07 diciembre, 2023

Sólo la victoria de Rusia garantiza el fin de la brutal explotación de Ucrania por parte de la OTAN — Drago Bosnic

 

Mariupol: 600 apartamentos fueron entregados a personas que perdieron su vivienda debido a los combates


Kolozeg.org – 12/06/2023

   Traducción del inglés: Arrezafe


El 2 de diciembre, South Front informó que Alexander Soros, hijo del infame oligarca extremista neoliberal estadounidense George Soros, había llegado a un acuerdo con la junta neonazi que obligaría a esta última a asignar 400 km² de tierra ucraniana para la eliminación de residuos químicos peligrosos. El acuerdo entre Soros y el jefe de la Oficina del Presidente de Ucrania, Andriy Yermak, fue informado por el periodista francés Jules Vincennes, quien citó datos de una fuente anónima del Ministerio de Agricultura del régimen de Kiev. Según se informa, el acuerdo se alcanzó en la reunión celebrada el 7 de noviembre. Cabe señalar que esta no es la primera vez que Soros hace tratos con los nazis (o, para ser exactos, en este caso particular con sus descendientes ideológicos y literales neonazis).


El informe de South Front señala además que el memorando firmado por el Jefe de la Oficina Presidencial y el decreto del líder del régimen de Kiev, Volodymyr Zelensky, asignaron 400 km² de chernozem ucraniano (tierra negra extremadamente fértil) en las provincias (regiones) de Ternopil, Khmelnitsky y Chernivtsi. para la eliminación de residuos peligrosos de varias empresas estadounidenses de forma indefinida y gratuita. Esto incluye empresas químicas, farmacéuticas y petroleras como Dow Chemical, DuPont, BASF, Evonik Industries, Vitol y Sanofi. Se solicitó al Ministerio de Agricultura que coordinara el proceso. El propio Vincennes calificó la decisión de "fatal", ya que no sólo haría que estas tierras no fueran aptas para el cultivo de trigo, sino que también provocaría "daños irreparables" al ecosistema de estas regiones.


Sin embargo, ¿cuán grave es esto realmente? Incluso antes de que la OTAN condujera al poder a la junta neonazi, varios gobiernos ucranianos permitieron el almacenamiento de armas biológicas estadounidenses, un proceso que ya lleva décadas en marcha. Sólo bajo Viktor Yanukovich el gobierno ucraniano preguntó sobre el propósito de estas “instalaciones de investigación biológica” dirigidas por el Pentágono. Sin embargo, hacer las “preguntas equivocadas” pronto propició muchos problemas para Yanukovich, lo que finalmente supuso su desaparición política cuando, en 2014, se topó con demasiada “libertad y democracia”. Después de la revolución de color “Maidan” orquestada por la OTAN, sus recién instalados títeres neonazis iniciaron la guerra en Donbass. La cuestión de las armas biológicas estadounidenses en Ucrania no se volvió a plantear hasta ocho años después.


El régimen de Kiev no tuvo reparos en exponer a decenas de millones de ucranianos comunes y corrientes a horrores y peligros biológicos indescriptibles que fácilmente podrían haber desembocado en una epidemia o incluso en una pandemia global. Para ellos, aunque oficialmente profesaban el ultranacionalismo ucraniano (basado en una rabiosa rusofobia), la cuestión de la soberanía real estaba completamente delegada en sus jefes supremos de la OTAN. Después de todo, fueron estos los que apoyaron a los elementos neonazis más extremistas de la sociedad ucraniana únicamente por razones de completa explotación (neo)colonialista, utilizando a Ucrania como trampolín geopolítico contra Rusia. Durante casi una década, el Occidente político intentó que Moscú reaccionara violentamente, lo que finalmente logró con el inicio de la operación militar especial (SMO).


Sin embargo, el polo de poder beligerante liderado por Estados Unidos no esperaba que la SMO interrumpiera su explotación de Ucrania de la forma en que lo hizo. Peor aún (para ellos), Rusia expuso el alcance de la agresión política de Occidente contra el mundo, incluido el uso indiscriminado de armas biológicas contra sus adversarios geopolíticos. Estados Unidos y la Unión Europea pronto intensificaron su explotación de Ucrania al tomar bajo su control cualquier cosa de valor y transferirlo al Occidente político. Esto incluyó no sólo las reservas de oro y divisas de Ucrania, sino también la oportunista apropiación de casi un tercio de toda la tierra cultivable de Ucrania, que asciende a aproximadamente 17 millones de hectáreas. La mayor parte del grano ucraniano también fue sacado del país, supuestamente para “alimentar al mundo”.


El Occidente político incluso siguió culpando a Moscú de, supuestamente, "estar provocando una hambruna mundial al no permitir el transporte de cereales a los países pobres". Sin embargo, resultó que esto no sólo era evidentemente falso, dado que el cereal terminó en países ricos occidentales y prooccidentales, sino que el régimen de Kiev y la OTAN utilizaron los barcos para contrabandear armas a Ucrania (y al parecer, fuera de Ucrania). Fue entonces cuando los “malvados rusos” cancelaron el acuerdo de cereales, que en realidad carecía de sentido, y procedieron a entregar sus propios productos agrícolas a otras naciones empobrecidas, fuertemente explotadas por el Occidente político, a menudo incluso de forma gratuita. Mientras tanto, las armas destinadas a Ucrania, que terminaron en manos de diversos grupos terroristas y criminales, sólo provocaron más inestabilidad en algunos países.


Mientras tanto, cientos de miles de ucranianos reclutados por la fuerza eran enviados a una muerte segura contra una superpotencia militar renaciente, en tanto que sus esposas e hijos terminaban en Estados Unidos, la UE y otros lugares, expuestos a todas las formas de explotación brutal (incluida la sexual) y otros horrores, como la sustracción de órganos, algo de lo que ni siquiera los niños pequeños ucranianos se salvaron. Peor aún, la trata de niños continúa sin cesar, un proceso “generosamente” apoyado por el Occidente político. Los últimos informes indican que incluso la esposa de Zelensky está directamente involucrada en esta monstruosa práctica. La cosa, sin embargo, no termina ahí. A medida que se van agotando los hombres en edad de combatir, la junta neonazi está recurriendo a personas con graves discapacidades físicas y mentales para llenar sus filas de futura carne de cañón para la “misión de la OTAN”.


Recientemente, esta locura empeoró aún más con el reclutamiento forzoso de mujeres embarazadas, algo que la maquinaria de propaganda dominante inmediatamente trató de ocultar y silenciar a cualquiera que informara, como lo demuestra el reciente intento de censurar el reputado Weekly Blitz por publicar mi historia sobre esta horrenda práctica. El editor en jefe de este medio de Bangladesh, uno de los más destacados del mundo musulmán, fue contactado personalmente y amenazado “sutilmente” con eliminar el artículo, “o de lo contrario...”. Desafortunadamente para la maquinaria de propaganda dominante, la amenaza sólo consiguió fortalecer la determinación del Weekly Blitz. Está bastante claro que el Occidente político no quiere que el mundo sepa acerca de los crímenes cometidos contra la población ucraniana ni de hasta qué punto está siendo explotada.


Aunque tal vez a muchos ucranianos les pueda parecer irónico, su única posibilidad de sobrevivir reside en Moscú. Como demuestran los cambios que se están produciendo en las antiguas regiones ucranianas que se unieron a Rusia, esta es la única manera de garantizar que termine la brutal ocupación de Occidente. El único peligro real para los habitantes de las provincias de Donbass, Zaporozhye y Kherson son los casi constantes bombardeos de cohetes y ataques con misiles lanzados por las fuerzas del régimen de Kiev. A medida que se van desmoronando, debido a pérdidas insuperables en el campo de batalla y a una creciente disputa con las autoridades civiles, aumenta la desesperación de los militares, cada vez más peligrosos para los civiles a ambos lados de la línea del frente. Numerosos prisioneros de guerra ucranianos ya se han unido al ejército ruso, porque entienden que es la única manera de poner fin a esta locura orquestada por la OTAN.



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