31 diciembre, 2017
30 diciembre, 2017
Y así, hasta el impacto final
"Cuanto más desagradable se vuelve la realidad, menos
personas quieren asumirla, y más quieren evadirse cotilleando sobre ridículos
pseudoeventos protagonizados por celebridades. Esas son las distracciones de
una civilización agonizante (...) Más que la raza, la clase, la fe o la
política, es hoy la cultura lo que fracciona la sociedad en dos partes
antagónicas que ya no hablan la misma lengua: las víctimas de una cultura
masiva, iletrada, peterpanesca, y una minoría letrada y marginalizada".
Chris Hedges
“No es que al planeta le quede poco tiempo, es que a la
especie humana le queda, de seguir un cuarto de hora más así, poco tiempo en el
planeta”. Luis López
“Hemos guardado un silencio bastante parecido a la estupidez”.
(Proclama insurreccional de la Junta Tuitiva en la ciudad de La Paz, 16 de
julio de 1809)
29 diciembre, 2017
El Gobierno Vasco constata que hubo 4.113 casos de tortura entre 1960 y 2014
EITB.EUS - 18/12/2017
La Guardia Civil está implicada en 1.792 casos de tortura; la
Policía Nacional es responsable de 1.785 casos; y la Ertzaintza de 336. Paco
Etxeberria asegura que la incidencia real fue mucho mayor.
Un informe sobre la incidencia de la tortura y los malos
tratos entre 1960 y 2014 encargado por el Gobierno Vasco cifra en 4.113 los
casos documentados, aunque advierte de que la incidencia real de estos delitos
fue mayor, ya que no se han podido acreditar muchos episodios de la época de la
dictadura.
El informe ha sido presentado hoy en Donostia-San Sebastián
por el experto forense y profesor de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU)
Francisco Etxeberria, la investigadora del Instituto Vasco de Criminología
Laura Pego y el secretario de Paz y Convivencia del Gobierno Vasco, Jonan
Fernández.
EL PROFESOR FRANCISCO ETXEBERRIA, LA INVESTIGADORA LAURA PEGO Y EL SECRETARIO DE PAZ Y CONVIVENCIA DEL GOBIERNO VASCO, JONAN FERNÁNDEZ, DURANTE LA PRESENTACIÓN DEL INFORME SOBRE TORTURAS |
Según los datos aportados en ese informe, de los 4.113 casos,
más de un 83 % fueron denuncias de
hombres y un 17 % mujeres y en gran
parte todos jóvenes.
Algunos sufrieron malos tratos en más de una ocasión, por lo
que la cifra total de personas torturadas es de 3.415.
El 43 % de las personas que sufrieron torturas y malos tratos
fueron dejadas en libertad y de ellas el 35 % sin cargos.
Entre los métodos de tortura señalados en el informe, destaca
la frecuencia en la utilización de la bolsa por parte de la Guardia Civil, el
uso de electricidad o práctica de la bañera por parte de ellos y también de la
Policía Nacional.
En el caso de posturas forzadas u otras formas de producir
extenuación física y cansancio aparece también la Ertzaintza.
Incomunicación y negación de la
tortura
Paco Etxeberria ha aclarado, no obstante, que aún quedan
pendientes de análisis 454 expedientes y que, además, sólo 1.081 denuncias
corresponden al periodo de la dictadura y los primeros años de la transición
hasta 1978, mientras que la "práctica generalizada de la tortura en esa
época señala que su dimensión fue mucho mayor".
El número de denuncias alcanzó picos importantes en los años
80 y comenzó a disminuir a partir de 2004, mientras que de 2014 en adelante no
se ha registrado ningún caso.
Existen 20 condenas ratificadas por el Tribunal Supremo de
torturas y malos tratos a 31 víctimas, de las que derivan 49 condenados, 21 de
ellos del Cuerpo Nacional de Policía y 28 de la Guardia Civil, mientras que
"no hay ninguna condena contra la Ertzaintza".
Entre las conclusiones recogidas, el informe coincide con las
apuntadas por organismos internacionales como el Comité Europeo para la
Prevención de la Tortura, que ha citado en varias ocasiones el régimen de
incomunicación aplicado a los detenidos por terrorismo como un factor que
"ha favorecido la práctica de estos malos tratos y torturas y ha limitado
de forma notoria la posibilidad de investigación de los mismos".
También cita las 7 condenas a España del Tribunal Europeo de
Derechos Humanos (TEDH) por no haber investigado diligentemente las denuncias
de torturas.
El estudio señala asimismo la negación
"sistemática" de la práctica de la tortura por parte de las
autoridades y recuerda que el Comité contra la Tortura condenó a España por
indultar a agentes condenados (el 60 % de los sentenciados por el Tribunal Supremo),
ya que estas medidas de gracia "son incompatibles con el deber de
prevención y son contrarias al sentido de la reparación".
El informe también constata que la práctica totalidad no ha
contado con medidas de atención, reconocimiento ni reparación.
El estudio
Para elaborar estas conclusiones, el equipo liderado por
Etxeberria ha analizado y archivado más de 26.113 documentos y ha recabado 500
testimonios directos de víctimas de tortura y malos tratos, a los que se suman
otros recopilados con anterioridad en audio y en vídeo hasta alcanzar las 1.027
declaraciones de afectados.
El equipo investigador ha aplicado a 202 casos la metodología
de comprobación y análisis de las consecuencias y secuelas establecidos en el
Protocolo de Estambul, un trabajo que ha determinado que al menos el 5 % de los
denunciantes padecen "secuelas psicológicas importantes que requieren
atención especializada".
http://www.eitb.eus/es/noticias/politica/detalle/5282222/informe-torturas-4113-casos-tortura-cav-1960-2014/
Informe final completo / investigación torturas y malos tratos (pdf)
"Si no se reconocen las cosas no se pueden superar nunca":
https://drive.google.com/file/d/1bRDBivvhObxtgx4OM1fC64VHA6F4ThFo/view
Informe final completo / investigación torturas y malos tratos (pdf)
"Si no se reconocen las cosas no se pueden superar nunca":
https://drive.google.com/file/d/1bRDBivvhObxtgx4OM1fC64VHA6F4ThFo/view
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"Según piensan los señores,
no tengo donde cogerme:
si a mí me matan es paz,
pero es guerra el defenderme"
Alfonso Sastre
28 diciembre, 2017
Una situación singular
Zhang Minjie |
La situación conocida como cultura de masas tiene lugar en el
momento histórico en que las masas entran como protagonistas en la vida social
y participan en las cuestiones públicas. Estas masas han impuesto a menudo un
ethos propio, han hecho valer en diversos períodos históricos exigencias
particulares, han puesto en circulación un lenguaje propio, han elaborado pues
proposiciones que emergen de abajo. Pero, paradójicamente, su modo de
divertirse, de pensar, de imaginar, no nace de abajo: a través de las
comunicaciones de masa, todo ello le viene propuesto en forma de mensajes
formulados según el código de la clase hegemónica. Tenemos, así, una situación
singular: una cultura de masas en cuyo ámbito un proletariado consume modelos
culturales burgueses creyéndolos una expresión autónoma propia. Por otro lado,
una cultura burguesa —en el sentido en que la cultura "superior" es
aún la cultura de la sociedad burguesa de los últimos tres siglos— identifica en
la cultura de masas una "subcultura" con la que nada la une, sin
advertir que las matrices de la cultura de masas siguen siendo las de la
cultura "superior".
Umberto Eco - Apocalípticos e Integrados (en pdf aquí)
27 diciembre, 2017
M U R O S
Pawel Kuczynski |
El Muro de Berlín era la noticia cada día. De la mañana a la noche leíamos, veíamos, escuchábamos: el Muro de la Vergüenza, el Muro de la Infamia, la Cortina de Hierro…
Por fin, ese muro, que merecía caer, cayó. Pero otros muros brotaron, y siguen brotando, en el mundo. Aunque son mucho más grandes que el de Berlín, de ellos se habla poco o nada.
Poco se habla el muro que los Estados Unidos están alzando en la frontera mexicana, y poco se habla de las alambradas de Ceuta y Melilla.
Casi nada se habla del Muro de Cisjordania, que perpetúa la ocupación israelí de tierras palestinas y será quince veces más largo que el Muro de Berlín, y nada, nada de nada, se habla del Muro de Marruecos, que perpetúa el robo de la patria saharaui por el reino marroquí y mide sesenta veces más que el Muro de Berlín.
¿Por qué será que hay muros tan altisonantes y muros tan mudos?
Pawel Kuczynski |
(Tomado del libro de Eduardo Galeano, Espejos)
26 diciembre, 2017
天空之城 古箏
姐妹
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24 diciembre, 2017
Carta de Miquel Amorós a Tomás Ibáñez [Catalunya/España/nacionalismo]
La cuestión que cabría preguntarse no es por qué un
sector local de la clase dominante decide resolver sus diferencias con el
Estado por la vía de la movilización callejera, sino por qué una porción
considerable de gente con intereses contrapuestos, principalmente jóvenes,
actúa como decorado escenográfico y fuerza de choque de la casta que ha
patrimonializado Cataluña, clasista, católica, corrupta y autoritaria como la
que más.
Por Miquel Amorós - Alacant, 27-09-2017
Tomás Ibáñez Miquel Amorós |
Compañero Tomás
Tus “perplejidades intempestivas” son el mayor
exponente leído por mí del sentido común y del seny revolucionario que debieran
reinar no sólo entre los libertarios, sino entre todos aquellos que quieren
abolir esta sociedad en lugar de administrarla. No obstante, no me extraña que
un mogollón de gente que se dice anarquista se haya apuntado a la movida
nacionalista y proclame con bríos el derecho a decidir el material del que
estarán hechas sus cadenas: ¡hay de Ricardo Mella y “la ley del número”! Tampoco escasearon los que en su día se subieron al carro de Podemos o al del
plataformismo y cambiaron los harapos de la lucha de clases por la ropa nueva
de la ciudadanía. Es propio del anarquísmo filisteo ante la menor encrucijada
histórica el optar por hacerle el juego al Poder establecido. La guerra civil
española es el ejemplo más palmario de ello. Confusión, atracción irresistible
del jaleo, desclasamiento, táctica del mal menor, el enemigo de mi enemigo, lo
que sea. El resultado final es ese: una masa de paletos esclavos de cualquier
causa ajena y un montón de egos enfermizos estilo Colau o Iglesias que pagarían
por venderse. En fin, negras tormentas agitan los aires y nubes oscuras nos
impiden ver. Intentemos disiparlas.
La cuestión que cabría preguntarse no es por qué un
sector local de la clase dominante decide resolver sus diferencias con el
Estado por la vía de la movilización callejera, sino por qué una porción
considerable de gente con intereses contrapuestos, principalmente jóvenes,
actúa como decorado escenográfico y fuerza de choque de la casta que ha
patrimonializado Cataluña, clasista, católica, corrupta y autoritaria como la
que más. El juego del patriotismo catalán no es difícil de desentrañar y
quienes lo promueven y aprovechan nunca han pretendido ocultarlo. El “Procès”
ha sido una arriesgada operación de clase. La consolidación de una casta local
asociada al desarrollo económico exigía un salto cualitativo en materia
autonómica que la estrategia del “peix al cove” (“pájaro que vuela…”) no podía
lograr. La negativa de la plutocracia central a “dialogar”, o sea, a transferir
competencias, principalmente financieras, bloqueaba el ascenso de dicha casta y
mermaba peligrosamente su influencia y capacidad política de cara a unos
empresarios, industriales y banqueros dispuestos a dejarse liderar por
soberanistas con tal de triplicar sus beneficios. La decisión por la cúspide de
ir al “choque de trenes” significó una ruptura radical de la política pactista
del catalanismo político. No iba en serio, es decir, nunca tuvo como finalidad
la declaración unilateral de independencia, puesto que sólo pretendía forzar
una negociación desde posiciones más ventajosas. Sin embargo, como tenía que
aparentar que sí, necesitó de un aparato de agitación bien engrasado con el fin
de inocular una mística patriotera que pusiera a hervir de forma controlada el
caldo identitario. Y la movilización se hizo realidad. Fue todo un espectáculo.
La demagogia independentista, armada con el marketing de la identidad, supo
prolongarse en un ciudadanismo democrático con el que pudo sacar a la calle a
masas demasiado domesticadas para hacerlo por propia voluntad. Con gran
habilidad tocó la fibra oscura de las emociones reprimidas y los sentimientos
gregarios que anidan en los siervos del consumo, es decir, supo remover en
provecho suyo el poso de la alienación. El objetivo, según mi punto de vista,
ha sido alcanzado, y la casta dirigente estatal está mucho más dispuesta a
modificar la constitución del posfranquismo para mejor encaje de la casta
catalanista, aunque para ello ésta tendrá que sacrificar algunas figuras por el
camino, quizás al mismo Puigdemont. Poderosos representantes del gran capital
(por ejemplo, Felipe González) así parecen indicarlo.
El nacionalismo está manejado por timadores, pero
en sí mismo no es un timo. Es el reflejo sentimental de una situación
frustrante para una mayoría de subjetividades pulverizadas. No actúa de forma
racional, puesto que no es fruto de la razón; es más una psicosis que un
pálpito de liberación. La explicación de la eclosión emocional patriótica en la
sociedad catalana habrá que irla a buscar en la psicología de masas y para ello
nos serán más útiles Reich, Canetti o incluso Nietzsche, que teóricos como
Marx, Reclus o Pannekoek. La convicción y el entusiasmo de la multitud no
provienen de fríos razonamientos lógicos o de rigurosos análisis
socio-históricos; más bien tiene que ver con las descargas emocionales sin
riesgo, la sensación de poder que producen los amontonamientos, el fetichismo
de la bandera u otros símbolos, la catalanidad virtual de las redes sociales,
etc., características de una masa desarraigada, atomizada y desclasada, y, por
lo tanto, sin valores, objetivos e ideales propios, predispuesta a comulgar con
las ruedas de molino que se repartan. La vida cotidiana colonizada por el poder
de la mercancía y del Estado es una vida repleta de conflictos latentes e
interiorizados, dotados de un exceso de energía que los hace emerger en forma
de neurosis individuales o colectivas. El nacionalismo, de cualquier signo,
ofrece un excelente mecanismo de canalización de esos impulsos que, si se
hicieran conscientes, constituirían un temible factor de revuelta.
El nacionalismo divide la sociedad en dos bandos
paranoicos enfrentados artificialmente por sus obsesiones. Los intereses
materiales, morales, culturales, etc., no cuentan. Nada que ver con la
justicia, la libertad, la igualdad y la emancipación universales. El pueblo
catalán es algo tan abstracto como el pueblo español, un ente que sirve de
coartada para una soberanía de casta con su policía notablemente represora. Un
pueblo únicamente se define contra todo poder que no emane de él o que se
separe de él. Por consiguiente, un pueblo con Estado no es un pueblo.
Convendrás conmigo en que la historia la hace la gente común mediante asambleas
y organismos nacidos de ellas, pero tal como están las cosas, la historia es de
quien la manipula mejor. Lo que dicha gente hace es proporcionar el marco
popular de una mala función de teatro donde se ventila un prosaico reparto de
poder. Cualquiera puede hacer sus cálculos y navegar en consideración dentro o
fuera de las aguas nacionalistas, de una turbulencia más bien calma, pero nunca
deberá perder de vista el meollo de la cuestión.
Fraternalmente, Miquel Amorós
____________________________________________________
Perplejidades intempestivas - Tomás Ibáñez
Cuando acontecen en Catalunya cambios tan drásticos
como los que se han producido desde las multitudinarias manifestaciones del 15
de mayo de 2011 resulta difícil no experimentar cierta perplejidad.
¿Qué ha podido ocurrir para que algunos de los
sectores más combativos de la sociedad catalana hayan pasado de “rodear el
Parlament” en el verano del 2011 a querer defender las Instituciones de
Catalunya en septiembre del 2017?
¿Que ha podido ocurrir para que esos sectores hayan
pasado de plantar cara a los mossos d’escuadra en la plaza Catalunya, y de
recriminarles salvajadas, como las que padecieron Esther Quintana o Andrés
Benítez, a aplaudir ahora su presencia en las calles y a temer que no tengan plena
autonomía policial?
¿Que ha podido ocurrir para que parte de esos
sectores hayan pasado de denunciar el Govern por sus políticas antisociales a
votar hace poco sus presupuestos? ¿Pero, también, que ha podido ocurrir para
que ciertos sectores del anarcosindicalismo hayan pasado de afirmar que las
libertades nunca se han conseguido votando a defender ahora que se dé esa
posibilidad a la ciudadanía?
La lista de preguntas se podría ampliar enormemente
y se podrían aportar múltiples respuestas a las pocas que aquí se han
formulado. En efecto, se pueden aducir factores tales como el agotamiento del
ciclo del 78, la crisis económica con sus correspondientes recortes y
precarizaciones, la instalación de la derecha en el gobierno español con sus
políticas autoritarias y sus recortes de libertades, la escandalosa corrupción
del partido mayoritario etc. etc.
Sin embargo, me parece que sería ingenuo excluir de
esas respuestas la que pasa por tomar en cuenta, también, el extraordinario
auge del sentimiento nacionalista. Un auge que, sin duda alguna, han
contribuido a potenciar los factores a los que acabo de aludir pero que también
ha recibido muy importantes dosis de combustible desde las propias estructuras
del gobierno catalán y desde su control de las televisiones públicas catalanas.
Varios años de persistente excitación de la fibra nacionalista no podían no
tener importantes efectos sobre las subjetividades, tanto más cuanto que las
estrategias para ampliar la base del independentismo nacionalista catalán han
sido, y siguen siendo, de una extraordinaria inteligencia. La potencia de un
relato construido a partir del derecho a decidir, en base a la imagen de las
urnas y a la exigencia de la libertad de votar, era extraordinaria y conseguía
disimular perfectamente el hecho de que era todo un aparato de gobierno el que
se volcaba en promover ese relato.
Hoy, la estelada (roja o azul) es sin la menor duda
el símbolo cargado de emotividad bajo el cual se movilizan las masas, y es
precisamente ese aspecto el que no deberían menospreciar los que sin ser
nacionalistas ven en las movilizaciones pro referéndum una oportunidad que los
libertarios no deberían desaprovechar para intentar abrir espacios con
potencialidades, sino revolucionarias, por lo menos portadoras de una fuerte
agitación social, y se lanzan por lo tanto en la batalla que enfrenta los
gobiernos de España y de Catalunya.
No deberían menospreciarlo porque cuando un
movimiento de lucha incluye un importante componente nacionalista, y este es,
sin duda alguna, el caso en el presente conflicto, las posibilidades de un
cambio de carácter emancipatorio son estrictamente nulas.
Me gustaría compartir el optimismo de los
compañeros que quieren intentar abrir grietas en la situación actual para
posibilitar salidas emancipatorias, sin embargo no puedo cerrar los ojos ante
la evidencia de que las insurrecciones populares y los movimientos por los
derechos sociales nunca son transversales, siempre encuentran a las clases
dominantes formando piña en un lado de las barricadas. Mientras que en los
procesos de autodeterminación, y el actual movimiento es claramente de ese
tipo, siempre interviene un fuerte componente interclasista.
Esos procesos siempre hermanan a los explotados y a
los explotadores en pos de un objetivo que nunca es el de superar las
desigualdades sociales. El resultado, corroborado por la historia, es que los
procesos de autodeterminación de las naciones siempre acaban reproduciendo la
sociedad de clases, volviendo a subyugar las clases populares después de que
estás hayan sido la principal carne de cañón en esas contiendas.
Eso no significa que no haya que luchar contra los
nacionalismos dominantes y procurar destruirlos, pero hay que hacerlo
denunciando constantemente los nacionalismos ascendentes, en lugar de confluir
con ellos bajo el pretexto de que esa lucha conjunta puede proporcionarnos
posibilidades de desbordar sus planteamientos y de arrinconar a quienes solo
persiguen la creación de un nuevo Estado nacional que puedan controlar. Que
nadie lo dude, esos compañeros de viaje serán los primeros en reprimirnos en
cuanto no nos necesiten, y ya deberíamos estar escarmentados de sacarles las
castañas del fuego.
Tomás Ibañez - Barcelona, 26 de septiembre de 2017
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23 diciembre, 2017
Colombia: El 5 de octubre de 2017, la policía abrió fuego contra agricultores desarmados en Tumaco matando a ocho de ellos.
El 5 de octubre de 2017, la policía abrió fuego contra los agricultores desarmados en Tumaco, Colombia. Ocho fueron asesinados. La matanza fue parte de una ofensiva contra los cultivadores de coca en la "Guerra contra las drogas", a pesar de un acuerdo para la sustitución de cultivos y tras nuevas amenazas de Trump, quien ha ordenando al gobierno colombiano utilizar más fuerza o atenerse a las consecuencias.
'The Empire Files' acude para investigar la masacre, sobre el terreno y entrevistar a testigos y víctimas. Abby Martin visita granjas recientemente destruidas, utiliza cámaras ocultas para confrontar a los soldados sobre las operaciones y explora el contexto de tal asesinato menos de un año después del histórico acuerdo de paz que puso fin a la guerra civil de 53 años del país.
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La Fase Crepuscular [fragmento] – Miquel Amorós
E.Rodera |
Párrafo extraído del artículo La Fase Crepuscular, de Miquel
Amorós.
Texto completo en Kaosenlared
“El ser humano solamente puede realizarse en una sociedad
libre, pero en la sociedad contemporánea la libertad se ofrece únicamente como
espectáculo, el no-lugar de la resolución ficticia de las contradicciones
sociales. Espectáculo también de la política, de la vida social, de la cultura
y de la revolución si cabe. Espectáculo de la autorrealización, cada vez menos
creíble, puesto que el grado de frustración ya es demasiado elevado para
contrarrestarse con simulacros. Ante ello las seudomovidas “de izquierda” se
emplean a fondo. Las ideologías izquierdistas son al espectáculo lo que el
pensamiento crítico es a la revuelta. Constituyen el primer peldaño hacia la
sumisión espectacular. Cumplen la función consoladora en otro tiempo
encomendada primero a la religión y luego al consumo: hacer soportable la
miseria personal y la sensación de fracaso. El izquierdismo actual intenta
adoctrinar a los sectores desclasados, principalmente juveniles, para
movilizarlos en nombre de abstracciones como por ejemplo la clase obrera, el
pueblo o la ciudadania. No lo hace en pro de una sociedad en libertad, sin
Mercado ni Estado, sino en pos de una renovación de la economía neoliberal que
incluya mejoras del deteriorado estatus social de dichos sectores. A eso llaman
“transición al postcapitalismo”. A pesar de la destrucción del medio obrero, de
la proliferación de funcionarios y empleados, y de la automatización de la
industria, una minoría vanguardista sigue asignando un papel redentor al
proletariado industrial. Apenas cuentan en sus análisis el desclasamiento y la
alienación, fáciles de comprobar en la generalización entre los asalariados de
una mentalidad idéntica a la de la clase media. En un mundo sin sentido, cuando
más absurdas sean las teorías mejor calado tienen. Sin embargo, la mayoría de
izquierdistas si que han adaptado sus estrategias a la presencia estabilizadora
de esa masa asalariada filistea a la que llaman “ciudadanía”. La “ciudadanía”
surgió como el sujeto imaginario del moderno cambio político, ocupando en el terreno
institucional la centralidad que la clase obrera dejó vacante al perder su
identidad y su ser. Ella se confirma por el hecho de votar, no por el de pensar
y actuar. El principio regulador de su ser es el derecho al voto, no el derecho
a la rebelión. En tanto que nueva clase universal no fundamenta su existencia
en el escándalo de la desigualdad, la alienación y la opresión; más bien se
apoya en su capacidad electoral y en el poder del Estado. Se comporta pues más
como un grupo de presión que como una clase. Accede a la realidad gracias a las
urnas, no a las protestas.”
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Monedero: "El 155 seguramente
había que aplicarlo porque se habían vuelto locos, el problema es cómo lo
aplicas"
*
Informe de la CUP: el Minotauro deja
ya 832 investigados, 1.066 heridos y 67 ataques ultras en Catalunya
*
Condenan a cinco de los seis acusados
por los disturbios de 2014 en Gamonal
21 diciembre, 2017
Con o sin España, Catalunya será independiente – Carlo Frabetti
La Haine - 20/12/2017
Carta abierta a Santiago Alba Rico
¿Dijiste media verdad?
Dirán que mientes dos veces
si dices la otra mitad.
Antonio Machado
Querido Santi:
Si no te conociera, pensaría que en tu reciente artículo
España, un Estado sin nación, haces trampa. Pero, como te conozco bien (aunque
ahora no te reconozca, para decirlo con una de esas paradojas chestertonianas
que tanto nos gustan), prefiero pensar que, una vez más, te has dejado llevar
por tu pesimismo metódico.
No hace falta que te diga que no podría estar más de acuerdo
con el título del artículo y con el sumario: “¿Cuál es ese problema? Lo he
dicho muchas veces. No se trata de la ‘cuestión catalana’ –o de la ‘cuestión
vasca’, hoy momentáneamente olvidada– sino de la ‘cuestión española’: del hecho
de que, si hay naciones sin Estado, España es, al contrario y desde su
nacimiento, un Estado sin nación”. Lo has dicho muchas veces, yo también, y no
somos los únicos, y precisamente por eso no basta con el diagnóstico, aunque no
está de más repetirlo cuantas veces venga a cuento. Y también estoy de acuerdo
con otras muchas de tus afirmaciones; con la mayoría, de hecho, y precisamente
por eso veo necesario, siguiendo con las paradojas chestertonianas, rebatirlo
con especial contundencia. Porque no hay falacia más peligrosa que la que, como
en este caso, se mimetiza entre verdades como puños, medias verdades, tópicos
arraigados y conjeturas que pretenden ser teoremas.
Por eso –lo he dicho muchas veces– los normófilos de Podemos
son más peligrosos, en el terreno de las ideas, que los normópatas del PP. Por
eso los Gabilondo y los Évole son más peligrosos que los Herrera y los
Losantos. Por eso El País es más peligroso que La Razón. Y por eso Fernández
Liria y Alba Rico (y sabéis cuánto me duele decirlo) son, en estos confusos y
atribulados momentos, más peligrosos que los Savater y los Albiac.
He dicho, e intentaré demostrarlo (o cuando menos mostrarlo),
que en tu artículo hay una falacia mimetizada entre verdades, medias verdades,
tópicos y conjeturas. De las verdades, que son muchas e importantes, la más
contundente está en el título y en el sumario, como ya he señalado. Seguida de
esta otra, que merecería un artículo propio: “El fascismo que han redespertado
el PP y C’s, minoritario en relación con el europeo, es, en efecto, mucho más
primitivo: revela de nuevo esa adhesión fetichista-imperial a la Nación fallida
del siglo XIX y, por lo tanto, a su desnuda forma estatal”. Por cierto, es de
agradecer que señales a los verdaderos “redespertadores” del fascismo,
desmintiendo a los tramposos que les echan la culpa a los independentistas.
Entre las medias verdades, cabría destacar esta: “En política
solo puede encubrirse un problema real con otro problema real”. Habría que
añadir que el problema encubridor, aunque conviene que sea real para que cuele
la maniobra de camuflaje, se puede –y se suele– exagerar o distorsionar hasta
extremos que lo convierten en falso. Cuando Aznar repetía como una jaculatoria
“El problema de España es el terrorismo”, decía una verdad –o media– que se
convertía en una doble mentira, por exceso y por defecto: el problema era el
terrorismo, sí, pero el terrorismo de Estado; y tampoco era “el” problema, a
pesar de su enorme gravedad, sino un epifenómeno del nacionalcatolicismo y la
barbarie capitalista.
Entre los tópicos, a los que no eres propenso, sorprende encontrar
uno de los más difundidos y tergiversadores: el de la “guerra civil” española.
Lo que dio paso a cuarenta años de “democracia orgánica” franquista y otros
tantos de monarquía bananera no fue una guerra civil (del mismo modo y por las
mismas razones que la invasión de Iraq no fue una guerra), y tú que tanto y tan
bien has escrito sobre el terrorismo lingüístico, no deberías alimentar un
tópico que sirve de base al discurso de la “reconciliación” y la equidistancia.
La parte más interesante de tu artículo, la conjetural, es
también la más equívoca, en la medida en que algunas conjeturas se presentan
como verdades demostradas. En otro contexto, una frase (poética) como “España
no existe y para separarse de ella primero habrá que construirla”, me parecería
un excelente punto de partida para un debate más que necesario sobre las
naciones y los nacionalismos. Pero en tu artículo es una afirmación literal y
una premisa (en el sentido silogístico del término) para llegar a la conclusión
abusiva de que la República Catalana es imposible y la CUP sueña tortillas (y,
de paso, para apoyar a tus amigos equidistantes sin enseñar mucho el plumero).
Hay que distinguir, hoy más que nunca, como nos recuerda
Alfonso Sastre al hablar de la utopía, entre lo imposible y lo imposibilitado.
Y hay que luchar en todos lo frentes para que lo imposibilitado deje de serlo
(o, mejor dicho, de estarlo). Tres millones de catalanas y catalanes (quienes
votaron el 1-O y quienes intentaron hacerlo a pesar de la brutalidad policial)
han demostrado su firme voluntad de librar esa batalla, su coraje y su
admirable capacidad de autoorganización. Sería incurrir en el mismo error que
estoy criticando afirmar que esta “arma decisiva”, como diría Chomsky,
garantiza una victoria final (es decir, inaugural) y a corto plazo; pero tu
categórica afirmación contraria: “tan cierto como que existe una nación
catalana y que no será independiente” es una contradictio in terminis: si
existe una nación catalana digna de ese nombre –y estamos de acuerdo en que
existe– será independiente (de hecho, está empezando a serlo, y por eso el
poder ha perdido los papeles).
Puede que la independencia de Catalunya propicie “la
fundación democrática y pacífica de España”; pero no pasa por ella, como afirma
Podemos para justificar su posposición indefinida de lo imposponible, su
equidistancia cobarde y oportunista. Incluso podría suceder lo contrario: que
la existencia más fuerte de la nación catalana aniquilara con su abrazo
fraterno, cual ángel rilkeano, a la inconsistente España, brindándole así la
oportunidad de convertirse en un mosaico de naciones independientes y hermanas.
Texto completo en: https://www.lahaine.org/con-o-sin-espana-catalunya
20 diciembre, 2017
Este planeta es nuestro, dijeron.
PRIVADO PROPIEDAD PECUNIA
Un buen día
Es un decir
Manuel llegó a un planeta
Pero ese planeta era de alguien
Este planeta es nuestro
Dijeron
Manuel quiso coger una fruta
Y le dijeron
Esa fruta es nuestra
Quiso agarrar un animal
Y le dijeron
Ese animal es nuestro
Quiso entrar en un edificio
Y le dijeron
Ese edificio es nuestro
Todo lo que quería hacer Manuel
Para poder vivir en ese planeta
Era prohibido
Ya que implicaba utilizar algo
Que era de alguien
Para poder participar de los alimentos
O simplemente descansar
A Manuel le pedían
Hacer cosas a cambio
Que lo tenían todo el día ocupado
Y así un día y otro día
Hasta que un buen día
Es un decir
Manuel fue completamente
Propiedad privada de ellos
Al principio todos nos llamábamos
Manuel
No teníamos nada
Y teníamos todo
Nada era de nadie
Y todo era de todos
Un buen día
Es un decir
Por miedo codicia o placer
Manuel empieza a guardar cosas
A esconder cosas
A proteger cosas
A acumular cosas
Todas esas cosas
Que guarda esconde protege y acumula
Pasan a ser propiedad privada de
Manuel
Desaparecen para Manuel
Y ya no estarán al alcance de Manuel
Y entonces Manuel con propiedades
Empieza a usar
A Manuel sin propiedades
Como una propiedad
Y Manuel sin propiedades
Empieza a tener algo de valor
Al empezar a tener las propiedades
Que tienen las cosas
El justo noble y sagrado
Enriquecimiento de Manuel
Ha significado el injusto innoble y sangrado
Empobrecimiento de Manuel y Manuel y
Manuel
El básico normal y cotidiano
Beneficio de Manuel
Manuel lo saca
Básicamente de Manuel
Normalmente de Manuel
Cotidianamente de Manuel
Manuel ha construido
Su digna abundancia
Su noble opulencia
Y su decente bienestar
Sobre la indigna miseria
La innoble carencia
Y la indecente pobreza de Manuel
Hay quien dice
Que Manuel es el único
Depredador de Manuel
Que desde siempre ha estado
En su cadena alimenticia
Que el mundo cómodo moderno y
tecnológico
En el que vive Manuel
Tiene como principal materia prima
La sangre de Manuel
Hay quien dice
Que la principal propiedad de Manuel
Es aprovecharse de Manuel
Y que esta propiedad se cumple
En todo lo que hace
Así Manuel
La familia de Manuel
La banda de Manuel
La tribu de Manuel
La secta de Manuel
La corporación de Manuel
La nación de Manuel
Al principio todos nos llamábamos
Manuel
Y desde el principio
Manuel ha intentado conseguir
Más libertad más derechos más
comodidad
Más seguridad más protección
En definitiva
Una buena vida
Para su dinero
Un buen día
El dinero de Manuel
Ha conseguido tanta libertad derechos
comodidad
Seguridad protección y buena vida
Que tiene más libertad derechos
comodidad
Seguridad protección y buena vida
Que Manuel
Hay quien dice
Que en el mundo de Manuel
El dinero de Manuel
Vive en condiciones
Mejores que las del propio Manuel
Hay quien dice
Que quien realmente manda
En el mundo de Manuel
Es el dinero de Manuel
Y que lo que fue una solución
A un antiguo problema
Es ahora el principal problema
El dinero por su lado dice
Que no tiene la culpa de nada
Que él está para servir a Manuel
Que siempre ha sido utilizado por
Manuel
Que el problema lo tiene Manuel
Y el mal uso que hace de él
El mal reparto que hace de él
Y la manía que tiene Manuel
De robar acumular y esconder
El dinero de todos
Para el beneficio de nadie
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