Larry Johnson – 24/03/2023
Traducción del inglés: Arrezafe
Hace siete años, el general David Petraeus y el analista Michael O'Hanlon escribieron la siguiente entusiasta oda al ejército estadounidense:
"Estados Unidos tiene hoy en día, con diferencia, el mejor ejército del mundo. Las fuerzas armadas estadounidenses tienen pocas debilidades, si es que tienen alguna, y en muchas áreas, desde la guerra naval hasta la capacidad de ataque de precisión, el poderío aéreo, la inteligencia y el reconocimiento y las operaciones especiales, juegan en una liga totalmente diferente a la de las fuerzas armadas de otros países. Tampoco es probable que esta situación cambie pronto, ya que el gasto en defensa de EEUU es tres veces mayor que su competidor más cercano, China, y representa aproximadamente un tercio de todos los gastos militares mundiales, y el otro tercio proviene de sus aliados y socios. Sin embargo, 15 años de guerra, cinco años de recortes presupuestarios y la debilidad de Washington han pasado factura. El ejército ciertamente no está roto ni inhabilitado para el combate, pero su tamaño y recursos son menores de lo aconsejable, dada la variedad de las amenazas contemporáneas y las misiones para las que debe prepararse. No se necesitan cambios radicales ni construcciones importantes. Pero la tendencia de los recortes presupuestarios debería detenerse, de hecho, revertirse modestamente, y las asignaciones de defensa deberían manejarse de manera más racional y profesional que en los últimos años".
Una de las lecciones que se deben aprender de la guerra en Ucrania, en el aniversario del inicio de la Operación Militar Especial de Rusia, es que Estados Unidos tiene el ejército más caro del mundo, pero no está preparado para combatir contra una primera potencia mundial. Durante el último año hemos aprendido que javelins, stingers e HIMARS no cambian las reglas del juego en Ucrania, donde la guerra ha expuesto la debilidad de la base industrial militar estadounidense y europea. La OTAN ha perdido por completo su capacidad de producir las municiones esenciales para satisfacer las necesidades en el campo de batalla y carece de las reservas de tanques y vehículos blindados que Ucrania pide a diario. Estados Unidos ya no es el gigante industrial que produjo tanques, aviones, portaaviones, destructores y bombas en la Segunda Guerra Mundial.
Por su parte, Rusia continúa avanzando constantemente a lo largo de todo el frente de 1000 millas (no tan rápido como quisieran ciertos generales de poltrona) y está infligiendo bajas masivas a las fuerzas ucranianas. En ningún momento, desde febrero de 2022, ha podido Ucrania organizar un contraataque contra una fuerza rusa numéricamente igual. La tan cacareada ofensiva de Ucrania de agosto/septiembre pasado fue una mera escaramuza contra un reducido grupo de policía militar, que Rusia logró esquivar mediante una táctica y profesional retirada.
El verdadero 'cambio de juego' es la base industrial de Rusia, que posee los recursos naturales, las fábricas y los trabajadores cualificados para producir las armas, vehículos, tanques y aviones que necesita para sostener sus fuerzas armadas en el campo de batalla. La Administración Biden, los medios y los "expertos" en Estados Unidos no logran comprender esta realidad. Por el contrario, continúan repitiendo la falacia de que la economía rusa está hecha jirones, que se ahoga bajo el peso de las sanciones estadounidenses.
Un comentarista de este blog ejemplifica la ilusión de la mayoría de los estadounidenses sobre la destreza del ejército de EEUU:
"Estados Unidos derrotó a Irak de manera decisiva en 2003.
Estados Unidos aplastó a los talibanes y a Al Qaeda de manera muy decisiva en 2001-2002.
El ejército estadounidense expulsó al ejército iraquí de Kuwait y luego lo aplastó en 1991, en unos pocos días.
El ejército estadounidense ganó casi todos los enfrentamientos importantes contra los comunistas vietnamitas.
El problema es que EEUU sufre la misión impuesta por políticos idiotas y contratistas codiciosos; pero el ejército de los EEUU es lo bastante efectivo como para destruir al enemigo y ocupar su territorio".
Esto es pura mamarrachada. Es cierto que en 2003 las fuerzas estadounidenses tomaron control de buena parte del territorio de Irak y ocuparon Bagdad. Pero el ejército iraquí carecía de fuerza aérea y artillería eficaz. ¡Bravo! Estados Unidos golpeó a un niño en una silla de ruedas. No olvidemos que las políticas de los Estados Unidos en Irak también engendraron una insurgencia mortal y condujeron al nacimiento de ISIS, que llevó a cabo épicos ataques terroristas en Europa, Medio Oriente y Estado Unidos. Irak evidenció la impotencia del poderío militar estadounidense para crear un orden político estable.
Ciertamente, cuestiono la inteligencia de una persona que pregona que "EEUU aplastó a los talibanes y a Al Qaeda en 2001-2002", ignorando alegremente la ignominiosa derrota de EEUU en Afganistán en agosto de 2021. Los talibanes, que supuestamente vencimos, recuperaron Kabul y obligaron a los Estados Unidos a una retirada de pánico. Ah, sí. Estados Unidos abandonó a su suerte a miles de afganos a quienes había prometido proteger.
Y luego está el fantasma de Vietnam. "Ganamos todos los enfrentamientos importantes contra los comunistas vietnamitas". ¿De veras? Matar a Viet Cong en selvas y montañas no impidió que los norvietnamitas barrieran y derrotaran al gobierno de Vietnam del Sur. Una vez más, el poder militar de EEUU fue impotente para crear un resultado político que sirviera a sus intereses nacionales.
La mayoría de los estadounidenses se entregan a la fantasía de que simplemente se trata de emplear más fuerza militar (es decir, más cencerro). Esta locura continúa poseyendo a la clase política que controla Washington y no muestran signos de ceder en su empeño de destruir a Vladimir Putin y transformar mágicamente a Rusia en un lacayo de Occidente. Eso es lo que está en juego en la guerra de Rusia en Ucrania, y la mayoría del pueblo ruso, no sólo sus líderes políticos y militares, son muy conscientes de esta amenaza.
Estamos siendo testigos del final de la era en la que la fortaleza de la economía de EEUU y su control de la economía mundial a través del petrodólar permitieron a Washington llevar a cabo sus múltiples y temerarias expediciones militares en el extranjero. Los siguientes gráficos son señales de advertencia de que la economía de EEUU se enfrenta a una convulsión creciente que hará muy difícil que Washington continúe con la extravagante financiación del gobierno y el ejército ucranianos.
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En los últimos años tuve que dejar de leer artículos y papers provenientes de EEUU, porque solo alguien con Coeficiente Intelectual negativo podría creerse las gilipolleces de sus tabloides. El más cantado, el informe de la RAND "Over extending Russia". Absurdo, sin pies ni cabeza. Pero es que son así todos. En fin, así les va (y así nos va a nosotros). Salud!
ResponderEliminarY es que, una cosa es escribir sobre la patata y otra muy distinta cultivarla. Me parece a mí que esta de Ucrania va a ser la última aventura militar que emprendan los señoritos de Washington.
EliminarSalud!