COUNTERPUNCH
– 25/04/2021
Traducción del inglés:
Arrezafe
Los colonizadores belgas
transformaron el Congo en un estado esclavista del caucho y el
marfil. El llamado Estado Independiente del Congo (État
indépendant du Congo) era en realidad una colonia privada del
rey Leopoldo II (1835-1909) hasta que el gobierno belga asumió el
poder en 1908. La ocupación belga supuso el exterminio de
aproximadamente 10 millones de personas. Tras la independencia,
el país se dividió en lo que hoy es la República Democrática del
Congo (RDC, conocida por un tiempo como Zaire) y la República del
Congo (también conocida como Congo-Brazzaville).
Este artículo se refiere
principalmente a la República Democrática del Congo, que tiene una
población de 91 millones. Con un PIB de solo $
50 mil millones al año y una tasa de pobreza extrema de más del
70 por
ciento, la República Democrática del Congo es una de las
naciones más pobres de la Tierra. La tasa de mortalidad infantil es
de 66
por 1.000 nacidos vivos, una de las peores del mundo, la
esperanza de vida es de 60 años y la mortalidad materna por cada
100.000 personas supera los 690. Los conflictos desde 1996 hasta el
presente, más la malnutrición y las enfermedades resultantes, han
mató a seis
millones de personas.
Al igual que sus
predecesores franco-belgas, el principal interés de los
imperialistas estadounidenses en la República Democrática del
Congo, en el que se centra este artículo, es Katanga, la región
sudoriental rica en uranio y coltán que limita con Angola y Zambia.
LA MINA
Los congoleños no fueron
víctimas pasivas. Aunque el 80 por ciento de la población es bantú,
la República Democrática del Congo tiene unas 200 comunidades
étnicas, Kongo, Luba, Lunda y Mongo, son algunas de ellas. El poder
belga tuvo que luchar para obligar a tan diverso país a aceptar la
homogeneidad de una identidad nacional. Por ejemplo, en la década de
1920 en Kinshasa, el Movimiento Cristiano Simonista, el kimbanguismo,
alentó
la resistencia al poder europeo. Una década más tarde, la etnia
Bapende (también conocida como Pende) se declaró en huelga en la
provincia de Kwilu, en el oeste del país.
En el sur, la
secesionista Katanga poseía depósitos de uranio, particularmente en
Shinkolobwe. La mina era propiedad de la empresa belga Union Minière,
de la que el Reino Unido era accionista. Las mejores minas de uranio
de Estados Unidos y Canadá producían un 0,03 por ciento de uranio
por depósito de mineral, mientras que el uranio de Shinkolobwe tenía
un 65 por ciento, lo que lo hacía único. El uranio de dicha mina se
utilizó en la importantísima industria de armas nucleares, por lo
que las agencias de inteligencia occidentales querían evitar su
acceso a los soviéticos.
Estados Unidos llegó a
un acuerdo secreto con la Union Minière para suministrar uranio para
su uso en el Proyecto Manhattan (1942-46). El Cuerpo de Ingenieros
del Ejército de EEUU, que también dirigió inicialmente el Proyecto
Manhattan, estableció
una base en Shinkolobwe para drenar la mina y exportar el uranio. Las
bombas que asesinaron a cientos de miles de civiles japoneses en
Hiroshima y Nagasaki en 1945 fueron construidas con uranio extraído
de Shinkolobwe.
La CIA abrió una oficina
en Léopoldville (ahora Kinshasa, la capital) en 1951. En Kwilu y
otras provincias (entonces "distritos") creció el Parti
Solidaire Africain (Partido Mutuo Africano), un movimiento
izquierdista a favor de la independencia dirigido por el futuro
primer ministro Antoine Gizenga (1925-2019). Gizenga se alió con el
Movimiento Nacional Congoleño de Patrice Lumumba (Mouvement
national Congolais, MNC), fundado en 1958 y entre cuyos miembros
se encontraba Joseph-Désiré Mobutu (1930-97).
Mobutu (más tarde Mobutu
Sese Seko) era un oficial de alto rango del ejército y colaborador
de la Agencia Central de Inteligencia de EEUU. Un informe
de la CIA de noviembre de 1959 lamenta la falta de control de las
autoridades belgas. Esto abrió el camino a "grupos políticos
deseosos de una independencia inmediata, mientras que los líderes
tribales están interesados principalmente en perpetuar su propia
autoridad local". La CIA describe esto como la "ausencia de
liderazgo africano responsable" en el Congo. El Washington
Post escribe que “Mobutu se convirtió por primera vez en un
'activo' de la CIA en 1959 durante una reunión en Bruselas”, pero
no da más detalles.
El futuro presidente
Joseph Kasavubu (1915-69) dirigió el partido étnico ABAKO
(Association des BaKongo), partido que los belgas prohibieron.
Bajo el paraguas del primer ministro Lumumba (Mouvement National
Congolais), Kasavubu se convirtió en presidente y Gizenga en
vicepresidente. El sargento mayor Mobutu continuó liderando el
Ejército (Force Publique). El Parti Solidaire Africain
comenzó a desmoronarse mientras el MNC declaró la independencia del
Congo de Bélgica el 30 de junio de 1960. La Force Publique
(Fuerza Pública) pasó a llamarse Ejército congoleño (Armée
Nationale Congolaise, ANC).
LUMUMBA: "EVITAR
OTRA CUBA"
La Oficina del
Historiador del Departamento de Estado de EEUU, escribe
que la administración de Dwight D. Eisenhower (1953-61) “tenía
grandes esperanzas de que [el Congo] formara un gobierno central
estable y pro-occidental. Esas esperanzas se desvanecieron en
cuestión de días cuando la nación recién independizada se hundió
en el caos", señalando que, “mientras Estados Unidos apoyaba
los esfuerzos de la ONU, los miembros de la administración
Eisenhower estaban cada vez más preocupados porque la crisis del
Congo posibilitaran una oportunidad para la intervención soviética”.
Mobutu se negó a
respaldar al gobierno de Lumumba. Moïse Tshombé (1919-69) cofundó
la Confederación de Asociaciones Tribales de Katanga (Confédération
des association tribales du Katanga, CONAKAT). En julio de 1960,
Tshombé declaró a Katanga independiente del Congo. Los
colonizadores belgas pensaron que si no podían controlar el Congo,
al menos podrían retener la región más importante.
El director de
Inteligencia Central de Estados Unidos, John McCone (1902-91) fue un
hombre de negocios designado por el presidente Kennedy para dirigir
la Agencia tras la debacle de Bahía de Cochinos (1961). En contra de
los deseos del embajador G. McMurtrie Godley (1917-99), McCone
insistió en continuar las operaciones encubiertas de Estados Unidos
en el Congo, en particular fomentando relaciones más estrechas con
Tshombé. McCone le dijo
al secretario de Estado Dean Rusk (1909-94): "No deberíamos
dejarnos persuadir por los bienpensantes ni por las reacciones de los
estados africanos en las Naciones Unidas, a los que de todos modos no
les agradamos".
En virtud de la
Resolución 143 (1960) del Consejo de Seguridad de las Naciones
Unidas, la ONU, encabezada por el Secretario General Dag Hammarskjöld
(1905-61), exigió la retirada de las tropas belgas y envió fuerzas
armadas. Lumumba presionó a Hammarskjöld para que usara dichas
fuerzas para sofocar la rebelión de Tshombé, pero Hammarskjöld se
negó y el primer ministro Lumumba (1925-61) buscó la ayuda militar
de los soviéticos.
En 1960, el jefe de la
agencia de la CIA en Léopoldville, Lawrence Devlin (1922-2008, alias
Victor Hedgman o simplemente Hedgeman), cablegrafió a Washington.
“[El Congo está] experimentando el clásico esfuerzo comunista
[para] hacerse con el gobierno. Bien porque Lumumba sea comunista o
simplemente por que se apoya en los comunistas para afianzarse en el
poder, las fuerzas anti-occidentales son cada vez más poderosas...
puede que quede poco tiempo para tomar medidas y evitar otra Cuba".
En mayo, la CIA admitió
que "no hay comunistas conocidos entre los líderes del Congo",
pero la Agencia sospechaba simpatías. Reconoció que "la ayuda
del bloque [soviético] posterior a la independencia puede empujar al
Congo hacia el bloque neutral". La CIA quería al Congo en la
esfera de hegemonía estadounidense, no neutral. Contrariamente a la
mitología auspiciada por personas como el director de la CIA, Allen
Dulles (1893-1969), y el jefe de la agencia en Léopoldville, Devlin,
que señalaban a Lumumba como un pro soviético, un informe del
Consejo de Seguridad Nacional de julio de 1960 señala que “Lumumba
quiere la ayuda de todos y cada uno de los sectores; por lo tanto, no
está ansioso por quemar sus puentes con occidente". La CIA
estaba allí para hacerlo por él.
Otro informe del NSC
consideró ambigua la actitud de Bélgica respecto a la independencia
de Katanga porque el secesionista Tshombé podría utilizarse en
contra de Lumumba. "Ansiosa por proteger sus inversiones en
Katanga, probablemente Bruselas ve a Lumumba como un Castro en
ciernes".
El director de la CIA,
Dulles, y el jefe de la División de África (servicios
clandestinos), Bronson Tweedy (1914-2004), creían que la existencia
de Lumumba tendría "consecuencias desastrosas para el prestigio
de la ONU y para los intereses del mundo libre en general".
Dulles dio permiso a sus agentes para actuar sin el consentimiento de
los embajadores: "El tiempo aquí no permite dilación".
(Cable probablemente redactado por Tweedy y firmado por Dulles).
MATANDO A LUMUMBA: "YO
LO ORGANIZÉ"
Aparte de los
espectaculares complots para envenenar a Lumumba con toxinas,
inventados por el envenenador en jefe de la CIA Sidney Gottlieb
(también conocido como Joseph Scheider, 1918-99), las operaciones
llevadas a cabo por la CIA tuvieron el apoyo encubierto de los
políticos y la milicia anti-Lumumba. A fines de 1960, el subdirector
de planificación de la CIA, Richard Bissell (1909-94), fue coautor,
con Tweedy, de un mensaje en el que describía los planes para
"brindar apoyo clandestino a los elementos de la oposición
armada a Lumumba". Tweedy escribe: "La preocupación por
Lumumba no era realmente por Lumumba como persona", sino por su
"efecto en el equilibrio del continente ante una desintegración
del Congo".
En julio de 1960 y en
contraste con otros informes entonces clasificados, el director de la
CIA, Dulles, dijo
al Consejo de Seguridad Nacional: “Es seguro sostener que los
comunistas han comprado Lumumba, ya que encaja con su propia
orientación". El presidente Kasavubu no quería participar en
el complot de Bissell para matar a Lumumba. El representante de la
CIA, Thomas Parrott (1914-2007), describió los planes para lograr
que los sindicatos impulsaran un voto de censura contra Lumumba en el
Senado. Devlin, jefe de agencia de la CIA, envió un cable el 18 de
agosto 1960: “Es difícil determinar los principales factores que
influyen para predecir resultados. Lucha por el poder. Período
decisivo no muy lejano ".
El futuro director del
MI5 y entonces funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores
británico, Sir Howard Smith (1919-96), ideó
numerosos escenarios para expulsar a Lumumba: "El primero es
simple, sacarlo de la escena matándolo". La llamada Reina de
los espías, Daphne
Park OBE (1921-2010), fue agente del MI6, sargento ejecutivo de
operaciones especiales, futura directora del Somerville College
(Oxford) y más tarde baronesa de Monmouth. Entre 1959 y 1961, la
sargento. Park fue Cónsul y Primera Secretaria del MI6 en
Léopoldville, donde estableció estrechos contactos con facciones
congoleñas en guerra, incluidos los secesionistas en Katanga. Cuando
se le preguntó si el MI6 había estado involucrado en el asesinato
de Lumumba, la sargento Park admitió:
"Yo lo organicé".
En diciembre de 1960, las
fuerzas de Mobutu capturaron a Lumumba en la ruta a Stanleyville, en
el norte. Mobutu entregó a Lumumba a las fuerzas secesionistas de
Katanga. Lumumba, de 34 años, fue asesinado a mediados de enero de
1961. Para evitar que el lugar de su muerte se convirtiera en un
lugar de peregrinaje, su cuerpo fue disuelto en ácido.
El historiador jefe de la
CIA, David Robarge, dice:
“La agencia [acción encubierta] se concentró en estabilizar y
apoyar al gobierno [posterior a Lumumba] del presidente Joseph
Kasavubu y los primeros ministros, Cyrille Adoula y Moise Tshombe,
con Mobutu tras la escena corriendo por el poder". La CIA pagó
a los soldados de Mobutu para que fueran leales. (Al final del largo
reinado de Mobutu, la falsa lealtad del ejército se desintegró
rápidamente.) Se desconocen los detalles, pero en aquel momento, la
CIA también pagó a políticos para que participaran en “maniobras
parlamentarias” con el fin de apoyar al régimen central.
Dag Hammarskjöld
MATAR A HAMMARSKJÖLD
Mobutu pronto prescindió
de la fachada democrática. Tomó el poder, colmó a la élite
ecuatoriana del régimen con personas de etnia Ngbandi y gobernó con
mano de hierro. Por ejemplo, André Lubaya (1932-68) que fue
presidente de la provincia de Kasai, ministro de Economía (1965-68)
y fundador de la Union Démocratique Africaine. Mobutu acusó
a Lubaya de formar parte de un complot golpista y, según informes,
hizo que lo ejecutaran. Entre 1963 y 1965, Mobutu aplastó la
rebelión pro-Lumumba Simba ("León") en el norte. Mobutu
puso al presidente Kasavubu (1960-65) bajo arresto domiciliario hasta
la muerte de éste en 1969. Un informe
de la CIA de finales de 1961 descarta, “por carecer de pruebas”,
las afirmaciones de que la guerra cuasi civil formara "parte de
un plan maestro comunista".
La CIA también señaló
que el asesinato de las tropas de Ghana de la ONU por soldados del
Ejército del Congo puso de manifiesto la debilidad de los 20.000
efectivos encargados de mantener la paz el país. La CIA pareció
estar de acuerdo con el Ministerio de Relaciones Exteriores de
Bélgica en que la OTAN podría desempeñar un papel. El secretario
general de la ONU, Hammarskjöld, "manifestó su descontento por
el ritmo de la retirada belga de Katanga". A fines del '61, el
ex agente del FBI y ex lobista corporativo en Guatemala, el demócrata
Thomas J. Dodd (1907-71), escribió en contra de los esfuerzos de paz
de Hammarskjöld en la ONU, argumentando falsamente que las facciones
enfrentadas del gobierno estaban a punto de resolver sus propios
asuntos. Dodd afirmó
públicamente que los soviéticos favorecían la participación
de la ONU en el Congo para desestabilizar el país.
En este contexto de
propaganda, las Operaciones Aéreas de la CIA comenzaron en 1962 como
una táctica para elevar el perfil de Mobutu, táctica que se hizo
extensiva a las fuerzas de paz de la ONU y a los mercenarios
extranjeros. El historiador Robarge afirma que las Fuerzas Aéreas
congoleñas "existieron sólo gracias a la ayuda de Estados
Unidos". Seis agentes supervisaron a 125 contratistas y 79
pilotos extranjeros.
Las agencias de
inteligencia estadounidenses, belgas, británicas y sudafricanas
planearon la Operación Celeste: el asesinato de Hammarskjöld. La
inteligencia sudafricana utilizó una empresa mercenaria
[paramilitar] llamada SA
Institute for Maritime Research (SAIMAR). Antes del
asesinato, el MI5 de Gran Bretaña y el Ejecutivo de Operaciones
Especiales (para el que trabajaba la sargento Park) se reunieron con
SAIMAR.
Documentos, que algunas
autoridades han intentado descartar como falsificaciones, afirman
que: "[la ONU] se está volviendo problemática y se considera
que Hammarskjöld debe ser eliminado". El director de la CIA,
Dulles, "está de acuerdo y ha prometido la plena cooperación
de su gente". Refiriéndose a Hammarskjöld y a Lumumba
respectivamente, el autor escribe:
"Quiero que su eliminación se maneje de manera más eficiente
que con Patrice [Lumumba]". SAIMAR hizo los arreglos para volar
el avión DC-6 de Hammarskjöld con 6 libras de TNT. La bomba falló
y un plan de contingencia permitió que el avión de Hammarskjöld
fuera derribado por un ex piloto de la Royal Air Force, el
británico-belga Jan van Risseghem, conocido como 'Lone Ranger'.
Por entonces, Rhodesia
era parte del menguante Imperio Británico. El oficial naval
estadounidense Charles Southall, escuchó transmisiones interceptadas
en las que Risseghem, refiriéndose al avión de Hammarskjöld que
intentaba aterrizar en Rhodesia, decía: “Voy a bajar para hacerle
un reconocimiento. Sí, es el Transair DC6. Es el avión. Lo he
alcanzado. Hay llamas. Está descendiendo. Se va a estrellar".
Cables ahora desclasificados por el embajador de Estados Unidos,
Edward Gullion (1913-98), confirmaron la presencia de Risseghem en el
lugar del accidente. El ex presidente Harry Truman (1884-1972) dijo
más tarde a los periodistas: “[Hammarskjöld] estaba a punto de
conseguir algo cuando ellos lo mataron. Fijaos que he dicho, cuando
ellos lo mataron”. Dado que el cuerpo de Hammarskjöld fue
fotografiado con el as de espadas en su cuello, la carta de la
muerte, "ellos" presumiblemente significa la CIA.
REINO DEL TERROR
Con Lumumba y
Hammarskjöld fuera del camino, la CIA reforzó el ejército de
Mobutu. Los secesionistas de Katangan cayeron en 1963 y la mayoría
de los gendarmes huyeron a Angola, formando, con la mayoría popular
de Lunda, el Frente de Liberación Nacional Congoleño (Front de
libération nationale congolaise, FLNC), un grupo descrito
por la CIA como la única amenaza factible para Mobutu.
Entre 1963 y 1964, se
produjeron revueltas e insurrecciones en Kasais, Kivu y Kwilu.
Liderados por Pierre Mulele (1929-68), los rebeldes marxistas de
etnia Mumbunda, en Kwilu, no lograron movilizar a los lugareños.
Mulele fue torturado hasta la muerte por las fuerzas de Mobutu. A
través del jefe de agencia Devlin, la CIA contrató
mercenarios británicos, incluido el coronel "Mad
Mike" Hoare, para entrenar
a las fuerzas de Mobutu y aplastar las rebeliones. Mobutu condenó
a muerte al secesionista Tshombé en rebeldía. Tshombé se instaló
en la España de Franco, pero fue apresado por el agente francés
Francis Bodenan, quien lo llevó a la Argelia francesa, donde murió
más tarde, supuestamente de insuficiencia cardíaca.
Las incursiones de la
Fuerza Aérea congoleña respaldadas por la CIA contra guerrilleros
cubanos entrenados en China, comenzaron en febrero de 1964 y
continuaron hasta el 66. Las operaciones incluyeron ayudar en la
represión de Mobutu contra los amotinados en Katanga. Con su "armada
de bolsillo", la CIA cplaboró en las operaciones marítimas
contrainsurgentes llevadas a cabo por de Mobutu en el lago Tanganica,
en la frontera oriental, así como en el lago Albert, en el noreste.
Según estimación de la
CIA a mediados de 1966: “La presencia cubana en África no es
grande”. Incluso en Congo-Brazzaville, el mayor contingente supuso
"una contribución cubana de entrenamiento, material y mano de
obra, relativamente pequeña". Sin embargo, temían que incluso
esto "aumentaría el potencial" de los grupos rebeldes. En
el mismo año, Mobutu prohibió la Confederación General de
Trabajadores Congoleños (Confédération Générale du Travail du
Congo), de orientación comunista. Un año después, Mobutu creó
un único sindicato para apoyar a su gobierno del MPR.
Dicho sindicato era el Sindicato Nacional de Trabajadores del
Congo/Zaire (Union Nationale des Travailleurs du Zaire). Las
huelgas fueron prohibidas y el código laboral no vinculante. Mobutu
retuvo el control sobre las relaciones sindicales de la industria.
Estados Unidos toleró
los programas de nacionalización de Mobutu porque en 1967 el FMI
había impuesto reformas financieras, y porque, desde la perspectiva
de las corporaciones estadounidenses, los peores efectos de la
nacionalización fue el éxodo de especialistas belgas, que de todos
modos podían ser reemplazados por expertos estadounidenses. La
región del ecuatoriana "aparentemente no tiene riqueza
mineral", por lo que la CIA permitió
la nacionalización a principios de los años setenta.
Entre 1957 y 1972, el
número de médicos descendió de uno por 20.000 habitantes—que ya
era uno de los más bajos del continente— a uno por 30.000, e
incluso a uno por 50.000 en muchas regiones rurales.
Los katangueños se
negaron a apoyar una invasión de mercenarios con base en Angola. La
CIA estimó
que la rebelión
de Simba era "poco más que bandidaje". En 1970, la CIA
estaba bastante impresionada con Mobutu, quien "...le ha dado a
su país seguridad interna y estabilidad política... Ha avanzado
mucho en la transformación de un ejército rebelde en una fuerza de
contrainsurgencia bastante eficaz, y las antaño formidables bandas
rebeldes se han reducido a pequeños grupos de fugitivos".
Añadiendo que la política de Mobutu "no dará al votante una
alternativa real". En 1971, Mobutu cambió el nombre del país,
que pasó a llamarse Zaire, y un año después Katanga pasó a
llamarse Shaba ("cobre").
A principios de 1973, la
CIA confiaba
en que Shaba, con sus importantísimos yacimientos minerales, estaba
bajo la “autoridad indiscutible” de Mobutu.
Un memorando sin fecha de
la CIA señala
que, "sin la riqueza de Shaba, Zaire no sería una entidad
viable". Formado a partir de los restos de la gendarmería de
Katanga, el FLNC con sede en Angola intentó periódicamente tomar
Shaba (Katanga). En marzo de 1977, el FLNC se hizo con las
principales ciudades, pero no recibió apoyo de la población general
de Katanga. Estados Unidos, Francia y Bélgica enviaron tropas a la
región.
En 1978, otra invasión
fracasó cuando Estados Unidos ayudó a los 1.200 efectivos belgas de
rescate aerotransportados, mientras los legionarios franceses
luchaban contra los rebeldes. Un funcionario del gobierno fue
asesinado y el ataque se atribuyó a la etnia Mumbunda. En venganza,
350 mumbundas fueron asesinados y 12 cristianos kimbanguistas
ahorcados en la ciudad sureña de Idiofa. Al final de la década, en
la región rica en diamantes de Kasaï, la Agencia de Inteligencia de
Defensa indica que: "los soldados masacraron a cientos de
estudiantes y mineros en la región". En 1980, 60 personas en
Bajo-Zaire (ahora Kongo Central en el oeste) fueron arrestadas por
formar un partido de oposición. Ese mismo año, Mobutu arrestó y
exilió a ex parlamentarios que intentaban conformar una nueva
autoridad en Katanga.
El diplomático
estadounidense y futuro director ejecutivo del Banco Mundial, Bob
Keating (1924-2012), escribió al director de la CIA, el almirante
Stansfield Turner (1923-2018), sobre Zaire, donde Keating encabezaba
el Comité de Desarrollo Industrial iniciado por Mobutu: "Es
política de los Estados Unidos ayudar a estabilizar la situación
política y económica". "Se gastarán grandes sumas de
dinero para este propósito durante los próximos tres años a través
de programas de emergencia de ayuda e inversión extranjeras".
Una evaluación de marzo
de 1979 señala que "el ejército de Zaire (FAZ) es más una
amenaza para la población civil del país que una amenaza para
cualquier fuerza exterior". Describe a Zaire como “un régimen
militar con una fachada civil”, y señala el debilitamiento del
poder de Mobutu y la ausencia de sucesores adecuados. La sequía en
Bas-Zaire provocó una grave escasez de alimentos. La oposición
interna era "inexistente" y los oponentes con base en
Europa "divididos y débiles". La CIA temía
"levantamientos espontáneos" en Kinshasa y Shaba
(Katanga). "Sin un apoyo económico y militar externo continuo,
el gobierno del presidente se deterioraría aún más rápidamente...
No hay potenciales sucesores fácilmente identificables".
La asistencia militar
siguió llegando a Zaire.
EN LOS 80: FATALISMO
La CIA señala que en la
década de 1980, Zaire era un centro de entrenamiento militar
internacional. Las fuerzas belgas se concentraron principalmente en
el entrenamiento de comandos en Kinshasa, Kota Koli y Shaba. Los
asesores chinos proporcionaron armas pequeñas y entrenamiento. El
personal egipcio entrenó y armó al ejército. Los paracaidistas
franceses equiparon unidades blindadas, incluida la Fuerza Aérea.
Los israelíes ayudaron a las Brigadas Presidenciales Especiales.
Alemania Occidental exportó equipos de comunicaciones y soldados.
Estados Unidos gastó
millones de dólares "para financiar la mayor parte de los
vehículos militares del país, casi toda su capacidad de transporte
aéreo, algunos barcos de guerra navales y gran parte del equipo de
comunicaciones". Esto se llevó a cabo en el marco del Programa
Internacional de Capacitación en Formación Militar.
Un informe
de la CIA de junio de 1980 señala que: “Los intereses estratégicos
de Estados Unidos en Zaire, junto a los de la mayoría de las demás
potencias industriales, fuera del área comunista, están
influenciados por su dependencia casi total del cobalto importado y
por el papel destacado de Zaire en el suministro de este metal
fundamental".
Solo Shaba, representó
el 60 por ciento de los ingresos en divisas de Zaire. En 1982, la
Dirección de Inteligencia informó
"la situación parece peor que en cualquier otro momento desde
los turbulentos años que siguieron a la independencia del país":
endeudamiento creciente, estanflación y desempleo. Incluso si
hubiera tenido lugar un golpe anti-Mobutu, "probablemente Zaire
seguiría dependiendo de Occidente para su exportación de
minerales".
A principios de los 80,
Mobutu impuso la austeridad en respuesta a la devaluación de la
moneda y los desequilibrios comerciales. “Puede que en el futuro
haya protestas por parte de mineros, estudiantes y funcionarios
públicos, pero Mobutu mantiene firmemente el control”. La CIA
señala que "aparentemente, la mayoría de la población ha
adoptado una actitud fatalista ante los tiempos difíciles".
Pero el fatalismo no iba a durar. A mediados de los 80, la CIA
exponía que "los recortes en la educación han provocado
huelgas en varias universidades... lo que llevó a Mobutu a cerrar
varios campus y arrestar a algunos estudiantes y maestros".
Estos acontecimientos "podrían sentar las bases de un
descontento abierto entre varios grupos de interés nacionales".
Una sección del documento señala la oposición de Mobutu a "los
planes de Estados Unidos de vender cobalto de las reservas
estratégicas [de Zaire], alegando que esto haría bajar el precio
mundial del mineral".
CONCLUSIÓN: LAS
GUERRAS DEL CONGO
El historial público
disponible de la CIA en el Congo llega hasta la década de 1980. A
principios de los '90, las tensiones internas y externas, incluyendo
una población políticamente activa y los conflictos en la frontera,
llevaron al régimen de Mobutu al borde del abismo. El dictador
estaba en el extranjero recibiendo tratamiento médico, cuando un
viejo rival de Katanga, Laurent Kabila (1939-2001), desencadenó la
primera de las Guerras del Congo (1996-1997 y 1998-2003) y depuso a
Mobutu. La nación pasó de las agonías de la dictadura al trauma de
la guerra genocida. Las corporaciones y los consumidores occidentales
continuaron beneficiándose del coltán barato. La misión de la CIA
estaba cumplida.