30 septiembre, 2021

Cuatro citas de Manuel Sacristán

 


"El requisito imprescindible para una investigación sin prejuicios es el reconocimiento de la ignorancia propia".


"Poco a poco va uno descubriendo que es más difícil saber leer que ser un genio".


"El marxismo es un humanismo. Lo que lo separa de cualquier otro –y principalmente del humanismo abstracto ‘personalista’– es la tesis de que la persona y su libertad son entidades necesitadas no de conservación, sino de conquista".


Manuel Sacristán


En un determinado momento, el corresponsal de Argumentos preguntó a Sacristán por el supuesto carácter definitivo de la, ya por aquel entonces, enésima crisis del marxismo. Su sucinta respuesta: "Mucho vuela el viento, pero mucho más el pensamiento. (...) En cuanto a la crisis del marxismo: todo pensamiento decente tiene que estar en crisis permanente; de modo que, por mí, que dure".



28 septiembre, 2021

EEUU: 60 millones de personas dependientes de los bancos de alimentos

 

Chase LawrenceWSWS.org – 27/09/2021


Sesenta millones de personas en los Estados Unidos, casi 1 de cada 5, recibieron asistencia de los bancos de alimentos y organizaciones similares en 2020, según la organización sin fines de lucro Feeding America, lo que representa un aumento del 50 por ciento con respecto al año anterior. Según un informe de investigación de The Conversation, el aumento más pronunciado en la tasa de insuficiencia alimentaria se registró entre los denominados hogares de ingresos medios, hogares con ingresos situados entre 50.000 y 75.000 dólares al año, pasando del 0,98% al 1,48%. Es decir, este es un problema que afecta principalmente a la clase trabajadora.


Autos haciendo cola en un banco de alimentos del Utah Food Bank, 
en el Maverik Center, el viernes 24 de abril de 2020, en West Valley City, Utah [Crédito: AP Photo / Rick Bowmer]


Como se puede observar en este gráfico, prácticamente la mitad
del presupuesto de EEUU para el 2022 está destinado al sector militar. 


El infierno de los vivos

 



"El infierno de los vivos no es algo por venir; hay uno, el que ya existe aquí, el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Hay dos maneras de no sufrirlo.


La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de dejar de verlo.


La segunda es arriesgada y exige atención y aprendizaje continuos: buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacer que dure, y dejarle espacio".


Italo Calvino, Las ciudades invisibles, Ediciones Minotauro, Barcelona, 1999, pp. 250-251.


27 septiembre, 2021

En nuestra salita — Conrado Santamaría


 


2.18


Incendiamos los bosques

y adornamos nuestra salita

con una orquídea.


Diezmamos los cardúmenes

y decoramos nuestra salita

con una pecera.


Matamos seres humanos

y vemos en nuestra salita

un buen documental.


No nos reconocemos en el espejo

y compartimos un selfie

con las amistades que sonríen

en salitas idénticas.



TOTALITARIA, Conrado Santamaría Bastida

Planeta Clandestino, 2021


26 septiembre, 2021

Por qué la riqueza genera pobreza en el mundo — Michael Parenti

 



Escrito hace 14 años, este artículo de Michael Parenti sigue estando plenamente vigente, habiendo incluso empeorado muchas de las cuestiones que en él se exponen.


COUNTERCURRENTS.ORG - 07/11/2007

Traducción del inglés: Arrezafe


Hay un "misterio" que debemos explicar: ¿Cómo es posible que si las corporaciones han realizado inversiones, y la ayuda extranjera y los préstamos internacionales a los países pobres se han incrementado de manera extraordinaria por todo el mundo en la última mitad del siglo, también lo haya hecho la pobreza? El número de personas que viven en la pobreza crece, proporcionalmente, más rápidamente que la población mundial. ¿Qué conclusión podemos sacar de todo esto?


En la última mitad del siglo, las industrias y los bancos de Estados Unidos (y otras corporaciones occidentales) han invertido grandes cantidades en las regiones pobres de Asia, África y América Latina, conocidas como "el tercer mundo". Las transnacionales están implicadas en los ricos recursos naturales, las altas ganancias propiciadas por salarios bajos y la casi total ausencia de impuestos, regulaciones medioambientales y gastos en seguridad laboral.


El gobierno de Estados Unidos ha subvencionado la fuga de capitales, otorgando a las corporaciones exenciones de impuestos a sus inversiones en el extranjero e incluso pagando algunos de sus gastos de reubicación, para indignación de los sindicatos que, aquí en casa, ven como se evaporan sus puestos trabajos.


Las transnacionales han arruinado los negocios locales del tercer mundo y controlan sus mercados. El cartel estadounidense del comercio agrario, subsidiado de manera extraordinaria por los contribuyentes, envía sus productos excedentes a otros países a bajo precio y hunde a los agricultores locales. Como Christopher Cook describe en su Dieta para un planeta muerto, expropian las mejores tierras en esos países para su cultivo comercial (cash-crop) y para la exportación, normalmente de monocultivos que requieren gran cantidad de pesticidas, dejando cada vez menos terreno para el cultivo de los centenares de variedades de producción orgánica que alimenta a la población local.


Desplazando a la población local de sus tierras y robándoles su autosuficiencia, las corporaciones crean unos mercados laborales de multitudes desesperadas forzadas a vivir en barrios de chabolas y a trabajar por un salario miserable (cuando pueden conseguir trabajo), a menudo violando el salario mínimo establecido por las propias leyes del país.


En Haití, por ejemplo, corporaciones gigantes como Disney, Wal-Mart y J.C. Penny pagan a sus trabajadores 11 centavos por hora. Estados Unidos es uno de los pocos países que se ha negado a firmar una convención internacional para la abolición del trabajo infantil forzado, actitud que se deriva de las prácticas de las grandes corporaciones estadounidenses respecto del trabajo infantil a lo largo y ancho del Tercer Mundo e incluso en Estados Unidos.


El ahorro que las grandes corporaciones obtienen de una mano de obra barata en el extranjero no se traduce en precios más bajos para los consumidores de otros lugares. Las corporaciones no contratan mano de obra en regiones lejanas para que los consumidores en Estados Unidos puedan obtener un producto más barato, los contratan para incrementar su margen de beneficios. En 1990, los zapatos fabricados en Indonesia por niños que trabajaban doce horas al día por 13 centavos a la hora, costaban dos dólares sesenta centavos pero se vendían en Estados Unidos por cien dólares o más.


La "ayuda" exterior de Estados Unidos va unida a la inversión transnacional. Subvenciona la construcción de las infraestructuras que necesitan las corporaciones en el Tercer Mundo: puertos, autopistas y refinerías.


La ayuda que se entrega a los gobiernos del Tercer Mundo va acompañada de múltiples y condicionantes ataduras. A menudo, esa "ayuda" se debe destinar a la adquisición de productos estadounidenses y al país que la recibe se le exige dar preferencia a las inversiones de compañías estadounidenses, substituyendo el consumo de mercancías y alimentos locales en favor de los importados, creando más dependencia, paro, hambruna y deuda.


Una buena porción de la ayuda monetaria nunca ve la luz pública, yendo directamente a las arcas personales de los funcionarios corruptos de los países que la reciben.


La ayuda (o algo parecido) llega también de otras fuentes. En 1944, las Naciones Unidad crearon el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI). En ambas organizaciones el poder de voto está determinado por las contribuciones financieras de cada país. Estados Unidos, en tanto que mayor "donante", tiene la voz cantante, seguido de Alemania, Japón, Francia y Gran Bretaña. El FMI opera en secreto con un selecto grupo de banqueros y funcionarios de los ministerios de economía seleccionados, en su mayoría, por las naciones más ricas.


Supuestamente, el Banco Mundial y el FMI ayudan al desarrollo de las naciones. Pero lo que realmente ocurre es muy distinto. Un país pobre que solicite un préstamo al Banco Mundial con el fin de mejorar algunos aspectos de su economía, si no fuera capaz de pagar los grandes intereses, debido a un descenso de las ventas de exportación o por cualquier otro motivo, se verá obligado a pedir un nuevo préstamo, pero esta vez del Fondo Monetario Internacional.


Pero el FMI impone un "Programa de ajuste estructural" (SAP, por sus siglas en inglés) que requiere que los países deudores otorguen beneficios fiscales a las corporaciones transnacionales, reduzcan salarios y no establezcan medidas para proteger a las compañías locales de los importaciones y adquisiciones extranjeras. Presiona a las naciones deudoras para que privaticen sus economías, vendiendo a compañías privadas y a precios escandalosamente bajos sus minas, ferrocarriles y servicios públicos pertenecientes al estado.


Estos países se ven así forzados a abrir sus bosques a la tala y sus tierras a las minas a cielo abierto, sin consideración alguna por el daño ecológico causado. También deben recortar sus presupuestos destinados a la salud, la educación, el transporte y los alimentos básicos, gastando menos en su propia población para disponer de dinero y poder hacer frente a los pagos de la deuda. Como se les exige desarrollar una agricultura orientada a la exportación, se ven cada vez menos capacitados para alimentar a su propia población.


Ésta es la razón por la que en los países más pobres los salarios reales hayan disminuido y la deuda nacional haya crecido hasta un punto en que los pagos de la deuda absorben casi todas las ganancias de las exportaciones, lo que origina un mayor empobrecimiento, incapacitando al país deudor para proveer a la población de sus necesidades.


Así hemos explicado el "misterio" de por qué la riqueza genera pobreza. Por supuesto, ese misterio no existe a no ser que te adhieras a la mistificadora teoría del "goteo", teoría liberal en función de la cual la acumulación de riqueza en las capas altas de la pirámide social acaba provocando el "goteo" de riqueza hacia las capas inferiores. La imagen típica de la pirámide de copas en la que, tras llenarse la superior, rebosa y va llenando las inferiores. ¿Por qué ha aumentado la pobreza mientras que las ayudas extranjeras, prestamos e inversiones han crecido? Respuesta: los préstamos, inversiones y la mayoría de las ayudas están diseñadas no para luchar contra la pobreza, sino para aumentar la riqueza de los inversores transnacionales a expensas de la población local.


No existe tal goteo, sino un sifón que asciende desde la mayoría de la clase trabajadora hacia la rica minoría.


En su perpetua confusión, algunos críticos liberales concluyen que la ayuda exterior y los ajustes estructurales del FMI y del Banco Mundial "no funcionan", señalando que el resultado final es menos autosuficiencia y más pobreza para las naciones que las reciben. ¿Por qué entonces los estados miembros ricos siguen financiando al FMI y al Banco Mundial? ¿Son sus líderes menos inteligentes que los críticos que continúan señalando que su política está produciendo el efecto contrario?


No, los estúpidos son los críticos, no los líderes e inversores occidentales, los cuales poseen y disfrutan de tan inmensa riqueza global porque sus programas de préstamos y ayudas funcionan. La pregunta es ¿funcionan para quién? ¿Cui bono? [¿A quién benefician?]


La intención detrás de sus programas de inversiones, préstamos y "ayudas" no es la de mejorar la vida de las poblaciones de otros países, este no es su verdadero negocio. El propósito es servir los intereses de la acumulación global de capital, apropiarse de las tierras y las economías locales de las gentes del Tercer Mundo, monopolizar sus mercados, reducir sus salarios, esclavizar su trabajo mediante deudas enormes, privatizar su sector público e impedir que estas naciones emerjan como competidores comerciales impidiendo que se desarrollen con normalidad. En este sentido, las inversiones, la ayuda externa y los ajustes estructurales funcionan realmente bien.


El verdadero misterio es: ¿Por qué algunas personas aún consideran que este análisis es producto de una conspiración imaginaria? ¿Por qué son tan reacias a admitir que los gobernantes de Estados Unidos, consciente y deliberadamente, ejercen esta política despiadada (suprimir salarios, derogar la protección medioambiental, eliminar el sector público, recortar la ayuda humanitaria) en el Tercer Mundo, cuando estos mismos gobernantes ¡están haciendo exactamente lo mismo aquí, en nuestro propio país!?


¿No creen que ha llegado la hora de que estos críticos liberales dejen de pensar que quienes poseen gran parte del mundo (y querrían poseerlo todo) son "incompetentes" o "desacertados" o que "no ven las consecuencias "involuntarias" de su política"? No estaremos siendo muy inteligentes si pensamos que nuestros enemigos no son tan listos como nosotros. Ellos saben muy bien cuales son y dónde están sus intereses y nosotros también deberíamos saberlo.



London's Dirty Russian Money

 







24 septiembre, 2021

Así reparte el pan el capitalismo

 




El virus del hambre. Marca y sello capitalista Pascualina Curcio


LA HAINE – 24/09/2021


El problema del hambre en el mundo no es por la falta de alimentos, es por la desigual distribución que se origina en el propio proceso social de la producción


Durante los 10 minutos que aproximadamente le tomará leer este artículo, habrán muerto de hambre 110 personas en el mundo, lo que equivale a 15.840 seres humanos diariamente, o casi 6 millones al año según estimaciones de Oxfam. Imagine ir a la cama en las noches sin tener nada qué comer. Imagine la angustia de una madre o un padre al no poder alimentar a sus hijos. Piense en el dolor, y más aún, en la impotencia que causa saber que un niño murió de hambre.


Según el reciente informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) titulado El estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo 2021, en 2020, 30% de la población mundial, alrededor de 2.300 millones de personas, no tuvo acceso a una alimentación adecuada. Se lee también en el informe que 12% de la población mundial, 928 millones de personas, padeció inseguridad alimentaria grave durante el año de pandemia, 148 millones más que en 2019.


La situación del hambre en el mundo es aún más indignante por el hecho de que, mientras 2.300 millones de personas no tuvieron acceso a una alimentación adecuada y 6 millones murieron por no tener qué comer durante 2020, se desperdiciaron 2.500 millones de toneladas de alimentos que fueron a parar al basurero, nada más y nada menos que 40% de la producción mundial de alimentos (informe del Fondo Mundial para la Naturaleza). De estos 2.500 millones de toneladas, 1.200 millones, equivalentes a US$ 370 mil millones, se desperdiciaron en la fase de producción agrícola. El resto de la comida, es decir, 1.300 millones de toneladas, se botó en los hogares (61%), en los servicios de alimentos o restaurantes (26%) y en los comercios (13%).


Según el mismo informe, 58% del desperdicio de alimentos en la fase agrícola de producción ocurre en los países de ingresos altos y medios de Europa, en América del Norte y países industrializados, a pesar de que éstos cuentan con 37% de la población mundial. En otras palabras, el desperdicio de alimentos en estos países y en términos per cápita, es mucho mayor.


Celsa Peiteado, responsable del programa de Alimentación Sostenible del Fondo Mundial para la Naturaleza dijo en julio 2021: "los datos son alarmantes: se desperdicia suficiente comida como para alimentar a todo el mundo hasta el 2050. Podríamos alimentar a todas las personas que pasan hambre en el planeta más de siete veces".


En 2016, la ONU dijo que se necesitarían US$ 267.000 millones cada año para acabar con el hambre en 2030. Paradójicamente, cada año se botan, solo en la fase agrícola, US$ 370 mil millones en comida. Por otra parte, también paradójicamente, en 2020, las 10 personas más ricas del mundo incrementaron su riqueza en US$ 413.000 millones (Forbes), o sea, tan solo 10 personas aumentaron su fortuna en casi el doble de lo que necesitan más de 2 mil millones de personas para no tener que ir a la cama sin comer o, pero aun morir de hambre.


De acuerdo con el reciente informe de Oxfam de julio de 2021, se estima que 11 personas mueren cada minuto a causa del hambre, lo que supera la actual tasa de mortalidad por covid-19, que es de 7 personas por minuto. Afirman los de Oxfam: "Lo que parecía una crisis global de salud pública ha derivado rápidamente en una grave crisis de hambre que ha puesto al descubierto la enorme desigualdad del mundo en que vivimos". Desigualdad que es consecuencia, o mejor dicho, que es específica y característica del sistema económico, social y político que predomina. Insistimos en recordar, sobre todo a aquellos que repiten el discurso del supuesto éxito del capitalismo versus el supuesto fracaso del socialismo que 98% de los 195 países reconocidos por la ONU son capitalistas, así que, el hambre en el mundo tiene sello y marca capitalista.


El problema del hambre en el mundo no es por la falta de alimentos, es por la desigual en la distribución que se origina en el propio proceso social de la producción basado en la explotación del trabajador, proceso que genera pobreza y grandes limitaciones para el acceso a alimentos por parte de las grandes mayorías.


Junto a las grandes desigualdades mundiales que derivan en pobreza y miseria, los conflictos y las guerras también son una causa importante del hambre. Según el informe mundial sobre la crisis alimentaria 2021, alrededor de 100 millones de personas cayeron en una situación de crisis alimentaria como consecuencia de las guerras en 2020. En este mundo predominantemente capitalista en el que vivimos, el gasto militar aumentó 2,7% con respecto a 2019, equivalentes a US$ 51.000 millones, alcanzando los US$ 2 billones de gasto anual, esto a pesar de que en 2020 la producción mundial cayó 3,5% (son datos publicados en el reciente informe del Instituto para la Paz de Estocolmo de abril de 2021).


Los cinco países que más gastaron y que juntos representaron 62% del gasto militar mundial, fueron EEUU, China, India, Rusia y el Reino Unido. En promedio, el gasto militar a nivel mundial con respecto al PIB pasó de 2,2% en 2019 a 2,4% en 2020. En EEUU alcanzó un estimado de US$ 778 mil millones en 2020, aumentó 4,4% con respecto al 2019 a pesar de que su economía cayó 3,4% durante el mismo período. Casi todos los países que conforman la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan) aumentaron su carga militar durante la pandemia.


PRESUPUESTO MILITAR PAÍSES DE LA OTAN


Acabar con el hambre en el mundo no pasa por dar comida a los pobres tal como, de manera focalizada receta el neoliberalismo cuando recomienda identificar a los que se encuentran en pobreza extrema para llevarles algo de comer. Tampoco es un asunto de la famosa frase, muy capitalista por cierto, que dice: "no le des el pescado, enséñales a pescar" porque en realidad el problema no es que no sepan pescar, el pescador/trabajador sabe pescar/trabajar y lo hace bien, el problema es que, lo que pesca/el producto de su trabajo, se lo apropia el burgués en el momento en que no le retribuye completamente el valor de su fuerza de trabajo, y solo le entrega, en el mejor de los casos, lo mínimamente necesario para que pueda sobrevivir y reproducirse como clase trabajadora.


Acabar, de verdad, con el hambre pasa por erradicar la pobreza, lo cual requiere acabar con las grandes desigualdades que se originan en un modo de producción basado en la explotación. Para acabar con las desigualdades hay que cambiar el sistema capitalista, ese mismo que predomina en el mundo desde hace siglos y que algunos insisten en calificar de exitoso a pesar de los 2.300 millones de personas que no tienen suficiente comida y los 6 millones que mueren de hambre todos los años mientras la casi mitad de los alimentos que se producen en todo el mundo son echados al basurero.


www.ultimasnoticias.com.ve


23 septiembre, 2021

Australia's Defence Policy Explained — [Parodia de la política de defensa de Australia]

 



Parodia... ¿parodia?

Transcripción del inglés: Arrezafe


—Gracias a todos por venir tan rápidamente. Pensé que la mejor manera de proceder era reunir a todos en una habitación.

—Sí, claro, ciertamente.

—Voy directamente al grano. Este libro blanco recomienda que gastemos cerca de 400 mil millones de dólares, según estimaciones a futuro. Ahora bien, en algún momento, al primer ministro se le hará una pregunta muy simple: ¿para protegernos de qué enemigo?

—Hummm... Es... tan difícil de decir.

—400 mil millones... Señáleme uno.

—Un sujeto regional.

—En concreto, coronel.

—Un determinado sujeto regional indo-pacífico.

—Más específicamente.

—Indo-Asia-Pacífico.

—Eso es aún más amplio ¿a quién están dejando fuera?

—Europa, sí...

—Sólo necesito un país.

—O un sujeto no alineado.

—No, un país.

—Uno que podría amenazarnos. Solo uno.

—Bueno... No quisiera provocar tensiones...

—¿Dónde?

— ...en ésta habitación.

—¿Saben qué? Nombraré uno y ustedes asentirán con la cabeza: ¡China!

—Sí... Vale...

—¿Y qué estamos protegiendo exactamente?

—Intereses estratégicos

—En concreto coronel.

—Estrategias Indo-Pacíficas.

—Más específicamente.

—Estrategia India-Asia-Pacífico.

—¿Saben qué? Lo diré y ustedes asienten: Nuestras rutas comerciales.

—Sí... claro...

—¿Y quién es nuestro socio comercial número uno?

—¿Legalmente?

—Claro.

—¿China?...

—Sí...

—Entonces, en este escenario, estamos gastando cerca de 30 mil millones de dólares al año para proteger nuestro comercio con China, de China.

¿Y esto no le sorprende a nadie en esta mesa?



22 septiembre, 2021

USA: Our "Manifest Destiny" is Endless War & Murder


US CENCOM Admits Afghan "Revenge" Drone Strike Killed Only Civilians,
 Including 7 Children


"ASESINATO POR CONTROL REMOTO"


Razones que explican los homenajes del PP y PSOE-UP al narcoterrorista Ivan Duque — Ángeles Maestro

 



La Haine – 14/09/2021


Duque es el responsable directo del asesinato de más de 70 personas y de cientos de desaparecidos, cuyos cadáveres continúan apareciendo.


Este domingo 12 de septiembre ha tenido lugar en Madrid, desde la puerta del Sol a la de Alcalá una manifestación que, convocada por organizaciones colombiana como Resistencia Madrid-Colombia o Por la vida, la paz y la justicia, ha reunido a más de dos mil personas para denunciar la presencia del presidente de Colombia Ivan Duque, como invitado de honor en la Feria del Libro de Madrid.




Duque es el responsable directo del asesinato de más de 70 personas y de cientos de desaparecidos, cuyos cadáveres continúan apareciendo, durante el Paro Nacional convocado el pasado mes de abril contra la reforma tributaria que, impulsada por el Fondo Monetario Internacional, pretendía gravar productos de primera necesidad y servicios públicos básicos como el agua, la electricidad, el gas o la telefonía.


La brutalidad de la represión, llevada a cabo por la Policía Nacional, y especialmente por el Escuadrón Móvil Antidisturbios, provocó la denuncia en numerosas manifestaciones en todo el mundo, también en el Estado español y la condena del Comité Interamericano de DDHH a quien el Gobierno de Duque negó la entrada al país. Todo ello fue silenciado por los grandes medios de comunicación españoles y por el gobierno PSOE-Podemos, que pocas semanas después dedicaban las portadas de los telediarios y se pronunciaban con grandes alharacas «contra la represión en Cuba».


La manifestación mostró su indignación también por el anuncio realizado por el «gobierno progresista» de conceder la Gran Cruz de Isabel la Católica, responsable del mayor genocidio que ha conocido la historia contra los pueblos latinoamericanos, al jefe del gobierno de Colombia con vínculos directos con el narcotráfico y el paramilitarismo que está asesinando a centenares de líderes políticos, sindicales y del movimiento popular.




Tanto el silencio de los medios de comunicación ante la masacre cotidiana que vive el pueblo colombiano como la esperpéntica decisión de homenajear en Madrid a su mayor responsable en estos momentos, que une en un mismo hecho al PSOE y al PP con el silencio de Unidas Podemos, sería incomprensible si no atendemos a los hilos económicos que los mueven.


Los bancos y las grandes multinacionales españolas como Repsol, Naturgy – antes Gas Natural, FENOSA o Agbar (Aguas de Barcelona), propietarias de los grandes medios de comunicación, han sido denunciadas en repetidas ocasiones por su utilización del narcotráfico y el paramilitarismo para el asesinato de líderes populares y para el desplazamiento masivo de comunidades que obstaculizaban su negocio. En los consejos de administración de estas empresas se sientan, con suculentos ingresos, una lista interminable de políticos y políticas de PSOE, PP o PNV.


La penetración del capital español en Colombia, y en otros países de América Latina y la relación de políticos españoles con el narcotráfico tiene una larga y sucia historia. Baste recordar la invitación a la celebración en Madrid de la victoria electoral de Felipe González en 1982 a los más famosos narcotraficantes colombianos, como Pablo Escobar.


En 1984, tras el asesinato del Ministro de Justicia de Colombia por sicarios del cártel de Medellín liderado por Pablo Escobar, los asesinos se refugiaron en España donde vivían a cuerpo de rey. Tras las presiones de EEUU para su extradición por distintos procesos criminales, Felipe González optó por extraditarlos a Colombia, donde se sabía que pronto saldrían a la calle. Se ha publicado que tal decisión fue precedida, supuestamente por el pago por parte del cártel de Medellín de 30 millones de dólares destinados a sobornos en España (1).


En 1991, el Gobierno del PSOE convocó la I Cumbre Iberoamericana en Guadalajara, que encabezada por Felipe Gonzálea y el rey Juan Carlos, reunió a presidentes latinoamericanos como Fujimori (Perú), Menem (Argentina), Gaviria (Colombia), Salinas de Gortai (México), Carlos Andrés Pérez (Venezuela) etc. En ella se acordaron las privatizaciones de recursos y empresas públicas latinoamericanas que permitieron el saqueo y la entrada triunfal de los nuevos conquistadores españoles de la mano de los gobiernos, primero del PSOE y luego del PP.


En diciembre de 2014, Felipe González recibió con todos los honores del presidente Juan Manuel Santos la nacionalidad colombiana, quien le definió como un «ser extraordinario» y un gran amigo del país.


Marx escribió que el capitalismo llega al mundo chorreando sangre y lodo de la cabeza a los pies. El capital que saquea recursos naturales y empresas públicas lo hace efectivamente, mediante crímenes y sobornos. Nada de ello sería posible sin la complicidad criminal de los gobiernos.


Hoy los colombianos y las colombianas que viven y trabajan en Madrid, junto a quienes sentimos la solidad internacionalista de los pueblos que tienen, aquí y allí, los mismos enemigos, se ha expresado en Madrid.


Estos aspectos han sido analizados por mi en «El Régimen de la Transición y el capital español en el saqueo de América Latina», https://lahaine.org/fK7Q.


(1)https://diario16.com/felipe-gonzalez-y-el-dinero-de-los-carteles-colombianos-de-la-droga/



19 septiembre, 2021

US War Propaganda vs China & the War it Seeks to Start

 



"Solo quiero mostrar lo absurda que es esta noción de que Estados Unidos, que representa el 4,34% de la población mundial, tenga que imponerse sobre el resto. Incluso sumándole todos los países del G7, su población sigue siendo menor que la de China o la India. Así pues, nos estamos refiriendo a un orden internacional que Estados Unidos pretende imponer, gobernar, controlar y liderar integrando a todos los demás países al dictamen de una pequeña fracción de la población global. Esto es supremacía, esto es lo que los supremacistas piensan, que son mejores que los demás y que, aunque son minoría, deben tener el dominio sobre la mayoría. Es simplemente absurdo oírles hablar de democracia".

Brian Berletic



18 septiembre, 2021

Rosa Luxemburg, la flor más roja del socialismo — Néstor Kohan

 




La revolución es magnífica... Todo lo demás es un disparate

Carta de Rosa Luxemburg a Emmanuel y Matilde Wurm

(18 de julio de 1906)

El socialismo no es, precisamente, un problema de cuchillo y tenedor, sino un movimiento de cultura, una grande y poderosa concepción del mundo

Carta de Rosa Luxemburg a Franz Mehring

(febrero de 1916)


¿Por qué nos reencontramos con ella justo hoy?


Vivimos tiempos de crisis, rupturas, quiebres, reacomodamientos. Lo que parecía estable y eterno, tiembla, se resquebraja, se degrada, zozobra. El Estado de bienestar, los derechos sociales, las instituciones económicas de posguerra, el sistema político-partidario tradicional, los "pactos sociales" entre las burocracias sindicales y las patronales. Todo se pone en cuestión. Nadie queda al margen. No hay espacio para el aislamiento. El mundo capitalista se unifica explosivamente. Crece en extensión y en profundidad.


El capitalismo, desde su mismo nacimiento, ha transitado por muchas crisis. Hasta ahora siempre las ha resuelto de la única manera posible, la que única que conoce: con genocidio, barbarie, guerras, matanzas, tortura, explotación y saqueos. Los costos de las recomposiciones capitalistas los han pagado invariablemente los trabajadores, las clases subalternas, los pueblos sometidos y todos los oprimidos de la historia. La violenta recomposición capitalista que en Europa y EEUU siguió a las rebeliones de los ’60 y a la crisis de los ’70 y en América Latina vino de la mano de las peores dictaduras militares de la historia que aplastaron la insurgencia armada con más de 100.000 desaparecidos, cientos de miles de prisioneros torturados y varios millones de exiliados, no es la excepción. Constituye tan sólo un pequeño eslabón en la cadena oxidada con que el capital nos viene oprimiendo desde hace ya demasiado tiempo.


La mundialización capitalista, como proceso histórico social, y el neoliberalismo, como su legitimación ideológica, son producto de ese avance sangriento del capital por sobre los trabajadores y su intento por disciplinar y someter a todos los sujetos potencialmente contestatarios a escala global. La profundización de la explotación, la marginación y la exclusión social no son "accidentes", "errores" o "excesos" sino el alma viva de este sistema de dominación.


La propia izquierda, en sus diferentes vertientes, no ha quedado inmune a esas violentas transformaciones sociales ocurridas durante el último cuarto de siglo. La caída del muro de Berlín y el derrumbe ideológico que lo acompañó han sido apenas la punta del iceberg de una serie de cambios de época mucho más profundos.


La crisis terminal del stalinismo, otrora reinante en los países del Este, no vino sola. La socialdemocracia de los principales países capitalistas occidentales navegó durante los últimos años entre la corrupción descarada y la adaptación al discurso y la práctica neoliberal. Mientras tanto, en la mayoría de los países del tercer mundo los proyectos nacional-populistas de posguerra terminaban siendo fagocitados por las reformas neoliberales, los ajustes permanentes, la reestructuración de la deuda externa y la agresividad militarista del imperialismo.


Ese panorama sombrío, signado por la contrarrevolución económica, política, cultural y militar que tiñó el ocaso del siglo XX ha comenzado a disiparse. No por arte de magia ni por "mandato ineluctable de la historia" sino por las luchas sociales, las rebeliones populares y las movilizaciones masivas. Hoy se respira otro aire. Vuelven a discutirse los grandes problemas acerca de las alternativas al capitalismo que habían quedado fuera de la agenda de la izquierda durante demasiados años. En Venezuela y en Cuba enfrentadas cara a cara con el imperialismo norteamericano; en las rebeliones populares que derrocan gobiernos títeres en Ecuador y Bolivia; en Brasil, Argentina y Uruguay ante las frustraciones crecientes por las promesas incumplidas de los gobiernos "progresistas"; pero también en el movimiento altermundista de las grandes capitales europeas.


No es casual, entonces, que en ese horizonte de rebeldía y esperanza reaparezca el interés por Rosa Luxemburg [1871-1919] en todos aquellos y aquellas que se sienten parte del abanico de la izquierda radical, anticapitalista y antiimperialista.


Cuando ya nadie se acuerda de los viejos pusilánimes de la socialdemocracia, de los jerarcas cínicos del stalinismo, ni de los grandes retóricos tramposos del nacional-populismo, el pensamiento de Rosa Luxemburg continúa generando polémicas teóricas y enamorando a las nuevas generaciones de militantes. Su espíritu insumiso y rebelde asoma la cabeza —cubierta por un elegante sombrero, por supuesto— en cada manifestación juvenil contra la mundialización de los mercados, las guerras imperialistas y la dominación capitalista de las grandes firmas multinacionales sobre todo el planeta.


Nadie que tenga sangre en las venas y un mínimo de independencia de criterio frente a los discursos del poder puede quedar indiferente frente a ella. Amada y admirada por las y los jóvenes más radicales y combativos de todas partes del mundo, Rosa sigue siendo en el siglo XXI sinónimo de rebelión y revolución. Esos dos fantasmas traviesos que "el nuevo orden mundial" no ha podido domesticar. Ni con tanques e invasiones militares ni con la dictadura de la TV. Actualmente, su memoria descoloca y desafía la triste mansedumbre que propagandizan los mediocres con poder.


El simple recuerdo de su figura provoca una incomodidad insoportable en aquellos que intentan emparchar y remendar los "excesos" del capitalismo... para que funcione mejor. Los que reciclan y maquillan las viejas utopías reaccionarias intentando "convencer" pacíficamente y con buenos modales al capital para que nos explote —un poquito— menos y a sus instituciones para que sean —un poquito— democráticas. Cuando los desinflados y arrepentidos de la revolución entonan antiguos cantos de sirena, disfrazados hoy con el ropaje de la "tercera vía" o el "capitalismo con rostro humano", la herencia insepulta de Rosa resulta un antídoto formidable. Sus demoledoras críticas al reformismo —que ella estigmatizó sin piedad en Reforma o revolución y en La crisis de la socialdemocracia— no dejan títere con cabeza. Constituyen, seguramente, uno de los elementos más perdurables de sus reflexiones teóricas.


Volver a respirar el aire fresco de sus escritos permite admirar la inmensa estatura ética con que ella entendió, pregonó, militó y vivió la causa mundial del socialismo. Una ética incorruptible, que no se deja comprar ni poner precio alguno. Una ética que levanta su dedo acusador contra la corrupción mediante la cual el neoliberalismo del Tío Sam asfixió al mundo durante el último cuarto de siglo, acompañado por su obediente y servil sobrina, la socialdemocracia europea y latinoamericana.


Además de refutar y combatir apasionadamente al reformismo en todas sus vertientes, Rosa también fue una dura impugnadora del socialismo autoritario. En un folleto sobre la naciente revolución rusa que ella escribió en prisión, durante 1918, hundió el escalpelo en los potenciales peligros que entrañaba cualquier tipo de tentación de separar el ejercicio del poder soviético de la democracia obrera y socialista.


Ante el bochornoso derrumbe de la burocracia soviética —que dilapidó el inmenso océano de energías revolucionarias generosamente brindado por el pueblo soviético, tanto en asalto al cielo de 1917 y en la guerra civil como en su heroica victoria sobre el nazismo— aquellas premonitorias advertencias de Rosa merecen ser repensadas seriamente.


Texto completo aquí: https://rebelion.org/docs/17281.pdf