10 julio, 2014

El sacerdote, el gobernante y el propietario.

Para Gilles Deleuze, la alegría es un elemento contrapuesto al poder. “La alegría y las pasiones tristes no deben verse de un modo superficial: la primera, por ejemplo, se ve como el acto de colmar una potencia, lograr algo que no resultaba ni imposible ni posible, como se suele decir, sino sencillamente impensable. El segundo concepto (pasiones tristes) está ligado a la explotación del hombre por el hombre, resultado de la ignorancia; en otras palabras: en tanto hay ignorancia hay explotación del hombre por el hombre, culpabilidad, mala conciencia, etc.” “No hay potencia mala”, dice Deleuze: "El tifón es una potencia que debe regocijarse en su “alma”, pero no se regocija en la destrucción de las casas...", agrega. Y con estas aseveraciones ve el mal y las tristes pasiones que de él se derivan como la forma más baja de la potencia: el poder. En la figura del sacerdote, Deleuze observa la invención de un concepto extraordinario, el del pecado original, el de la culpa, que el sacerdote administra impidiendo a los seres humanos cumplir su potencia, es decir, impidiéndoles ser lo que pueden llegar a ser. En palabras del mismo Deleuze: "El sacerdote inventa la idea de que los hombres están en un estado de deuda infinita..." Esa deuda infinita, implica la puesta en práctica de una suerte de colonización de las potencias individuales. Tal es la importancia de este concepto que Deleuze refiere una redefinición de la figura del sacerdote en Michel Foucault, con su noción de Poder pastoral. Para Deleuze, el sacerdote, el gobernante y el propietario son tres figuras que someten a los seres humanos al más terrible de los castigos posibles: impedirles que lleguen a ser aquello que pueden llegar a ser. Es decir, son enemigos de toda realización auténticamente humana.

9 comentarios :

  1. Si los sometidos arrancaran de sus conciencias la idea del amo aquí en la tierra como en los cielos pues el mundo iría por otros derroteros. Expropiar y eliminar la propiedad privada tiene que ser un fin. Pero las conciencias están masacradas, la ideología dominante se ha introducido hasta nuestros tuétanos. En fin seamos fieles con nuestras conciencias a resistir y luchar no queda otra.
    Salud!

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    1. Hay que hablar en primera persona del plural ¿no crees?... "Si los sometidos arrancáramos..."

      Salud Ángel!

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    2. Vaya... yo sometido que va. Tengo la mente tan narcotizada que ni me doy cuenta. Arranquemos pues la idea del amo otro gallo libertario nos cantaría...
      Salud Loam

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    3. Lo que la mayoría entiende por cárcel no es sino el "rincón de castigo" de esa otra cárcel más extensa y cotidiana. Así funciona el adoctrinamiento del poder ya desde la escuela: los aptos, elogiados y aprobados, los no aptos, suspendidos y al rincón. Pero todo es y será cárcel mientras exista el poder de los unos sobre los otros.

      Salud compañero!

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  2. Lo que otros definen como la labor luciferina: La degradación de la condición humana y la imposibilidad de autorealizarse como persona.

    Salud!

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    1. No sé. Si admitimos (metafóricamente) la figura de Lucifer (el portador de la luz, el Ángel Caído, el rebelde), tendríamos que concluir que no es él, sino Dios el responsable de la degradación a la que aludes.

      Salud!

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  3. Veo las "pasiones tristes" como el producto final de la alienación. Gente que pierde el tiempo y la vida intentando meterse mil cigarrillos en la boca, golpearse el escroto con un ladrillo o dejarse los pelos de las orejas largos para conseguir un "triunfo" un "record mundial", algo por lo que les recordarán. Por gilipollas.
    Peña que vive los deportes detrás de una pantalla o que celebra las bodas del famoseo.
    Hasta ahí se ha reducido su Potencia, su capacidad, sus metas. Como dice Piedra es la imposibilidad de Autorrealizarse final. Su mundo reducido a un cubo.
    Salud!

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    1. Más aún que la policía misma, es esta masa alienada (que la nutre y posibilita) la que pone los pelos de punta.

      Salud!

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