27 junio, 2018

La persecución a Julian Assange debe cesar ——— John Pilger





Sydney, Australia. Denuncia de los seis años de reclusión de Julian Assange en la embajada de Ecuador en Londres.

Traducción: Arrezafe

La persecución de Julian Assange debe cesar, o terminará en tragedia. El gobierno australiano y el primer ministro Malcolm Turnbull tienen una oportunidad histórica de decidir cuál será.

Pueden permanecer en silencio o pueden actuar en interés de la justicia y la humanidad, y llevar a este extraordinario ciudadano australiano a casa.
Assange no solicita un tratamiento especial. El gobierno tiene claras obligaciones, diplomáticas y morales, de proteger a los ciudadanos australianos en el extranjero de una gran injusticia: en el caso de Julian, por un grave error judicial y el peligro extremo que le amenaza si sale sin protección de la embajada ecuatoriana en Londres.

Sabemos, por el caso de Chelsea Manning, qué puede esperar si una orden de extradición de los EE. UU. se ejecutara (un relator especial de las Naciones Unidas lo calificó de tortura).

Conozco bien a Julian Assange, lo considero un buen amigo mío, una persona de extraordinaria capacidad y coraje. He visto cómo se lanzaba contra él un vengativo, pérfido e incesante tsunami de mentiras y calumnias, y sé por qué intentan desacreditarlo.

En 2008, un plan para destruir tanto a WikiLeaks como a Assange fue plasmado en un documento secreto con fecha del 8 de marzo de 2008. Sus autores, de la Subdivisión de Evaluaciones Cibernéticas de Contrainteligencia del Departamento de Defensa de los EE. UU., describieron detalladamente la importancia de destruir el "sentimiento de confianza", que es el "centro de gravedad" de WikiLeaks.

Esto se lograría, según consta en dicho documento, con amenazas de "exposición y persecución penal" y mediante un implacable asalto a la reputación. El objetivo era silenciar y criminalizar a Wiki Leaks y a su editor. Una guerra sucia urdida contra una persona y contra el principio mismo de la libertad de expresión.

Su arma principal sería el ataque personal y la difamación. Sus tropas de choque se reclutarían en los medios de comunicación, esos cuya misión se supone debería ser la de registrar los hechos y decirnos la verdad.

La ironía es que nadie les dijo a estos periodistas qué debían hacer. Yo los llamo periodistas de Vichy, por el gobierno de Vichy que sirvió y permitió la ocupación alemana en Francia durante la guerra.

El pasado octubre, la periodista del Australian Broadcasting Corporation, Sarah Ferguson, entrevistó a Hillary Clinton, a quien calificó de "icono de su generación". La misma Clinton que amenazó con "destruir por completo" a Irán y que, como secretario de Estado de los Estados Unidos en 2011, fue una de los instigadores de la invasión y destrucción de Libia como estado moderno, con la pérdida de 40.000 vidas, y que, al igual que la invasión de Iraq, se basó en mentiras.

Cuando el presidente libio fue asesinado públicamente y horriblemente con un cuchillo, las cámaras captaron a Clinton gritando y vitoreando entusiasmada. Gracias en gran parte a ella, Libia se convirtió en caldo de cultivo para ISIS y otros yihadistas. Gracias en gran parte a ella, decenas de miles de refugiados huyeron poniendo en peligro sus vidas en el Mediterráneo, en el que muchos perecieron ahogados.

Los correos electrónicos filtrados publicados por WikiLeaks revelaron que la fundación de Hillary Clinton, que comparte con su esposo, recibió millones de dólares de Arabia Saudita y Qatar, los principales patrocinadores de ISIS y el terrorismo en todo Oriente Medio.

Como secretaria de Estado, Clinton aprobó la mayor venta de armas de todos los tiempos, valorada en $ 80 mil millones, para Arabia Saudita, uno de los principales benefactores de su fundación. Hoy, Arabia Saudita está utilizando estas armas para aplastar a personas hambrientas y golpeadas por un ataque genocida contra Yemen.

Sarah Ferguson, una reportera muy bien pagada, con Hillary Clinton sentada frente a ella, no mencionó ni una palabra de todo esto. En cambio, invitó a Clinton a describir el "daño" que Julian Assange le hizo "personalmente". En respuesta, Clinton difamó a Assange, ciudadano australiano, calificándolo como "una clarísima herramienta de la inteligencia rusa" y "un oportunista nihilista que hace las veces de dictador". No ofreció ninguna prueba, ni se le pidió ninguna, para respaldar sus graves acusaciones.

En ningún momento se le ofreció a Assange el derecho de respuesta a esta impactante entrevista, que el organismo de radiodifusión público australiano tenía el deber de darle.

Y por si eso no fuera suficiente, la productora ejecutiva de Ferguson, Sally Neighour, siguió la entrevista con un pérfido retweet: "Assange es la perra de Putin. ¡Todos lo sabemos!”

Hay muchos otros ejemplos de “periodismo de Vichy”. The Guardian, que una vez fue un reputado periódico liberal, llevó a cabo una vendetta contra Julian Assange. Como un amante rechazado, The Guardian dirigió sus ataques personales, mezquinos, inhumanos y cobardes a un hombre cuyo trabajo una vez publicó y del cual se benefició.

El ex editor de The Guardian, Alan Rusbridger, llamó a las revelaciones de WikiLeaks, que su periódico publicó en 2010, "una de las mejores primicias periodísticas de los últimos 30 años". Los premios fueron prodigados y celebrados como si Julian Assange no existiera.

Las revelaciones de WikiLeaks se convirtieron en parte del marketing de The Guardian al objeto de para aumentar el precio de cobertura del periódico. Ganaron dinero, a menudo mucho dinero, mientras WikiLeaks y Assange luchaban por sobrevivir.

Sin que un céntimo fuera a parar a WikiLeaks, un libro de The Guardian promocionó un lucrativo negocio de películas de Hollywood. Los autores del libro, Luke Harding y David Leigh, tildaron gratuitamente a Assange de ser una "personalidad dañada" y "insensible". También revelaron la contraseña secreta que Julian le había confiado a The Guardian y que fue diseñada para proteger un archivo digital que contiene los correos de la embajada de los EE. UU.

Con Assange ahora atrapado en la embajada ecuatoriana, Harding, que se ha enriquecido a costa de Julian Assange y Edward Snowden, se posicionó junto a la policía afuera de la embajada y se regodeó en su blog diciendo que "Scotland Yard podría tener la última palabra".

La pregunta es, por qué.

Julian Assange no ha cometido ningún crimen. Nunca ha sido acusado de crimen alguno. El episodio sueco fue falso, una farsa de la que ha sido absuelto. Katrin Axelsson y Lisa Longstaff de Women Against Rape [Mujeres contra la violación] lo resumieron cuando escribieron: "Las acusaciones contra Assange son una cortina de humo tras la cual varios gobiernos están tratando de reprimir a WikiLeaks por haber revelado audazmente al público la planificación secreta de guerras y ocupaciones con sus correspondientes violaciónes, asesinatos y destrucción... A las autoridades les importa tan poco la violencia contra las mujeres que manipulan las acusaciones de violación a voluntad".

Esta verdad se perdió o se enterró en una mediática cacería de brujas que, desgraciadamente, asoció a Assange con la violación y la misoginia. La caza de brujas incluía voces que se describían a sí mismas como de izquierda y feministas, que deliberadamente ignoraron la evidencia del peligro extremo que suponía la posible extradición de Assange a los Estados Unidos.

De acuerdo con un documento publicado por Edward Snowden, Assange está en una "lista de objetivos Manhunt [caza del hombre]". Una nota oficial filtrada dice: "Assange va a ser una linda novia en prisión. Que le follén al terrorista. Estará comiendo comida para gatos para siempre ".

En Alexandra, Virginia, hogar de la élite estadounidense que hace la guerra un gran jurado secreto, un regreso a la edad media ha pasado siete años tratando de inventar un crimen por el cual Assange pudiera ser procesado. Esto no es fácil; la Constitución de EE. UU. protege a editores, periodistas y denunciantes. El crimen de Assange es haber roto un silencio.

En mi vida, ningún periodismo de investigación puede igualar la importancia de lo que WikiLeaks ha hecho convocando al poder rapaz a rendir cuentas. Es como si una pantalla moral hubiera expuesto retroactivamente el inherente imperialismo de las democracias liberales: el compromiso con la guerra interminable, la división y degradación de las vidas "desechables": desde la Torre Grenfell hasta Gaza.

Cuando Harold Pinter aceptó el Premio Nobel de Literatura en 2005, se refirió a "un vasto tapiz de mentiras en el que nos alimentamos". Preguntó por qué "la brutalidad sistemática, las atrocidades generalizadas, la represión implacable del pensamiento independiente" de la Unión Soviética eran bien conocidas en Occidente, mientras que los crímenes imperiales de Estados Unidos "nunca sucedieron ... incluso mientras sucedían, nunca ocurrieron".

En sus revelaciones de guerras fraudulentas (Afganistán, Irak) y las mentiras de los gobiernos (las Islas Chagos), WikiLeaks nos ha permitido vislumbrar cómo discurre el juego imperial en el siglo XXI. Es por eso que Assange está en peligro de muerte.

Hace siete años, en Sydney, acordé reunirme con un prominente miembro liberal del Parlamento Federal, Malcolm Turnbull. Quería pedirle que entregara una carta de Gareth Peirce, el abogado de Assange, al gobierno. Hablamos de su famosa victoria, en la década de 1980 cuando, como joven abogado, había luchado contra los intentos del gobierno británico de suprimir la libertad de expresión e impedir la publicación del libro Spycatcher, a su manera, un WikiLeaks de la época, porque reveló los crímenes del poder del estado. La primera ministra de Australia era entonces Julia Gillard, miembro del Partido Laborista que había declarado que WikiLeaks era "ilegal" y quería cancelar el pasaporte de Assange, hasta que le dijeron que no podía hacer eso: que Assange no había cometido ningún delito: que WikiLeaks era editor, cuyo trabajo estaba protegido por el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de la cual Australia fue uno de los signatarios originales.

Al abandonar a Assange, ciudadano australiano, y participar en su persecución, el escandaloso comportamiento de la primera ministra Gillard forzó el tema de su reconocimiento, bajo el derecho internacional, como un refugiado político cuya vida estaba en riesgo. Ecuador invocó la Convención de 1951 y otorgó refugio a Assange en su embajada en Londres.

Julia Gillard e Hillary Clinton son consideradas como pioneras feministas. Pero, si hay algo por lo que recordar a Julia Gillard es por su belicoso, adulador y embarazoso discurso en el Congreso de los EE.UU., poco después de que exigiera la ilegal cancelación del pasaporte de Julian.

El padre de Julian Assange ha escrito Malcolm Turnbull, actual primer ministro de Australia. Es una carta conmovedora, en la que le pide que traiga a su hijo a casa, refiriéndose a la posibilidad real de una tragedia.

He visto cómo la salud de Assange se deterioraba en sus años de confinamiento sin luz solar. Ha padecido una tos persistente, pero ni siquiera se le permite el tránsito seguro a un hospital para una radiografía.

Malcolm Turnbull puede permanecer en silencio, o puede oportunamente emplear la influencia diplomática de su gobierno para defender la vida de un ciudadano australiano, cuyo valiente servicio público es reconocido por innumerables personas en todo el mundo. Él puede traer a Julian Assange a casa.





26 junio, 2018

África sigue pagando a Francia por su colonización - Mawuna Koutonin





 20/10/2014.

¿Sabía Ud. que aún hoy muchos países africanos continúan pagando un impuesto colonial a Francia, a pesar de la independencia?

Cuando Ahmed Sékou Touré, presidente de Guinea, decidió en 1958 emanciparse del imperio colonial francés, optando por la independencia del país, la élite colonial de París se indignó tanto que, en un acto de furor histórico pidió a su propia administración, aún en el poder en Guinea, destruir cuanto, desde su punto de vista, representaba el legado de la colonización francesa. Tres mil franceses abandonaron el país llevándose todos sus bienes y destruyendo todo aquello que no podía ser repatriado: las escuelas, las guarderías infantiles, los edificios de la administración pública, los autos, los libros, los medicamentos, los instrumentos del instituto de investigación, los tractores, las granjas, sacrificando los caballos y las vacas, quemando o envenenando los alimentos almacenados. El fin de esta brutal política de tierra quemada era evidentemente: enviar un mensaje claro las demás colonias sobre las consecuencias de rechazar a Francia.

El hecho es que, poco a poco, el miedo se apoderó de las élites africanas, y tras estos acontecimientos ningún otro país volvió a tener el coraje de seguir el ejemplo de Sékou Touré, cuyo eslogan era: “Nosotros preferimos la libertad en la pobreza, a la opulencia en la esclavitud”.

Los países recientemente independizados, tuvieron que aceptar nuevos compromisos con Francia. Sylvanus Olympio, primer presidente de la República del Togo, un pequeño país de África del Oeste, halló una solución capaz de calmar a los Franceses: No queriendo continuar bajo la dominación francesa, se rehusó a firmar el pacto de colonización ofrecido por De Gaulle, pero aceptó, en contrapartida, pagar una deuda anual a Francia por los supuestos beneficios obtenidos bajo su colonización. Esta fue la condición de Francia para no destruir el país antes de retirarse. Sin embargo, el monto estimado por Francia era tan grande que el reembolso de la llamada “deuda colonial” representaba el 40% del presupuesto anual del país en 1963.

Desde entonces, la situación financiera del recién independizado Togo fue muy inestable, y a fin de superar esta situación, Olympio decidió abandonar el sistema financiero monetario impuesto por Francia, el FCFA (franco de las colonias francesas de África), y creó una propia moneda nacional.

El 13 de enero de 1963, tres días después de que comenzaran a imprimirse los nuevos billetes, una escuadra de soldados (respaldados por Francia) secuestró y asesinó al Primer presidente electo de la África independiente: Olympio fue ejecutado por un ex legionario francés, el sargento de la armada Etienne Gnassingbé, que supuestamente recibió de la embajada francesa una prima de 612 dólares por el éxito de su misión. El sueño de Olympio era construir un país independiente y autónomo, pero la idea no se correspondía con la voluntad de Francia.

El 30 de junio 1962, Modiba Keita, primer presidente de la república de Mali, decidió igualmente retirarse del sistema monetario FCFA (impuesto a los 12 países africanos recientemente independizados). En efecto, para el presidente de Malí, que se inclinaba más bien hacia una economía socialista, era claro que la colonización permanecía mediante este pacto con Francia, una trampa, una carga demasiado pesada para la economía del país. El 19 de noviembre de 1968, como Olympio, Keita, será víctima de un golpe de Estado encabezado por otro ex legionario de la Legión Extranjera, el lugarteniente Moussa Traoré.

De hecho, en este período turbulento en que África combatía para liberarse del yugo de la colonización europea, Francia usará reiteradamente a mercenarios, anteriormente alistados en la Legión Extranjera, para realizar operaciones de golpes de estado contra los nuevos presidentes electos:

El 1 de enero de 1966, Jean-Bedel Bokassa, ex legionario francés, dirigía un golpe de estado contra David Dacko, el primer presidente de la República Centroafricana.

El 3 de enero de 1966, Maurice Yaméogo, primer presidente electo del Alto-Volta, hoy denominada Burkina Faso, fue víctima de un golpe de estado perpetrado por Aboubacar Sangoulé Lamizana, un ex legionario francés que combatió con las tropas francesas en Indonesia y en Argelia contra la independencia de esos países.

El 26 de octubre de 1972, Mathieu Kérékou, que era guardia de seguridad del presidente Hubert Maga, primer presidente electo de la República de Benin, dio un golpe de estado tras haber recibido instrucción en las escuelas militares francesas de 1968 a 1970.

De hecho, en el curso de los últimos 50 años, un total de 67 golpes de estado se sucedieron en 26 países de África, 16 de estos países son ex colonias francesas, lo que significa que el 61% de los golpes de estado en África tuvieron lugar en las viejas colonias francesas.

Número de golpes de estado por país en las ex colonias francesas:


Como estas cifras demuestran, Francia, aunque desesperada, conserva una fuerte y activa presencia sobre sus colonias, importándole poco cómo ni a qué precio.

En marzo del 2008, el presidente Jacques Chirac declaró: "Sin África, Francia se deslizará hacia el rango de potencia mundial de tercera". Su predecesor, Francois Mitterrand, profetizaba ya en 1957 que: "Sin África, Francia no tendrá historia en el siglo XXI".

En el momento que escribo este artículo, 14 países africanos son obligados por Francia, a través del pacto colonial, a colocar el 85% de sus reservas, en el Banco Central de Francia, bajo control del Ministerio de Finanzas francés. Hasta ahora, 2014, Togo y alrededor de otros 13 países africanos deben todavía pagar la deuda colonial a Francia. Los dirigentes africanos que se rehúsan son asesinados o víctimas de golpes de estado. Los que obedecen son apoyados y recompensados por Francia con un estilo de vida suntuoso, mientras que sus poblaciones sufren la miseria y la desesperación.

Este sistema abusivo ha sido denunciado incluso por la Unión Europea, pero Francia no está dispuesta a abandonar este sistema colonial que le proporciona alrededor de 500 mil millones de dólares anuales provenientes de África.

A menudo acusamos a los líderes africanos de corrupción y de estar al servicio de los intereses de las naciones occidentales, pero hay una explicación clara; algunos se comportan así porque temen que los maten o sean víctimas de un golpe. Quieren el respaldo de una nación poderosa, pero la “protección” occidental a menudo se ofrece a cambio de que estos líderes renuncien a servir a su propio pueblo y a los propios intereses de sus naciones.

Son muchos los dirigentes africanos que trabajarían en el interés de sus pueblos si no estuvieran permanentemente hostigados e intimidados por los países occidentales.

En 1958, temeroso de las consecuencias derivadas de independizarse de Francia, Léopold Sédar Senghor declaró: “La elección del pueblo senegalés es la independencia, y queremos que tenga lugar solamente en amistad con Francia, no en litigio”.

Desde entonces Francia ha preferido una “independencia en los papeles”, pero firmando al mismo tiempo, en paralelo, “acuerdos de cooperación”, precisando la naturaleza de sus relaciones, en particular la sujeción a su moneda (el Franco), el sistema educativo francés, los acuerdos militares y las preferencias comerciales.

He aquí los 11 componentes de lo que siguió al pacto de colonización desde los años 50:

1.- La deuda colonial por el “progreso” propiciado por la colonización francesa. Los países nuevamente “independientes” deben pagar por la infraestructura construida por Francia durante la colonización.
(Estamos investigando aún los pormenores de las sumas, la evaluación de esos “progresos” coloniales y las condiciones de pago impuestas a los países africanos).

2.- Confiscación automática de las reservas monetarias nacionales por el Banco Central de Francia, que ha obtenido las reservas nacionales de 14 países africanos desde 1961: Benin, Burkina Faso, Guinea-Bissau, Costa de Marfil, Malí, Nigeria, Senegal, Togo, Camerun, República, Centrafricana, Chad, Congo-Brazzaville, Guinea Ecuatorial, y Gabón.

La política monetaria que rige a este grupo diverso de países es simple, pues es administrada por el Tesoro francés, sin sujeción a las autoridades locales centrales, como la UEMOA o de la CEMAC. Según los términos del acuerdo que fue implementado por el Banco Central del CFA, cada Banco Central de cada país africano está obligado a depositar al menos el 65% de sus reservas de cambio en una “cuenta de operaciones” en el Tesoro francés así como otro 20% para cubrir los pasivos financieros. Los bancos centrales CFA imponen también un techo sobre el crédito otorgado a cada país miembro, equivalente al 20% de los ingresos públicos del país sobre el año anterior.

Aunque la BEAC y el BCEAO tienen una facilidad de descubierto en el Tesoro francés, los tratados sobre las facilidades de descubierto son bajo reserva del consentimiento del Tesoro francés. La última palabra (el control) es de la Tesorería francesa que, en su propio nombre, ha invertido las reservas de los países africanos en la Bolsa de Paris.

En resumen, más del 80% de las reservas de cambio de los países africanos están depositados en las “cuentas de operaciones” controladas por el Tesoro francés. Los dos bancos CFA son africanos de nombre, pero no tienen políticas monetarias propias. Los mismos países no saben, no se les da la información, del nivel del monto de la reserva de cambio retenida por el Tesoro francés, capital que les pertenece como grupo o individualmente.

Las ganancias de la inversión de estos fondos del Tesoro francés se suman a la reserva de cambio, pero no hay contabilidad transmitida a los bancos ni a los países, ni los detalles de sus modificaciones. “Solo un grupo restringido de altos funcionarios del Tesoro francés conocen los montos que figuran en las “cuentas de operaciones” en donde estos fondos están invertidos; si hay un beneficio sobre estas inversiones; ellos tienen prohibida la divulgación de información alguna a los bancos CFA o a los bancos centrales de los estados africanos”, escribe el Dr. Gary K. Bush.

Se estima que Francia administra cerca de 500 mil millones de dinero africano en su tesorería, y no hace nada por arrojar un poco de luz sobre este lado oscuro del viejo imperio. La finalidad sigue siendo la misma: que los países africanos no tengan acceso a este dinero.

Francia les permite acceder solamente a un 15% anual de su dinero. Si necesitan más, los países africanos deben pedir préstamos a tasas comerciales sobre el 65% de su capital retenido en el Tesoro francés. Para hacer las cosas más trágicas aún, Francia fija un techo sobre el monto del dinero que los países pueden pedir prestados a la reserva. Dicho límite se fija en el 20% de los ingresos públicos de cada país en el año anterior. Si los países necesitan pedir un préstamo de más del 20% de su propio dinero, Francia puede vetarlo.

El ex presidente Jacques Chirac habló acerca del dinero de los países africanos en los bancos de Francia. Aquí pueden ver un vídeo que habla del sistema de explotación francés.



"Debemos ser honestos y reconocer que una gran parte del dinero de nuestros bancos provienen precisamente de la explotación del continente africano". Jacques Chirac

3.-Derecho de prioridad sobre todos los recursos brutos o naturales del país.

Francia tiene la prioridad de compra de todos los recursos naturales de la tierra de sus ex colonias. Solamente en el caso de que ésta rechace su usufructo, los países africanos están autorizados a buscar otros socios.

4.- Prioridad de los intereses y de las empresas francesas, tanto en los mercados como en las construcciones públicas.

En la atribución de los mercados públicos, las empresas francesas deben tener prioridad sobre los mercados extranjeros. El hecho de que los países africanos pudieran obtener mejores ofertas no es tomado en cuenta. En consecuencia, en la mayoría de las ex colonias francesas, todas las grandes compañías y actores económicos están en manos de franceses. En Costa de Marfil, por ejemplo, las empresas francesas poseen y controlan los grandes servicios públicos: agua, electricidad, comunicaciones, transportes, puertos y los grandes bancos. Idem en el comercio, la construcción, y la agricultura.

Resulta pues, que, como he escrito en un artículo anterior, los Africanos viven sobre un continente poseído por los europeos.

5.- Derecho exclusivo de proveer de equipos militares y de formar a los oficiales militares de esos países.

Gracias a un sofisticado sistema de becas, de subvenciones y de los “acuerdos de defensa” adscritos en el pacto colonial, los africanos deben enviar a sus mandos miitares a formarse en Francia o en infraestructuras militares francesas.

La situación en el continente es tal, que Francia ha cuidado y alimentado a centenares y miles de traidores. Células durmientes mientras no son necesarios, pero activados en caso de necesidad para golpes de estado u otros fines.




6.-Derecho de Francia a desplegar tropas e intervenir militarmente en el país para defender sus intereses.

Bajo la denominación de “Acuerdos de defensa”, adjuntos al pacto colonial, Francia tiene el derecho de intervenir militarmente en los países africanos, y también de estacionar tropas de manera permanente en bases e instalaciones militares bajo su mando exclusivo.

Cuando el presidente Laurent Gbagbo de Costa de Marfil trató de poner fin a la explotación francesa de su país, Francia organizó un golpe de estado. Durante el largo proceso para sacar a Gbadbo del poder, los tanques franceses, los helicópteros de combate y las fuerzas especiales intervinieron directamente en el conflicto, dispararon contra civiles y mataron a muchos de ellos. Para añadir humillación a la injuria, Francia estimó que su comunidad empresarial perdió varios millones de dólares a consecuencia de su retirada de Abidjan, en el 2006, donde el ejército francés masacró a 65 civiles desarmados e hirió a 1200.

Tras del éxito del golpe de estado y la transferencia del poder a Alassane Ouattara, Francia pidió al gobierno de éste que pagara una indemnización a la comunidad empresarial francesa por las pérdidas sufridas durante la guerra civil. Y en efecto, el gobierno de Ouattara pagó el doble de lo que ellos dijeron que habían perdido.

7.- Obligación de hacer del francés la lengua oficial del país y de la lengua para la educación.

¡Sí señor. Ustedes deben hablar francés, la lengua de Moliere!

Se ha creado una organización de difusión de la lengua y cultura francesa llamada "Francophonie", con varios satélites y organizaciones afiliadas supervisadas por el Ministro de Asuntos Exteriores francés.

8.- Obligación de utilizar la moneda de la Francia colonial, el FCFA.

Esta es la verdadera vaca lechera de Francia. Un sistema impuesto, denunciado incluso por la Unión Europea, al que Francia no piensa renunciar, que le proporciona una ganancia estimada en 500 mil millones de dólares anuales, provenientes de África.

Cuando se introdujo el euro en Europa, algunos países europeos, en particular los países nórdicos, descubrieron consternados el sistema de explotación francés y sugirieron a Francia, sin éxito alguno, poner fin a dicho sistema.

9.- Obligación de enviar a Francia un balance anual y un informe de las reservas.

Sin dicho informe, no hay dinero. Como quiera que sea, el secretario de los bancos centrales de las ex colonias y el secretario de la reunión bianual de los ministros de Finanzas de las ex colonias, es efectuado por el Banco Central del Tesoro de Francia.

10.-Renuncia a formar parte de alianzas militares con cualquier otro país sin autorización francesa.

Los países africanos en general son los que tienen menos alianzas internacionales. La mayoría no dispone más que de alianzas militares con... ¡sus excolonizadores! (¡increíble, pero cierto!). En caso de que quisieran hacer otras alianzas, Francia se ocuparía rápidamente de impedirlo.

Presencia militar francesa en África


11.- Obligación de aliarse con Francia en situación de guerra o de crisis mundial.

Más de un millón de soldados africanos lucharon para derrocar al nazismo y al fascismo durante la segunda guerra mundial. Su contribución es generalmente ignorada o minimizada, pero cuando se piensa que a Alemania solo le tomó 6 semanas para vencer a Francia en 1940, Francia sabe que los africanos podrían serles útiles para conservar la “Grandeza de Francia” en el futuro.

Hay algo casi psicópata en la relación de Francia con África.

En primer lugar, Francia está aferrada al pillaje de África desde la época de la esclavitud. Por otra parte, hay una ausencia completa de creatividad y de imaginación de la élite francesa para pensar más allá del pasado y de la tradición. Finalmente, Francia tiene dos instituciones que están completamente congeladas en el pasado, habitadas por "haut fonctionnaires" [altos funcionarios] paranoicos y psicópatas que propagan el miedo al apocalipsis si Francia cambiara, y cuya referencia ideológica aún proviene del romanticismo del siglo XIX: ellos son el Ministro de Finanzas y Presupuesto de Francia y el Ministro de Asuntos Exteriores de Francia. Estas dos instituciones no son sólo una amenaza para África, sino también para los propios franceses.

Somos nosotros quienes debemos liberar al África, sin pedir permiso, porque nunca he podido comprender como, por ejemplo, 450 soldados franceses en Costa de Marfil podrían controlar una población de 20 millones de personas.

La primera reacción de la gente cuando se enteran de la existencia del impuesto colonial francés, es casi siempre: "¿Hasta cuándo?".

A título de comparación histórica, Francia ha hecho pagar a Haití, el equivalente moderno de 21 mil millones de dólares, desde 1804 a 1947 (cerca de un siglo y medio), por las pérdidas causadas a los comerciantes de esclavos franceses tras la abolición de la esclavitud y la liberación de los esclavos haitianos.

Los países africanos han pagado el impuesto colonial durante los últimos 50 años, hacerlo durante un siglo sería ya demasiado.



25 junio, 2018

Bajo el dominio de Estados Unidos y la OTAN —— Manlio Dinucci





En 2006, Israel atacó el Líbano creyendo que aplastaría al Hezbollah y que provocaría una respuesta militar de parte de Siria. Hoy en día, Israel está preparando un nuevo ataque contra el Líbano, ahora con intenciones de provocar una respuesta iraní. Al igual que en 2006, el juego está arreglado de antemano ya que Israel, como la rémora o pez-pega, está sólidamente adherido al tiburón estadounidense, al extremo que ese escenario sirve de tema al ejercicio militar israelo-estadounidense Juniper Cobra 2018.

Los grandes ejercicios militares estaban programados durante la primera mitad de marzo de 2018: uno en el Mediterráneo, frente a las costas de Sicilia, y el otro en Israel, ambos bajo la dirección de los mandos y bases que Estados Unidos y la OTAN tienen en Italia.

En Dynamic Manta 2018 –ejercicio de guerra submarina que implica la participación de las bases de Sigonella y Augusta así como del puerto de Catania [instalaciones todas situadas en suelo italiano]– con la participación de fuerzas navales de Estados Unidos, Canadá, Italia, Francia, Bélgica, Alemania, Reino Unido, España, Grecia y Turquía, con 5 000 efectivos así como unidades de superficie, submarinos, aviones y helicópteros.

La dirección de ese ejercicio está en manos del JFC-Naples (mando de la OTAN con sede en Lago Patria, Italia), bajo las órdenes del almirante estadounidense James Foggo. Nombrado por el Pentágono, al igual que sus predecesores, el almirante Foggo comanda simultáneamente las fuerzas navales de Estados Unidos en Europa y las fuerzas navales de Estados Unidos en África, cuyo cuartel general se halla en Nápoles Capodichino (Italia).

El mismo almirante Foggo explica para qué sirve el ejercicio Dynamic Manta 2018 y nos dice que, después de las dos Guerras Mundiales y de la guerra fría, ha comenzado la «Cuarta Batalla del Atlántico». Esa batalla se desarrolla contra «submarinos rusos cada vez más sofisticados que amenazan las líneas de comunicación marítima entre Estados Unidos y la Europa del Atlántico Norte». Este almirante estadounidense acusa a Rusia de desarrollar «una actividad cada vez más agresiva» y cita como ejemplo cazas rusos que sobrevuelan a baja altitud navíos estadounidenses. Lo que no dice este almirante es que esos barcos de guerra de Estados Unidos están en las aguas del Báltico y del Mar Negro, muy cerca de las costas rusas.

Lo mismo sucede con los drones-espías estadounidenses Global Hawk que, despegando desde la base de Sigonella (en Italia), vuelan 2 o 3 veces por semana a lo largo de las costas rusas del Mar Negro.

Utilizando su posición de comandante de la OTAN, el almirante estadounidense Foggo prepara en Italia las fuerzas navales de los países miembros de la OTAN en contra de Rusia. Y al mismo tiempo, como comandante de las fuerzas navales de Estados Unidos en Europa, este mismo almirante envía desde Italia la Sexta Flota estadounidense a Juniper Cobra 2018, ejercicio conjunto israelo-estadounidense dirigido principalmente contra Irán.

El USS Mount Whitney, buque insignia de la Sexta Flota estadounidense, salió de la base Gaeta (Italia), y llegó al puerto de Haifa (Israel) acompañado del buque de asalto anfibio USS Iwo Jima. El USS Mount Whitney es un cuartel general flotante vinculado a la red mundial de mando y control del Pentágono, que incluye la estación MUOS (Mobile User Objective System) instalada [por Estados Unidos] en Sicilia (Italia) [1].

Juniper Cobra 2018, ejercicio en el que participaron 2 500 militares estadounidenses y la misma cantidad de militares israelíes, comenzó el 4 de marzo, mientras que el primer ministro israelí Benyamin Netanyahu afirmaba, en su encuentro con el presidente estadounidense Donald Trump, que Irán «no ha renunciado a sus ambiciones nucleares» –sin mencionar que Israel es el único país del Medio Oriente que posee armas nucleares [2]– y terminaba recalcando que: «Irán debe ser detenido. Es nuestro deber común.»

El ejercicio Juniper Cobra 2018 simuló la respuesta israelí a un lanzamiento simultáneo de misiles desde el Líbano, Irán, Siria y Gaza. Pero el verdadero escenario podría ser un lanzamiento de misiles atribuido falsamente al Hezbollah libanés, aliado de Irán, que serviría de pretexto para atacar Líbano pero teniendo a Irán como blanco. Según oficiales estadounidenses e israelíes, en sólo 72 horas como máximo, fuerzas estadounidenses llegarían desde Europa (principalmente desde bases situadas en Italia) para respaldar a Israel.

La presencia en Juniper Cobra del general Curtis Scaparrotti, jefe del EuCom, confirma ese plan, definido por ese general estadounidense en un encuentro realizado el 11 de marzo con el estado mayor israelí. Como Scaparrotti es también el Comandante Supremo de todas las fuerzas aliadas en Europa (cargo que siempre ocupa un general estadounidense designado por el presidente de Estados Unidos), el plan incluye la participación de la OTAN, principalmente a través de Italia, como apoyo a Israel en una guerra a gran escala en el Medio Oriente.

[1] «“Crisis de los euromisiles”, temporada 2», por Manlio Dinucci, Il Manifesto (Italia), Red Voltaire, 28 de febrero de 2018.
[2] Las bombas atómicas que tiene Arabia Saudita vienen de Pakistán o de Israel y se encargan de ellas equipos de esos dos últimos países. Nota de la Redacción.

Traducido al español por la Red Voltaire a partir de la versión al francés de Marie-Ange Patrizio