silenciar.
A pesar de que los
grupos de choque opositores recurrentemente hacen uso de la violencia contra la
población pobre, la prensa internacional los describe como pacíficos,
libertarios, “cool” y hasta “sexis”. Y, aunque los comandos que ejecutan la
violencia callejera están integrados por paramilitares colombianos, lúmpenes
pagados, bandas de delincuentes y grupos de choque con entrenamiento en guerra
irregular, se les presenta como jóvenes idealistas que luchan contra la
dictadura castrocomunista durante el día y luego van a reventarse de noche; que
combinan las máscaras antigases en las barricadas con los vestidos de moda y
los tragos exóticos cuando el sol se oculta (véase, por ejemplo,
https://goo.gl/djHLgQ y https://goo.gl/LY8w3z).
Esta campaña de
desinformación sobre lo que sucede en Venezuela ha alcanzado niveles grotescos.
Durante meses, Lilian Tintori aseguró que se su esposo, Leopoldo López, estaba
siendo torturado en prisión. Incluso se dijo que había fallecido. Multitud de medios
dieron por buena esta versión sin corroborarla. Sin embargo, cuando el pasado 8
de julio López pasó a prisión domiciliaria, parecía más un instructor de
fisioculturismo que un reo martirizado.
Hasta el momento, la
intentona golpista de la oposición venezolana ha provocado 105 muertos. De
ellos, 29 fueron víctimas directas de los mismos manifestantes. Por ejemplo,
cuatro perecieron cuando les estallaron en las manos los explosivos que
pensaban utilizar contra otros. Fallecieron durante saqueos y un incendio
dentro de un almacén provocado por los asaltantes, 14 personas. Otros 14
decesos fueron obra de autoridades del Estado, procesados en su mayoría
judicialmente. Los 44 restantes están bajo investigación
(https://goo.gl/VCqv97).
A corto plazo, la oposición
venezolana está empeñada en hacer fracasar la votación para nombrar la Asamblea
Nacional Constituyente el próximo 30 de julio. Pero, más allá de este
propósito, aspira a formar un gobierno paralelo, que, aunque sea testimonial (y
esté incapacitado para ejercer el poder real), pueda obtener el apoyo de
Estados Unidos, y abra la puerta a una invasión extranjera. Los aprendices
tropicales de Isis van con todo, incluyendo prender fuego a los venezolanos
negros y pobres, a los que no perdonan la osadía de haberse hecho dueños de su
propio destino.
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Grupos violentos
incendiaron 40 toneladas de alimentos en Anzoátegui:
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Lo que está en juego - Carlos
Raimundi
“El colonialismo ideológico siempre acompaña al colonialismo económico y la liberación económica no es posible sin la liberación ideológica”, Rodolfo Puiggrós.
En los años 70, plena
Guerra Fría, excepto Cuba toda América Latina estaba en el área de influencia
de EE UU. En teoría, era el bloque que defendía la democracia y la libertad, y
no obstante financiaba las más tremendas dictaduras. Proclamaba el pluralismo,
pero cada vez que se elegía un gobierno mediante el pluralismo, era derrocado.
Venezuela parecía la
excepción. Allí alternaban gobiernos civiles de los dos grandes partidos.
Aunque Perry Anderson sostiene, en cambio, que en Venezuela no hacía falta dar
golpes porque aquella alternancia, lejos de expresar una democracia profunda,
era la que garantizaba la renta petrolera de las multinacionales. Contra esa
parodia se rebeló Hugo Chávez en 1992, y luego triunfó en al menos 12
elecciones.
Estados Unidos
condenaba la lucha armada, pero en 1970 triunfó en Chile Salvador Allende por
la vía electoral. Nacionalizó los recursos, luchó contra los monopolios e
inició una reforma agraria y mayor distribución de la riqueza. Pese a ser una
democracia como la que EE UU proclamaba proteger en todo el mundo, la CIA y el
Departamento de Estado desplegaron una estrategia de desestabilización,
creación de malestar, enfrentamiento entre sectores medios y trabajadores y
desabastecimiento de productos esenciales. Finalmente derrocaron al gobierno
democrático. Treinta años después, desclasificaron sus documentos secretos donde
reconocen haber financiado la desestabilización y el golpe de Estado.
Queda demostrado que lo
que estaba en juego no eran la libertad ni la democracia, que funcionaban a
pleno, sino los intereses monopólicos de origen estadounidense y el papel que América
Latina debería jugar en la reconfiguración del capitalismo que tenía lugar por
aquellos años. Debían impedir a cualquier precio, y con carácter aleccionador,
que una experiencia semejante fuera exitosa y pudiese extenderse por la región.
Podría utilizar el
resto de esta columna para formular la crónica de los últimos acontecimientos
de Venezuela y dar toda la explicación institucional que justifica la decisión
del Tribunal Superior y dista absolutamente de la noción de golpe. Baste con
decir que si la Asamblea Nacional, con mayoría opositora, desincopora a los
diputados elegidos irregularmente por el estado de Amazonas, saldría del
desacato y recuperaría de inmediato la plenitud de sus funciones. A lo que se
agrega la decisión del Consejo de Seguridad de revisar la medida y reconvocar
al diálogo con la oposición.
Prefiero terminar
diciendo que la compleja situación de Venezuela admite opiniones diversas. Lo
que no admite es no ver lo que está realmente en juego. No se trata de una
formalidad procesal, sino de quién se apropia de su renta petrolera.
Venezuela atesora la
mayor reserva de hidrocarburos del planeta: 297.000 millones de barriles. Por
su parte, EE UU, con menos del 4% de la población mundial consume casi un 30%
del petróleo, un cuarto del cual es provisto diariamente por Venezuela.
Renovando, como antaño, el carácter aleccionador de su ofensiva, el capital
financiero globalizado no está dispuesto a permitir ni en Venezuela ni en
ninguno de nuestros países, que se sostengan gobiernos populares que disputen
la apropiación de esa renta en defensa de sus pueblos. Como sucedió con la
experiencia chilena, el éxito de uno solo de ellos podría extenderse,
insoportablemente, sobre toda la región. Eso es lo que está en juego, y el
poder está tratando de impedirlo a como dé lugar.
Por eso, no debemos
esperar a que el Departamento de Estado reconozca dentro de algunos años que
fue quien preparó exhaustivamente y financió el desabastecimiento y la
desestabilización de nuestros gobiernos populares. En las antípodas de Macri
y Temer, el campo popular debe solidarizarse y respaldar la autodeterminación
de Venezuela y el control soberano de sus recursos estratégicos.
El post es extenso, pero la imagen inicial lo dice todo. Como no tienen causa se la tienen que inventar. Mientras que parece que la oposición ha sido neutralizada en el interior la batalla mediática se está es hacia el exterior. La guerra empezaría con sanciones por parte de USA, ese sería el punto de partida. Le seguiría el corte de suministro de petroleo de Vz, su 2º importador, lo cual sería catastrófico para USA, aunque tb para vz, por que hora hay petroleo a punta pala en el mercado. Así que lo primero que debería hacer USA es:
ResponderEliminarcambiar de suministradores> sanciones> intervención.
Al menos este es el esquema clásico. Así que yo no veo agresión en el medio plazo 2-3 años y si un uso partidista de un conlicto que solo existe en la pantallas.
Salud!
¿No ves agresión y el conflicto sólo existe en las pantallas?...
EliminarHasta el 30 de junio se ha hablado en los medios de comunicación de 120 personas fallecidas:
http://albaciudad.org/2017/07/lista-fallecidos-protestas-venezuela-abril-2017/
Si no hubiera antecedentes...
ResponderEliminarhttp://ensenadaderiazor.blogspot.com.es/2017/07/cronologia-intervenciones-militares-de.html
A dicha cronología hay que añadir el genocidio de las tribus nativas.
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