LA PUPILA INSOMNE – 24/10/2022
Siempre he pensado que un medio de comunicación es una palanca para empujar la realidad en el sentido que sus hacedores creen debe ir. La mayoría de los periódicos y televisoras lo ocultan desde el mismo nombre: El Correo, El Día, El Universal, El Mundo, La Nación, La Hora, ABC, Cable Network News (CNN), o cuando más aluden como Fox News a la velocidad de un zorro, pero jamás reconocen intencionalidades políticas…, sino que anuncian una neutralidad imposible, dados sus accionistas y anunciantes.
Pretensión de neutralidad también apreciable al leer las declaraciones y entrevistas a sus directivos, siempre proclamadores de una objetividad y una defensa del pluralismo siempre ausente cuando esos medios hablan de los temas candentes de nuestro tiempo, sean la guerra en Ucrania, los procesos en Cuba o Venezuela, o las armas de destrucción masiva que nunca existieron pero que esa prensa utilizó para justificar la guerra en Irak.
Por eso me ha llamado particularmente la atención la entrevista que el periodista de la agencia Prensa Latina Yodenis Masó ha realizado al Presidente del canal de televisión panárabe Al Mayaden, Ghassan Ben Jeddou, porque en la conversación, Ben Jedou declara abiertamente objetivos políticos del canal como la defensa de la causa palestina, la solidaridad antimperialista con Cuba y Venezuela, y utiliza sin remilgos palabras como imperialismo, revolución y una contrarrevolución "que se dirige desde el exterior", también en el mundo árabe e islámico.
Al Mayadeen, que en árabe quiere decir los campos, las plazas, en el sentido político del término, cumple diez años y ese es el motivo de la entrevista, pero esta va mucho más allá de lo conmemorativo para profundizar en los procesos globales en curso durante las últimas dos décadas, profundizando en el mundo árabe y el Oriente Medio. El cambio de estrategia hacia la "guerra blanda" presente en los discursos que realizara, Barack Obama en Estambul –dirigido al mundo islámico– y en El Cairo, hacia el mundo árabe, este último quirúrgicamente analizado por Fidel en una de sus Reflexiones, y que tantas similitudes guarda con el que el mismo Obama realizara en 2016 en el Gran Teatro de La Habana.
El análisis de las llamadas primaveras árabes, el modo en que Estados Unidos manipuló las aspiraciones legítimas de los pueblos árabes de más libertades y democracia para reforzar su control en la región, las derrotas estadounidenses en Irak y Afganistán, las intervenciones en Libia y Siria, la agudización de la agresión contra el pueblo palestino, son el marco referencial en que Ben Jedou sitúa el nacimiento de Al Mayadeen, pero a la vez revela un profundo conocimiento de los procesos en América Latina y una admiración argumentada y sin ambages por los Presidentes de Cuba y Venezuela, Miguel Díaz-Canel y Nicolás Maduro.
Pero lo más valiosos, es su conciencia, muy bien argumentada, de la necesidad de globalizar esa batalla comunicacional por la verdad y la justicia y establecer alianzas con medios de comunicación que en Asia, Europa y América compartan una visión contrahegemónica. De ahí la importancia de la red de medios "en defensa de la humanidad" que desde Al Mayadeen se proponen revitalizar e impulsar con espacios de todo y el mundo y que de alguna manera ya funciona en producciones conjuntas con Cuba y Venezuela.
Militancia no es sinónimo de dogmatismo ni de falta de profesionalidad, como se revela en la entrevista al proclamar el carácter ecuménico del trabajo de Al Mayadeen y su relación con los profesionales que en la televisora se desempeñan, en un escenario tan complejo en términos religiosos y políticos como el Oriente Medio, y particularmente en el Líbano, donde se asienta el canal.
"No somos un canal gelatinoso", afirma el Presidente de Al Mayadeen en su entrevista con Prensa Latina, y después de leer sus análisis y valoraciones sobre el mundo árabe, los desafíos del periodismo contemporáneo y las realidades que debemos y podemos transformar, no cabe la menor duda de que no lo es.
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