31 marzo, 2021

La Nueva Guerra Fría construida sobre la ceguera y los crímenes de guerra — Danny Haiphong

 



LA Progressive - 24/03/2021

Traducción del inglés: Arrezafe


Con el fin de fabricar consenso y recabar apoyo para sus constantes agresiones, Estados Unidos culpa a sus competidores de crímenes inexistentes, obviando los suyos.


El primer compromiso de un revolucionario es con la verdad, pero para el común de los mortales, descifrar la verdad se ha convertido en una tarea difícil en Estados Unidos, sobre todo porque el descomunal aparato de desinformación está directamente vinculado a los imperativos del propio estado imperialista. Cualquier separación entre el complejo industrial militar y los medios corporativos estadounidenses es cosa del pasado.


El imperialismo estadounidense ha dedicado gran parte de la última década a originar gradualmente una nueva guerra fría con China, y los medios de comunicación han fabricado el consenso para todas y cada una de sus agresivas políticas. Una reciente encuesta de Gallup reveló que el 80 por ciento de los estadounidenses tienen una opinión negativa de China, una opinión negativa solo superada cuando se trata de Irán y de la RPDC, dos de las naciones más denigradas por la maquinaria de propaganda estadounidense.


Los estadounidenses son continuamente bombardeados con titulares contra China por todo el espectro político mediático. Las mentiras referentes al intervencionismo humanitario representan la forma más peligrosa de desinformación que actualmente alimenta la nueva guerra fría iniciada por Estados Unidos. La más destacada, la fábula de que se está cometiendo un "genocidio" contra los musulmanes en la Región Autónoma Uigur de Xinjiang en China.


Este mes, CNN publicó un informe del Newslines Institute que afirma verificar, por primera vez de forma “independiente”, el "genocidio" en Xinjiang. El informe no ofrece pruebas, más allá de las reiteradas afirmaciones vertidas durante varios años por dudosas fuentes, como Radio Free Asia y Adrian Zenz, un fundamentalista cristiano de extrema derecha que se cree predestinado por Dios para derrocar al Partido Comunista de China.


El Newsline Institute es en sí mismo una fuente de información dudosa. El jefe del grupo de expertos con sede en Washington, Ahmed Alwani, es un exasesor del Comando Africano de Estados Unidos. Cabe señalar que dicho Comando lideró la destrucción de Libia por parte de EEUU y la OTAN en 2011, una intervención respaldada por la Hermandad Musulmana vinculada a Alwani. El editor gerente de Newsline Institute, Robin Blackburn, fue anteriormente editor de Stratfor, una empresa de inteligencia privada conocida como la "CIA en la sombra".


Ya sea por las decenas de millones de dólares que la Fundación Nacional para la Democracia (NED) ha invertido en el Congreso Mundial Uigur o por las sumas que fluyen de los contratistas militares a las arcas del Instituto Australiano de Política Estratégica (ASPI), está claro que las fuentes que venden narrativas humanitarias intervencionistas en los medios corporativos estadounidenses están lejos de ser dignas de confianza. Esto no ha impedido que la administración de Joe Biden respalde la narrativa del “genocidio” con el propósito de cambiar la imagen de la Nueva Guerra Fría.


Si bien algunos creían que Biden reduciría las tensiones con China, la temperatura de esta nueva guerra fría ha aumentado en las últimas semanas tras las maniobras militares de la nueva administración. A principios de este mes, el Comando Indo-Pacífico de EEUU solicitó 27.400 millones de dólares para una “red de misiles anti-China” que se displegaría a lo largo de islas clave en la frontera China, como Okinawa, Taiwán y Filipinas. Biden se unió a la alianza "Quad" anti-China de Japón, India y Australia el 12 de marzo, en la primera cumbre internacional de su mandato como presidente de Estados Unidos. Dicha alianza se fortaleció bajo la administración Trump tras más de una década de inactividad. La elección de Biden del "Quad" como su primera cumbre envía un mensaje claro de que la nueva guerra fría, dirigida por Estados Unidos contra China, continuará bajo el pretexto de fortalecer alianzas y abordar “preocupaciones humanitarias".


Para el observador pasivo, el intervencionismo humanitario del imperio estadounidense es contemplado como algo “normal”. Sin embargo, la verdad es que enmascara los crímenes de guerra reales cometidos por Estados Unidos y sus lacayos imperiales. Las repetidas afirmaciones de "genocidio" en China o de "armas químicas" en Siria adquieren un nivel de importancia mayor que el genocidio verificable cometido contra los palestinos por el principal aliado de Estados Unidos en Israel, o las decenas de miles de venezolanos que han muerto a causa del impacto de las sanciones impuestas por EEUU, en cuya prensa, dicho sea de paso, no se dedica ni un minuto a los millones de muertes ocasionadas por la invasión de la República Democrática del Congo (invasión que duró un cuarto de siglo) por los regímenes patrocinados por EEUU en Ruanda y Uganda, o las decenas de millones de muertos o desplazados como consecuencia de las invasiones de Libia y Siria lideradas por Estados Unidos a partir de 2011.


Sin embargo, sería demasiado simple caracterizar el intervencionismo humanitario como una mera tapadera de crímenes de guerra al servicio de la hegemonía estadounidense. La mezcla de humanitarismo y guerra rezuma excepcionalismo estadounidense. Se presupone que el imperio estadounidense es el culmen de la civilización, el faro que ilumina, incluso mediante los métodos más violentos. Pero el sentido común se impone, no hay nada humanitario en el historial, pasado o presente, del imperio. La hegemonía estadounidense simplemente existe.


La ilusión de fuerza descansa sobre la base de decadencia sistémica. El intervencionismo humanitario no solo renombra los crímenes de guerra como operaciones de derechos humanos, sino que también borra las verdaderas motivaciones detrás de ellos. Estados Unidos se ha acostumbrado a emprender guerras humanitarias en momentos en que sus intereses se ven amenazados. En 2014, Obama intensificó las sanciones contra Venezuela y el apoyo de Estados Unidos a figuras violentas de la oposición de derecha, una vez quedó claro que la muerte de Hugo Chávez no marcaría el fin de la Revolución Bolivariana. Desde que comenzó la guerra, hace más de una década, el gobierno sirio ha sido acusado en reiteradas ocasiones de utilizar armas químicas contra civiles, a pesar de estar en la posición más favorable para derrotar a los mercenarios estadounidenses y extranjeros.


En cuanto a China, ha contenido la pandemia COVID-19 y es, de las grandes economías, la única que registra un crecimiento positivo en medio de una depresión mundial. Además, la inestabilidad que una vez sacudió a la Región Autónoma Uygur de Xinjiang ha dejado de existir gracias a los esfuerzos del gobierno para frenar el terrorismo y aliviar la pobreza. La estabilidad y el crecimiento han permitido a China avanzar en sus planes para desarrollar una red comercial global financiada con fondos públicos, la Iniciativa Belt and Road.


Los llamamientos al intervencionismo humanitario se han redoblado a medida que el declive de Estados Unidos se acentúa paralelamente al ascenso de China en el escenario mundial. Si la nueva guerra fría no se convierte en una guerra caliente no será precisamente por la moderación de Estados Unidos en el ámbito de la política. La historia ha demostrado sobradamente que el imperio estadounidense se erigió para destruir, y la disyuntiva entre la guerra o la paz estará determinada por la oposición popular que pueda desarrollarse contra las falsas narrativas humanitarias que impulsan el obsceno intervencionismo estadounidense en pleno siglo XXI.



Alemania: la Guerra Fría llega a Sassnitz, centro del proyecto Nord Stream 2





30 marzo, 2021

"Si saca el rabo, se le hunde el hocico; si saca el hocico, se le hunde el rabo"

 





Transcripción:


Trump - Yo simplemente bombardearé a esos idiotas. Y, así es, yo volaré el oleoducto, yo volaré la refinería, yo volaré cada pulgada, no quedará nada. ¿Y sabéis qué? Tendrás a Exxon allí y en dos meses... ¿habéis visto qué buenos son estos muchachos, las grandes compañías petroleras? Ellos reconstruirán esa mamonada, la embellecerán y la cercarán, y yo me quedo con el petróleo.


Trump - Y entonces dicen "él ha dejado tropas en Siría". ¿Sabes lo que he hecho? He dejado tropas para quedarme con el petróleo, yo me quedé con el petróleo. Las únicas tropas que mantengo están apropiándose del petróleo, están protegiendo el petróleo, yo estoy quedándome con el petróleo...

Entrevistadora - Quedándome... no estamos "quedándonos"...

Trump - Bueno, tal vez sí, tal vez no pero...

Entrevistadora - Estamos protegiendo las instalaciones.

Trump – No lo sé, tal vez debamos hacerlo, pero tenemos el petróleo, ahora mismo Estados Unidos tiene el petróleo. Así que ellos dicen "él ha dejado tropas en Siria". No, yo las he sacado todas, excepto las que protegen el petróleo. Nosotros tenemos el petróleo.


Nos hemos quedado con el petróleo, tenemos el petróleo. El petróleo está asegurado. Hemos dejado tropas allí sólo por el petróleo.


El cese el fuego funciona muy bien. Nos hemos apropiado del petróleo. Nos retiramos y nos quedamos con el petróleo. Otros pueblos pueden patrullar la frontera de Siria, francamente, y Turquía les deja. Ellos han estado combatiendo mil años. Dejemos que lo hagan. Nosotros no queremos hacer eso. Nosotros queremos traer nuestros soldados a casa. Pero hemos dejado soldados simplemente porque nos quedamos con el petróleo. Me gusta el petróleo, nos quedamos con el petróleo.


Mohammad Javad Zarif - [risas] Parece que los Estados Unidos permanecen [en Siria] para proteger el petróleo. Al menos el presidente Trump es honesto al decir lo que los Estados Unidos pretende hacer.



29 marzo, 2021

La violencia anti-asiática en EEUU tiene sus raíces en el imperio estadounidense

 

The Chinese Must Go - Magic Washer - 1886 anti-Chinese_US_cartoon
[Los chinos deben irse - Jabón mágico - Ilustración anti-china 1886 USA]


Christine Ahn, Terry K Park y Kathleen Richards

The Nation – 19/03/2021

Traducción del inglés: Arrezafe


Si queremos acabar con el odio anti-asiático en los Estados Unidos, debemos reconocer cómo la política exterior estadounidense lo perpetúa.


Poco después de la matanza perpetrada en Georgia a principios de esta semana, en la que murieron seis mujeres asiáticas, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, denunció la violencia y dijo que "no tiene lugar en Estados Unidos ni en ninguna parte", señaló Blinken durante su primer viaje a Asia junto al secretario de Defensa Lloyd Austin, donde Blinken advirtió a China que Estados Unidos rechazará su "coerción y agresión", y Austin advirtió a Corea del Norte que Estados Unidos estaba listo para "pelear esta noche".


Sin embargo, esa retórica agresiva contra China, que inicialmente fue difundida por Donald Trump y otros republicanos en torno al coronavirus, ha contribuido directamente al aumento de la violencia contra los asiáticos en todo el país. De hecho, refleja una larga historia de política exterior estadounidense en Asia centrada en la dominación y la violencia, y alimentada por el racismo. Menospreciar y deshumanizar a los asiáticos ha ayudado a justificar guerras interminables y la expansión del militarismo estadounidense. Y esto tiene consecuencias mortales para los asiáticos y asiático-americanos, especialmente para las mujeres.


La violencia anti-asiática a través de la política exterior de Estados Unidos se ha manifestado en las guerras que han matado a millones, destrozado familias y provocado desplazamientos masivos; en las pruebas nucleares y el almacenamiento de armas químicas que provocaron la contaminación ambiental en Okinawa, Guam y las Islas Marshall; en el uso generalizado de napalm y Agente Naranja en Vietnam, Laos y Corea; en las bases militares estadounidenses que han destruido pueblos y comunidades enteras ; en la violencia perpetrada por soldados estadounidenses a las mujeres asiáticas; y en la imposición de sanciones que tienen como consecuencia daños económicos, sociales y físicos a la gente común.


Estas cosas no pueden suceder sin la deshumanización, cuya dinámica ha tenido consecuencias nefastas para los estadounidenses de origen asiático, especialmente para las mujeres. De los 3.800 incidentes de odio denunciados contra estadounidenses de origen asiático el año pasado, el 70 por ciento estaban dirigidos a las mujeres. Las mujeres estadounidenses de origen asiático, exóticas y fetichizadas, han soportado una doble carga de racismo y sexismo, vistas por un lado como "flores de loto" sumisas y sexualmente disponibles y por el otro como "damas dragón" manipuladoras y peligrosas.


Las mujeres asiáticas se ven particularmente perjudicadas, económica, social y físicamente, por el militarismo y la política exterior de Estados Unidos. En Corea, las mujeres han sido durante mucho tiempo un daño colateral de la militarizada política exterior de Estados Unidos. La Guerra de Corea de 1950-1953, que mató a 4 millones de personas, condujo al caos social y político, separó familias y dejó a millones de personas huérfanas y viudas, creando condiciones en las que las mujeres se encontraban sin hogar ni trabajo, lo que las obligó a prostituirse, según Katherine HS Moon, experta en prostitución militar estadounidense en Corea del Sur y autora del libro Sex Among Allies.


Enfermeras del Ejercito Popular Coreano apresadas por soldados estadounidenses


Más de un millón de mujeres coreanas han trabajado en los "campamentos" que rodean las bases militares estadounidenses en Corea del Sur. Este sistema de prostitución militar fue controlado por el gobierno de Corea del Sur y apoyado por el ejército estadounidense para fortalecer las alianzas militares y apuntalar la economía de Corea del Sur. Sin embargo, las mujeres fueron estigmatizadas, "condenadas a la invisibilidad y al silencio", según Moon.


Estos “campamentos” no solo facilitaron la inmigración de miles de “novias de guerra” coreanas a los Estados Unidos, sino que también importaron el sistema mismo. A medida que el ejército estadounidense reducía la presencia de sus tropas en Asia, los los “campamentos”, que afrontaban la agitación social y la incertidumbre económica, comenzaron a enviar a sus madames y trabajadoras sexuales a los sitios militares de Estados Unidos a través de matrimonios negociados con militares estadounidenses. Muchas de estas mujeres coreanas explotadas llegaron al sur de los Estados Unidos, una región que alberga muchas bases militares en torno a las cuales proliferó la prostitución militar. Para la década de 1980, el comercio sexual coreano-estadounidense se extendería desde estos poblados militares del sur a otras partes de los Estados Unidos, incluida el área metropolitana de Atlanta, lugar del terrible tiroteo masivo del martes.


Vemos que esta violencia anti-asiática ahora se manifiesta con la creciente agresividad de Estados Unidos contra China y la omnipresente presencia militar estadounidense en toda la región de Asia y el Pacífico. Según el profesor de la American University, David Vine, hay aproximadamente 300 bases estadounidenses en la región de Asia y el Pacífico que rodean China, lo que, junto con "agresivas patrullas navales, aéreas y los ejercicios militares, aumenta la amenaza a la seguridad china y alienta al gobierno chino a responder impulsando su propio gasto y actividad militar". El incremento militar está aumentando la tensión bélica regional y el riesgo de un mortífero enfrentamiento militar de impredecibles consecuencias entre dos potencias con armas nucleares.


Si queremos erradicar el odio anti-asiático aquí, en los Estados Unidos, debemos en primer lugar reconocer cómo la política exterior estadounidense lo perpetúa, debemos poner fin al militarismo y las guerras estadounidenses en toda la región de Asia y el Pacífico. La administración Biden podría comenzar por poner fin formalmente a la Guerra de Corea, guerra que costó casi 400 mil millones (en dólares de 2019), y que continúa siendo una fuente de justificación para las políticas centradas en el ejército de Estados Unidos, Corea del Sur, Japón y otros en la región.


A medida que abordamos la violencia contra asiáticos y mujeres, y desmantelamos la supremacía blanca aquí en casa, también debemos reorientar fundamentalmente la política exterior de Estados Unidos en la región de Asia y el Pacífico, lejos de la dominación y el control, hacia una verdadera y humana seguridad para todos.




BOICOT de CHINA a H&M, NIKE y ADIDAS — Jabiertzo

 



27 marzo, 2021

El bloqueo contra Cuba, terrorismo de los Estados Unidos

 




ISLAS

 


"La isla, estoy en la isla, no he abandonado nunca la isla, pobre de mí. Creí entender que me pasaba la vida dando la vuelta al mundo, en espiral. Error, donde no ceso de dar vueltas es en la isla. Lo único que conozco es la isla, nada más. Y tampoco la conozco, pues nunca tuve fuerzas para mirarla. Cuando llego a la orilla, me vuelvo, hacia el interior. Mi camino no es una espiral, también en esto me engañé, sino giros irregulares, unas veces bruscos y breves, como valseando, otras de una amplitud de parábola, abarcando turbas enteras, y otras entre las dos, en alguna parte, y orientados invariablemente no importa cómo, según el pánico del momento".


Samuel BeckettEl innombrable



26 marzo, 2021

El bloqueo de EEUU y lo que de verdad está ocurriendo en Venezuela — Atilio Boron

 



LA HAINE.org – 26/03/2021


Cada vez que Human Rights Watch (o alguna ONG de su tipo) hace alguna declaración sepan que quien realmente habla y condena es el régimen de EEUU


La agresión que Washington lleva a cabo en contra de Cuba, Venezuela, Irán y otros países es una flagrante violación de los DDHH ya que tiene como propósito destruir los fundamentos materiales y espirituales de una sociedad; es decir, el bienestar, la felicidad y la libertad de sus habitantes.


En otras palabras, es un crimen de lesa humanidad que, sin embargo, no conmueve a los organismos internacionales que deberían exigirle a Washington que ponga fin a esas políticas, ni a las tantas ONGs, supuestamente interesadas en garantizar el respeto a los DDHH, que miran para otro lado cuando se trata de condenar los crímenes del imperio en los países arriba mencionados como en tantos otros.


Para los que estiman que estoy exagerando les sugiero visitar la página de Human Rights Watch (HRW) dedicada a Venezuela y comprobarán que estoy siendo demasiado bondadoso en mis críticas. Allí (https://www.hrw.org/es/americas/venezuela) puede leerse, textualmente, que:


Venezuela atraviesa una emergencia humanitaria sin precedentes con grave escasez de medicamentos y alimentos a la cual las autoridades venezolanas no han respondido adecuadamente. En 2019, el presidente de la Asamblea Nacional Juan Guaidó se declaró jefe de Estado y pidió al pueblo y a las Fuerzas Armadas que lo apoyaran. El país continúa en un impasse político.”


Esta organización, como tantas otras de su tipo que proliferan entre los países sometidos al imperialismo, nada dicen sobre las causas de la “emergencia humanitaria” y la falta de “medicamentos y alimentos”. La razón: son organismos de pantalla del gobierno de EEUU, que por eso les destina enormes recursos para propalar mentiras como las que acabamos de citar más arriba.


Cada vez que Human Rights Watch (o alguna otra ONG de su tipo) hace alguna declaración o produce algún dictamen sepan que quien realmente habla y condena es el gobierno de EEUU. Y que va a mentir como invariablemente lo hace la Casa Blanca cada vez que pronuncia alguna declaración sobre los países víctimas de su bárbara agresión.


Mintió cuando aseguró al mundo que había armas de destrucción masiva en Irak, y no había; y cuando dijo que el gobierno de Libia había disuelto a sangre y fuego una manifestación opositora en Bengazi, y nada había ocurrido en esa ciudad; y las que dijo durante 18 años sobre Afganistán, según demostrara el Washington Post en su edición del 9 diciembre de 2019, con el solo propósito de favorecer los negocios del complejo militar-industrial financiero.


Enumerar las mentiras de la Casa Blanca y el Congreso de EEUU (reproducidas por fraudulentas organizaciones como HRW) llenaría centenares de páginas. Alguien deberá realizar esa tarea algún día de estos.


Final: para comprender lo que realmente está ocurriendo en Venezuela recomiendo leer esta breve nota que añado a continuación: Venezuela en situación difícil (https://lahaine.org/dU0t) de Juan Manuel Cagigal.


25 marzo, 2021

¿UTILIZA LA BBC UN FILTRO ESPECIAL PARA CHINA? — Jabiertzo

 


En este vídeo os hablamos del reciente escándalo de la BBC en China, tras haber sido denunciada por utilizar un supuesto filtro que altera el aspecto de las imágenes grabadas en el país, dándoles un tono más propio del inframundo, del tercer mundo o de una distopía. Hacía ya tiempo que muchos líderes, periodistas e internautas chinos venían llamando la atención sobre las fake news y las prácticas de distorsión de la realidad y manipulación de la información llevadas a cabo por medios extranjeros como este. Sin embargo, esta vez la indignación ha sido todavía mayor al descubrirse el diferente tratamiento de las imágenes para la audiencia china y la extranjera. No obstante, lo que algunos han denominado “filtro Wuhan”, por el reportaje grabado por el canal de noticias BBC en la zona cero del covid, no es un filtro sino un modo de grabación que nosotros también utilizamos. Es por eso que creemos que podemos intentar explicar un poco mejor lo ocurrido para saber hasta qué punto podemos hablar de manipulación. Fuera como fuese, no son buenos tiempos para BBC China, ya que a este episodio hay que sumar la pérdida de su licencia para emitir en China, medida que se ha dado como respuesta al cierre del canal chino CGNT por parte del Reino Unido el pasado 4 de febrero.




24 marzo, 2021

¿Genocidio uyghur o propaganda contra China? — Alberto Rodríguez García

 



LA HAINE.org – 24/03/2021


Las preguntas que surgen sobre el 'conflicto'


Una de las claves más básicas de la propaganda es la de los mensajes grandilocuentes para, si no convencer, plantar la semilla de una idea en la mente del receptor.


A nadie hoy día se le ocurriría hablar de genocidio porque un país apueste por políticas jacobinas o declare la guerra a ciertas ideas, como Francia contra el ‘separatismo islámico’. Con China sin embargo, cualquier matiz vale para utilizar contra el país calificativos exagerados y términos pomposos que suenen agresivos o al menos estén llenos de connotaciones negativas. China es el nuevo enemigo y, por tanto, hablar de genocidio es legítimo, porque claro, ¿quién puede tener buenos ojos para asociarse a un Estado genocida? Y la excusa, en este caso, son los uyghures.


Antes de nada hay que hacer un brevísimo resumen de quiénes son los uyghures. Se trata de una etnia de origen túrquico originaria de la región china de Xinjiang, concretamente en lo que hoy se llama Región Autónoma Uyghur. Por su origen son musulmanes y cuentan tanto con lengua propia como con signos propios. Sin embargo, la región de Xinjiang no siempre ha sido pacífica, y es que ha sufrido atentados bastante violentos. Aquí es donde entra en escena uno de los principales actores que se tiende a olvidar en la narrativa de ‘China contra los uyghures’: el Partido Islámico del Turquestán (PIT).


Pero, ¿por qué es tan importante hablar del Partido Islámico del Turquestán? Pues porque los uyghures, lejos de ser una etnia desprotegida organizada únicamente en agrupaciones pacíficas –porque en Xinjiang, de haber un conflicto, este dista mucho de ser uno en el que la violencia es unilateral–, cuentan con el PIT; una agrupación yihadista tremendamente extremista, responsable de atentados terroristas –que se podrían contar por cientos–, afiliada a al-Qaeda, con experiencia en guerras como la de Afganistán que ha ganado especial notoriedad en Siria; donde llevan combatiendo desde el principio y donde han establecido incluso campamentos de niños soldado adoctrinados para continuar la yihad tanto en Siria como en China. A esto hay que sumarle que la ambición de este partido, y parte de la comunidad uyghur, no es la de irse lejos de casa a hacer la yihad, sino independizarse y crear un Estado islámico propio.


La problemática del integrismo y del separatismo conduce inevitablemente a dos preguntas: ¿tiene China derecho a defender su integridad territorial? ¿Cómo gestionan problemas de este tipo otros países? Visto de esta manera, puede defenderse o condenarse el proceder chino, pero desde luego, no es un proceder distinto del de otros países de los que más de uno tiene la soberbia de calificar como mundo democrático. De hecho, tomar medidas contra un grupo o un determinado sector que amenaza la estabilidad nacional no es un proceder distinto al de por ejemplo España, que no olvidemos, ya en democracia para una problemática similar actuó de manera mucho más sucia armando y dando carta blanca a los GAL; que en esencia eran terrorismo de Estado. Y desde entonces tampoco nadie ha sido tan exagerado de plantear un ‘genocidio vasco’. ¿Por qué con China sí? Sencillo, volvamos al principio: una de las claves para la propaganda son los mensajes básicos y grandilocuentes.


El genocidio por definición es un acto perpetrado con la intención de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso, y atendiendo a los datos, China combate un problema muy particular, que son el separatismo y el integrismo. Curioso es, de hecho, que para estar habiendo un genocidio, la población uyghur en Xinjiang ha aumentado en la última década, y las políticas de Pekín, han aportado estabilidad y seguridad a la región. Sí, se puede criticar que China apueste por un aumento de la población Han en la Región Autónoma Uyghur o mayor represión contra un grupo muy concreto de musulmanes, pero eso ni es genocidio ni es algo ajeno a la lógica de otros países a los que ni siquiera se les llama la atención.


Tomando los datos del gobierno chino, entre 2010 y 2018 la población uyghur de Xinjiang creció de 10 millones a 12,7 millones; aumentando en porcentaje más que el total de la región y que el resto de las minorías que habitan en un territorio de casi 25 millones (para tener un poco de perspectiva, la población uyghur creció un 25% mientras que la población total aumentó un 14% y la Han un 2%). Y sí, es un ejercicio de fe creer en la información del Estado chino, que es el primer interesado en refutar la narrativa del genocidio, pero es que del otro lado, nadie ha aportado un dato (ya ni siquiera inventado) que refute lo anterior. Porque lo que se sabe de la aplicación de métodos anticonceptivos como la introducción de un DIU, lejos de ser políticas de genocidio, son políticas que se han aplicado durante años en toda China; mucho más estrictas para con los Han en todo el país que para con las minorías.


La narrativa del genocidio, a falta de argumentos sólidos más allá de un discurso emotivo sin respaldo alguno, siempre va acompañada de los archiconocidos campos de re-educación, des-radicalización, centros de formación o como cada narrativa quiera calificarlos. Unos centros tan secretos, según algunos investigadores, que China ni siquiera se esfuerza en ocultar. Sin embargo, si bien un centro de re-educación y trabajo no es ajeno a ningún sistema socialista de los que se nutre China, debemos dejar de ver la paja en el ojo ajeno teniendo una viga en el propio, porque otra vez volviendo a Europa, también existen programas de re-educación y des-radicalización para yihadistas.


Es cierto que, al menos en el caso español, estos programas rozan el ridículo porque han fracasado y siguen fracasando, pero ello no los hace más distintos del trasfondo que tienen en común con los centros chinos, lógicamente más estrictos también por un componente cultural que afecta al resto de regiones y etnias, incluyendo la mayoritaria. Pero es que además es importante recordar que el Partido Islámico del Turquestán, que se nutre de parte de la población y tiene unas ideas que no les son ajenas a muchos conservadores [como los de VOX en España], cuenta con veteranos de guerra y ‘cachorros’ radicalizados prácticamente desde antes de aprender a andar. Algo, además, que ellos mismos muestran orgullosos en su propaganda desde Siria. Es decir: la problemática de tener que lidiar con un grupo terrorista dentro del propio territorio, es muy real.


El PIT es un partido que lejos de estar aislado de otras organizaciones yihadistas, tiene relativa facilidad para moverse, ya que desde Xinjiang se puede pasar directamente a Afganistán y Cachemira/Pakistán; conocidos feudos grupos terroristas takfiríes. Para más dramatismo, desde Washington primero hablaban de algunos, luego de miles y después de millones de uyghures en campos de concentración. La cifra, sin duda, es demasiado grande como para que solo se reprima a radicales o miembros y simpatizantes del Partido Islámico del Turquestán, pero claro, ¿de dónde sale la cifra? ¿cómo hoy, con imágenes satélite de máxima resolución, se pueden ocultar campos de concentración tan grandes? Estamos hablando de una población de reclusos mayor que la de muchas ciudades, y que supone un porcentaje exagerado respecto al número de habitantes que tiene la Región Autónoma Uyghur. La lógica lleva a pensar que tanta grandilocuencia no es más que propaganda. Porque como la propaganda, es una información sin respaldo alguno.


Aun siendo cándido uno y creyendo todo lo que se cuenta sin aplicar la más mínima lógica, nunca se responde a la última gran incógnita: ¿por qué? Si de acuerdo a la ONU China respeta y enseña las lenguas y expresiones culturales de las minorías en sus regiones, si atendiendo a la libertad religiosa en China hay musulmanes uyghures, hui, kazajos, uzbekos, tayikos; si de acuerdo a los censos la población uyghur de Xinjiang está aumentando, ¿por qué llevar a cabo un genocidio contra los uyghures? Sin pruebas a favor de esta narrativa del genocidio más allá de datos descontextualizados y a veces tergiversados es una pérdida de tiempo enfrascarse en discusiones; que el lector simplemente utilice su sentido común y saque sus propias conclusiones.



ESTA es la SITUACIÓN ACTUAL de los UIGURES en CHINA

En este vídeo os hablamos de la última oleada de propaganda antichina, que vuelve a la carga con la situación de los uigures. Según algunas fuentes, después de pasar por los campos de concentración, esta minoría de herencia túrquica y musulmana estaría sufriendo preocupantes medidas de control de la natalidad. Entre dichas medidas se incluirían esterilizaciones forzadas, con el resultado de un dramático descenso en el número de nacimientos. Aunque todavía hay más, porque también se ha denunciado su explotación laboral en fábricas chinas. En nuestro vídeo revisamos las fuentes utilizadas en estas acusaciones y os tratamos de ofrecer aspectos a menudo ignorados por los medios occidentales.


La furia de una superpotencia en declive —————— Graham E. Fuller

 


Information Clearing House - 23/03/2021

Traducción del inglés: Arrezafe


El liderazgo de EEUU ha debido establecer un nuevo tipo de récord en lo que se refiere a insultar a los líderes de las otras dos grandes potencias mundiales, con 48 horas de diferencia entre sí, en estos primeros días de política exterior de la administración Biden. Casi como si fueran graduados de "La Encantadora Escuela de Donald Trump".


Es simplemente sorprendente que, al inicio de una nueva etapa de relaciones con Rusia, el presidente Biden tilde de "asesino" y "carente de alma" a Vladimir Putin.


Es igualmente asombroso que se haya elegido un momento de apertura importante en nuestra delicada relación con China para emplear un lenguaje despectivo. ¿Creía Blinken que hacer alarde de testosterona en la primera reunión de alto nivel con los líderes de política exterior de Beijing ayudaría a lograr los objetivos diplomáticos que Washington persigue? Uno se pregunta a quién intentaba impresionar el secretario de Estado: ¿A Pekín, o un determinado público estadounidense?


Sin duda, Estados Unidos tiene sus propias demandas hacia China, y viceversa. Pero este lenguaje insultante y acusador es inmaduro y contraproducente de cara a las futuras relaciones entre Estados Unidos y China y, en consecuencia, con China y Rusia.


¿Y qué mensaje envía este comportamiento a otros líderes mundiales? Plantea serias dudas sobre el profesionalismo y la visión de liderazgo de la nueva administración respecto a si Washington es realmente responsable o está capacitado para ejercer el “liderazgo global” que se atribuye incesantemente.


Que tanto el presidente de los Estados Unidos como su secretario de Estado hayan elegido tan pésimos enfoques respecto a Rusia y China, hará que muchos otros países se muestren ciertamente reacios a adherirse al estadounidense concepto y estilo de liderazgo global.


El grado de hipocresía acerca del "matar" o de las "injerencias extranjeras" es igualmente perturbador, si no miope. Las políticas estadounidenses durante los últimos 20 años o más, han demostrado una manifiesta disposición a matar, en grandes cantidades, en un esfuerzo fallido por lograr objetivos políticos que han fracasado estrepitosamente en casi todos los casos.


Considérense los cientos de miles de civiles iraquíes, sirios, somalíes, libios, iraníes, afganos y paquistaníes que son considerados como poco más que "daños colaterales" en las constantes intervenciones militares estadounidenses. Sin mencionar los asesinatos de funcionarios extranjeros de alto nivel, como el general iraní Qassem Soleimani, el funcionario público más estimado de Irán.


Sin vergüenza alguna ni rubor, Antony Blinken manifiesta que Estados Unidos defiende "el imperio global de la ley", en el autoengaño o la creencia de que tal es el caso. De hecho, Washington siempre ha esperado el apoyo de otros países al estado de derecho internacional, aunque eximiendo a buenos amigos como Israel y Arabia Saudita. Estados Unidos defiende invariablemente su propio "excepcionalismo" al no firmar, deliberadamente, el derecho internacional cuando conviene a sus intereses. Eso incluye asesinatos en el extranjero y el inicio de varias guerras sin autorización a nivel internacional, provocando “revoluciones de color” y negándose a ratificar las Convenciones de la ONU sobre el Derecho Marítimo, los Derechos del Niño o acatar las sentencias adversas de la Corte Internacional de Justicia. Por ello, es difícil entender cómo Blinken puede sentirse cómodo al sermonear a China sobre sus faltas internas, en un momento en el que la democracia y la política social de Estados Unidos nunca se mostraron tan dañadas ante el mundo.


Tal fariseísmo por parte de la administración estadounidense muestra una notable falta de seriedad y honestidad sobre la historia y conducta de Estados Unidos. O, lo que es más inquietante, sugiere que Washington carece por completo de la capacidad de reflexión y autocrítica.


Al final, este inicial encuentro diplomático de alto nivel es quizás lo más angustioso, dadas las grandes esperanzas que muchos estadounidenses tenían de que muchos de sus problemas desaparecerían con la partida de Donald Trump, en lugar de emprender un examen en profundidad, necesariamente doloroso, de los defectos inherentes asentados dentro del sistema estadounidense.


Quizás me equivoque al hacer estas duras observaciones. Tal vez, mostrarse fiero, con todas las armas cargadas, al estilo de los vaqueros de Hollywood en estos primeros enfrentamientos públicos, hará que Moscú y Pekín se lo piensen e incluso retrocedan un poco. Pero lo dudo. Me temo que estos dos eventos vinculados simplemente clavan algunos clavos más en el ataúd de las preciadas aspiraciones estadounidenses de liderazgo y dominio global. En ese caso, podemos ser nuestro enemigo más peligroso si seguimos mirando con nostalgia la ex-hegemonía estadounidense. Para bien o para mal, ese dominio global es, cada vez más, cosa del pasado. Representa un fracaso el no reconocer las peculiares circunstancias por las cuales Estados Unidos jugó un papel global importante inmediatamente después de la terrible experiencia de la Segunda Guerra Mundial, tras el colapso de Europa, Japón y China. Naturalmente, esas condiciones no volverán, lo que significa que Estados Unidos se enfrentará a una realidad futura muy incómoda, para la cual parece estar psicológicamente mal preparado.


Este país tiene, en efecto, algunos motivos para enorgullecerse de su propio e imperfecto orden democrático. Ningún orden democrático es perfecto. Sin embargo, ¿cuánto habremos de reflexionar para reconocer lo que el Partido Comunista Chino ha logrado en los últimos treinta años? ¿Qué es más digno, sacar a 500 millones de personas de la pobreza y llevarlas a una vida digna en una sola generación, o es más digno mantener intacto un sistema electoral estadounidense en el que líderes mediocres o funestos ascienden con más facilidad que los valiosos? Tratar de definir qué constituye un buen gobierno en China o en Estados Unidos no es fácil de responder, depende de los propios valores.


En última instancia, es menos probable que las formas chinas de gobernanza evolucionen a mejor, tal como lo han hecho durante más de treinta años, cuando se hacen comparaciones y exigencias insultantes del comportamiento de un competidor, especialmente las referidas en tantos casos a la política interna china, al tiempo que se otorga carta blanca a nuestros amigos duramente autocráticos.


Estados Unidos es un país que posee extraordinarios dones de creatividad y energía. En este punto, sin embargo, su orden político, socioeconómico y psicológico parece estar languideciendo en la cruz de una búsqueda cuestionable y costosa del dominio militar global total.


Con suerte, se extraerán algunas lecciones aprendidas de esta temprana incursión, singularmente amateur y emocional, de la administración Biden en la diplomacia de alto nivel de Rusia y China.


23 marzo, 2021

Presidente cubano denuncia mentiras y manipulación de la OEA contra Cuba

CUBA DEBATE – 22/03/2021




El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, rechazó desde su cuenta en Twitter lo que denominó "un deprimente show de mentiras y manipulación de la Organización de Estados Americanos (OEA) contra su país".


El mandatario cuestionó que dicho organismo, "calló sobre los crímenes de los golpistas en Bolivia, en 2019", y es ciego y sordo ante la violencia de la derecha en América Latina, intente nuevamente atacar a la isla.


El jefe de Estado compartió un material publicado en el periódico Granma, en el que cataloga como “show anticubano” la reciente audiencia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, y añade que es un intento de "enrarecer y paralizar cualquier acercamiento entre Cuba y Estados Unidos".


twitter de Miguel Díaz- Canel, presidente de Cuba.


El texto precisa que connotados contrarrevolucionarios fueron convocados al encuentro para tergiversar la realidad y calumniar a la nación caribeña, "en medio de un clima que tiende a la fuerza y a la prepotencia como método en las relaciones internacionales".


Cuba también condenó recientemente la intromisión de la OEA en los asuntos internos de Bolivia, cuando ese país adelanta un proceso judicial contra exautoridades golpistas.


El canciller, Bruno Rodríguez, calificó de hipócritas las preocupaciones por los derechos humanos expresadas por la secretaría de ese organismo, las cuales, recordó, no se presentaron cuando fueron reprimidos y hostigados partidarios del Movimiento al Socialismo (MAS).


El pasado martes el ministro de Justicia de ese país andino, Iván Lima, anunció que su gobierno decidió llevar a juicio al secretario general de la OEA, Luis Almagro, por su papel como facilitador del golpe de Estado perpetrado en 2019.


El informe emitido por la OEA sobre las elecciones de ese año en Bolivia provocó una crisis política y la salida del expresidente Evo Morales (2006-2019).





Manifiesto al proletariado (1851) — Auguste Blanqui

 Barricadas en la rue Saint-Maur, 25 de junio de 1848



Marx consideraba a Louis Auguste Blanqui (1805-1881) "la cabeza y el corazón del partido proletario en Francia". Y a tenor de este manifiesto parece que no le faltaba razón. La biografía de este revolucionario habla por sí sola. En 1824 se adhiere a la sociedad secreta de los carbonarios, participa con las armas en la revolución de julio de 1830, y tras la decepción que supone la llegada de la "monarquía burguesa" de Luis Felipe de Orleans, se suma a la Sociedad de Amigos del Pueblo, donde recibirá la influencia de Buonarroti. A partir de entonces sus largas estancias en prisión le valdrán el apodo de "El Encerrado". Tras el asalto al ayuntamiento de París en 1839 junto a 500 compañeros, Blanqui es condenado a muerte, pena que el rey conmutará por cadena perpetua gracias a la presión de la opinión pública. Liberado tras la revolución de febrero de 1848, le vuelven a detener en mayo y es condenado a 10 años de prisión, lo que le impide participar en la insurrección del proletariado parisino en junio[1].



Es desde la cárcel de Belle-Île-en-Mer que Blanqui redactó y envió este manifiesto al Comité Socialdemócrata de Londres en febrero de 1851. Este Comité había invitado al revolucionario francés a que redactara un toast (brindis) para el banquete en el que se iba a celebrar el aniversario de la revolución de febrero, pero al recibir este manifiesto decidieron no publicarlo. Serían Marx y Engels los encargados de traducirlo y difundirlo.



Aunque la concepción putchista y conspirativa de la revolución que tenía Blanqui (que dio lugar al blanquismo) atraía más a los intelectuales y estudiantes que a los obreros y le alejaba de las teorías de Marx, en este manifiesto podemos hallar puntos de contacto entre ambos, cuando habla por ejemplo del "único factor práctico de la victoria: la fuerza".



Y a pesar de que hoy en día las perspectivas revolucionarias se presentan lejanas, cuando los demagogos empiezan a subir en las encuestas y amenazan con llegar al gobierno en nombre de los trabajadores, bien podemos parafrasear a Blanqui diciendo: ¿Qué roca es la que amenaza la lucha proletaria? La misma contra la que se ha estrellado siempre: la deplorable popularidad de los burgueses disfrazados de tribunos del pueblo.



"¡Que la maldición y la venganza caigan sobre sus cabezas si se atreven a volver a levantarlas! ¡Y que caiga también la vergüenza y el desprecio sobre la muchedumbre que vuelva a escucharlos!"



MANIFIESTO AL PROLETARIADO



¡QUIEN TIENE EL HIERRO TIENE EL PAN!


¿Qué roca es la que amenaza la próxima revolución? La misma contra la que se ha estrellado la revolución anterior: la deplorable popularidad de los burgueses disfrazados de tribunos del pueblo.


Los Ledru-Rollin, los Louis Blanc, los Lamartine, los Crémieux, los Elocon, los Marie, los Garnier-Pages, los Albert Dupont, los Arago, los Marrast.


¡Lista fúnebre! ¡Nombres siniestros! ¡Nombres todos que están escritos con letras de sangre en todos los pavimentos de la Europa democrática!


El gobierno provisional ha estrangulado la revolución. Es sobre su cabeza que debe caer la responsabilidad íntegra de todos los desastres, de todos los actos funestos, la sangre de tantas miles de víctimas.


Cuando la reacción liquida a la democracia no hace más que cumplir con su oficio. Los criminales son los traidores a los que el pueblo confiado había entregado la dirección, y que han entregado al pueblo engañado y maniatado a la reacción.


¡MISERABLE GOBIERNO!


Que pese a todas las advertencias, que pese a todas las súplicas, implanta el impuesto de los 45 céntimos que levanta contra él a las masas campesinas presas de la desesperación… ¡TRAIDORES!


Que mantiene en vigor al alto mando militar de la monarquía, que mantiene los tribunales monárquicos y las leyes monárquicas… ¡TRAIDORES!


Que persigue a los obreros de París el 6 de abril, que el 26 mete en prisión a los de Limoges, que el 27 ametralla a los de Rouen. Que lanza contra ellos a todos los verdugos, que los acosa y difama, que calumnia a los verdaderos republicanos… ¡TRAIDORES! ¡TRAIDORES!


Ellos, y sólo ellos, son los únicos culpables, entre todos los culpables los más culpables, ellos en los que el pueblo engañado veía su espada y su escudo, aquellos a los que en su entusiasmo entregó su destino, ellos, y sólo ellos, son los responsables de toda esta catástrofe que ha determinado la caída de la república.


¡Ay de nosotros si el día de nuestro próximo triunfo la indulgencia olvidadiza de las masas dejara subir al poder a esos hombres que no han hecho más que traicionar el mandato que les concediera la revolución! Otra vez la revolución volvería a estrellarse.


Que los trabajadores no pierdan jamás de vista ésta lista de nombres malditos. Y si alguno de ellos, uno sólo, vuelve a aparecer en un gobierno surgido de la insurrección, que griten todos a la vez: ¡TRAICIÓN! ¡TRAICIÓN!


Los discursos, las promesas, los programas, serían otra vez trampas, mentiras, falsedades. Los mismos tramposos volverían para ejecutar las mismas maniobras. Volverían a ser el primer anillo de una nueva cadena de reacción aún más furibunda. ¡Que la maldición y la venganza caigan sobre sus cabezas si se atreven a volver a levantarlas! ¡Y que caiga también la vergüenza y el desprecio sobre la muchedumbre que vuelva a escucharlos!


No basta con rechazar para siempre a los estafadores de Febrero es necesario prevenirse contra los nuevos traidores.


Traidores serían todos los gobiernos que, levantados sobre los hombros del proletariado, no procedan de manera inmediata a implantar las siguientes medidas:


1. El desarme de las guardias burguesas.

2. El armamento y la organización de milicias nacionales, formadas por todos los obreros.


Está claro que éstas no son las únicas medidas a tomar, pero sí son indispensables como primera garantía y salvaguardia de seguridad para el pueblo.


No debe quedar ni un solo fusil en manos de la burguesía. Sin esto no hay salvación.


Las doctrinas que hoy pugnan por conquistar el favor del pueblo sólo podrán mejorar su bienestar, que proponen y prometen, si no dejan que se pierda lo conquistado por una quimera. Esas doctrinas desaparecerán si el pueblo olvida el único factor práctico de la victoria: la fuerza.


Las armas y la organización son el elemento decisivo del progreso, el único medio serio de terminar con la miseria.


Quien tiene el hierro tiene el pan.


El poder se arrodilla frente a las bayonetas, las masas desarmadas son barridas. Francia erizada de trabajadores armados es el socialismo. Frente al proletariado armado, todos los obstáculos, todas las dificultades, todas las resistencias, se reducen a nada.


Pero si los proletarios no saben más que divertirse en manifestaciones callejeras, plantando "arboles de la libertad", escuchando discursos de abogados, ya se sabe la suerte que les espera: primero, el agua bendita, después los insultos, y por último, la metralla.


La miseria siempre.


¡Que el pueblo elija!


Auguste Blanqui, febrero 1851.




NOTA

[1] Lo mismo le sucederá en 1871, cuando se proclama la Comuna de París.



Fuente: El Salariado