Transcripción: Arrezafe
María Zakharova: El 4 de diciembre de este año Victoria Nuland, Vicesecretaria de Estado de los Estados Unidos, ha visitado Kiev. Los viajes de inspección del patrocinador estadounidense a Ucrania ya no sorprenden a nadie. Ya es normal que venga a comprobar cómo va la hoguera o si todavía hay que echar más leña al fuego. Al parecer se siente atraída por la "escena del crimen". No olvidemos que Nuland está inextricablemente vinculada al "Euromaidán", que se presentó ante la comunidad internacional como un proceso democrático, aunque en realidad fue un golpe de Estado orquestado y subvencionado por Occidente los políticos ucranianos que se han lucrado de él.
En primer lugar, fueron los Estados Unidos y aquellos países y fuerzas políticas del continente europeo al unísono quienes estaban detrás de todo esto. Todos recuerdan aquellas imágenes de hace nueve años de Nuland repartiendo galletas en el centro de Kiev. Ciertamente, ella nos corrige todo el tiempo diciendo que no eran galletas, sino bollos, pero lo que Nuland estaba repartiendo en el centro de Kiev a los ciudadanos de Ucrania era veneno con efectos retardados y que dio inicio a los procesos que condujeron a la situación actual.
Washington interfirió abiertamente en los asuntos internos de Ucrania y controló directamente las protestas masivas. Permítanme recordarles cómo Victoria Nuland discutió abiertamente con el embajador de EEUU en Ucrania, Pyatt, la composición del futuro gabinete ministerial del estado "soberano" de Ucrania, lo que convirtió a Kiev en el atronador zopilote de los trágicos acontecimientos que condujeron al sangriento golpe nazi orquestado por Washington.
La aparición de Nuland en Kiev en las condiciones actuales, cuando se agravan los desacuerdos en los círculos gubernamentales ucranianos sobre la distribución de la ayuda occidental, no es una coincidencia. Es posible que se esté urdiendo otro golpe palaciego o una reorganización del personal del régimen de Zelensky, que ha puesto a prueba la paciencia de Washington más de una vez.
Quienquiera que esté en el poder en Kiev, a Washington no le importa. Así ha sido siempre y seguirá siendo ahora. Estados Unidos controla Ucrania y la ve como una herramienta para la realización de sus propios intereses geopolíticos en el enfrentamiento con Rusia. Incluso los propios medios estadounidenses no pueden sustraerse al placer de saborear los detalles de esta interminable maratón de corrupción que va de la Casa Blanca a Kiev y de vuelta a la Casa Blanca. Esto explica el deseo de la administración Biden de lograr que el Congreso incluya en el presupuesto para 2023 asistencia adicional a Kiev por un monto de $ 37 mil millones, la mayor parte de los cuales "irá" a satisfacer las necesidades de las Fuerzas Armadas de Ucrania. Y allí, según la situación, determinarán cómo lo compartirán más tarde, qué se devolverá a los “ultraliberales” estadounidenses, qué se alojará en algunas cuentas bancarias o fondos privados, europeos o globales, y para qué se comprarán las armas.
El presupuesto de finales de noviembre de este año encaja en la misma lógica, un contrato de tres años del gobierno de EEUU con Raytheon por valor de $ 1.2 mil millones para comprar sistemas de defensa aérea NASAMS para Kiev.
En otras palabras, Washington planea prolongar las hostilidades en Ucrania al menos hasta finales de 2025. Ellos mismos, basándose en documentos existentes, no se lo ocultan a nadie. Respecto a la declaración de ayer de Vladimir Zelensky diciendo que en 2023 "todo estará bien" y "reinará la paz", muéstrenle al inquilino de la calle Bankova [sede de la presidencia de Ucrania], estos documentos, díganle que Washington tiene otros planes, todavía hay mucho dinero que trincar y distribuir. Explíquenle a Zelensky, líder de toda esta pandilla ubicada en la calle Bankova, qué es lo que tendrán que hacer hasta 2025. Tal vez finalmente entienda lo que está sucediendo.
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