31 agosto, 2019

● Dos repartidores en bici de 22 y 25 años MUEREN TRABAJANDO ●





JRMora - CTXT - 28/08/2019

Dos repartidores en bici de 22 y 25 años murieron trabajando en un intervalo de cuatro días en Huelva y Sevilla.

Cosas que pasan, les podría haber pasado repartiendo en Ferrari, un accidente de tráfico dicen otros, es lo que tiene la carretera. No son más que dos personas a añadir a la siniestra lista laboral que aumenta y que el «mercado» quiere que asumamos como algo natural. El ciclo de la vida laboral, que no siempre es perfecto.

Viajes a poco más de 3 euros por pedido, así que cuanto más corras, más ganas y si te matas, eres autónomo y dueño y administrador único de tu muerte y sus gastos.

Mientras los posmo-explotadores siguen intentando que se retuerza la ley para que los trabajadores les salgan aún más gratis, van perdiendo batallas. Así, la Seguridad Social ha obligado a Glovo a contratar a 180 repartidores que trabajaban como falsos autónomos en Granada.


etiquetas: crimen empresarial, esclavitud laboral, impunidad criminal, democracia camelo, me cago en dios...


29 agosto, 2019

Eso mismo digo yo






-¿Por qué estamos cavando trincheras?…
-Por si nos ataca el enemigo.
-¿Y por qué no atacarlo nosotros y que las caven ellos?

Gila

28 agosto, 2019

La estrategia del hambre — Carolina Vásquez Araya


Adam Niklewicz

APORREA26/08/2019

La miseria en la cual viven millones de seres humanos no es natural ni justificable.

En mi memoria aún persiste la imagen del puerto de Valparaíso cubierto de bananos. Se retrasó el barco y entonces esa montaña de fruta en perfecto estado sería destruida a menos que los habitantes del área pudieran rescatarla. También recuerdo los miles de toneladas de productos lácteos arrojados al mar por una compañía estadounidense para "mantener el precio del producto" y proteger de ese modo un sistema comercial a la medida. El hambre, cuyos devastadores efectos cobra la vida de millones de seres humanos alrededor del mundo, no tiene justificación alguna.

En la realidad, el sistema político impuesto por un rígido marco de intereses corporativos no deja espacio a las indispensables acciones de los Estados orientadas a satisfacer las necesidades básicas de la población. A partir de esos acuerdos solapados, resulta inevitable el incremento de la masa ciudadana obligada a vivir bajo la línea de la pobreza. Entre las consecuencias de este desajuste en las prioridades de gobiernos regidos por un neoliberalismo extremo que ha echado raíces en la mayoría de naciones latinoamericanas, se encuentra también la pérdida acelerada de la biodiversidad con fines de explotación de recursos, cuyos efectos no solo tienen impacto en el medio ambiente, sino también en las posibilidades de desarrollo de los países y en la calidad de vida de sus habitantes.

En la destrucción de la Amazonia brasileña –un reservorio de oxígeno y biodiversidad cuya protección debería tener la máxima prioridad del gobierno de Brasil y de los países aledaños, cuyos territorios también se ven afectados- se puede observar cómo los intereses corporativos llegan al extremo de poner en riesgo la vida misma del planeta. Es decir, en tanto los proyectos extractivos y agroindustriales tengan el poder de condicionar las decisiones gubernamentales, deja de ser importante la conservación de uno de los territorios ya considerados patrimonio de la Humanidad, pero también la supervivencia de las comunidades autóctonas que en él habitan, las cuales han sufrido persecución, desalojos y asesinatos de sus líderes.

La estrategia del hambre en los países en vías de desarrollo ha sido efectiva y ha logrado neutralizar la fuerza del factor humano, con una fórmula propicia para desarticular cualquier intento de subversión ante el sistema impuesto por los países industrializados sobre aquellos sometidos a las normas dictadas por las agencias financieras y las organizaciones empresariales multinacionales. Es decir, los dueños legítimos de los territorios han observado desde el graderío cómo las grandes corporaciones se han adueñado de su agua, de su tierra, de su aire y de todo el mineral que les resulte útil para obtener inmensas utilidades; todo ello, gracias a leyes, convenios, tratados y cantidad de recursos legales ad hoc para convertir el despojo en una buena noticia: incentivos a la inversión extranjera.

Mientras tanto, ese gran contingente ciudadano cuyas carencias lo impulsan a aceptar cualquier limosna disfrazada de programa asistencialista, ignora los detalles del negocio y por lo tanto está en una posición de dependencia, conveniente para que su gobierno tome decisiones abiertamente lesivas a los intereses nacionales, sin que la oposición –debilitada ya por la falta de soporte popular- tenga la menor incidencia en la fiscalización de esas acciones. Si hay una herramienta capaz de corregir el rumbo de las naciones, es la organización ciudadana; y comprender que si el futuro del planeta está bajo semejante amenaza, sus habitantes también lo están.

Las decisiones políticas surgen en los despachos de las grandes multinacionales.

26 agosto, 2019

Encadenados a la coacción estructural del sistema



Adam Niklewicz


Fragmentos extraídos de: MARX 2000. LA IMPORTANCIA DE UNA TEORÍA DADA POR MUERTA PARA EL SIGLO XXI, Robert Kurz. (Completo en pdf aquí)

El colapso de los sistemas de mercado de planificación estatal ha dejado al capitalismo occidental a solas consigo mismo. Se ha convertido en un sistema total, unipolar, globalizado y “sincronizado” y ya no tiene ninguna posibilidad más de cebarse ideológicamente con las estructuras externalizadas de su propia asincronía histórica, elevadas desorbitadamente a supuesto contra-sistema. Pues la autolegitimación occidental ha vivido de los déficits de la “modernización rezagada” juzgada en relación con el estadio evolutivo de los países capitalistas más desarrollados (ideología del consumo de mercancías, campañas de derechos humanos, etc.). Ahora el capitalismo tiene que hacerse valer por sí mismo, y ahí fracasa miserablemente. Cada año se vuelve más inverosímil vender el incremento imparable y masivo de la miseria en el Este y en el Sur como mera “herencia” de los extintos sistemas socialistas. Sería completamente irrisorio querer hacer responsable al viejo y malvado enemigo de la creciente pobreza y de la degradación social en Occidente. Lo que sucede ahora es producto exclusivo de la única e inimitable “economía de mercado”.

[...]

En ese sistema, el dinero, la forma palpable de manifestación del valor, se retroalimenta a sí mismo. En el proceso de valorización del capital, que hace del dinero más dinero, éste se convierte en un fin en sí mismo de carácter procesual. Pero si la sustancia del valor, y con ello del dinero, es el “trabajo”, también este último se define como fin en sí mismo, esto es, como puro gasto de energía humana que se retroalimenta a sí mismo. Solo la retroalimentación sistémica convierte al “trabajo” en “trabajo” y al dinero en dinero, invirtiendo el carácter de medio del “trabajo” en el “proceso metabólico con la naturaleza”, así como el carácter de medio del dinero en el proceso metabólico de la sociedad, convirtiéndolos en un fin en sí mismo. Un fin que siempre se antepone a los sujetos de la acción. Esta paradójica autonomización irracional de los medios o del médium es lo que Marx denomina el “sujeto automático” de la modernidad.

Lejos de ser ellos mismos los sujetos de todo este montaje, los propietarios y gerentes del capital se revelan, más allá de sus objetivos personales, como meros funcionarios de ese “sujeto automático”; además, en relación con el gigantesco despliegue, las gratificaciones para los llamados dominadores parecen directamente irrisorias y quedan muy por detrás del consumo de lujo de todas las élites pre-modernas, incluso se han vuelto más estúpidas y mezquinas con el desarrollo capitalista más avanzado. Mejor que el concepto de "explotación" (concebido de forma subjetiva y restrictiva), lo que se correspondería con esta interpretación de las condiciones de vida y de producción capitalista sería el concepto de “malgasto” de la capacidad de trabajo. No se priva a los asalariados su propio producto social, sino que la producción de riqueza social se subordina a las restricciones sistémicas de un fin en sí mismo de carácter monstruoso.

[...]

Sin embargo, dado que el dinero, en cuanto capital monetario, representa en la “valorización del valor” el factor general y autorreferencial (y en cuanto tal también el punto de partida), la actividad concreta de la relación productiva de los hombres con la naturaleza tiene lugar desde el principio solo con vistas a (y para el fin en sí mismo de) la abstracción que se ha materializado literalmente en el valor y el dinero. La inversión entre el fin y los medios se corresponde, por tanto, con una inversión entre lo concreto y lo abstracto; lo concreto ya solo es expresión de lo abstracto en vez de al revés. El llamado “trabajo concreto” y el correspondiente espectro de “valores de uso” no son el lado “bueno” del sistema, es decir, el lado orientado a las necesidades, sino solo la forma concreta de manifestación de una abstracción real. Porque la actividad productiva concreta aparece socialmente solo como "soporte" de esa abstracción. No existe por sí misma, sino que está sometida al dictado de la “valorización del valor”. De ahí que el “trabajo concreto” produzca también resultados irracionales y destructivos por el lado del valor de uso; y ciertamente contra la mejor intención de los implicados, que a pesar de todo permanecen encadenados a la coacción estructural del sistema.

Adam Niklewicz                                                                               

25 agosto, 2019

El centauro: la parte humana y la parte animal del sistema

Bruno Pontiroli

Fragmento extraído de ¿Qué es la hegemonía? 
Les communards - 30/03/2013

El artífice principal de la teoría de la hegemonía es el comunista italiano Antonio Gramsci.
[...]
Gramsci se percató de que la clase social dominante (en el capitalismo, la burguesía) ejerce su dominio no sólo utilizando al Estado para mandar a la policía a que reprima a los manifestantes o para decretar leyes contra los huelguistas, sino también mediante la ideología. Ya había advertido Marx que "las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en cada época", pero Gramsci desarrolla el tema de forma mucho más amplia.

Según el italiano, la clase dominante tiene dos formas de gobernar: bien mediante la fuerza (mandando a la policía o al ejército), bien mediante la ideología. Así, a veces el sistema se perpetúa adoctrinando a las clases dominadas, pero otras se ve obligado a echar mano de la fuerza. Es entonces cuando vemos a dirigentes obreros (como el propio Gramsci) encarcelados y a manifestantes aporreados. Los opresores deben elegir entre difundir una ideología que les permita oprimir tranquilamente o utilizar la fuerza física y las leyes represoras. A cada situación le corresponderá un método distinto.

Es aquí donde entra el termino clave en este artículo: la hegemonía. La hegemonía no es otra cosa que un conjunto de ideas extendidas por una clase social y que pretenden que se haga aceptable el dominio de esta. Por ejemplo, la burguesía, mediante los medios que tiene a su alcance (que no son pocos) difunde la idea de que el capitalismo es el único y mejor sistema posible. La clase social dominante (o la que pretende serlo) deberá producir un consenso en el pueblo; la gente debe aceptar que ella sea dirigente de la sociedad.

Gramsci, para ilustrar esta idea, utilizó la metáfora del centauro de Maquiavelo. Así, el poder establecido sería como un centauro: con una mitad humana y agradable (la ideología, el consenso...) y con otra mitad animal y salvaje (el uso de la fuerza física). Tal y como hemos apuntado antes, la clase dominante combina tanto el uso de la ideología como el uso de la fuerza para mantener el orden establecido.

Por lo tanto tenemos el siguiente esquema:


Los intelectuales
Pero esto de crear hegemonía no es sencillo ni se hace por arte de magia. Imponer a una sociedad un consenso, es decir, hacer que la población acepte el dominio de una clase sobre otras, no es tarea fácil. El lector ya habrá adivinado que deben existir ciertas personas detrás de esta función.

Gramsci dijo que toda clase social establece junto a ella una serie de intelectuales que están a su servicio. Son los llamados intelectuales orgánicos. Para el marxista italiano algo es orgánico cuando forma parte de una organización y defiende sus intereses. Los intelectuales orgánicos pertenecen al entorno de una clase social, ya sea el proletariado (los trabajadores) o la burguesía (banqueros, grandes empresarios).

Pero en la teoría gramsciana hay muchos tipos de intelectuales. Por ejemplo, los capitalistas (o al menos una élite de entre ellos) son intelectuales en el sentido de que deben tener la capacidad de organizar la sociedad según los intereses de su clase:

Si no todos los empresarios, por lo menos una élite de ellos debe tener capacidad para la organización de la sociedad en general, en todo su complejo organismo de servicios hasta la misma organización estatal, dada la necesidad de crear las condiciones más favorables para la expansión de la propia clase, o como mínimo debe poseer la capacidad para seleccionar “los encargados” (empleados especializados) a los que se pueda confiar esa actividad organizativa de las relaciones generales externas de la empresa.

Gramsci también considera intelectuales a los que cumplen la tarea represora y administrativa del Estado y que se posicionan a favor de la clase dominante. Se trata de diputados, senadores, altos cargos policiales y militares... Cumplen la función de dirigir

el aparato de coerción estatal que asegura “legalmente” la disciplina de aquellos grupos que no “consienten” ni activa ni pasivamente, pero que está preparado para toda la sociedad en previsión de los momentos de crisis en el comando y en la dirección, casos en que no se da el consenso espontáneo.

Recordemos que aunque la función represora está, en general, poco presente en las democracias capitalistas, puede utilizarse a gran escala cuando hay una crisis de régimen y quienes gobiernan pierden la legitimidad para hacerlo.

Y por último tenemos a los intelectuales por los cuales nos vamos a interesar: los que cumplen la función hegemónica. Se trata de cantantes, escritores, periodistas, maestros de escuela... en definitiva personas presentes en el mundo de la cultura, entendiendo por cultura los conjuntos de saberes, creencias y pautas de una sociedad. Estos intelectuales tampoco son ajenos a los intereses de clase, y extienden siempre una ideología acorde a los intereses de la clase que defienden (lo sepan o no).


24 agosto, 2019

Fidel Castro advirtió del desastre ecológico mundial —— "El capitalismo es indefendible" (1992)








El parásito entonces reemplaza la lengua...





Lar de las encrucijadas04/01/2011

El Cymothoa exigua es un crustáceo parásito de la familia Cymothoidae. Este parásito se adhiere a la base de la lengua del pargo manchado, Lutjanus guttatus, y con las garras de sus tres pares de patas delanteras, extrae sangre. A medida que el parásito crece, cada vez menos sangre puede llegar a la lengua y, finalmente, el órgano se atrofia por falta de riego sanguíneo. El parásito entonces reemplaza la lengua del pez con su propio cuerpo, uniéndose a los músculos del muñón de la lengua. El pez puede usar el parásito como una lengua normal, excepto que tiene que compartir su comida con el parásito. Parece que el parásito no causa ningún otro daño al pez anfitrión. Una vez que Cymothoa exigua reemplaza la lengua, complementa su dieta con partículas de alimentos, aliviando así la tensión en el sistema circulatorio del pez. Este es el único caso conocido de un parásito que reemplaza funcionalmente un órgano. [Si descartamos los medios de propaganda masiva que reemplazan y parasitan nuestras lenguas produciendo daños mayores]


23 agosto, 2019

La Amazonía en llamas: consecuencias inmediatas





























Las imágenes de satélite analizadas por el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) de Brasil captaron más de 72 mil 800 focos de incendios en la región entre enero y agosto de este año.



Esto es un 83% más que en 2018, una cifra alarmante.


Esto se traduce en el humo, los aerosoles y las partículas en la atmósfera que se extienden en mayor o menor medida por el resto de la región. Sao Paulo estuvo cubierto por nubes producto de los incendios amazónicos en pleno día, cayendo la oscuridad sobre la ciudad en horas de sol.

















Un calle de Sao Paulo, a oscuras en medio de la tarde (Foto: Jorge Araújo)   



BBC Mundo publicó imágenes de las consecuencias por los incendios en la Amazonía en torno a las emisiones de monóxido de carbono, aerosoles y partículas en suspensión que repercuten en las poblaciones de la región latinoamericana.



● El monóxido de carbono es un gas altamente tóxico resultado de la combustión incompleta y producto de los incendios, que puede agravar enfermedades respiratorias e incluso causar la muerte cuando se respira en niveles elevados.





● Los aerosoles son partículas líquidas o sólidas suspendidas en la atmósfera, como polvo, cenizas volcánicas y humo, que afectan la calidad del aire y el clima.





● Las partículas ultrafinas contribuyen a problemas de calidad del aire que pueden provocar efectos nocivos en el sistema respiratorio humano.





Los tres factores, sobre todo las partículas en suspensión, se expanden en el aire a través de las corrientes en la atmósfera y las precipitaciones en la tierra, provocando una capa de polvo en la superficie que puede afectar seriamente a la salud tanto de los organismos terrestres como los organismos acuáticos.



21 agosto, 2019

"El chivo expiatorio es el otro proletario inmigrante" — Rafael Silva





Fragmento extraído de Hacia otra Política de Fronteras 
20/08/2019
Artículo completo en el blog del autor  Blog de Rafael Silva

El racismo desaforado y la discriminación racial de las minorías (nativos, latinos, hispanos, afroamericanos, árabes, etc.) en Estados Unidos, ha conducido a su gobierno imperialista y racista a la mal llamada "guerra contra el terrorismo", a la construcción de muros y a la deportación masiva de millones de migrantes "ilegales" (aunque ahora nos referimos a las redadas racistas de Trump, lo cierto es que durante la época de Obama se deportaron más de 3 millones de personas). Pero no es un fenómeno nuevo. Recurrimos de nuevo a Miguel Ángel Adame: "La historia de los EUA está cuajada de racismo y racialismo como parte de un nacionalismo religioso o una teología nacionalista. Resulta muy peculiar que estos fenómenos históricos en este Estado-nación se alimenten dentro del país capitalista más boyante del orbe y el que mayor cantidad de comunidades étnico-nacionalitarias acumuló por inmigración mundial de "dreamers" en pos de la "american way of life" y de los "american dreams" durante todo el siglo XX"

En efecto, creemos que la etiología racista del país norteamericano ha de encontrarse en su propio proceso fundacional. Lo que ocurre es que, en cada circunstancia histórico-política, se achacan al fenómeno causas de tipo coyuntural. Por ejemplo, desde la última crisis de 2007 hacia acá, se incubaron frustraciones y resentimientos sobre todo entre los componentes de las clases medias, que se canalizaron vía étnico-racial y sociocultural, principalmente contra los extranjeros, migrantes (sobre todo ilegales o indocumentados) y las minorías a las que abierta o veladamente responsabilizaron del estancamiento o bajada de sus niveles de bienestar (es decir, los culparon de la pérdida de empleos, de la precarización laboral, de la pobreza, de la exclusión...). Exactamente igual sucedió en los países europeos, aunque quizá no de forma tan violenta. En USA, se ha acelerado un cuadro sintomático, desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, que busca preservar, recuperar o engrandecer ("Make America Great Again" fue su lema de campaña) la "esencia nacional", propiciando aún más si cabe la intolerancia, el odio y el rechazo al extranjero. El chivo expiatorio es el otro proletario inmigrante, que procede de otros países con otras costumbres, con otras culturas, que no come, habla, piensa o sueña como nosotros, y que llega a desplazarnos y a quedarse con nuestros trabajos y oportunidades (y con "nuestros sueños"), siempre según la cosmovisión popular norteamericana. Así pues, en nombre de nuestro (supuesto) derecho a mantener nuestra "integridad" (más bien integrismo), nuestra identidad de "primer mundo" (construido a base de saquear otros países de otros mundos), nuestra "grandeza" (que no existe más que en sus "sueños), nuestra cultura "blanca" (en realidad supremacismo), se niega la alteridad inmigrante y se está de acuerdo en que se le deporte, expulse, guetifique, amuralle, excluya...

20 agosto, 2019

NO HAY CAPITALISMO SUSTENTABLE




CLIMATE & CAPITALISM02/08/2019
Traducción del inglés: Arrezafe

¿A qué velocidad está cambiando el clima? - John Molyneux

El peligro del cambio climático no es una amenaza futura, es una realidad presente que se agrava velozmente.

Está claro que ahora existe una conciencia pública bastante generalizada sobre el hecho de que el cambio climático es una realidad y una grave amenaza para el futuro de la humanidad. Esto se refleja, en cierta medida, en los principales medios de comunicación, a pesar de su renuencia a tratar el problema como una verdadera emergencia. Sin embargo, todavía existe una considerable disyunción entre la forma en que generalmente se percibe el cambio climático y la realidad de lo que está sucediendo.

La mayoría de la población piensa en las consecuencias y la amenaza del cambio climático principalmente en términos de derretimiento del hielo y aumento del nivel del mar. Así es, ciertamente, como se ha proyectado en los medios de comunicación, la imagen icónica de un oso polar a la deriva en las corrientes de un hielo cada vez más reducido.

[...] 

Hay varios problemas en este enfoque parcial. En primer lugar, conduce a la confusión sobre los efectos del derretimiento del hielo. La fusión del hielo marino, que incluye todo el hielo del Polo Norte y parte de la Antártida, no eleva el nivel del mar porque ya está en el agua y su volumen ya ha sido desplazado (lo que no significa que no importe, volveré sobre ello). Lo que eleva el nivel del mar es el derretimiento del hielo terrestre, como los glaciares y los casquetes polares de Groenlandia y la Antártida.

En segundo lugar, aunque el aumento del nivel del mar es obviamente una amenaza importante a largo plazo, a menos que vivas en ciertos lugares específicos, como las islas de los océanos Índico y Pacífico (Maldivas, Solomons, Tuvalu, etc.), la principal amenaza para la población, que se verá afectada en el futuro cercano por el cambio climático, serán los fenómenos climáticos extremos.

En tercer lugar, la visión simplista alimenta la idea de que el cambio climático es un episodio o proceso que tendrá lugar en un futuro relativamente distante, probablemente "no en el transcurso de nuestras vidas". Dicha visión se ve reforzada por convenios y acuerdos internacionales, como los Acuerdos de París y el Plan de Acción Climática de Leo Varadkar, que están basados en lejanos objetivos, para 2030 y 2050. A ello hay que añadir que, en general, la población está lógicamente preocupada por sus problemas inmediatos: trabajo, alquiler, hipoteca, alimento, niños, etc. Háblales pues de algo que va a suceder dentro de treinta años y las respuestas más probables serán: a) ignorarlo, alegando que tal vez nunca suceda o que, en todo caso, ya estarán muertos; b) ignorarlo, presuponiendo que para entonces las autoridades ya habrán encontrado "algo" para solucionarlo. Incluso hay activistas políticos que piensan que no es una prioridad inmediata, que son mucho más urgentes otros temas en los que sí están implicados.

Problema inmediato

Sin embargo, el peligro del cambio climático no es solo que vaya a ocurrir en un futuro más o menos lejano, sino que está ocurriendo ahora, de manera evidente y desde hace ya tiempo. Dije anteriormente que el principal impacto del cambio climático y sus consecuencias se manifestaría a través de eventos climatológicos extremos. Estos podrían citarse principalmente como; olas de calor excesivas, sequías, incendios forestales, lluvias excesivas, tormentas e inundaciones, añadiendo inusuales períodos de frío. Todos estos eventos se han mostrado claramente en todo el mundo durante los últimos 12 meses.

[...]

En julio de este año supimos que el junio de 2019 fue el más caluroso desde que comenzaron los registros climáticos. La National Oceanic and Atmospheric Administration de EE.UU. informó que la temperatura global promedio para junio fue de 0.92°C por encima del promedio del siglo XX. En julio ya tuvimos otra ola de calor masiva en América del Norte y en toda Europa, incluyendo los más de 40°C en París.

Datos de última hora informan que Bélgica y los Países Bajos han registrado sus temperaturas más altas. La ciudad belga de Kleine Brogel, en la provincia de Limburgo, alcanzó los 39.9°C, la más alta desde que comenzaron los registros en 1833, mientras que la ciudad holandesa meridional de Eindhoven alcanzó su temperatura más alta en 75 años de registros del Royal Meteorological Institute.

Entre estas olas de calor hemos tenido sequías e incendios devastadores en California; temperaturas de 50ºC en gran parte de Australia; un catastrófico ciclón en el sudeste de África; grandes incendios en Portugal y el norte de Grecia, así como en Alaska y Siberia; sequía en el sur de la India con una ciudad de 7 millones de habitantes sin abastecimiento de agua; inundaciones en Nepal (90 muertos y 1 millón de desplazados) y en Japón; una intensa ola de calor en el norte de China; incendios en toda Suecia; e Islandia erigiendo un monumento póstumo a un glaciar desaparecido.

En enero / febrero de este año, Estados Unidos también padeció una extraordinaria ola de frío, las condiciones semiárticas se extendieron al corazón del país en lo que fue un "vórtice polar" con temperaturas tan bajas como –30°C. (El vórtice polar está relacionado con el cambio climático porque el aumento de las temperaturas en el Ártico afecta la corriente en chorro en la atmósfera superior, impulsando vientos fríos hacia el sur y atrayendo vientos cálidos hacia el norte).

El tiempo se acaba

Ha habido muchos otros fenómenos climáticos extremos, muchos más de los que se pueden enumerar aquí. En términos de futuro inmediato, es decir, en los próximos años, tendrán lugar otros dos acontecimientos muy peligrosos. El primero es la fusión del hielo marino en la Antártida. La gran extensión de hielo marino alrededor de la Antártida ha sufrido una acelerada pérdida desde 2014, según muestran los datos proporcionados por los satélites, pérdida más rápida que la observada en el Ártico. La merma de la extensión media anual significa que la Antártida perdió tanto hielo marino en cuatro años como el Ártico perdió en 34.

Lo que hace que esto sea tan peligroso no es su impacto inmediato en el nivel del mar (como dijimos anteriormente), sino el hecho de que el hielo refleja la luz del sol hacia la atmósfera, mientras que los océanos oscuros absorben y retienen el calor. De tal manera, esta gran fusión de hielo crea un circuito de retroalimentación que intensifica el calentamiento.

El segundo acontecimiento. Se trata del estado del permafrost (suelo, roca o sedimento congelado). [...] La pérdida de permafrost es significativa porque está liberando grandes cantidades de metano. De hecho, tras dos décadas liberándose, el metano es hoy 84 veces más potente, como gas de efecto invernadero, que el dióxido de carbono. En otras palabras, tenemos otro ciclo de retroalimentación importante.

Quizás lo más alarmante de todo sea el hecho de que todos estos sucesos, especialmente la pérdida de hielo antártico y de permafrost ártico, apuntan a la probabilidad de que las advertencias y predicciones dramáticas del IPCC en 2018 sean, de hecho, estimaciones conservadoras de lo que realmente está sucediendo. Según informa el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, la Antártida ha experimentado un aumento de la temperatura del aire de 3°C, aunque eso pueda no parecer mucho, es 5 veces la tasa media de calentamiento global, y la fusión del permafrost va 70 años por delante de la mayoría de las predicciones científicas.

[...]

Implicaciones políticas

Todo esto tiene enormes implicaciones políticas. En primer lugar, significa que todos los diversos planes gubernamentales y acuerdos internacionales llevados a cabo hasta ahora son completamente inadecuados. Cualquier político que hable en términos de objetivos para 2030 y 2050 simplemente no ha comprendido nada. Para cuando Irlanda reciba su prometido millón de autos eléctricos en 2030 o llegue a cero emisiones de carbono en 2050, es muy probable que se haya causado un daño irreparable a nuestro planeta. Los políticos y pensadores convencionales simplemente no lo entienden. En otras palabras, cuando se trata del "mundo real" imaginan que la economía simplemente seguirá funcionando como de costumbre durante los próximos 80 años. No hay posibilidad de que ello sea así.

En segundo lugar, la cuestión del cambio del sistema, no del cambio climático, se sitúa cada vez más en primer plano. A lo largo de los años ha habido innumerables debates sobre si el capitalismo puede o podría, en teoría, detener el cambio climático. Lo que ha quedado manifiestamente claro es que no lo ha hecho y no lo hará en el tiempo que resta disponible.

Vamos a necesitar el socialismo, es decir, una economía de propiedad pública y planificada democráticamente, que produzca para las necesidades humanas, no para el lucro de una minoría. Y lo necesitamos no solo a nivel nacional, sino internacional, tanto para evitar el cambio climático descontrolado como para hacer frente a los cambios que ya se están produciendo en el sistema.

Por último, cabe esperar una seria resistencia general: de los estudiantes, de los pueblos indígenas, de los trabajadores organizados... Si el 3.5% de la población de Puerto Rico puede movilizarse contra su gobernador, por el huracán María, contra el sexismo y la homofobia, y el pueblo de Sudán puede derrocar a su dictador, la población mundial puede resistir y enfrentarse a los efectos del cambio climático.

La cuestión clave para nosotros es garantizar que las voces y los argumentos socialistas se escuchen dentro de esta resistencia. La otra alternativa, personificada por la figura de Donald Trump, apunta en la dirección del racismo, el fascismo y la barbarie.