08 diciembre, 2023

Mientras la desesperación crece en Kiev...

 

«El gobierno de Biden amenaza abiertamente a los estadounidenses sobre la guerra en Ucrania. El secretario de defensa Lloyd Austin advirtió a los miembros de la Casa Blanca que si no daban la cantidad de dinero necesaria a Zelenski "enviaremos a vuestros tíos, primos e hijos a combatir contra Rusia". Ya sabes, paga a los oligarcas o mataremos a vuestros muchachos.


Lloyd Austin, Biden y compañía han incrementado pornográficamente la campaña del miedo, temerosos de que su solicitud de aprobar más dinero para Ucrania sea rechazada por el Congreso. Por eso han recurrido a tratar de asustar a los congresistas republicanos, aunque parece que la táctica barata empleada no funcionó.


"Rusia avanza en todos los frentes y direcciones", declaró una voluntaria ucraniana, M. Berlinskaya, en una entrevista:


“...las fuerzas armadas de Ucrania se han replegado decenas de kilómetros en unas semanas y se están quedando sin tropas. Rusia ha superado con creces a Ucrania en número de drones. Ucrania está a años luz de Rusia en materia de drones, cuya producción está bajo el control personal de Putin. Perdimos el tiempo, y si antes hubo paridad, ahora los rusos nos han superado ampliamente. Han automatizado sus sistemas y avanzan con enjambres de drones que reconocen y alcanzan sus objetivos. Miles de vehículos aéreos no tripulados vuelan hacia nosotros, que nos hemos retirado decenas de kilómetros en cuestión de semanas. El tablero de ajedrez no refleja tablas, sino pérdidas por nuestra parte. Creo que nuestro pueblo es lo suficientemente maduro como para que se le diga la verdad, una verdad que debe ser escuchada por el Comandante en Jefe”.


Muchas figuras públicas ucranianas están empezando a aceptar la realidad. El diputado de la Rada Goncharenko, por ejemplo, hace estas declaraciones frente a la Casa Blanca, afirmando de repente que el ruso es, indudablemente “el segundo ejército [más poderoso] del mundo”, añadiendo que en el siglo XXI ninguna otra fuerza armada tiene tanta experiencia de combate como el ejército ruso.


Curiosamente, la versión oficial del Ministerio de Defensa del Reino Unido parece estar de acuerdo. Se han visto obligados a informar, a regañadientes, que efectivamente un gran número de oficiales con experiencia en combate están inundando las aulas de las academias militares rusas.


Mientras la desesperación crece en Kiev, Rusia y Putin continúan disfrutando de un resurgimiento en todo el mundo. Putin completó una meteórica gira, aterrizando en el recién creado territorio BRICS de Abu Dhabi (Emiratos Árabes Unidos) y Riyadh (Arabia Saudita). Mientras tanto, el presidente Raisi de Irán voló a Moscú».


Abu Dhabi recibe a Vladimir Putin

Rusia no está, ni mucho menos, aislada, y las sanciones se vuelven cual bumerán contra los sancionadores.


Fuente: SIMPLICIUS THE THINKER – 08/12/2023



07 diciembre, 2023

Sólo la victoria de Rusia garantiza el fin de la brutal explotación de Ucrania por parte de la OTAN — Drago Bosnic

 

Mariupol: 600 apartamentos fueron entregados a personas que perdieron su vivienda debido a los combates


Kolozeg.org – 12/06/2023

   Traducción del inglés: Arrezafe


El 2 de diciembre, South Front informó que Alexander Soros, hijo del infame oligarca extremista neoliberal estadounidense George Soros, había llegado a un acuerdo con la junta neonazi que obligaría a esta última a asignar 400 km² de tierra ucraniana para la eliminación de residuos químicos peligrosos. El acuerdo entre Soros y el jefe de la Oficina del Presidente de Ucrania, Andriy Yermak, fue informado por el periodista francés Jules Vincennes, quien citó datos de una fuente anónima del Ministerio de Agricultura del régimen de Kiev. Según se informa, el acuerdo se alcanzó en la reunión celebrada el 7 de noviembre. Cabe señalar que esta no es la primera vez que Soros hace tratos con los nazis (o, para ser exactos, en este caso particular con sus descendientes ideológicos y literales neonazis).


El informe de South Front señala además que el memorando firmado por el Jefe de la Oficina Presidencial y el decreto del líder del régimen de Kiev, Volodymyr Zelensky, asignaron 400 km² de chernozem ucraniano (tierra negra extremadamente fértil) en las provincias (regiones) de Ternopil, Khmelnitsky y Chernivtsi. para la eliminación de residuos peligrosos de varias empresas estadounidenses de forma indefinida y gratuita. Esto incluye empresas químicas, farmacéuticas y petroleras como Dow Chemical, DuPont, BASF, Evonik Industries, Vitol y Sanofi. Se solicitó al Ministerio de Agricultura que coordinara el proceso. El propio Vincennes calificó la decisión de "fatal", ya que no sólo haría que estas tierras no fueran aptas para el cultivo de trigo, sino que también provocaría "daños irreparables" al ecosistema de estas regiones.


Sin embargo, ¿cuán grave es esto realmente? Incluso antes de que la OTAN condujera al poder a la junta neonazi, varios gobiernos ucranianos permitieron el almacenamiento de armas biológicas estadounidenses, un proceso que ya lleva décadas en marcha. Sólo bajo Viktor Yanukovich el gobierno ucraniano preguntó sobre el propósito de estas “instalaciones de investigación biológica” dirigidas por el Pentágono. Sin embargo, hacer las “preguntas equivocadas” pronto propició muchos problemas para Yanukovich, lo que finalmente supuso su desaparición política cuando, en 2014, se topó con demasiada “libertad y democracia”. Después de la revolución de color “Maidan” orquestada por la OTAN, sus recién instalados títeres neonazis iniciaron la guerra en Donbass. La cuestión de las armas biológicas estadounidenses en Ucrania no se volvió a plantear hasta ocho años después.


El régimen de Kiev no tuvo reparos en exponer a decenas de millones de ucranianos comunes y corrientes a horrores y peligros biológicos indescriptibles que fácilmente podrían haber desembocado en una epidemia o incluso en una pandemia global. Para ellos, aunque oficialmente profesaban el ultranacionalismo ucraniano (basado en una rabiosa rusofobia), la cuestión de la soberanía real estaba completamente delegada en sus jefes supremos de la OTAN. Después de todo, fueron estos los que apoyaron a los elementos neonazis más extremistas de la sociedad ucraniana únicamente por razones de completa explotación (neo)colonialista, utilizando a Ucrania como trampolín geopolítico contra Rusia. Durante casi una década, el Occidente político intentó que Moscú reaccionara violentamente, lo que finalmente logró con el inicio de la operación militar especial (SMO).


Sin embargo, el polo de poder beligerante liderado por Estados Unidos no esperaba que la SMO interrumpiera su explotación de Ucrania de la forma en que lo hizo. Peor aún (para ellos), Rusia expuso el alcance de la agresión política de Occidente contra el mundo, incluido el uso indiscriminado de armas biológicas contra sus adversarios geopolíticos. Estados Unidos y la Unión Europea pronto intensificaron su explotación de Ucrania al tomar bajo su control cualquier cosa de valor y transferirlo al Occidente político. Esto incluyó no sólo las reservas de oro y divisas de Ucrania, sino también la oportunista apropiación de casi un tercio de toda la tierra cultivable de Ucrania, que asciende a aproximadamente 17 millones de hectáreas. La mayor parte del grano ucraniano también fue sacado del país, supuestamente para “alimentar al mundo”.


El Occidente político incluso siguió culpando a Moscú de, supuestamente, "estar provocando una hambruna mundial al no permitir el transporte de cereales a los países pobres". Sin embargo, resultó que esto no sólo era evidentemente falso, dado que el cereal terminó en países ricos occidentales y prooccidentales, sino que el régimen de Kiev y la OTAN utilizaron los barcos para contrabandear armas a Ucrania (y al parecer, fuera de Ucrania). Fue entonces cuando los “malvados rusos” cancelaron el acuerdo de cereales, que en realidad carecía de sentido, y procedieron a entregar sus propios productos agrícolas a otras naciones empobrecidas, fuertemente explotadas por el Occidente político, a menudo incluso de forma gratuita. Mientras tanto, las armas destinadas a Ucrania, que terminaron en manos de diversos grupos terroristas y criminales, sólo provocaron más inestabilidad en algunos países.


Mientras tanto, cientos de miles de ucranianos reclutados por la fuerza eran enviados a una muerte segura contra una superpotencia militar renaciente, en tanto que sus esposas e hijos terminaban en Estados Unidos, la UE y otros lugares, expuestos a todas las formas de explotación brutal (incluida la sexual) y otros horrores, como la sustracción de órganos, algo de lo que ni siquiera los niños pequeños ucranianos se salvaron. Peor aún, la trata de niños continúa sin cesar, un proceso “generosamente” apoyado por el Occidente político. Los últimos informes indican que incluso la esposa de Zelensky está directamente involucrada en esta monstruosa práctica. La cosa, sin embargo, no termina ahí. A medida que se van agotando los hombres en edad de combatir, la junta neonazi está recurriendo a personas con graves discapacidades físicas y mentales para llenar sus filas de futura carne de cañón para la “misión de la OTAN”.


Recientemente, esta locura empeoró aún más con el reclutamiento forzoso de mujeres embarazadas, algo que la maquinaria de propaganda dominante inmediatamente trató de ocultar y silenciar a cualquiera que informara, como lo demuestra el reciente intento de censurar el reputado Weekly Blitz por publicar mi historia sobre esta horrenda práctica. El editor en jefe de este medio de Bangladesh, uno de los más destacados del mundo musulmán, fue contactado personalmente y amenazado “sutilmente” con eliminar el artículo, “o de lo contrario...”. Desafortunadamente para la maquinaria de propaganda dominante, la amenaza sólo consiguió fortalecer la determinación del Weekly Blitz. Está bastante claro que el Occidente político no quiere que el mundo sepa acerca de los crímenes cometidos contra la población ucraniana ni de hasta qué punto está siendo explotada.


Aunque tal vez a muchos ucranianos les pueda parecer irónico, su única posibilidad de sobrevivir reside en Moscú. Como demuestran los cambios que se están produciendo en las antiguas regiones ucranianas que se unieron a Rusia, esta es la única manera de garantizar que termine la brutal ocupación de Occidente. El único peligro real para los habitantes de las provincias de Donbass, Zaporozhye y Kherson son los casi constantes bombardeos de cohetes y ataques con misiles lanzados por las fuerzas del régimen de Kiev. A medida que se van desmoronando, debido a pérdidas insuperables en el campo de batalla y a una creciente disputa con las autoridades civiles, aumenta la desesperación de los militares, cada vez más peligrosos para los civiles a ambos lados de la línea del frente. Numerosos prisioneros de guerra ucranianos ya se han unido al ejército ruso, porque entienden que es la única manera de poner fin a esta locura orquestada por la OTAN.



THE FALSE EQUIVALENCE OF THE COLONIZED AND COLONIZER — Hamza Hamouchene

 

Popular Resistance.org – 06/12/2023


Above photo: Still from The Battle of Algiers, 1965. British Film Institute/Rialto Pictures.


Choosing To Focus On Denouncing Palestinian Violence Is Akin To Asking Them To Passively Accept Their Fate.


To die quietly and not resist.


"By what standard of morality can the violence used by a slave to break his chains be considered the same as the violence of a slave master?" – Walter Rodney


Following Hamas’s October 7 attacks on Israel that caused more than 1,200 fatalities, there was a barrage of injunctions from Western mainstream media, politicians, and pundits insisting that anybody wishing to express an opinion on the events and the ensuing Israeli war crimes and genocide in Gaza, first denounce Hamas before expressing any other view. The failure to explicitly do so or any attempt to put events in their historical context or emphasize the root causes of the conflict were interpreted as condoning Hamas’s actions (that the speaker was a Hamas sympathizer) and conflated with antisemitism.


It was as if the history of what is called the Palestinian-Israeli conflict started on October 7 and not with the 1917 Balfour Declaration that saw the colonial British government announce its support for the establishment of a “national home for the Jewish people” in Palestine. That announcement culminated in what Palestinians and Arabs call the Nakba (the Catastrophe) in 1948, concomitant with the founding of the state of Israel through the widespread ethnic cleansing, massacres, and the displacements of hundreds of thousands of Palestinians. More wars followed, more violence, more killings, and more occupation of new territories. This led to still more displacements, more illegal settlements, and more bombings, which cost the lives of hundreds of thousands of Palestinians and forced millions more to live as refugees. I will not dwell on this history as numerous wonderful resources have done so brilliantly. Rather, my purpose here is to draw some parallels from the history of the Algerian anticolonial struggle to show the vacuity, shortsightedness, and injustice of denouncing the violence of the oppressed/colonized and oppressor/colonizer in equal terms. The moral dilemmas, debates on violence, and disagreements around how oppressed or colonized people should resist, and what they may or may not do, are not new.


When I think about Palestine, I cannot help but draw parallels with the case of my home country Algeria during the colonial era (1830-1962). It is no coincidence that the Algerian popular and working classes strongly support the Palestinian cause as both countries experienced/experience violent, racist settler-colonialism. To understand why, it is worth visiting Frantz Fanon’s writings and analyses about what he called "revolutionary violence" in his masterpiece The Wretched of the Earth, which he wrote based on his experiences in Algeria and West Africa in the 1950s and early 1960s. The Wretched of the Earth is a canonical text about the anticolonial struggle and served as a kind of bible for liberation struggles from Algeria to Guinea-Bissau, South Africa, Palestine, and the Black liberation movement in the US.


Fanon thoroughly described the mechanisms of violence put in place by colonialism to subjugate oppressed people. "Colonialism is not a thinking machine, nor a body endowed with reasoning faculties. It is violence in its natural state, and it will only yield when confronted with greater violence," he wrote. According to Fanon, the colonial world is a Manichean world, which, taken to its logical conclusion, "dehumanizes the native, or to speak plainly it turns him into an animal." For him, "National liberation, national renaissance, the restoration of nationhood to the people, commonwealth: whatever may be the headings used or the new formulas introduced, decolonization is always a violent phenomenon."


The Algerian independence struggle against the French colonialists was among the most inspiring anti-imperialist revolutions in the 20th century. Part of the decolonization wave that began after World War II (in India, China, Cuba, Vietnam, and many African countries), the Bandung Conference declared these movements to be part of the "awakening of the South"— a South that has been subjected for decades (in some cases more than a century) to imperialist domination.


Following the November 1, 1954 declaration of war in Algeria, merciless atrocities were committed by both sides (1.5 million deaths with millions more displaced on the Algerian side, and tens of thousands dead on the French side). The National Liberation Front (FLN) leadership had a realistic appraisal of the military balance of power, which tilted heavily in favor of France, which then had the fourth-largest army in the world. The FLN strategy was inspired by the Vietnamese nationalist leader Ho Chi Minh’s dictum "For every nine of us killed we will kill one—in the end you will leave." The FLN wanted to create a climate of violence and insecurity that would ultimately prove intolerable for the French, internationalize the conflict, and bring Algeria’s struggle to the attention of the world.


Following this logic, Abane Ramdane and Larbi Ben M’hidi decided to take the guerilla warfare to urban areas and launch the Battle of Algiers in September 1956. There is perhaps no better way to appreciate this key and dramatic moment of sacrifice than the classic 1966 realist film of Gillo Pontecorvo: The Battle of Algiers. In the film, there is a dramatic moment when Colonel Mathieu, a thin disguise for the real-life General Massu, leads the captured FLN leader Larbi Ben M’Hidi into a press conference at which a journalist questions the morality of hiding bombs in women’s shopping baskets. "Don’t you think it is a bit cowardly to use women’s baskets and handbags to carry explosive devices that kill so many people?" The reporter asks. Ben M’hidi replies: "And doesn’t it seem to you even more cowardly to drop napalm bombs on defenseless villages, so that there are a thousand times more innocent victims? Give us your bombers, and you can have our baskets."


Through widespread favorable coverage of the Algerian revolution in the African-American press, many local screenings of The Battle of Algiers, as well as Fanon’s writings, Algeria came to hold a seminal place in the iconography, rhetoric, and ideology of key branches of the African-American civil rights movement, which came to see its struggle as connected to the struggles of African nations for independence.


After visiting Algeria in 1964 and the Casbah, the site of the Battle of Algiers against the French in 1956-1957, Malcom X declared:


"The same conditions that prevailed in Algeria that forced the people, the noble people of Algeria, to resort eventually to the terrorist-type tactics that were necessary to get the monkey off their backs, those same conditions prevail today in America in every Negro community."


A few months later, in 1965, he went on to say:


"I don’t favor violence. If we could bring about recognition and respect of our people by peaceful means, well and good. Everybody would like to reach his objectives peacefully. But I’m also a realist. The only people in this country who are asked to be nonviolent are black people."


And upon hearing of the assassination of Martin Luther King, Jr. in 1968, the Black Panther Party leader Eldridge Cleaver proclaimed:


"The war has begun. The violent phase of the black liberation struggle is here, and it will spread. From that shot, from that blood. America will be painted red. Dead bodies will litter the streets and the scenes will be reminiscent of the disgusting, terrifying, and nightmarish news reports coming out of Algeria during the height of the general violence right before the final breakdown of the French colonial regime."


We too must challenge the victim-blaming narrative that fixates on Palestinians as imperfect victims, which in the words of the American-Palestinian scholar Noura Erakat, amounts to an "absolution of, and complicity with, Israel’s colonial domination." In choosing to highlight Palestinian violence, our message to them "is not that they must resist more peacefully but that they cannot resist Israeli occupation and aggression at all."


Denouncing and singling out the violence of the oppressed and colonized is not just immoral, but racist. Colonized people have the right to resist with any means necessary, especially when all political and peaceful avenues have been stymied or obstructed. Over the past 75 years, every Palestinian attempt to negotiate a peace deal has been rebuffed and undermined. Every non-violent means has been blocked, including the "March of Return" endorsed by Hamas in 2018 (savagely repressed, with more than 200 people killed and tens of thousands wounded and maimed) as well as the international Boycott, Divestment and Sanctions (BDS) campaign, which has been made illegal in several Western countries under pressure from the Zionist lobby.


Amid a barbaric, colonial occupation, and Apartheid conditions, it would be fitting for any talk about justice and accountability for violence against civilians to start with the oppressor. As Fanon’s rationality of revolt and rebellion puts it, the oppressed revolt because they simply can’t breathe.


Choosing to focus on denouncing Palestinian violence is akin to asking them to passively accept their fate—to die quietly and not resist. Instead, let us focus on an immediate ceasefire, halting the unfolding second Nakba, and ending the siege and the Occupation, while showing our solidarity with Palestinians in their struggle for freedom, justice, and self-determination.


Palestinian lives matter!


Originally published in Africa is A Country.



03 diciembre, 2023

War crimes and repression, the criminalisation of dissent + Q&A (Proletarian TV)

 



Proletarian TV

The Communists



Por qué Occidente apoya el genocidio de Gaza — Kevin Barrett

 



Kolozeg,Org – 12/02/2023

   Traducción del inglés: Arrezafe


Incluso expertos israelíes lo denominan “un genocidio de manual”. Esas son las palabras exactas de Raz Siegal, historiador israelí y profesor de estudios del Holocausto en la Universidad de Stockton. El 16 de octubre, Siegal dijo a Democracy Now:


"Hemos de entender que la Convención de las Naciones Unidas para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, de 1948, requiere de ciertos requisitos para que se de un genocidio. Citando la convención: la intención de destruir a un grupo definido como racial, étnico, religioso o nacional como tal, es decir, de forma colectiva, no sólo de forma individual. Dicha intención, es plenamente manifiesta por parte de los políticos y oficiales del ejército israelíes desde el 7 de octubre. La hemos escuchado en boca del presidente Israel. Es bien conocido lo que dijo el Ministro de Defensa, Yoav Gallant, el 9 de octubre, declarando la imposición de un asedio total a Gaza, cortando el agua, los alimentos y el combustible, afirmando que "estamos luchando contra animales humanos" y reaccionando "en consecuencia". También dijo que “lo eliminaremos todo”. Sabemos que el portavoz del ejército israelí, Daniel Hagari, por ejemplo, reconoció la destrucción indiscriminada y afirmo explícitamente que: “Ponemos el énfasis en el daño, no en la precisión”. Así pues, estamos viendo la deliberada intención con absoluta claridad".


Y no son sólo los israelíes los culpables. Los líderes de los países occidentales han dado su respaldo total al Holocausto de Gaza. El sábado 7 de octubre, mientras tanques, misiles y helicópteros artillados israelíes asesinaban en masa a cientos de prisioneros civiles israelíes junto a docenas de sus captores de Hamas, el presidente estadounidense Joe Biden condenó como "desmedidos" los "espantosos ataques terroristas" y alentó a lo que se convertiría en una "represalia" genocida israelí.


En realidad, los terroristas del 7 de octubre fueron los israelíes, no Hamas. Las únicas masacres masivas de civiles ese día fueron llevadas a cabo por las Fuerzas de Defensa de Israel. Los valientes combatientes de Hamás tenían órdenes estrictas de atacar objetivos militares israelíes e intentar capturar rehenes militares, siendo la toma de rehenes civiles una opción secundaria o último recurso. No hubo órdenes de Hamás de matar a civiles desarmados, y los rehenes israelíes supervivientes han hablado de la amabilidad y generosidad de sus captores de Hamás.


Los medios occidentales de propiedad sionista comenzaron inmediatamente a difundir escandalosas mentiras deliberadamente urdidas para incitar al genocidio. (Todos los periodistas responsables de propagar dichas mentiras deberían algún día ser juzgados, condenados y ejecutados).


Los propagandistas del genocidio sionista deliraban sobre 40 bebés supuestamente decapitandos, horneando a bebés, arrancando ojos, mutilando senos, violando mujeres, mutilando cadáveres, esparciendo cianuro, y así sucesivamente. Todo ello mentira, falso. Cuando Joe Biden respaldó el fraude de los bebés decapitados, afirmando que había visto los cuerpos, se autoincriminó sellando su destino como incitador al genocidio que debería ser ejecutado en el improbable caso de que viva lo suficiente como para afrontar a un juicio.


Lo que realmente ocurrió el 7 de octubre estaba razonablemente claro incluso entonces, y desde entonces se ha vuelto innegable. Hamás logró lo que Scott Ritter ha llamado "la operación militar más brillante de este siglo":


"Hamás neutralizó efectivamente a los alardeados servicios de inteligencia de Israel, cegándolos ante la posibilidad de un ataque de este alcance y escala... (luego) Hamás derrotó a los soldados israelíes estacionados a lo largo del muro en una lucha cuerpo a cuerpo. Dos batallones de la Brigada Golani fueron derrotados, al igual que elementos de otras alardeadas unidades de las FDI.


Hamás atacó el cuartel general de la División de Gaza, el centro de inteligencia local y otras importantes instalaciones de mando y control con brutal precisión, convirtiendo lo que debería haber sido un tiempo de respuesta de cinco minutos en muchas horas: tiempo más que suficiente para que Hamás llevara a cabo una de sus principales objetivos: la toma de rehenes. Lo hicieron con extrema habilidad y regresaron a Gaza con más de 230 soldados y civiles israelíes".


Los combatientes de Hamas mataron a unos 600 soldados israelíes durante las primeras 24 horas, un total que “incluía a muchos de los oficiales más elitistas de Israel, entre ellos decenas de coroneles y mayores”. Después de que Hamás derrotara repetidamente al ejército israelí en combates y capturara a cientos de prisioneros israelíes, los sionistas entraron en pánico e invocaron la Directiva Aníbal, según la cual se utiliza armamento pesado para eliminar tanto a los secuestradores como a los rehenes. Según un oficial de la Fuerza Aérea de Israel que participó en el asesinato en masa de cientos de civiles israelíes junto con sus captores de Hamas, los comandantes sionistas de alto nivel ordenaron “Hanibal en masa”. En otras palabras, ordenaron deliberadamente la masacre masiva de cientos de sus propios civiles para evitar que se convirtieran en rehenes y agravaran los problemas políticos de Israel. Si no lo hubieran hecho, Hamás habría regresado a Gaza con hasta 700 prisioneros, en lugar de 250.


Luego, Israel utilizó fotografías de la matanza que ellos mismos habían infligido (utilizando helicópteros artillados, tanques y cohetes) y culpó de ello a Hamás. Incluso una mirada superficial a las fotografías de los edificios devastados del kibutz, los edificios volados en el festival de música y la gran variedad de automóviles destrozados, deja claro que la mayor parte del daño no fue causado por el fuego de armas pequeñas de Hamás, sino por la intervención de Israel con armamento pesado. ¡Sin embargo, los desvergonzados sionistas, asesinos en masa de su propio pueblo, tuvieron el descaro de culpar a los valientes y éticos soldados de Hamás por sus propios crímenes!


Occidente alienta el genocidio


El 8 de octubre pude corroborar, como cualquier otra persona con ojos, que las imágenes procedentes de Israel mostraban que fueron los israelíes, no Hamás, los responsables de la muerte de cientos de civiles. La Administración Biden y su cotidiano informe de la CIA deben haber sabido lo mismo, con mayor certeza y detalle. Sin embargo, en lugar de utilizar su conocimiento de la verdad para frenar el impulso asesino de Israel hacia una venganza a escala bíblica, Joe Biden apareció en televisión y declaró haber visto las fotos de los, supuestamente, 40 bebés israelíes decapitados por Hamás.


Todo lo que hizo la Administración Biden, casi enteramente judía, estaba calculado para alentar a Israel a emprender un genocidio. Y todos los demás líderes occidentales aceptaron, por activa o por pasiva, dicho plan.


Una vez que comenzaron los exterminadores bombardeos en Gaza, asesinando a miles de mujeres y niños, ¿revirtieron esos líderes occidentales su rumbo y exigieron que Israel se detuviera? Por supuesto que no.


Anthony Blinken, primero en volar a Tel Aviv en medio del bombardeo, dejó escapar que su lealtad preeminente era hacia la entidad genocida, anunciando que fue a Tel Aviv, "no sólo como Secretario de Estado de los Estados Unidos, sino también como judío". (Elimine la palabra 'sólo' y 'también' de esa oración para comprender su significado real).


Joe Biden aterrizó en Tel Aviv para estampar su sello de aprobación al genocidio. Lo mismo hicieron el primer ministro británico, Rishi Sunak, el presidente francés, Emmanuel Macron, y el canciller alemán, Olaf Scholz, quienes describieron a Hamás como “los nuevos nazis”, de acuerdo a Netanyahu. Las potencias occidentales de segundo nivel, como Austria y Checoslovaquia, también enviaron a sus líderes a besar el apestoso trasero de Netanyahu y respaldar el Holocausto de Gaza.


¿Por qué toda la clase dirigente de Occidente ha estado trastornada, compitiendo para ver quién puede situarse a la cabeza de los genocidas criminales de guerra? ¿No ven que la mayoría global está consternada por las masivas atrocidades sionistas y situada del lado de Palestina? ¿No se dan cuenta de que Occidente está acelerando su propia desaparición y asegurando el surgimiento de un nuevo orden mundial al socavar su pretendida preocupación por el derecho internacional y los derechos humanos?


Se han propuesto varias posibles razones para la posición unánime de Occidente a favor del genocidio. Algunos dicen que Occidente es incorregiblemente racista y simplemente no le importan las muertes de personas de color, especialmente musulmanes. Añaden que el hegemón indiscutible de Occidente, Estados Unidos, se fundó sobre la base de un genocidio al estilo del Antiguo Testamento, y que los ex protestantes de Washington DC, ahora judíos defensores de la Biblia, comparten el ansia vengativa de Netanyahu por el exterminio bíblico de los "Amalek" (es decir, los designados como enemigos raciales de los judíos y/o americanos).


Otra posible explicación invoca la realpolitik. El centro imperial estadounidense domina cada vez más Occidente (la destrucción de Nordstream por la guerra en Ucrania castró a Europa), pero está perdiendo terreno en otros lugares. La aplastante derrota de Israel por parte de Hamas el 7 de octubre asestó un poderoso golpe no sólo al sionismo, sino a todo el imperio anglosionista. El “minyan” (gabinete judío-sionista) de Biden entró en pánico y se apresuró a respaldar el genocidio israelí, no por un cálculo sobrio, sino por la misma razón por la que una rata rabiosa, cuando está acorralada, ataca sin instintivamente. Esta gente sabe que los días del imperio estadounidense y de la entidad sionista están contados, y eso los vuelve locos. Ven que cada día los países en ascenso, liderados por China, Rusia e Irán, se vuelven más fuertes, mientras que Estados Unidos y sus vasallos europeos se debilitan. Aterrorizados, se dan cuenta de que si va a llegar la guerra, cuanto antes mejor, porque cada día disminuyen las posibilidades de Occidente de ganarla. Para luego comprender, aún más aterrorizados, que ya es demasiado tarde. Por eso descargan su iracunda frustración contra las mujeres y niños de Gaza.


Otra explicación basada en la realpolitik implica la posibilidad de que los líderes estadounidenses, o al menos la facción neoconservadora más extrema, dieran la bienvenida a una guerra total con Irán y el Eje de Resistencia, una guerra que aproxima cada día adicional de genocidio. Aunque una guerra de tal índole corre el riesgo de desembocar en una Tercera Guerra Mundial y la implosión de la civilización, y que, como mínimo, provocaría decenas o cientos de miles de bajas israelíes y estadounidenses, al menos proporcionaría una distracción ante la inminente derrota estadounidense en Ucrania. Además, una guerra masiva en Asia occidental reduciría la región al caos y retrasaría el plan de la Franja y la Ruta de China una década o dos, prolongando así la ilusión imperial estadounidense manteniéndola con vida durante unos años más. (China construye, Estados Unidos destruye, por lo que maximizar la destrucción prolonga la agonía imperial estadounidense).


Sin embargo, finalmente la mejor explicación de la posición pro genocidio de los líderes occidentales tiene que ver con el papel de los medios de comunicación. El libro de Allan Thompson (ed.) The Media and the Rwanda Genocide muestra que más de medio millón de ruandeses fueron masacrados en 1994, la mayoría asesinados a machetazos, principalmente debido a la incitación de los medios. Al dominar la formación de la opinión pública, los medios de comunicación ruandeses, especialmente la radio, crearon una burbuja progenocidio que cobró vida propia. Específicamente, al difundir mentiras escandalosas que deshumanizaron al grupo objetivo, tanto los medios impresos como los audiovisuales orquestaron deliberadamente el asesinato en masa de hasta 700.000 personas.


Esto es exactamente lo que han hecho los principales medios de comunicación occidentales al incitar al genocidio de Gaza. Las mentiras antes mencionadas sobre bebés decapitados y asados, globos oculares arrancados, pelvis rotas y otras sangrientas invenciones de la fecunda imaginación sionista sadomasoquista, fueron utilizadas deliberadamente para provocar verdaderos asesinatos en masa y mutilaciones de palestinos.


Al participar con entusiasmo en el genocidio de Gaza, Occidente, empezando por sus medios de comunicación y sus élites políticas, se ha desacreditado por completo a los ojos del mundo. La era de la hegemonía occidental está llegando a su fin. La mayoría de la población de la Tierra ahora puede ver que cualquier cosa, absolutamente cualquier cosa, sería mejor que permitir que estos monstruos genocidas sigan dominando este planeta.


Los criminales de guerra han sellado el destino de su supuesta civilización y han condenado sus propias almas al fuego eterno de la historia. Espero vivir lo suficiente, insha'allah, para verlos a todos, hasta el último de ellos, arrastrados a Beijing, Moscú o Teherán, juzgados por sus crímenes contra la humanidad y conducidos a la horca.




"El infierno en la Tierra ha regresado a Gaza" — Jens Laerke

 

Si aún queda algo de decencia en este asqueroso mundo, todos los países sin excepción deberían inmediatamente romper relaciones con ese engendro criminal denominado Israel, expulsar a sus embajadores, cerrar sus embajadas, someterlo a un embargo total y juzgar a los criminales que lo dirigen por crímenes de guerra, limpieza étnica y genocidio. Para empezar 


Information Clearing House – 03/12/2023

Por Al Jazeera


Niños heridos son llevados al Hospital de los Mártires de Al-Aqsa para recibir tratamiento tras un ataque israelí en Deir el-Balah, Gaza, el 2 de diciembre de 2023. [Ali Jadallah/Agencia Anadolu]


Publicado el 2 de diciembre de 20232 de diciembre de 2023


Los ataques de Israel contra Gaza se han extendido al segundo día después de que terminara una tregua de siete días con Hamás mientras Qatar y Egipto median en las conversaciones para renovar una pausa en las hostilidades.


Naciones Unidas ha manifestado el sábado que los combates empeorarán la extrema emergencia humanitaria en Gaza.


"El infierno en la Tierra ha regresado a Gaza", afirmó Jens Laerke, portavoz de la oficina humanitaria de la ONU en Ginebra.


“Hoy, según se informa, en cuestión de horas, decenas de personas resultaron muertas y heridas. Se ordenó nuevamente a las familias que evacuaran. Las esperanzas se desvanecieron”, dijo el jefe de ayuda de la ONU, Martin Griffiths, y agregó que los niños, mujeres y hombres de Gaza “no tenían ningún lugar seguro adonde ir y muy poco para sobrevivir”.


Hind Khoudary de Al Jazeera, en Deir el-Balah, en el centro de Gaza, dijo que los tanques israelíes no han dejado de bombardear el enclave y que las cañoneras están atacando su costa.


“Las casas y al menos tres mezquitas han sido atacadas. Todas las zonas de la Franja de Gaza (el norte, el sur y el centro) han sido atacadas”.


El ejército israelí comunicó el sábado que atacó más de 400 objetivos durante la noche, incluida la zona de Khan Younis, en el sur, a la que decenas de miles de civiles fueron evacuados durante el último mes.


Equipos de rescate palestinos y civiles buscan supervivientes entre los escombros de los edificios afectados por los ataques aéreos israelíes en Deir el-Balah. [Ashraf Amra/Agencia Anadolu]


Los ataques aéreos israelíes contra Gaza han provocado el colapso de edificios residenciales. Como los socorristas tienen poco equipo a su disposición, los cuerpos de los muertos a menudo tienen que ser abandonados bajo los escombros. [Ashraf Amra/Agencia Anadolu]


Las personas heridas en los ataques israelíes son trasladadas al Hospital de los Mártires de Al-Aqsa para recibir tratamiento en Deir el-Balah. [Ali Jadallah/Agencia Anadolu]


Los heridos esperan recibir tratamiento en el Hospital Al-Aqsa el 2 de diciembre de 2023, mientras los ataques de Israel contra Gaza se prolongan por segundo día después de que terminara una tregua de siete días con Hamás. [Ali Jadallah/Agencia Anadolu]


El niño palestino Larin Hussein, de dos años, herido en un ataque israelí, es trasladado al Hospital de los Mártires de Al-Aqsa. Anteriormente perdió a sus padres en otro ataque aéreo. [Doaa Albaz/Agencia Anadolu]




Son pocos los hospitales que siguen funcionando en Gaza. La mayoría han sido atacados por Israel desde que comenzó la guerra el 7 de octubre, y disponen de pocos suministros y escasa o ninguna electricidad. [Ali Jadallah/Agencia Anadolu]


Los familiares realizan oraciones fúnebres por cinco miembros de la familia Sabah que murieron en ataques israelíes en Deir el-Balah. [Doaa Albaz/Agencia Anadolu]


Los palestinos son enterrados en fosas comunes en Deir el-Balah después de que Israel reiniciara su bombardeo de Gaza el 1 de diciembre de 2023. [Ashraf Amra/Agencia Anadolu]


Palestinos lloran a sus familiares en un cementerio de Deir el-Balah. [Ashraf Amra/Agencia Anadolu]