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Guiada por la sumisa obediencia del siervo, la mamporrera maquinaria mediática otanista anda de puntillas sobre una realidad imposible de ocultar o enmascarar por más tiempo: Ucrania (la OTAN) ha perdido la guerra por delegación ("hasta el último ucraniano") que EEUU inició en 2014. Si no fuera por las trágicas cifras de una población arrojada a la muerte en aras del decrépito imperio yanqui, las "noticias" sobre Ucrania y su grotesca difusión serían motivo de hilarantes chanzas. Una risa imposible que se transforma en asco y desprecio hacia esa caterva cómplice, ese elenco de alpistadas cotorras que se autodenominan periodistas. ¿Libertad de expresión? No. Libertad de presión de los amos de los medios, de las clases dominantes.
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Y yo me pregunto ¿cómo pueden mirarse cada mañana al espejo sin sentir repugnancia? No creo que el alpiste, por bueno y generoso que sea, pueda cubrir tanta vergüenza y miseria. Salud!
ResponderEliminarEl espejo, como la jaula, también está trucado.
EliminarSalud!