20/10/2014.
¿Sabía
Ud. que aún hoy muchos países africanos continúan pagando un
impuesto colonial a Francia, a pesar de la independencia?
Cuando Ahmed Sékou Touré, presidente de Guinea, decidió en 1958 emanciparse del
imperio colonial francés, optando por la independencia del país, la
élite colonial de París se indignó tanto que, en un acto de furor histórico
pidió a su propia administración, aún en el poder en Guinea,
destruir cuanto, desde su punto de vista, representaba el legado de
la colonización francesa. Tres mil franceses abandonaron el país
llevándose todos sus bienes y destruyendo todo aquello que no podía
ser repatriado: las escuelas, las guarderías infantiles, los
edificios de la administración pública, los autos, los libros, los
medicamentos, los instrumentos del instituto de investigación, los
tractores, las granjas, sacrificando los caballos y las vacas,
quemando o envenenando los alimentos almacenados. El fin de esta
brutal política de tierra quemada era evidentemente: enviar un
mensaje claro las demás colonias sobre las consecuencias de rechazar
a Francia.
El
hecho es que, poco a poco, el miedo se apoderó de las élites
africanas, y tras estos acontecimientos ningún otro país volvió a
tener el coraje de seguir el ejemplo de Sékou Touré, cuyo eslogan
era: “Nosotros preferimos la libertad en la pobreza, a la
opulencia en la esclavitud”.
Los
países recientemente independizados, tuvieron que aceptar nuevos
compromisos con Francia. Sylvanus Olympio, primer presidente de la
República del Togo, un pequeño país de África del Oeste, halló
una solución capaz de calmar a los Franceses: No queriendo continuar
bajo la dominación francesa, se rehusó a firmar el pacto de
colonización ofrecido por De Gaulle, pero aceptó, en contrapartida,
pagar una deuda anual a Francia por los supuestos beneficios
obtenidos bajo su colonización. Esta fue la condición de Francia
para no destruir el país antes de retirarse. Sin embargo, el monto
estimado por Francia era tan grande que el reembolso de la llamada
“deuda colonial” representaba el 40% del presupuesto anual del
país en 1963.
Desde
entonces, la situación financiera del recién independizado Togo fue
muy inestable, y a fin de superar esta situación, Olympio decidió
abandonar el sistema financiero monetario impuesto por Francia, el
FCFA (franco de las colonias francesas de África), y creó una
propia moneda nacional.
El
13 de enero de 1963, tres días después de que comenzaran a
imprimirse los nuevos billetes, una escuadra de soldados (respaldados
por Francia) secuestró y asesinó al Primer presidente electo de la
África independiente: Olympio fue ejecutado por un ex legionario
francés, el sargento de la armada Etienne Gnassingbé, que
supuestamente recibió de la embajada francesa una prima de 612
dólares por el éxito de su misión. El sueño de Olympio era
construir un país independiente y autónomo, pero la idea no se
correspondía con la voluntad de Francia.
El
30 de junio 1962, Modiba Keita, primer presidente de la república de
Mali, decidió igualmente retirarse del sistema monetario FCFA
(impuesto a los 12 países africanos recientemente independizados).
En efecto, para el presidente de Malí, que se inclinaba más bien
hacia una economía socialista, era claro que la colonización
permanecía mediante este pacto con Francia, una trampa, una carga
demasiado pesada para la economía del país. El 19 de noviembre de
1968, como Olympio, Keita, será víctima de un golpe de Estado
encabezado por otro ex legionario de la Legión Extranjera, el
lugarteniente Moussa Traoré.
De
hecho, en este período turbulento en que África combatía para
liberarse del yugo de la colonización europea, Francia usará
reiteradamente a mercenarios, anteriormente alistados en la Legión
Extranjera, para realizar operaciones de golpes de estado contra los
nuevos presidentes electos:
El
1 de enero de 1966, Jean-Bedel Bokassa, ex legionario francés,
dirigía un golpe de estado contra David Dacko, el primer presidente
de la República Centroafricana.
El
3 de enero de 1966, Maurice Yaméogo, primer presidente electo del
Alto-Volta, hoy denominada Burkina Faso, fue víctima de un golpe de
estado perpetrado por Aboubacar Sangoulé Lamizana, un ex legionario
francés que combatió con las tropas francesas en Indonesia y en
Argelia contra la independencia de esos países.
El
26 de octubre de 1972, Mathieu Kérékou, que era guardia de
seguridad del presidente Hubert Maga, primer presidente electo de la
República de Benin, dio un golpe de estado tras haber recibido
instrucción en las escuelas militares francesas de 1968 a 1970.
De
hecho, en el curso de los últimos 50 años, un total de 67 golpes de
estado se sucedieron en 26 países de África, 16 de estos países
son ex colonias francesas, lo que significa que el 61% de los golpes
de estado en África tuvieron lugar en las viejas colonias francesas.
Número
de golpes de estado por país en las ex colonias francesas:
Como
estas cifras demuestran, Francia, aunque desesperada, conserva una
fuerte y activa presencia sobre sus colonias, importándole poco cómo ni a
qué precio.
En
marzo del 2008, el presidente Jacques Chirac declaró: "Sin África,
Francia se deslizará hacia el rango de potencia mundial de tercera". Su predecesor, Francois Mitterrand,
profetizaba ya en 1957 que: "Sin África, Francia no tendrá
historia en el siglo XXI".
En
el momento que escribo este artículo, 14 países africanos son
obligados por Francia, a través del pacto colonial, a colocar el 85%
de sus reservas, en el Banco Central de Francia, bajo control del
Ministerio de Finanzas francés. Hasta ahora, 2014, Togo y alrededor
de otros 13 países africanos deben todavía pagar la deuda colonial
a Francia. Los dirigentes africanos que se rehúsan son asesinados o
víctimas de golpes de estado. Los que obedecen son apoyados y
recompensados por Francia con un estilo de vida suntuoso, mientras
que sus poblaciones sufren la miseria y la desesperación.
Este
sistema abusivo ha sido denunciado incluso por la Unión Europea,
pero Francia no está dispuesta a abandonar este sistema colonial que
le proporciona alrededor de 500 mil millones de dólares anuales
provenientes de África.
A
menudo acusamos a los líderes africanos de corrupción y de estar al
servicio de los intereses de las naciones occidentales, pero hay una
explicación clara; algunos se comportan así porque temen que los
maten o sean víctimas de un golpe. Quieren el respaldo de una nación
poderosa, pero la “protección” occidental a menudo se ofrece a
cambio de que estos líderes renuncien a servir a su propio pueblo y
a los propios intereses de sus naciones.
Son
muchos los dirigentes africanos que trabajarían en el interés de
sus pueblos si no estuvieran permanentemente hostigados e intimidados
por los países occidentales.
En
1958, temeroso de las consecuencias derivadas de independizarse de
Francia, Léopold Sédar Senghor declaró: “La elección del
pueblo senegalés es la independencia, y queremos que tenga lugar
solamente en amistad con Francia, no en litigio”.
Desde
entonces Francia ha preferido una “independencia en los papeles”,
pero firmando al mismo tiempo, en paralelo, “acuerdos de
cooperación”, precisando la naturaleza de sus relaciones, en
particular la sujeción a su moneda (el Franco), el sistema educativo
francés, los acuerdos militares y las preferencias comerciales.
He
aquí los 11 componentes de lo que siguió al pacto de colonización
desde los años 50:
1.-
La deuda colonial por el “progreso” propiciado por la
colonización francesa. Los países nuevamente “independientes”
deben pagar por la infraestructura construida por Francia durante la
colonización.
(Estamos
investigando aún los pormenores de las sumas, la evaluación de esos
“progresos” coloniales y las condiciones de pago impuestas a los
países africanos).
2.-
Confiscación automática de las reservas monetarias nacionales
por el Banco Central de Francia, que ha obtenido las reservas
nacionales de 14 países africanos desde 1961: Benin, Burkina Faso,
Guinea-Bissau, Costa de Marfil, Malí, Nigeria, Senegal, Togo,
Camerun, República, Centrafricana, Chad, Congo-Brazzaville, Guinea
Ecuatorial, y Gabón.
La
política monetaria que rige a este grupo diverso de países es
simple, pues es administrada por el Tesoro francés, sin sujeción a
las autoridades locales centrales, como la UEMOA
o de la CEMAC.
Según los términos del acuerdo que fue implementado por el Banco
Central del CFA,
cada Banco Central de cada país africano está obligado a depositar
al menos el 65% de sus reservas de cambio en una “cuenta de
operaciones” en el Tesoro francés así como otro 20% para cubrir
los pasivos financieros. Los bancos centrales CFA imponen también un
techo sobre el crédito otorgado a cada país miembro, equivalente al
20% de los ingresos públicos del país sobre el año anterior.
Aunque
la BEAC y el BCEAO
tienen una facilidad de descubierto en el Tesoro francés, los
tratados sobre las facilidades de descubierto son bajo reserva del
consentimiento del Tesoro francés. La última palabra (el control)
es de la Tesorería francesa que, en su propio nombre, ha invertido
las reservas de los países africanos en la Bolsa de Paris.
En
resumen, más del 80% de las reservas de cambio de los países
africanos están depositados en las “cuentas de operaciones”
controladas por el Tesoro francés. Los dos bancos CFA son africanos
de nombre, pero no tienen políticas monetarias propias. Los mismos
países no saben, no se les da la información, del nivel del monto
de la reserva de cambio retenida por el Tesoro francés, capital que
les pertenece como grupo o individualmente.
Las
ganancias de la inversión de estos fondos del Tesoro francés se
suman a la reserva de cambio, pero no hay contabilidad transmitida a
los bancos ni a los países, ni los detalles de sus modificaciones.
“Solo un grupo restringido de altos funcionarios del Tesoro
francés conocen los montos que figuran en las “cuentas de
operaciones” en donde estos fondos están invertidos; si hay un
beneficio sobre estas inversiones; ellos tienen prohibida la
divulgación de información alguna a los bancos CFA o a los bancos
centrales de los estados africanos”, escribe el Dr. Gary K.
Bush.
Se
estima que Francia administra cerca de 500 mil millones de dinero
africano en su tesorería, y no hace nada por arrojar un poco de luz
sobre este lado oscuro del viejo imperio. La finalidad sigue siendo
la misma: que los países africanos no tengan acceso a este dinero.
Francia
les permite acceder solamente a un 15% anual de su dinero. Si
necesitan más, los países africanos deben pedir préstamos a tasas
comerciales sobre el 65% de su capital retenido en el Tesoro francés.
Para hacer las cosas más trágicas aún, Francia fija un techo sobre
el monto del dinero que los países pueden pedir prestados a la
reserva. Dicho límite se fija en el 20% de los ingresos públicos de
cada país en el año anterior. Si los países necesitan pedir un
préstamo de más del 20% de su propio dinero, Francia puede vetarlo.
El
ex presidente Jacques Chirac habló acerca del dinero de los países
africanos en los bancos de Francia. Aquí pueden ver un vídeo que
habla del sistema de explotación francés.
"Debemos
ser honestos y reconocer que una gran parte del dinero de nuestros
bancos provienen precisamente de la explotación del continente
africano". Jacques Chirac
3.-Derecho
de prioridad sobre todos los recursos brutos o naturales del país.
Francia
tiene la prioridad de compra de todos los recursos naturales de la
tierra de sus ex colonias. Solamente en el caso de que ésta rechace
su usufructo, los países africanos están autorizados a buscar otros
socios.
4.-
Prioridad de los intereses y de las empresas francesas, tanto en
los mercados como en las construcciones públicas.
En
la atribución de los mercados públicos, las empresas francesas
deben tener prioridad sobre los mercados extranjeros. El hecho de que
los países africanos pudieran obtener mejores ofertas no es tomado
en cuenta. En consecuencia, en la mayoría de las ex colonias
francesas, todas las grandes compañías y actores económicos están
en manos de franceses. En Costa de Marfil, por ejemplo, las empresas
francesas poseen y controlan los grandes servicios públicos: agua,
electricidad, comunicaciones, transportes, puertos y los grandes
bancos. Idem en el comercio, la construcción, y la agricultura.
Resulta
pues, que, como he escrito en un artículo anterior,
los Africanos viven sobre un continente poseído por los europeos.
5.-
Derecho exclusivo de proveer de equipos militares y de formar a
los oficiales militares de esos países.
Gracias
a un sofisticado sistema de becas, de subvenciones y de los “acuerdos
de defensa” adscritos en el pacto colonial, los africanos deben
enviar a sus mandos miitares a formarse en Francia o en
infraestructuras militares francesas.
La
situación en el continente es tal, que Francia ha cuidado y
alimentado a centenares y miles de traidores. Células durmientes
mientras no son necesarios, pero activados en caso de necesidad para
golpes de estado u otros fines.
6.-Derecho
de Francia a desplegar tropas e intervenir militarmente en el país
para defender sus intereses.
Bajo
la denominación de “Acuerdos de defensa”, adjuntos al pacto
colonial, Francia tiene el derecho de intervenir militarmente en los
países africanos, y también de estacionar tropas de manera
permanente en bases e instalaciones militares bajo su mando
exclusivo.
Cuando
el presidente Laurent Gbagbo de Costa de Marfil trató de poner fin a
la explotación francesa de su país, Francia organizó un golpe de
estado. Durante el largo proceso para sacar a Gbadbo del poder, los
tanques franceses, los helicópteros de combate y las fuerzas
especiales intervinieron directamente en el conflicto, dispararon
contra civiles y mataron a muchos de ellos. Para añadir humillación
a la injuria, Francia estimó que su comunidad empresarial perdió
varios millones de dólares a consecuencia de su retirada de Abidjan,
en el 2006, donde el ejército francés masacró a 65 civiles
desarmados e hirió a 1200.
Tras
del éxito del golpe de estado y la transferencia del poder a
Alassane Ouattara, Francia pidió al gobierno de éste que pagara una
indemnización a la comunidad empresarial francesa por las pérdidas
sufridas durante la guerra civil. Y en efecto, el gobierno de
Ouattara pagó el doble de lo que ellos dijeron que habían perdido.
7.-
Obligación de hacer del francés la lengua oficial del país y de
la lengua para la educación.
¡Sí
señor. Ustedes deben hablar francés, la lengua de Moliere!
Se
ha creado una organización de difusión de la lengua y cultura
francesa llamada "Francophonie", con varios satélites y
organizaciones afiliadas supervisadas por el Ministro de Asuntos
Exteriores francés.
8.-
Obligación de utilizar la moneda de la Francia colonial, el FCFA.
Esta
es la verdadera vaca lechera de Francia. Un sistema impuesto,
denunciado incluso por la Unión Europea, al que Francia no piensa
renunciar, que le proporciona una ganancia estimada en 500 mil
millones de dólares anuales, provenientes de África.
Cuando
se introdujo el euro en Europa, algunos países europeos, en
particular los países nórdicos, descubrieron consternados el
sistema de explotación francés y sugirieron a Francia, sin éxito
alguno, poner fin a dicho sistema.
9.-
Obligación de enviar a Francia un balance anual y un informe de
las reservas.
Sin
dicho informe, no hay dinero. Como quiera que sea, el secretario de
los bancos centrales de las ex colonias y el secretario de la reunión
bianual de los ministros de Finanzas de las ex colonias, es efectuado
por el Banco Central del Tesoro de Francia.
10.-Renuncia
a formar parte de alianzas militares con cualquier otro país sin
autorización francesa.
Los
países africanos en general son los que tienen menos alianzas
internacionales. La mayoría no dispone más que de alianzas
militares con... ¡sus excolonizadores! (¡increíble, pero cierto!).
En caso de que quisieran hacer otras alianzas, Francia se ocuparía rápidamente de impedirlo.
Presencia militar francesa en África |
11.-
Obligación de aliarse con Francia en situación de guerra o de
crisis mundial.
Más
de un millón de soldados africanos
lucharon para derrocar al nazismo y al fascismo durante la
segunda guerra mundial. Su contribución es generalmente ignorada o
minimizada, pero cuando se piensa que a Alemania solo le tomó 6
semanas para vencer a Francia en 1940, Francia sabe que los africanos
podrían serles útiles para conservar la “Grandeza de Francia”
en el futuro.
Hay
algo casi psicópata en la relación de Francia con África.
En
primer lugar, Francia está aferrada al pillaje de África desde la
época de la esclavitud. Por otra parte, hay una ausencia completa de
creatividad y de imaginación de la élite francesa para pensar más
allá del pasado y de la tradición. Finalmente, Francia tiene dos
instituciones que están completamente congeladas en el pasado,
habitadas por "haut fonctionnaires" [altos funcionarios] paranoicos y
psicópatas que propagan el miedo al apocalipsis si Francia cambiara,
y cuya referencia ideológica aún proviene del romanticismo del
siglo XIX: ellos son el Ministro de Finanzas y Presupuesto de Francia
y el Ministro de Asuntos Exteriores de Francia. Estas dos
instituciones no son sólo una amenaza para África, sino también
para los propios franceses.
Somos
nosotros quienes debemos liberar al África, sin pedir permiso,
porque nunca he podido comprender como, por ejemplo, 450 soldados
franceses en Costa de Marfil podrían controlar una población de 20
millones de personas.
La
primera reacción de la gente cuando se enteran de la existencia del
impuesto colonial francés, es casi siempre: "¿Hasta cuándo?".
A
título de comparación histórica, Francia ha hecho pagar a Haití,
el equivalente moderno de 21 mil millones de dólares, desde 1804 a
1947 (cerca de un siglo y medio), por las pérdidas causadas a los
comerciantes de esclavos franceses tras la abolición de la
esclavitud y la liberación de los esclavos haitianos.
Los
países africanos han pagado el impuesto colonial durante los últimos
50 años, hacerlo durante un siglo sería ya demasiado.
Por algo los presidentes de Francia tienen ese aire petulante de estúpidos emperadores engreídos.
ResponderEliminarMenuda república imperial.
Allons enfants de la Patrie?... No será más bien, Avant les cadres bancaires!
EliminarEl capitalismo tiene un disfraz ideológico para cada ocasión.
Lo estoy leyendo y no me lo acabo de creer, aunque seguramente sea verdad, no me extrañaría. Es injusto, es inmoral y vergonzoso.
ResponderEliminarPues créelo. Y esto no es más que una parte correspondiente al colonialismo francés al que hay que añadir el de las demás naciones europeas, incluida España. Europa lleva siglos saqueando África y esclavizando impunemente a su población. La historia de África, la verdadera y no la escrita por las potencias occidentales, aún está por escribir.
EliminarLe voy a tener que dar una segund avuelta porque es realmente interesante.
ResponderEliminarA parte de recursos naturales áfrica tiene el recurso final, recursos humanos. No van a dejar ni de matarlos ni que escapen. Después de la caída demográfica mundial de 2008 el mundo ya no es como fue. En 20 años sufriremos sus consecuencias. La primera las pensiones, se siguen los servicios y despues...
Salud!
Los "recursos humanos"... Nada nuevo. Comenzó con la trata de esclavos. África ha sido y sigue siendo salvajemente sometida y explotada por el "civilizado" occidente.
EliminarSalud!