"Recuerdo que la realidad, para que añada algo al conocimiento o se ponga a tiro de la acción transformadora, tiene que ser verdadera. La realidad tal como es no dice nada más que hay que pensar en ella, y, eso sí, nos insta a hacerlo, y además no puede empezarse a pensar por otra parte porque entonces no pensaríamos en nada".
"Mirando a nuestro alrededor en esta sociedad del "dinero" y de ocultada guerra de clases (en cuanto a su contenido), y así mismo "del espectáculo" (en cuanto a su forma), podemos observar que las cosas funcionan más o menos así: No pasa lo que pasa; no sucede lo que sucede; no ocurre lo que ocurre, sino lo que se nos dice que pasa, sucede y ocurre; y ello a través de imágenes de la realidad, reconocibles, eso sí, como tales imágenes de la realidad. Pasa lo que se fotografía y se publica en los grandes media. Lo no filmado no es existente. El que hace la boda no es el cura; es el fotógrafo. Él dice cómo hay que hacerla, y manda repetir la secuencia si no le parece bien. El cura bendice mejor —como debe bendecirse— cuando se pone a las órdenes del fotógrafo".
Alfonso Sastre, La verdad sobre la realidad y sus mentiras en la sociedad del espectáculo.
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