El mayor acto de terrorismo perpetrado en el mundo desde el 11 de septiembre de 2001, tuvo lugar la semana pasada. El hecho de que el relato mediático más importante del mundo se haya esfumado en los confines de la memoria y sea apenas una mera noticia más, es la prueba definitiva de que Joe Biden es el terrorista.
La voladura de dos oleoductos, North Stream One y Nord Sream 2, liberaron a la atmósfera suficiente metano para abastecer a toda la economía industrializada durante todo un año y no hemos visto colectivo verde alguno que lo haya denunciado.
Rusia ha sido despojada de entre 600 y 800 millones de dólares de un gas que ahora burbujea en el mar, y no vemos por ninguna parte comparecer a quienes afirman respetar su "orden basado en reglas" y en el estado de derecho. La economía de Alemania fue simplemente asesinada en un acto terrorista, y no vemos que nadie lo denuncie. Este acto de terrorismo, de terrorismo internacional, de terrorismo de Estado, debería ser la principal crónica en los medios de comunicación del mundo, pero ha desaparecido de los mismos. Dedicaron uno o dos días a pregonar que Rusia saboteó sus propios oleoductos, su propiedad de 800 millones de dólares, privándose a sí misma del poder de conectar o desconectar el suministro de gas a Europa, pero eso es algo que sólo podría creerse alguien embutido en una camisa de fuerza en el Pabellón 5 del hospital de Broadmoor para criminales dementes.
Y Joe Biden, en un involuntario juego de palabras, dio la más lamentable de las no-negativas, exponiendo así dos cosas que, ahora, tras su conferencia de prensa, todo el mundo sabe: que los estadounidenses llevaron a cabo este acto de terrorismo, y que no fue un acto de terrorismo contra Rusia, que tiene muchos clientes a quienes vender su gas, fue un acto de terrorismo contra ti, contra Europa, contra la población europea y su economía, y del que quizás nunca se recuperen.
Ahora, pueden pasar décadas atados a este carísimo gas proveniente de los Estados Unidos, mucho más sucio y contaminante, para cuya recepción hay que construir nuevos puertos y nuevas infraestructuras. Perdida esa batalla y enganchados a su Monopoly, sólo esperen a ver qué pasa con los precios.
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Sigo diciendo Loam que Alemania sigue en la inopia y sus medios de contrainfo sigue apoyando a... Ucrania! A parte de que no me ha llegado una sola noticia de críticas más allá de un enfado generalizado contra...Putin! Y lo peor es que no son los media, es la propia crítica.
ResponderEliminarAlemania pasa a consumos de 1997, esto va a ser simpático porque en vez de "Pepe vente p'Alemania" vamos a ver "Johan vente pa Majorca".
A demás, para asegurarse que Alemania no vuelve a las andadas Polonia/UK solicitan emplazamiento de ICBM. Las oligarquías alemanas camparán, pero el país ha sido destruido y se desmantelará en 6 meses (si no antes).
Salud!