The Communists – 30/05/2024
Los falsificadores de la historia han vuelto a hacerlo, esta vez insistiendo en responsabilizar al pueblo serbio por los crímenes imperialistas perpetrados en la ex Yugoslavia.
La carrera por destruir la soberanía y la integridad territorial de la República Federal de Yugoslavia comenzó tan pronto como la contrarrevolución se afianzó en la URSS. Antiguamente considerada como contrapeso al bloque soviético en Europa, una Yugoslavia fuerte e independiente se convirtió en 1991 en el principal objetivo de los imperialistas.
Nuevo Partido Comunista de Yugoslavia
El 23 de mayo, las Naciones Unidas votaron a favor de establecer un día anual de recuerdo del genocidio de 1995 en Srebrenica. Como parte de la batalla en curso para controlar y reescribir la historia del socialismo y el imperialismo en Europa del este, la resolución fue recibida con indignación por el pueblo serbio y con disgusto por los progresistas de todo el mundo.
En un momento en el que en realidad están facilitando el genocidio en curso en Palestina, derramar lágrimas de cocodrilo por las matanzas en masa del pasado es el colmo de la hipocresía, especialmente cuando los responsables de las muertes en Srebrenica estaban en realidad armados y financiados por Occidente como parte de su guerra de una década para destruir la integridad territorial y la independencia económica de la República Federal de Yugoslavia.
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El Nuevo Partido Comunista de Yugoslavia (NKPJ) condena enérgicamente el proyecto de resolución sobre Srebrenica adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Alemania se ha propuesto trasladar la carga y la responsabilidad del crimen atroz cometido en dicho lugar, de los países imperialistas occidentales al pueblo serbio, amante de la libertad.
Demonización del pueblo serbio
El hecho de que, en el momento de adoptar tal decisión, más países se opusieran a su adopción o se abstuvieran que los que votaron a favor (sólo 84 estados) muestra claramente que muchos países en el mundo rechazan la hipocresía de Occidente.
Al impulsar esta resolución, el imperialismo occidental pretende agitar aún más a los pueblos hermanos yugoslavos, en este caso bosnios y serbios, predisponerlos unos contra otros, crear inestabilidad y alentar el nacionalchovinismo para justificar la presencia continua de la OTAN en el territorio de la antigua Yugoslavia.
Motivo añadido para la adopción de esta resolución es la creciente demonización del pueblo serbio como una forma de presión sobre Belgrado para que reconozca la "independencia" de Kosovo, así como para presionar a Serbia para que implemente sanciones injustas contra la hermana Rusia.
El hecho es que, objetivamente hablando, no hubo genocidio en Srebrenica. El imperialismo occidental está practicando un doble rasero al intentar, de manera inepta y sin éxito, justificar su papel criminal en todas las masacres habidas en el territorio de la República Federal Socialista de Yugoslavia, incluida la que tubo lugar en esa ciudad de Bosnia y Herzegovina.
Sin embargo, las intrigas de los centros de poder imperialistas en Washington, Londres, Berlín y Bruselas, y su culpa objetiva por el derramamiento de sangre en nuestra región, no pueden de ninguna manera ser una excusa para el monstruoso crimen de Srebrenica. Quienes lo cometieron son unos bastardos y una vergüenza para el pueblo serbio; lo único que merecen es el más profundo desprecio y disgusto.
La votación en la Asamblea General de las Naciones Unidas reveló claramente que los verdaderos amigos de Serbia son los países socialistas como China, Cuba y la RPD de Corea, junto a países antiimperialistas como Bielorrusia, Nicaragua y Siria. Por otro lado, una vez más quedó claro que los países imperialistas occidentales no son amigos de Serbia, por mucho que el gobierno burgués de Serbia haya intentado asegurarnos lo contrario.
Mientras los Estados Unidos de América, la Unión Europea (principalmente Alemania) y la OTAN lideran una campaña antiserbia, las autoridades burguesas proimperialistas de Belgrado siguen insistiendo descarada y obstinadamente en la entrada de Serbia en la Unión Europea y en promocionar la cooperación con la OTAN.
Para preservar su independencia e integridad territorial, Serbia debe detener inmediatamente el proceso retrógrado de adhesión a la Unión Europea y la OTAN y, en cambio, mantener contactos intensivos con sus verdaderos amigos, los países socialistas (China, Cuba, RPDC, Vietnam y Laos), antiimperialistas (Nicaragua, Siria, Bielorrusia, Venezuela y Bolivia) y la fraterna Rusia, debiendo solicitar unirse a la alianza económica de los Brics.
Nuevo Partido Comunista de Yugoslavia
26 de mayo de 2024
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Para hacerse una idea de cómo se recopiló la "evidencia" de la responsabilidad rusa y serbia en las masacres de Srebrenica, véase este artículo sobre el juicio del ex presidente yugoslavo Slobodan Milosevic: "Los agresores no escribirán nuestra historia", por Ian Johnson, Lalkar, enero 2004.
El ilegítimo "Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia" (TPIY), creado en La Haya específicamente para juzgar al líder de Yugoslavia capturado después de que su país fuera diezmado por las bombas de la OTAN, decretó que los serbios habían cometido un genocidio contra los bosnios: una conclusión que se esperaba confiriera cierta legitimidad retroactiva a la decisión de la OTAN de emprender la guerra sin un mandato de la ONU en 1999.
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