20 agosto, 2019

NO HAY CAPITALISMO SUSTENTABLE




CLIMATE & CAPITALISM02/08/2019
Traducción del inglés: Arrezafe

¿A qué velocidad está cambiando el clima? - John Molyneux

El peligro del cambio climático no es una amenaza futura, es una realidad presente que se agrava velozmente.

Está claro que ahora existe una conciencia pública bastante generalizada sobre el hecho de que el cambio climático es una realidad y una grave amenaza para el futuro de la humanidad. Esto se refleja, en cierta medida, en los principales medios de comunicación, a pesar de su renuencia a tratar el problema como una verdadera emergencia. Sin embargo, todavía existe una considerable disyunción entre la forma en que generalmente se percibe el cambio climático y la realidad de lo que está sucediendo.

La mayoría de la población piensa en las consecuencias y la amenaza del cambio climático principalmente en términos de derretimiento del hielo y aumento del nivel del mar. Así es, ciertamente, como se ha proyectado en los medios de comunicación, la imagen icónica de un oso polar a la deriva en las corrientes de un hielo cada vez más reducido.

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Hay varios problemas en este enfoque parcial. En primer lugar, conduce a la confusión sobre los efectos del derretimiento del hielo. La fusión del hielo marino, que incluye todo el hielo del Polo Norte y parte de la Antártida, no eleva el nivel del mar porque ya está en el agua y su volumen ya ha sido desplazado (lo que no significa que no importe, volveré sobre ello). Lo que eleva el nivel del mar es el derretimiento del hielo terrestre, como los glaciares y los casquetes polares de Groenlandia y la Antártida.

En segundo lugar, aunque el aumento del nivel del mar es obviamente una amenaza importante a largo plazo, a menos que vivas en ciertos lugares específicos, como las islas de los océanos Índico y Pacífico (Maldivas, Solomons, Tuvalu, etc.), la principal amenaza para la población, que se verá afectada en el futuro cercano por el cambio climático, serán los fenómenos climáticos extremos.

En tercer lugar, la visión simplista alimenta la idea de que el cambio climático es un episodio o proceso que tendrá lugar en un futuro relativamente distante, probablemente "no en el transcurso de nuestras vidas". Dicha visión se ve reforzada por convenios y acuerdos internacionales, como los Acuerdos de París y el Plan de Acción Climática de Leo Varadkar, que están basados en lejanos objetivos, para 2030 y 2050. A ello hay que añadir que, en general, la población está lógicamente preocupada por sus problemas inmediatos: trabajo, alquiler, hipoteca, alimento, niños, etc. Háblales pues de algo que va a suceder dentro de treinta años y las respuestas más probables serán: a) ignorarlo, alegando que tal vez nunca suceda o que, en todo caso, ya estarán muertos; b) ignorarlo, presuponiendo que para entonces las autoridades ya habrán encontrado "algo" para solucionarlo. Incluso hay activistas políticos que piensan que no es una prioridad inmediata, que son mucho más urgentes otros temas en los que sí están implicados.

Problema inmediato

Sin embargo, el peligro del cambio climático no es solo que vaya a ocurrir en un futuro más o menos lejano, sino que está ocurriendo ahora, de manera evidente y desde hace ya tiempo. Dije anteriormente que el principal impacto del cambio climático y sus consecuencias se manifestaría a través de eventos climatológicos extremos. Estos podrían citarse principalmente como; olas de calor excesivas, sequías, incendios forestales, lluvias excesivas, tormentas e inundaciones, añadiendo inusuales períodos de frío. Todos estos eventos se han mostrado claramente en todo el mundo durante los últimos 12 meses.

[...]

En julio de este año supimos que el junio de 2019 fue el más caluroso desde que comenzaron los registros climáticos. La National Oceanic and Atmospheric Administration de EE.UU. informó que la temperatura global promedio para junio fue de 0.92°C por encima del promedio del siglo XX. En julio ya tuvimos otra ola de calor masiva en América del Norte y en toda Europa, incluyendo los más de 40°C en París.

Datos de última hora informan que Bélgica y los Países Bajos han registrado sus temperaturas más altas. La ciudad belga de Kleine Brogel, en la provincia de Limburgo, alcanzó los 39.9°C, la más alta desde que comenzaron los registros en 1833, mientras que la ciudad holandesa meridional de Eindhoven alcanzó su temperatura más alta en 75 años de registros del Royal Meteorological Institute.

Entre estas olas de calor hemos tenido sequías e incendios devastadores en California; temperaturas de 50ºC en gran parte de Australia; un catastrófico ciclón en el sudeste de África; grandes incendios en Portugal y el norte de Grecia, así como en Alaska y Siberia; sequía en el sur de la India con una ciudad de 7 millones de habitantes sin abastecimiento de agua; inundaciones en Nepal (90 muertos y 1 millón de desplazados) y en Japón; una intensa ola de calor en el norte de China; incendios en toda Suecia; e Islandia erigiendo un monumento póstumo a un glaciar desaparecido.

En enero / febrero de este año, Estados Unidos también padeció una extraordinaria ola de frío, las condiciones semiárticas se extendieron al corazón del país en lo que fue un "vórtice polar" con temperaturas tan bajas como –30°C. (El vórtice polar está relacionado con el cambio climático porque el aumento de las temperaturas en el Ártico afecta la corriente en chorro en la atmósfera superior, impulsando vientos fríos hacia el sur y atrayendo vientos cálidos hacia el norte).

El tiempo se acaba

Ha habido muchos otros fenómenos climáticos extremos, muchos más de los que se pueden enumerar aquí. En términos de futuro inmediato, es decir, en los próximos años, tendrán lugar otros dos acontecimientos muy peligrosos. El primero es la fusión del hielo marino en la Antártida. La gran extensión de hielo marino alrededor de la Antártida ha sufrido una acelerada pérdida desde 2014, según muestran los datos proporcionados por los satélites, pérdida más rápida que la observada en el Ártico. La merma de la extensión media anual significa que la Antártida perdió tanto hielo marino en cuatro años como el Ártico perdió en 34.

Lo que hace que esto sea tan peligroso no es su impacto inmediato en el nivel del mar (como dijimos anteriormente), sino el hecho de que el hielo refleja la luz del sol hacia la atmósfera, mientras que los océanos oscuros absorben y retienen el calor. De tal manera, esta gran fusión de hielo crea un circuito de retroalimentación que intensifica el calentamiento.

El segundo acontecimiento. Se trata del estado del permafrost (suelo, roca o sedimento congelado). [...] La pérdida de permafrost es significativa porque está liberando grandes cantidades de metano. De hecho, tras dos décadas liberándose, el metano es hoy 84 veces más potente, como gas de efecto invernadero, que el dióxido de carbono. En otras palabras, tenemos otro ciclo de retroalimentación importante.

Quizás lo más alarmante de todo sea el hecho de que todos estos sucesos, especialmente la pérdida de hielo antártico y de permafrost ártico, apuntan a la probabilidad de que las advertencias y predicciones dramáticas del IPCC en 2018 sean, de hecho, estimaciones conservadoras de lo que realmente está sucediendo. Según informa el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, la Antártida ha experimentado un aumento de la temperatura del aire de 3°C, aunque eso pueda no parecer mucho, es 5 veces la tasa media de calentamiento global, y la fusión del permafrost va 70 años por delante de la mayoría de las predicciones científicas.

[...]

Implicaciones políticas

Todo esto tiene enormes implicaciones políticas. En primer lugar, significa que todos los diversos planes gubernamentales y acuerdos internacionales llevados a cabo hasta ahora son completamente inadecuados. Cualquier político que hable en términos de objetivos para 2030 y 2050 simplemente no ha comprendido nada. Para cuando Irlanda reciba su prometido millón de autos eléctricos en 2030 o llegue a cero emisiones de carbono en 2050, es muy probable que se haya causado un daño irreparable a nuestro planeta. Los políticos y pensadores convencionales simplemente no lo entienden. En otras palabras, cuando se trata del "mundo real" imaginan que la economía simplemente seguirá funcionando como de costumbre durante los próximos 80 años. No hay posibilidad de que ello sea así.

En segundo lugar, la cuestión del cambio del sistema, no del cambio climático, se sitúa cada vez más en primer plano. A lo largo de los años ha habido innumerables debates sobre si el capitalismo puede o podría, en teoría, detener el cambio climático. Lo que ha quedado manifiestamente claro es que no lo ha hecho y no lo hará en el tiempo que resta disponible.

Vamos a necesitar el socialismo, es decir, una economía de propiedad pública y planificada democráticamente, que produzca para las necesidades humanas, no para el lucro de una minoría. Y lo necesitamos no solo a nivel nacional, sino internacional, tanto para evitar el cambio climático descontrolado como para hacer frente a los cambios que ya se están produciendo en el sistema.

Por último, cabe esperar una seria resistencia general: de los estudiantes, de los pueblos indígenas, de los trabajadores organizados... Si el 3.5% de la población de Puerto Rico puede movilizarse contra su gobernador, por el huracán María, contra el sexismo y la homofobia, y el pueblo de Sudán puede derrocar a su dictador, la población mundial puede resistir y enfrentarse a los efectos del cambio climático.

La cuestión clave para nosotros es garantizar que las voces y los argumentos socialistas se escuchen dentro de esta resistencia. La otra alternativa, personificada por la figura de Donald Trump, apunta en la dirección del racismo, el fascismo y la barbarie.


7 comentarios :

  1. Hace unos años desde una óptica de un cierto cinismo habría dicho: yo, esto del cambio climático ya no lo veré. A dia de hoy, creo que lamentablemente si que lo veré, de hecho lo estoy viendo cada dia.

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    1. Quienes ya tenemos "una edad" podemos testificar por propia experiencia esos cambios y la degradación que han supuesto. No ha habido cebo más venenoso que el denominado "progreso".

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  2. "Alto al tren.
    Parar no puede.
    ¿Quién va en él?
    La humanidad.
    ¿Cómo se llama?
    Progreso.
    ¿Cuándo parará?
    ¡Jamás!
    (Campoamor, el escéptico)

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    1. Muy bueno el verso, aunque no es de Campoamor, sino de Manuel de la Revilla.

      file:///C:/Users/JC/Documents/ZZZZ%20-%20IMAGENES/%C3%9ALTIMAS%20FOTOS/dudas-y-tristezas--poesias-0.pdf

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  3. Quizás si lo que en verdad preocupase fueran los gestos, actos y actitudes actuales podríamos preocuparnos menos por como dejaremos para un futuro. Mal asunto. ...

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    1. Quizás necesitamos una revolución similar a la del 17, pero mundial.

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  4. Pufff, va a tener que ir petando todo poco a poco. Ya estamos en ello, y aun así hasta que no desaparezca por lo menos mi generación no dejará el camino libre a las nuevas ideas. Definitivamente esto va a petar. Pobre Gaia.
    Salud!

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